Login
Amor Yaoi
Fanfics yaoi en español

Lüdí por Rael Amicsis

[Reviews - 0]   LISTA DE CAPITULOS
- Tamaño del texto +

2. Sandrock, la arenera.

-¿Qué...? ¿Qué está…? Yo no entiendo… Esto es una broma, estoy alucinando… no me siento bien…

Quatre se sentó en el césped apoyando su espalda en la fuente. La cabeza le daba vueltas, sentía que nada podía hacer, no podía despertar, no podía volver, no podía ni ponerse de pie. El sol sobre su cabeza era tan real como el joven frente a él que lo observaba detenidamente con un dejo de compasión y lástima.

-Le explicaré, joven Winner – WuFei se puso de rodillas junto al joven, e hizo un ademán, para que un par de sirvientes se acercaran a colocar una sombrilla sobre sus cabezas y una alfombra, en donde pusieron varias frutas y vegetales preparados de diferentes formas. – Mientras le explico, por favor, siéntase libre de comer lo que guste. Como podrá notar, nos rodean diferentes estatuas, representaciones de nuestros dioses que, combinando sus extraordinarias capacidades, han permitido nuestra existencia en este mundo… nos han enseñado a alimentarnos, a cómo obtener esos alimentos, a cómo convivir unos con otros, y con el resto de las criaturas con quienes compartimos en nuestro paso por esta vida… Entre todos ellos, está Sandrock, la arenera… fue una matriarca del desierto con la capacidad asombrosa de filtrar las insalubres aguas de los oasis. Con el pasar del tiempo, Sandrock descubrió que su capacidad había crecido, y pronto fue capaz de quitar las impurezas de los alimentos contaminados, y luego limpiar los corazones de los condenados por crímenes. Ella era jueza y verdugo… aunque limpiara sus corazones, no podía permitir que estuvieran libres de condena sólo por limpiar sus horrorosidades… - Quatre se había acomodado lo suficiente para poder comer lo que le habían ofrecido – ella se convirtió en un alma superior, capaz de todo eso y más… capaz de volver a nosotros cuantas veces fuera necesario, ya fuera en una criatura diferente a nosotros, o en una de otro mundo… pero nunca fue tan necesaria como ahora.

-¿A qué se refiere?

-Hay una filtración que proviene de alguno de los mundos a los que estamos unidos… una filtración que deja nuestra agua así, como la vio en un principio… nuestros campos ya se vieron afectados por esta filtración, hicimos todo lo que pudimos por revertir la situación, pero era demasiado…

Quatre observaba a su alrededor, y lo que veía era hermoso: mucho verde, paisajismo digno de palacios, lo que le decía y lo que veía, eran cosas muy diferentes.

-No veo nada de lo que me dice…

-Estamos en el templo… no verá nada de lo que le digo… cuando cruce sus puertas, verá de lo que hablo… Por ahora será mejor que descanse… por favor perdóneme por lo que le hice hacer, tenía que asegurarme de que era la criatura correcta…

-Que me dice del bosque… del bosque de donde me trajo.

-Es una ilusión.

 -No puede ser una ilusión, ¡se podía sentir todo en ese lugar! – Quatre estaba claramente asombrado. Se habían ocultado en las raíces de un árbol… eso era real.

-El bosque es una ilusión creada para protegernos. Los árboles si existen, pero no como usted cree. Si se siente mejor, me gustaría mostrarle algo.

WuFei se incorporó y ayudó a Quatre a ponerse de pie. Aún sentía las piernas débiles, y en un acto reflejo de aferró al brazo del joven, quién puso el cuerpo algo rígido ante el contacto. Claramente había quedado débil después de la prueba, por lo que el guarda ofreció su mano libre al joven para que se afirmara, y libero su brazo para afirmarlo contra su costado, por la cintura. Lo sentía tenso, y Quatre parecía algo incómodo. Y así, abrazado a su costado, ambos caminaron sobre el césped, dejando la fuente y las estatuas atrás, aproximándose a unas gigantescas puertas de granito blancas, que tenía talladas diferentes personas y criaturas. Cuatro personas se encargaron de abrir las puertas.

Una leve brisa levantó una nube de polvo que por momentos distrajo del horizonte que tenían frente a ellos.

El suelo estaba desnudo, sin césped ni hortalizas. Había pequeñas construcciones esparcidas en los alrededores, y zonas cubiertas con mallas negras como techumbres; y más allá, a lo lejos, lo que parecía un gran muro de troncos secos.

-¿Por qué hay un muro tan alto?

-Eso no es un muro, joven Winner… ese es el bosque. Los recovecos entre las raíces y los troncos son tan reales como usted y yo… mas la vegetación ya no existe… nuestra tecnología nos permite crear ilusiones que son capaces de engañar los sentidos, sobre todo a quienes no saben de ello.

-¿Y esa tecnología no les sirve para purificar el agua?

-Podemos hacerlo… pero de las impurezas físicas… lo que nos contamina en este momento es otra cosa, y sólo Sandrock puede hacerlo.

Las palabras de WuFei resonaban en su cabeza… el polvo se le acumulaba en la garganta y comenzaba a pesarle el cuerpo. Se sentía muy pesado, con muchas ganas de vomitar.

-No me siento bien… - susurró el joven apretando con fuerza la mano con la que el guarda tomaba la suya.

-Joven Winner… regresemos al templo, aún no es seguro para usted.

Ambos regresaron al interior, y al pasar unos minutos, Quatre comenzó a sentirse mucho mejor. Su cuerpo ya no estaba tan pesado, pero su estómago seguía mal.

-Aún siento mi estómago pesado…

-Debe descansar joven Winner… en este mundo, cada paso que usted de, es muy valioso… pero su cuerpo se tiene que acostumbrar.

WuFei llevó a Quatre a la habitación donde había despertado. Se respiraba tranquilidad y eso era justamente lo que necesitaba, para poder ordenar en su cabeza todo lo que estaba sucediendo en ese momento, pero su mente comenzó a nublarse.

 -Señor Chang… necesito ayuda…

WuFei lo aferró con fuerza y le ayudó a alcanzar la cama, luego vio que Quatre no lograba desabotonar sus ropas, por lo que le apartó las manos y comenzó a quitarle la camisa, descubriendo la pálida piel que había debajo. Estaba algo incómodo haciendo eso, pero el rostro azorado e ido de Quatre le hizo olvidar su incomodidad. Esos hermosos ojos cristalinos estaban lejos de ahí.

Lo recostó lentamente, le quitó el calzado y le desabrochó el pantalón, luego lo cubrió con las sábanas y bajo ellas, sólo al tacto, le quitó el resto de la vestimenta. Sin querer le rozó la tierna piel de su entrepierna con las duras telas de la ropa, y con ello a Quatre se le escapó un leve gemido… mas no hubo otro tipo de reacción.

WuFei pensó que el joven Winner le reprendería por ser tan torpe, o por ser tan irrespetuoso de su persona, pero sus ojos estaban mirando al techo. No reaccionaba, por lo menos no de forma consciente.

-¿Se siente bien, joven Winner? – WuFei intentaba captar su mirada, pero no lo lograba, estaba ido. Su primer contacto con ese mundo lo había agotado demasiado. Intentó llamar su atención nuevamente haciendo que su rostro volteara hacia él –Joven Winner, le puedo ayudar, sólo que necesito su consentimiento… no es fácil para mí, pero debo hacerlo…

 Quatre sentía el eco de una voz profunda muy lejos de él. Se sentía cubierto por una extraña pesadez, como si el aire fuera espeso y asfixiante. Podía sentir cierta calidez que rozaba su cuerpo y que comenzaba a apartar aquel espesor que lo tenía atrapado..

WuFei había apartado un poco las sábanas, lo suficiente para llegar a donde quería. Frotó sus manos para que estuvieran más tibias, y las acercó a la cabeza de Quatre, masajeándole las sienes, luego el cuello, bajando por la clavícula y su pecho, trazando círculos, mientras observaba una leve reacción en Quatre quién cerraba los ojos con un suave y lánguido parpadeo, haciendo que abriera levemente los labios.

El joven estaba nervioso, muy nervioso, y no sabía por qué. Esa criatura le hacía bajar la guardia de extraña manera, tanto así qu le costaba razonar fríamente. Sus manos temblaban levemente y sentía que la vergüenza le cubría el rostro pero debía seguir. Continuó masajeando su abdomen, y Quatre hizo un pequeño gesto en su rostro, delatando que quizás había ido demasiado lejos. Sus mejillas habían enrojecido levemente, y por fin logró articular una frase

-¿Qué estás… haciendo…? -su voz era suave y algo rasposa, como si le costara salir de su garganta.

-Refuerzo su aura, para que se acostumbre pronto al lugar… si sale del templo puede ser peor.

-No entiendo… ¡nh! –Quatre apenas cubría su boca con una de sus manos, mientras WuFei continuaba por los costados de sus piernas –Por favor, para.

WuFei se detuvo en seco pensando en que le había hecho algún daño… había estado tan concentrado en lo que hacía que no se dio cuenta de la reacción que había provocado en el joven Winner. Lo cubrió rápidamente y se apartó de la cama dándole la espalda.

-Lo siento… será mejor que descanse… después hablaremos.-tartamudeó mientras trataba de encontrar pie para salir de la habitación.

Quatre estaba avergonzado y no tenía fuerzas suficientes ni para girar su cuerpo y ocultar su vergüenza, y así se quedó hasta que sintió que podía incorporarse y vestirse nuevamente después de un par de horas.

Tomó unas ropas que había a los pies de su cama, y se encaminó hacia donde podría ser la salida.

¿Qué le había pasado? Su cuerpo había reaccionado sin querer… ni le interesaban los hombres, por lo que no entendía su reacción… aunque se había sentido demasiado bien… una sensación multiplicada por diez. No tenía cara para hablar con WuFei al respecto, y sin querer se lo encontró de pie al lado de la puerta, haciendo guardia.

WuFei rápidamente se arrodilló ante él, y agachó la cabeza.

 -¡Lo siento mucho joven Winner! No fue mi intención hacer lo que hice… ¡Le ruego me disculpe!

La primera reacción del joven fue tomar de su hombro y hacer que se levantara. Estaba claramente avergonzado, pero sin intensiones de esconderse.

-Por favor, no hagas eso… necesito saber… qué hiciste… -decía Quatre desviando un poco la mirada.

WuFei no podía evitar sentir amabilidad hacia el joven… sin querer le provocaba cosas que simplemente deseaba ignorar, ya que no podía involucrarse de ninguna manera con él. Ser indiferente con Quatre iba a ser muy difícil.

-Tomaremos el té en la sala de música. Allí le explicaré todo.

Caminaron a través de pasillos infinitos bellamente decorados con pilares y enredaderas. Los jardines estaban repletos de árboles frutales en donde sirvientes del templo recolectaban todo lo posible y lo separaban en diferentes canastas. Finalmente llegaron a una enorme habitación de techo muy alto, con varios instrumentos amontonados en un rincón y una pequeña mesa a ras de suelo. WuFei le hizo señas a Quatre para que tomara asiento mientras era servido un poco de té y postres.

-Me cuesta entender todo lo que está sucediendo…

-Joven Winner, primero debo disculparme… no ha sido la mejor de las bienvenidas… intentaré explicar todo lo que pueda… como le decía ya comprobamos que usted es una de las tantas encarnaciones de nuestra diosa Sandrock. Como tal, tiene sus capacidades… purificar, incluso el ambiente que le rodea… fuera del templo aún es muy peligroso para usted. Seguramente absorbió las malas vibraciones del ambiente… nuestra gente no es malvada, pero sí están tristes y preocupados por todo lo que está ocurriendo. Estamos perdiendo ciudadanos por enfermedades ya que no se alimentan bien, y las mismas aguas nos están matando. Yo me mantengo bien debido a que tengo una gran resistencia otorgada por los dioses… además de manipular mi aura y la de otros seres vivos, hasta cierto punto… -WuFei se mostró algo avergonzado y quedó pensativo por unos minutos- Yo… lo que hice fue… reforzar un poco su aura… con solo asomarse fuera del templo purificó una gran área sin darse cuenta, pero lo mismo lo deja demasiado... sensible… -Quatre recordó las sensaciones que le provocó el joven, y se sonrojó notoriamente- usted posee una sensibilidad muy elevada, y al purificar su sensibilidad aumenta – rápidamente WuFei se inclinó ante él haciendo una reverencia hasta el suelo- ¡Lamento mucho haberlo avergonzado! ¡Mi intensión fue la de ayudarle y nada más! ¡¡Lo siento mucho!!

Quatre estaba evidentemente avergonzado… nada lo había preparado para algo así… finalmente comprendía muchas cosas.


Si quieres dejar un comentario al autor debes login (registrase).