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***MISUNDERSTANDING*** por Kikyome

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Notas del capitulo:

Que viva los one shoots!!! me suena a tequila ja ja ja ja XD

Hi minna san!! Isashiburi desuka? ja ja ja ja estoy feliz de volver y espero que les guste esta hitoria y si no les gusta pues sabré que este no es el género que me conviene!!! Reviews por favor para así mejorar!!!

Matta ne!

***Misunderstanding***  

-Pasa Rick- Invitó Leonard con un poco de hostilidad, no le gustaban mucho las visitas pero por Rick se tragaría hasta su orgullo si fuese necesario.

-Gracias y de nuevo disculpa las molestias, sé que no te sientes muy a gusto con gente extraña en tu casa- El rubio entró un poco intimidado por la mala mirada que Leo no podía evitar tener.

-No es eso, además tú no eres ningún extraño ¿verdad?- Concedió el moreno acortando la distancia y clavando su mirada ceniza en los ojos claros de su invitado.

-Pues…gracias…-Rick evitó por completo pensar en aquel estremecimiento que recorrió su espalda al sentir el cálido aliento de su amigo, le molestaba que hiciese eso, para su desgracia a pesar de habérselo explicado muchas veces él parecía no entender e incluso en alguna oportunidad le había dicho que lo seguiría haciendo porque adoraba ver su rostro indefenso y sonrojado.

-No hay de que, vayamos a mi cuarto-

-¿No sería mejor estudiar en la sala donde no hay tantas distracciones?- Sugirió un poco inquieto el rubio.

-Pues sí sería mejor estudiar aquí abajo pero para tu desgracia y la mía la sala debe estar ocupada por la molestia que vive conmigo- Se quejó mientras empujaba al rubio hacia su habitación.

  

-Maldición ¿Qué no puede contestar?- Se quejó Leo al escuchar por 5ta vez sonar el teléfono de la entrada. –Me molesta que tenga un sueño tan profundo- Se levantó dispuesto a contestar el molesto aparato y de paso a levantar a aquella bestia dormilona que acaparaba el sofá de la sala, pero al momento de abrir la puerta, gobolino, el gato de la cosa esa que dormía placidamente en la sala, entró como bólido y comenzó a atacar a francesca, la canarita de Leonard, así que mientras trataba de atrapar al endemoniado animal y alejar la jaula de sus fauces no pudo más que pedirle a Rick que por favor llevase a francesca a la cocina y que de paso contestara el teléfono, el rubio obedeció de inmediato y cerró la puerta para asegurarse que gobolino no se escapase detrás de la canaria.

 

Una vez contestado el teléfono, número equivocado por cierto, decidió regresar a ayudar a su amigo, claro que para eso tuvo que pasar por la sala, pudo haber subido por el pasillo de la cocina pero en realidad la curiosidad le estaba matando, ¿Quién podía tener el poder de poner de tan mal humor a un chico tan amable como Leo? Debía averiguarlo. Así que con ese cometido se dirigió sigilosamente hasta el cuarto en cuestión, pero al llegar no encontró a nadie, sobre el sofá sólo había una manta y la tele estaba prendida en el canal de música clásica.

-Que raro….según Leo aquí había alguien durmiendo, ¿o sería que quería jugarme una broma?- Detuvo sus pensamientos al sentir una refrescante brisa revolver sus cabellos, entonces volteó hacia el gran ventanal detrás de él y para su sorpresa, entre las cortinas de blanca seda transparente, se veía una silueta delicada y hermosa, estaba estirándose.

-…….-De la impresión las palabras se fueron de su boca y sólo supo quedarse ahí admirando el espectáculo, hasta que fue descubierto.

-¿Quién eres?- Preguntó una voz suave y fina desde afuera.

-Soy Rick amigo de Leo…disculpa si te molesté- Se excusó tratando de disimular su sonrojo.

-Ah, es un placer conocerte Rick yo soy…-Antes de que pudiese terminar su introducción una voz imponente interrumpió el mágico momento.

-¡¡An!! ¿Qué crees que haces?- El grito de Leo podría haber espantado a una manada de leones, ¿Por qué estaría tan molesto?

-Lo siento Leo, no sabía que habías llegado y menos que tenías visitas- Apartó las cortinas para poder volver a la sala y poder disculparse con propiedad.

-Valla….-Rick no pudo tragarse su admiración al ver a aquella joven cara a cara, era bellísima, pequeña y delicada como bailarina de ballet, su piel era de un color canela adorable y sus ojos eran como la ceniza combinaban a la perfección con su cabello negro, era corto pero con un estilo muy moderno, sus facciones le recordaban a Leo así que supuso de inmediato que no era solo una molestia.

-Si valla…-repitió molesto Leonard mirando de mala manera a su adorada molestia, para él sí era una molestia y muy grande. -¿Por qué vas con esas ropas?- preguntó dejando pasar el leve sonrojo que veía en SU Rick.

-Es mi ropa de dormir- Se disculpó An sonriendo delicadamente.

-Si ya sé,  pero son las 4 de la tarde y este no es tu dormitorio- Le recordó Leo más molesto todavía ¿Por qué An tenía la mala costumbre de dormir con ropa tan “ligera” y en la sala y a esas horas de la tarde? ¿Y por qué diablos Rick no cerraba la boca?

-Lo siento, llegué al medio día y tomé un baño, tú sabes que no puedo dormir bien en el cuarto, prefiero sentir la brisa del viento y ver el jardín me tranquiliza, además de que…-

-Sí, sí, ya me se la historia, mejor vete a cambiar porque ya mismo debes ir a trabajar, así que no quiero verte cuando vuelva- Se dio media vuelta para poder tomar por los hombros a Rick y arrastrarlo literalmente fuera de la habitación.

-Cierra la boca que se te va a meter una mosca- Se quejó el moreno.

-Ah…lo siento…tu hermana es muy bonita ¿Por qué no me habías dicho que tenías una hermanita menor tan linda?- Preguntó Rick tomando sus cosas, alguien misteriosamente las había bajado hasta el recibidor, así que supuso que era hora de retirarse.

-Por eso precisamente, detesto que la gente me haga esa pregunta, pero por ser tú lo dejaré pasar con una condición- Aprovechó que Rick estaba agachado guardando sus libros y lo tumbó contra la pared colocando sus manos a los lados del rostro sorprendido de su presa.

-Co...condición… ¿cuál?- Alcanzó a preguntar Rick, detestaba que Leo jugara así con él, pero por algún extraño motivo no podía alejarlo y sentir su corazón palpitar de aquella manera cada vez que lo sentía cerca era una sensación a la que no podía renunciar.

-Que regreses esta noche para seguir estudiando- Susurró acercándose más y más a aquellos labios temblorosos.

-Pero si ya repasamos todos los capítulos del libro ¿Qué estudiaríamos?- Inquirió el rubio girando su cabeza para evitar sentir aquel delicioso aroma que lo mareaba.

-Estudiaremos anatomía humana y un poco de sociología y quien sabe si hasta podamos estudiar sexología mí querido Rick…-Ya que no podía alcanzar sus labios se conformaría con su cuello, por ahora.

-Leonard…ba….basta…no aquí…para…por…por favor- Aquellas palabras aquella presión en su cuello, no podía resistirse pero tampoco podía dejar que siguiese así.

-Detente por favor…Leonard…¡para!- Ni siquiera porque había subido el tono de su voz Leo parecía detenerse, ahora lo tenía sujetado y acariciaba con total confianza su espalda mientras su otra mano se enredaba en sus cabellos tratando de forzarlo a que voltease el rostro.

-Hermano…-Aquella inocente voz cortó cualquier inspiración o deseo de ir más allá de lo debido, An había abierto la puerta del recibidor y había encontrado a su hermano “atacando” a aquel jovencito bonito, para variar. –Ya me voy…no te preocupes que no volveré hasta mañana porque tengo doble turno en el bar…nos vemos…un placer Rick…-esperó a que su hermano se quitara y al pasar junto al rubio, quien apenas si podía sujetarse a la pared para tratar de levantarse, le susurró –Ten mucho cuidado con mi hermano…suerte Ricky-kun- Le dio un delicado beso en la mejilla, claro que tuvo que empinarse bastante por la diferencia de tamaños, acto seguido desapareció dejando muy a propósito la puerta abierta.

-Valla con esa molestia cada día es peor…En fin, te espero esta noche y sólo para asegurarme de que vendrás- Aprovechó que Rick seguía observando la calle como si desease atrapar el aroma que había dejado An, para robarle un beso que al principio fue forzado pero que con el paso de los segundos sólo se dejó llevar.

-Leonard…yo…-El rubio estaba tan apenado y nervioso y excitado que no sabía que hacer, detestaba siempre ser tan dócil y no poder resistirse un poco más.

-Eres tan lindo…por eso quiero hacerte saber lo mucho que me intereso en ti mi querido rubio consentido…nos vemos esta noche- Y sin más cerró la puerta dejando a un desubicado rubio atónito sin saber exactamente qué hacer.

-Esta noche de seguro caes porque caes y serás uno más en mi lista de “niños bonitos” ja ja ja- Rió escandalosamente mientras se desvestía para tomar una ducha fría, tenía mucho que arreglar, en especial la cena.

 

-Me pregunto en dónde trabaja aquella pequeña, en verdad era hermosa, creo que dijo algo de un bar, pero ¿no es muy pequeña para trabajar y además en un bar y por la noche?- Aún sabiendo lo que vendría esa noche no podía quitar de su cabeza a aquella niña, estirando su pequeña figura en aquel balcón, con el viento meciendo aquella camisa blanca casi transparente y sus cabellos desordenados, al estirar los brazos podría jurar que notó la escasez de prendas además de la camisa que llevaba, era sencillamente adorable, simplemente no podría concebir como era que Leo la dejaba trabajar.

  

-Gracias por la comida, estuvo deliciosa- Agradeció el rubio mientras ayudaba a limpiar los platos mientras Leo recogía la mesa.

-De nada, la cocina se me da, es algo natural que puedo hacer- Agradeció humildemente el halago el moreno mientras trataba de disimular su sonrisa.

-La salsa del espagueti estaba en particular deliciosa, ¿Cómo logras ese sabor tan misterioso?- Quiso saber mientras secaba el último de los platos.

-Más que misterioso yo diría “extasiante”- Murmuró por lo bajo mientras se arrimaba a la mesa contando los segundo que faltaban.

-¿Qué dijiste Leo no te escuché?- Inquirió el rubio volteando para encarar a su interlocutor y acto seguido sentir un mareo profundo que lo dejó paralizado, las piernas le dejaron caer de manera violenta al piso y un calor sofocante recorría todo su cuerpo y parecía concentrarse de manera muy especial en su entrepierna, era devastadoramente torturador, quería explotar y tan sólo la brisa que se filtraba por la ventanilla del comedor le desataba un mar de sensaciones.

-¿Qué…qué..?- Quiso obtener respuestas pero de repente unos brazos protectores lo levantaron en peso y lo condujeron hasta una habitación que desconocía, aunque todo era borroso, aún guardaba un halo de cordura, era la habitación a la que nunca había entrado, dentro una cama muy amplia, las paredes decoradas con telas de terciopelo rojo vino y una cámara de video en un trípode, parecía la escenografía de alguna película.

-Bien bombón, aquí es donde te bajas- La voz sensual y cargada de deseo de Leonard le asustó más que excitarle, y fue entonces que entendió por qué su hermana le había advertido que tuviera cuidado, aquellas manos le desnudaban de manera brusca y veloz, una vez a su merced le ató manos y pies a los extremos de la cama, todo preparado y le amordazó, Rick no tenía la voluntad ni la fuerza suficiente como para negarse, sólo veía con cuidado como entre sombras que iban y venían, escuchó el acción irónico de su “amigo” y sintió como las caricias más asquerosas que nunca pensó sentir recorrían su delgado cuerpo y como muy a su pesar le arrancaban sensaciones irreales, le arrancaban gemidos de placer  y movimientos que no hubiese deseado experimentar.

-Ahora ya sabes por qué en la universidad tengo tan mala fama, pero claro ninguno de mis anteriores víctimas ha sido tan cooperativa como tú mi querido Ricky, pero debo admitir que de todos, tu eres el más lindo, he estado esperando esta oportunidad desde hace tanto tiempo que ahora que te tengo no quisiera terminar, tal vez te guarde como premio personal, después de todo parece que también deseabas esto- Leo seguía burlándose sin obtener mayor resultado que un par de lágrimas entremezcladas con unos gemidos, decidió entonces hacer las cosas más interesantes y desató sus mano y pies mientras presionaba sus labios contra la mordaza casi dejando a Rick al borde de la asfixia, quería que sintiese al máximo aquel deseo que imprimía en su cuerpo con insistencia, al segundo de haberlo desatado sintió como aquellas manos se aferraban a su espalda dejándole marcas, aquella fuerza sólo le demostraba que no se había equivocado con él, sabía perfectamente que era el efecto del “éxtasis” que le había puesto en la comida, pero los otros chicos se habían resistido hasta lo último y sin embargo Rick era tan honesto que a pesar de no estarlo disfrutando no podía evitar que su cuerpo obtuviese lo que realmente quería, a lo mejor y hasta no hubiera sido necesario drogarlo, vaya joya.

Minutos más de enfurecida acción y el mayor terminó derramándose dentro del cuerpo del rubio quien no pudo evitar sentir aquel delicioso temblor y explotar también ensuciando el pecho del moreno que se veía notablemente satisfecho, acto seguido sólo cerró los ojos y como queriendo olvidar lo acontecido durmió de manera profunda.

  

-Despierta Ricky-kun- Escuchaba repetidas veces decir a una voz tan dulce que no podía resistir atender. Abrió los ojos muy despacio, sentía un fuerte dolor de cabeza y estaba confundido.

-¿Quién…?- Intentó reconocer, pero su vista era borrosa, sólo pudo apreciar un par de ojos grises y dedujo de inmediato que la tortura seguiría para él, por tanto sólo volvió a cerrar los ojos como deseando que con eso aquel fantasma se esfumase para siempre.

-Ricky soy yo…An- Llamó nuevamente al rubio para hacerle entrar en conciencia.

-An…-pareció reconocer el nombre, pero aún así estaba demasiado aturdido como para lograr aclarar sus ideas.

-Si soy An…te advertí acerca de mi hermano Leonard ¿recuerdas?- Trató de mantenerlo conciente, hablando, aparentemente su hermano había abusado de aquella porquería, el sistema del pobre rubio estaba destrozado, lo peor es que no podía hacer nada por él, sólo tratar de que se mantuviese conciente hasta que llegasen los paramédicos.

-Ah ya te recuerdo, eres la bellísima hermana menor de Leo…sabes, no deberías trabajar en un bar- Dijo algo atontado aún por la droga que seguía recorriendo su sistema.

-Ja ja ja eso es lo que todos siempre me dicen, pero créeme que tengo edad suficiente como para  trabajar y como para saber cosas que tú no sabes- Lo reclinó un poco para que quedase sentado y pudiera descansar su cabeza en su pecho.

-Me gusta mucho dormir aquí sabes, la brisa siempre es refrescante y tranquilizadora, me aleja de todos los problemas y siempre me traen paz mental, ¿no crees que es una hermosa vista Ricky-kun?- Le invitó a virar un poco el abatido rostro para que observase a través del gran ventanal los árboles y el esplendoroso jardín que se matizaba de manera mágica con los colores claros y oscuros del alba, era prácticamente perfecto.

Rick lo miró por un segundo y recordó aquella misma vista pero faltaba algo.

-Falta…falta algo para que sea perfecto- Estaba más vulnerable que cachorro recién nacido y decía lo que le venía a la mente sin siquiera analizar las consecuencias, después de todo ¿qué más podía perder?

-¿Qué cosa?- Se animó a seguirle la conversación An para no dejarle caer en la inconciencia.

-Faltas tú An…..cuando te vi por primera vez parada en aquella ventana con toda tu perfecta silueta decorando aquella visión el cuadro se completó, no puedo decir si es por la droga o si es porque estoy casi delirando…pero desde aquel momento en que te vi tan preciosa no pude alejarte de mis pensamientos…..te amo An…-Y sin siquiera saber de dónde, sacó fuerzas para incorporarse lo suficiente como para poder robarle un beso profundo y desesperado que no tardó más que un parpadeo en ser correspondido, seguido de una batalla intensa en que sus cuerpos lucharon por encontrar la posición adecuada en que ambos se amoldaran como si estuviesen destinados a estar unidos en aquella pasión salida prácticamente de la nada.

-Es sólo un efecto pasajero de la droga….-Hizo hincapié An mientras se reprendía por dentro por haber cortado aquel mágico momento, pero no podía entregarse así como así ante alguien que en verdad no sentía lo que decía y era sólo guiado por sus deseos.

-Tal vez este calor que siento en mi cuerpo, esta calentura que sobrepasa mis fuerzas y mi razón, tal vez esta fiebre que me hace sudar frío son causadas por la droga que intoxica mi sistema…pero sin duda ya había caído en las garras de una adicción mucho mayor y mucho más peligrosa…desde que te vi en aquella ventana, desde que me vi en tus ojos y desde que pude apreciar lo perfecto de tu ser, lo hermosa que eres, no pude evitar querer tenerte así entre mis brazos, es probable que esta necesidad de poseer tu cuerpo sea a causa de aquel narcótico, pero yo puedo esperar porque sé que esta sensación embriagadora que tengo cuando te siento cerca no me dejará y tú también puedes estar segura de eso mi querida An…yo te am…-Antes de que pudiera terminar se desmayó por el tremendo esfuerzo y sin ninguna duda An lo agradeció más que nadie, detestaba llegar a casa y encontrar el desastre de su hermano pero esto había superado los límites, nunca Leonard había sido tan desobligado y había dejado que una de sus conquistas se le escapasen del cuarto, así que definitivamente debía ser hoy, de manera delicada dejó al rubio sobre el sofá donde tanto le gustaba dormir y lo vio amoldarse de manera gentil, como si con aquella sonrisa le agradeciese el gesto y acto seguido hizo algo que había estado esperando desde hacía mucho tiempo la oportunidad de hacer.

   “Después de más de 3 años de búsqueda exhaustiva, gracias a una denuncia anónima, por fin se capturó la noche del pasado jueves a Leonard DuRua, recaen sobre él más de 34 cargos por violación bajo influjo de narcóticos, además por poseción y distribución de pornografía infantil, además de que en su residencia se encontrarón más de 24 kilogramos de droga entre diferentes tipos, que se sospecha no sólo eran utilizadas para sedar a sus victimas sino también para la distribución.La policía no ha revelado aún más detalles acerca del progreso del caso pero sí ha revelado que definitivamente hay demasiadas pruebas en su contra como para que pueda salir con menos de 15 años...”Apagó el televisor al sentir aquel dolor de cabeza tan intenso, tal vez fuera un maleante pero después de todo era su hermano, desde pequeños había demostrado tener un carácter un tanto retorcido, pero cuando vino a vivir con él nunca supuso que algo como esto llegase a pasar, recordó lejanamente cuando vió por primera vez a uno de los chicos, de unos 15 años tal vez,  iba constantemente a la casa y pensó que era porque le apreciaba y que su hermano por fin se había convertido en un hombre de bien, pero lejos de eso aquella noche que había regresado temprano del trabajo descubrió de la manera más cruel lo que en verdad sucedía en la que antes hubiese sido su casa, ahora convertida en un lugar “sucio” y aunque fuese mayor en edad, la verdad es que por su físico su hermano siempre había hecho lo que quería y nunca había podido imponerse para detenerlo y ahora más que nunca eso pesaba en su conciencia.-Ahhh pero eso ha terminado...gracias a tí Ricky-kun- Suspiró mientras acariciaba la cabellera rubia del joven que descansaba en la cama de aquel hospital, gracias a sus influencias había podido conseguir que le pusiesen en un cuarto privado con un nombre falso para que la prensa no le molestara.-Así que se acabó....- Repitió Rick abriendo sus ojos castaños que brillaron con una claridad deslumbrante, impresionando a An quien de inmediato retiró su mano de la cabellera dorada aunque fue rápidamente atrapada por la suave mano del rubio.-Rick....¿cómo te sientes?- An estaba sorprendido porque no esperaba que el rubio se despertase y menos con aquella mirada tan seria y tranuila que ahora clavaba con total dedicación.

-Bien, mejor ahora que siento que estoy totalmente lúcido, por eso quería aprovechar la oportunidad  para disculparme por las cosas que hice antes…en realidad me sobrepase…lo siento- Todo dicho de manera tan seria que parecía cualquier persona menos aquel niño bonito tímido que An recordaba haber conocido en un principio.

-Si ya sabía que tú eras una buena persona, gracias por disculparte, aunque en verdad no fue nada tan grabe…-Sin siquiera entender el por qué pero An escuchó en su voz un dejo de tristeza, pero en verdad no entendía qué era.

-A pesar de todo, quiero reiterar que lo que dije respecto a mis sentimientos por ti no ha cambiado, y eso ya lo sabía cuando volví por la noche a casa de tu hermano, quería borrarte de mi mente, por eso volví, no podía comprender como podía sentir aquella atracción tan grande por una niña tan dulce y quería castigarme, por eso volví, pero mientras más lo pienso y entiendo que lo que quiero es poder contemplar tu belleza por el resto de días de mi vida…An….cásate conmigo- Aunque con un poco de dolor por lo reciente de los acontecimientos Rick logró sentarse para poder tener aún más cerca aquel bello rostro ahora confundido y un tanto contrariado.

-Yo…no…Ricky-kun…..- Reflexionó un poco y vio desconsoladamente como en los ojos de aquel rubio se dibujaba claramente la palabra “determinación” no se daría por vencido con un simple no, así que tendría que utilizar un método más directo. -¿te casarías conmigo sin importar que yo no fuera quien tu crees que soy?- Inquirió finalmente con un poco de esperanza de que se retractara, se sentía como si le hubiesen quitado todas las salidas y ahora no sabía que hacer.

-Supongo que mi propuesta de matrimonio fue demasiado para ti, en especial porque aparte de tu nombre y de que eres la criatura más bella del mundo, no sé nada de ti. Tranquila, no era en serio, al menos no por ahora, pero que te quede claro que no pienso salir de tu vida, porque si dices que no eres quien yo creo pues entonces tendré que conocerte como nadie más te conoce para que así no digas que no sé quien eres mi adorada An- Sonrió de manera adorable y soltó finalmente su mano, ahora estaba asombrada, así también se veía muy linda.

-Verás ese es uno de los errores, supongo que tendré que mostrarte para que de una vez por todas te convenzas de que no soy quien tu crees- Dicho esto se aseguró de que la puerta estuviera cerrada y apagó las luces dejando que sólo la luz de la luna iluminara tímidamente el cuarto, se colocó frente a Rick y comenzó a desabrochar su camisa.

-¿Qué haces An?- El rubio se espantó al ver como la morena se desprendía tímidamente de su camisa. -¿A caso estás loca que tratas de probar?- Volvió a preguntar forzándose a levantarse de la cama para poner fin a aquel espectáculo.

--Quiero que veas….necesito que veas por ti mismo que estás en un error- Diciendo esto último con un poco más de fuerza ya que Rick había logrado sujetar sus muñecas y ahora luchaba para impedirle que terminase de despojarse de la prenda, claro que impuso tanta fuerza en aquello que finalmente separó ambas manos y dejando al descubierto el torso desnudo de An.

-¿Pero qué rayos…?- Fue lo único que pudo articular, su torso era plano, no sólo no tenía busto, sino que parecía el pecho de un chico.

-Esto es lo que quería decirte desde un principio, mi nombre completo es Antuan, nunca me agradó por eso prefiero que la gente me diga An, el problema es que desde pequeño siempre he tenido esta apariencia delicada y a veces hasta femenina, por eso las personas siempre me confunden con una chica así que ya estoy acostumbrado, además de que en realidad soy el hermano mayor de Leonard aunque tampoco lo parezca…..por eso…-  Se detuvo un poco, la mirada atónita de Rick como tratando de digerir lo que acababa de escuchar era lo que An sabía que iba a suceder, siempre ocurría lo mismo, siempre que encontraba alguien que le juraba amor eterno al enterarse que en realidad era él y no ella, le dejaban de lado, le llamaban “fenómeno” detestaba esta parte, pero de todos modos ya estaba acostumbrad. –Por eso no importa si ya no me quieres como cuando pensabas que era un chica, ya estoy acostumbrado…por eso Ricky..-Antes de que pudiera concluir sintió un cálido abrazo que le sobrecogía el corazón.

-Tonto….¿pensaste que por esto yo iba a cambiar mis sentimientos? Eres un tonto….- El rubio se sentía tan feliz, su corazón suspiraba aliviado, en verdad esperaba escuchar algo peor, aunque claro que se llevó una gran sorpresa pero cinco segundos después estaba más que aliviado y ahora podía dejarse llevar por sus verdaderas emociones sin miedo a nada. –Ahora me gustas más que antes…..porque verás Antuan…yo soy gay- Le confesó muy despacio al oído sintiendo de inmediato la sorpresa del aludido y riendo al imaginar su expresión.

-Claro que aún no sé si tu lo eres- Lo dejó escapar un poco de aquel abrazo para poder mirar aquel pequeño rostro casi a punto de llorar.

-Yo sólo quiero a alguien a quien pueda confiarle mi corazón sin miedo a que me traicione o me juzgue- Fue la respuesta del moreno.

-Pues es tu noche de suerte, porque me jacto de ser ese tipo de persona…-Se acercó hasta poder rozar aquellos finos labios y murmuró a modo de promesa. –O cualquier tipo de persona que tu necesites, seré de ahora en adelante lo que tu necesites que sea, siempre y cuando pueda despertar el resto de los días de mi vida viendo tu hermosa figura en aquella ventana, eso es todo lo que quiero- Dicho eso, se reclinó finalmente sobre la boca del moreno iniciando un largo y apasionado beso que los arrastró a ambos hasta la cama donde durante el resto de la noche se juraron un profundo amor de la única manera en dos cuerpos ardientes podían hacerlo, terminando al amanecer abrazados de manera relajada, ambos con una dulce sonrisa al sentir los cálidos rayos del sol, sabían que ahora comenzarían a vivir un dulce sueño.

 Fin.   
Notas finales:

Yey.......ja ja ja cuántos de ustedes de verdad creyeron que An era chica? espero haber engañado al menos a uno!!! ja ja ja ja espero que le haya gustado y que sus críticas sean constructivas...por cierto muy pronto cap. nuevo de "Como las Olas del Mar" estén atentos!!

Matta ne!!!


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