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La esperanza de amar por darkwinter

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Notas del capitulo:

Aqui Hao tendra en apellido Douji como en el manga en su primera vida.

La pelea estaba a punto de comenzar se dirigió al cuadrilátero con su expresión indiferente mirando ocasionalmente a los lados esperando verlo entre el público, subió al cuadrilátero, su oponente ya lo estaba esperando, escucho la reja cerrarse detrás de si y la campana sonar dando inicio al combate, esquivando y bloqueando los golpes y patadas hasta el momento justo para contratacar y cuando llego mando a su oponente al piso propinándole golpes  hasta dejarlo aturdido, la brutalidad estaba permitida por algo eran peleas clandestinas, el réferi entro a la arena tomándolo del brazo derecho alzándolo en victoria, Hao el espíritu de fuego fue al campeón de esa noche ,el público gritaba extasiada, volvió a repasarla con la mirada  y hay estaba aquel muchacho que había llamado su atención desde la primera vez que lo vio entre el público, su chaqueta de manga corta color rojo lo hacía resaltar entre el público, siempre encapuchado a cierta distancia de la arena, había preguntado y solo se aparecía hay  los sábados cuando habían luchas, a diferencia del resto de espectadores él era callado siempre viéndolo. Giro la cabeza mirándolo más detenidamente, cuando su mirada se cruzó con la suya, muchacho bajo la cabeza desviando la mirada, en más de una ocasión había querido hablar con él, preguntarle su nombre algo por el estilo, pero siempre al salir de los camerinos y buscarlo él ya se había ido y esta ocasión no fue la excepción. Salió del lugar poniéndose su chaqueta, las noches empezaban a volverse frías, camino por el extenso callejón hasta salir a la calle siguiendo su camino adentrándose en el parque, la tranquila noche volvían en parque un lugar de paz, algo que disfrutaba, de pronto, su atención fue llamada por una misteriosa figura acostada sobre un montón de hojas, al prestarle más atención se llevó la sorpresa de ser aquel chico de chaqueta roja, curioso de saber qué hacía hay fue a él, estaba dormido a pesar del frio, decidió despertarlo sacudiéndolo del hombro, despertó sobresaltado pero al momento de verlo se calmó.

-¿Qué haces aquí dormido?- le pregunto a lo que el chico bajo la mirada.

-Yo…no tengo a donde ir-respondió tímidamente, Hao lo miro por unos momentos en silencio.

-¿Tu nombre?- el chico alzo la mirada sorprendido.

-Yoh Asakura- respondió con más confianza

-Bueno Yoh, levante y ven conmigo- dio media vuelta comenzando a caminar, Yoh aún seguía en el suelo, Hao volteo haciéndole una señal para que lo siguiera entonces se levantó y corrió para alcanzarlo. Ninguno dijo nada durante su trayecto, llegaron a un pequeño edificio de departamentos, Hao abrió el suyo adentrándose encendiendo las luces, Yoh un poco antes de entrar, cerró la puerta y se adentró, el departamento era pequeño contando con la cocina cercas de lo que sería la habitación separada por una pared y a la derecha se encontraba el baño, Hao estaba en la cocina revisando las estanterías y el refrigerador.

-Solo te puedo ofrecer cereal y un paquete de galletas- el pelicorto asintió, se sentó en la mesa mientras le pasaban la leche y la caja de cereal, abrió el paquete de galletas y al comerlas no pudo disimular el gusto y alivio al comerlas, le sabían a gloria, Hao noto la expresión sintiendo gusto también, al terminar las galletas siguió con el cereal, disfrutándola como si fuera el platillo más delicioso del mundo.

-Si gustas puedes bañarte, buscare algo de tu talla y preparare un lugar para que duermas- ante esto Yoh dejo el cereal con una interrogante en su rostro.

-¿Por…que me ayudas?-pregunto algo preocupado.

-Por qué hace muchos años estuve en tus zapatos-fue lo único que respondió dirigiendo al cuarto.

-Espera tu nombre…aun no lo sé- se levantó de la mesa estando a centímetros de su espalda.

-Hao Douji-con esto se adentró en el cuarto.

Yoh disfrutaba del agua caliente antes de salir de la ducha, con una toalla envuelta alrededor de su cintura y con otra secando su cabello fue al cuarto encontrado una colchoneta y sabanas en el piso a lado de la cama, así como ropa, el pelilargo veía su celular sin prestarle atención aparentemente.

-Siempre que eran mis peleas aparecías, ¿eres mi fan o algo por el estilo? – las mejillas de Yoh se tiñeron de rojo ocultado su cara para no ser descubierto.

-Algo por el estilo-dijo poniendo los pantalones.

-No pareces del tipo que le gustan las peleas clandestinas.

-Bueno, no me gusta la brutalidad, pero puede haber excepciones.

-Hmm, bien me voy a bañar.

Hao se levantó desvistiéndose enfrente de Yoh quien de nueva cuanta se sonrojo al ver lo bien formado abdomen del pelilargo, quedando solo en boxers se dirigió al baño. Yoh no podía creer de todas formas en las que podría haber conocido más a Hao fuera esta, desde ese día hace 7 semanas aguardaba por los sábados para volverlo a ver.

Ese sábado llovía a cantaros, corría tratando de encontrar refugio, entonces en ese callejón vio a un hombre acercarse a una puerta tocando dos veces, la rejilla de la puerta se abrió y el hombre se acercó más.

-Caverna infernal- aun cuando fue un susurro Yoh pudo escucharlo, la puerta se abrió dejando entrar al hombre, su curiosidad y el estar se mojando incitaron al joven a ir, imitando al hombre la rejilla de la puerta se abrió.

- Clave- pidió una voz joven al otro lado de la puerta, al decir lo que escucho la puerta se abrió permitiéndole entrar siendo recibido por tenues luces, era un lugar bastante amplio, bajando unas escaleras llego a algo parecido a un gran salón solo iluminado por unas cuantas luces, casi a oscuras , la única luz más brillante se encontraba sobre un cuadrilátero enrejado donde dos hombres peleaban sin contenerse en sus golpes manchando la arena de sangre y sudor hasta que uno de los dos gano, el pelicorto al sentirse fuera de lugar y un tanto disgustado estuvo a punto de marcharse y como si sus ojos se hubieras sentido atraídos como un imán lo vio, ese luchador cuya rostro era inexpresivo, subió al cuadrilátero y luego su rival, no sabe por qué pero se quedó a presenciar la pelea, fue brutal, sin embargo con su rival tirado contra la reja el réferi lo declaro ganador del encuentro escuchando su sobrenombre “espíritu de fuego”.

-Eto, ¿cada cuando son las peleas? -se dirigió a quien vigilaba la puerta.

-Todos los sábados a partir de las 7.

-Y ¿las del espíritu del fuego?

-A las 8

Respondió sin mostrar mucho interés, desde ese día venia puntualmente, no sabia que fue lo que le atrajo de él, su semblante imponente, su cuerpo bien entrenado cual al finalizar una pelea terminada sudoroso, no lo sabe con exactitud, pero una cosa si sabia y fue que no podía dejar de pensar en él, se sentía el tiempo pasar lento hasta el siguiente sábado, incluso deseo que los encuentros duraran más, acaso ¿le gusta?, quería acercársele, tan solo una vez, sin embargo, ante sus ojos lucia como alguien a quien no debes enfadar, no podía ir y decirle sus posibles sentimientos, ya lo imaginaba viéndolo con asco, incluso empujándolo mandándolo al piso, no, solo podía conformarse con verlo luchar. Esa noche, paso algo jamás esperado, cruzo miradas con él, sintió su corazón latir con tanta fuerza y de la pena bajo la mirada, en ese momento bien pudo sonreírle o levantarle el pulgar, se arrepintió después, esa pudo ser una buena oportunidad de iniciar tan siquiera una charla, salió de ahí comenzando su búsqueda por algo para cenar y un sitio para dormir, aprendió a la mala a no dormir en un sitio fijo, después de buscar en algunos basureros y no tener suerte se resigno a solo dormir igual a ocasiones pasadas, fue al parque juntado las hojas caídas volviéndolas una cama, ya había dormido en sitios más incomodos y el frio no le afectaba tanto y se recostó dejándose atrapar por el cansancio no sin antes pensar en él, de repente, sintió ser sacudido despertando rápidamente, temía que fuera algún agresor y  al verlo sintió calma al mismo tiempo sorpresa, los dioses escucharon uno de sus deseos y ahora se hallaba en su departamento bajo en mismo techo junto con él, con Hao.

-Mañana lavare tu ropa si no te importa-dijo saliendo del baño secándose el cabello dejando pasmado a Yoh iba desnudo.

-¿Qué sucede?-noto la reacción de Yoh quien se puso nervioso.

-Es que siento que invado tu privacidad-respondió tratando de sonar lo más calmado posible.

-No te preocupes, los somos hombres después de todo-termino de secarse el cabello acercándose al muebla al pie de su cama revolviendo los cajones, Yoh trataba no seguir mirando viéndose obligado a meterse bajo las sabanas de una vez.

-Buenas noches-Hao apago la luz entrado a su cama.

-Buenas noches-Yoh tenía las manos contra el pecho, su corazón podría salirse en cualquier momento.

Su alarma sonó, se apresuro en apagarla para evitar despertarlo, por lo que parecía era de sueño pesado, se levanto tratando de hacer el menor ruido posible, se vistió y fue por la ropa de Yoh, salió al pequeño balcón trasero donde tenia la lavadora, revisaba los bolsillos para revisar de la chaqueta encontrando una foto doblada, al abrirla en ella estaba Yoh tal vez a sus diez con sus padres, Hao al terminar de echarla entro y dejo la foto a lado de la colchoneta


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