Cuanto te herí.
Deku...
Soy un imbécil, un idiota egocéntrico que nunca supo ver a tiempo cuánto daño te había hecho, ni lo roto que estabas. Solo me entere en aquel momento que lo gritaste, tan alto y fuerte para que alguien como yo fuera capaz de escucharlo.
-Kacchan, ¡ya basta!, solo, solo cállate y detén esto de una vez.
-Maldito Deku, quien te crees para decir es...
-Te dije que basta Kacchan, y escúchame bien, yo, yo ya no puedo; no de esta forma no contigo, ¡¿no te das cuenta de nuestra posición?! , ¡¿No ves el daño que me haces?! , ¡¿No ves lo mucho que deseo estar a tu lado?! Pero no así... tal vez para ti no haya sido de gran importancia ese beso pero para mí sí que lo fue.
-Oye Nerd...
-Solo detenlo Kacchan... por favor
-Detener, ¿qué?
-Mi ilusión, mi corazón...has que pare ahora mismo, porque duele, tanto...
Necesitado, desesperado y doloroso, así se sintió aquel repentino llamado que hiciste a mi ser sordo y ciego, tanto así que pude sentirlo vibrar por mi propia garganta, desgarrándola.
Tu voz, quebrándose en mil pedazos, parecía que en cualquier momento iba a desvanecerse en el viento a la par que gruesas lágrimas recorrían un camino desde tus ojos, arrastrándose por la longitud de tu rostro para caer en caída libre hasta el piso.
Pero también me entere de la oscura y penosa realidad que nos rodeaba; de la profunda herida que deje en tu corazón aquel día que sin razón alguna te bese, de aquellas noches en las que no podía dormir al pensar en que la había cagado, de aquella mirada triste que me dedicabas al notar que estaba evitándote, y también de recordar con inmenso detalle esa noche, de cómo te había acorralado en el patio detrás de los dormitorios en el cual cada noche salías a entrenar, y sin pensarlo lo había vuelto hacer, volví a robarte el aliento con un agresivo beso, aun a pesar de tus reclamos e ignorar mi increíble plan para terminar con este juego entre los dos.
De lo mucho que llegue a amarte sin siquiera yo estar enterado o querer aceptarlo.
Pues tenía miedo, un miedo enorme e irracional a tu figura, a tu determinación y a ese ingenuo deseo de querer ayudar a todo el mundo; y no podía entender como teniendo un cuerpo tan frágil y débil seguía temiéndote, como seguías alcanzándome siempre, mirando al frente pero nunca dejándome atrás para estar a mi lado.
Sentía un incontable rencor hacia ti, como si te burlaras en mi propia cara dejándome con un imbécil, aunque sí lo era
Un rencor que tras esa pelea en la que dejamos nuestros sentimientos a flote, me hiciste ver mis errores y hacerme sentir como un idiota insensible; se fue borrando para abrir paso a una nueva serie de sensaciones que no comprendía, me enfurecían, y me daban ganas de ir hacia ti, tirarte al piso para darte una buena paliza, pero al ver tu mirada me entraba el deseo, el profundo apetito de devorar tus labios una y otra vez.
De solo imaginar ese tipo de situaciones, el ambiente a mí alrededor se volvía pesado y bochornoso, mi rostro se sonrojaba y mi cuerpo era abrumado por el efecto que provocaba tu imagen.
-De acuerdo
-Eh?
-Está bien, lo detendré.
-¿E-eh?
-Dije que lo haré ¿sí? Detendré ese estúpido dolor tuyo y lo reemplazare
-Kacc-Kacchan, tus ojos...
-Aaaah solo cierra esa boca tuya mierda...lo siento Deku, juro, juro que eliminare ese estúpido corazón roto tuyo, lo hare pedazos, para darte el mío, solo perdóname...
-Kacchan...n-no llores...
En ese momento, tras esa disculpa, tras ese llanto desconsolado de ambos; compartimos un sentimiento y una promesa.
Y hoy, tan increíble como absurdo nos encontramos los dos, dejando todo atrás para darle paso a este sentimiento que fue creciendo sin poder detenerlo mientras crecíamos.
La culpa me carcomía cada vez que miraba tus ojos, con esa sonrisa radiante y sin preocupaciones que me hacía creer que todo estaba bien, aunque no era así porque, la verdad es que ambos seguíamos heridos.
Dos corazones desconsolados, un palpitar al unísono que con todo el deseo de su sentir hacia lo que estaba en su poder para intentar sanar todas las cicatrices que fuimos dejándonos mutuamente; aunque eso significase tener que cargar con este vacío dolor y remordimiento por el resto de nuestras vidas.
Pero siempre mirando más allá, hacia el futuro; aquel futuro en el que ambos pudiésemos por fin estar en paz con nosotros mismos y nuestro sentir.
Porque daría todo por tu completo perdón.
Porque haría lo imposible por tu felicidad.
Porque si pudiera regresaría el tiempo para evitar estas cicatrices
Porque esa sonrisa tuya, me da fuerza.
Porque a pesar de todo siempre serás mi debilidad.