Tuve una infancia algo difícil, en la que durante los momentos más duros de mi vida quise dejar las cosas atrás y terminar con todo lo que me atormentaba, pero poco a poco, con la ayuda de uno que otro amigo (los cuales poco a poco se fueron haciendo más escasos hasta llegar al punto de solo tener dos) pude seguir adelante.
Desde niño siempre quise ser médico, ya que me llamaba la atención el tema de la medicina forense, pero esto no lo pude estudiar, debido a mi posición en la sociedad como Omega, puesto que estaba mal visto, esa era una profesión para Alfas y uno que otro Beta, el Omega que llegaba a estudiar dicha profesión era porque tenía muy buenos contactos y mucho dinero con el cual poder pagar el favor.
Cuando cumplí 16 años decidí irme por el lado de la enfermería, para especializarme en el área de maternidad y neonatos, pues debido a el estrés que sufren los Omegas al momento de dar a luz, los alfas están prohibidos, a menos de que sea necesario llevar a cabo otro procedimiento para el parto, como en los casos de cesáreas. En cuanto a los bebés, en el momento en que nacen deben ser alejados de sus madres por al menos dos días, primero, para que estas puedan descansar y segundo, para evitar una depresión post parto. Porqué se hacía así, era algo que solo los médicos sabían.
Pero al salir de la escuela las cosas no ocurrieron como yo lo esperaba y termine dándome un duro golpe con la realidad, puesto que las cosas no eran tan fáciles como yo lo creía, el poder acceder a una educación superior era difícil para una persona de recursos económicos medios.
Al final el decidirme por estudiar algo me fue difícil, pues para lo que tenía dinero no me gustaba. Entonces me decidí por trabajar, pero eso tampoco era fácil, pues el acoso laboral en los días previos a el celo eran uno de los motivos más denunciados por parte de los trabajadores Omega pero no eran protegidos por la ley. En cuanto a los supresores, estos eran dados por el gobierno y solo servían durante el celo y no previo a éste, ya que eran bastante costosos.
Cuando cumplí 20 años tuve que irme de mi casa y me hospedé en una casa donde solo vivíamos Omegas y una beta, a la que por cierto no le caía muy bien, pero me quedé sin empleo y las cosas se pusieron algo difíciles para mí, dos meses después de estar desempleado conseguí algo casi imposible, algo que cambió mi vida, pues este trabajo no era como cualquier otro. A mis 22 años conseguí entrar a trabajar en el aeropuerto, un lugar en el que cualquier Omega querría trabajar a pesar de estar constantemente entre Alfas.
¿Por qué? Bueno, no solo era por el estricto control que había de manera interna en cuanto a las relaciones interpersonales, pues a pesar de que legalmente el denunciar el acoso no era válido, de manera interna si era una causal de despido, debido al alto riesgo que se manejaba en un lugar como ése no se podía permitir el cometer una falla por mínima que fuera, podría ser desde dejar una maleta o sobre volar una de más, hasta hacer caer un avión o volar el aeropuerto al momento cargar el combustible de los aviones. El motivo más importante era la especial atención que se tenían hacia el celo de los Omegas.
Para los días previos al celo y durante éste (lo cual duraba aproximadamente una semana cada tres meses), se nos apartaba a una zona en la que solo estaban Omegas (por lo generalera la zona de carga o de alimentos) y se nos daba de manera gratuita los supresores pre-celo, los cuales tenían un control bastante estricto debido a su valor comercial, pero lo importante para mí era que podría obtenerlos gratis y no sufriría tanto esos días. Fuera de estos días podría realizar mi trabajo de manera normal, recepción de vuelos, atención a pasajeros y tripulación.
Al segundo mes de estar en éste lugar lo conocí a él. Fue para el 11 de mayo, en el que me pidieron recibir un vuelo internacional proveniente de Francia, donde lo vi de reojo salir algo apresurado entre los pasajeros, eso fue algo extraño para mí, puesto que la tripulación es la última en bajar, pero no fue eso lo que me llamo la atención, sino su extraña apariencia y el inexistente olor que había en él al momento de pasar a mi lado.
Cuando fue a salir el avión nuevamente, tuve la oportunidad de hacer un cambio con una compañera Beta, obviamente con autorización de nuestro supervisor, todo esto con mi falsa excusa de tener una información pendiente que entregar a la líder de las auxiliares del vuelo, que me había solicitado al momento del desembarque.
Mi objetivo no solo era el poder verlo nuevamente y poderlo detallar aún mejor, tambéis era el poder ver la información del vuelo y entre esto, los datos de la tripulación, podría ver su nombre, fecha de nacimiento, posición social, cargo en el vuelo y su nacionalidad. Me sentí algo acosador en ése momento, pero lo valía con tal de saber un poco más de él. No fue difícil encontrar sus datos al mirar los datos del resto de la tripulación, pues todos eran franceses a excepción de uno.
‘‘Akira Suzuki | 1981/05/27 | Alfa | Piloto | Japonés’’
Fue todo lo que mi mente necesito para ponerle un nombre al hombre que sería el protagonista de mis más locas fantasías por los próximos dos meses.