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La historia no contada (Reboot) por lizergchan

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Disclaimer: Los personajes de Harry Potter no me pertenecen, sino a su autora J. K. Rowling, este fic lo hice sólo y únicamente como diversión.

Parejas: SiriusxOC, Harryx¿? (por el momento)

Aclaraciones y Advertencia: Este fic es YAOI (lo siento, pero no me gusta el hetero), semi AU, Lemon, fantasía, gore, tortura y lo que se me vaya ocurriendo, kesesesese.

 

 

 

Nota importante: Pues he estado releyendo la historia y me di cuenta de los ENORMES agujeros argumentales que hay y lo forzado de algunos eventos, por eso decidí que lo mejor sería reescribir el fic.

 

 

OoOoOoOoOoOoOoOoOoOoOoOoOoO

 

 

 

La historia no contada

 

 

Capítulo 01.- El nuevo príncipe

 

 

 

 

La guerra en la Inglaterra mágica había dejado bastantes pérdidas; cientos de familias rotas y huérfanos. Vidas que jamás se recuperaría, todo por un individuo con ideas retrógradas.

 

Albus Dumbledore, mago reconocido, director de Hogwarts y líder de la orden del Fénix. Se encontraba en su oficina, en el colegio. La reciente guerra le había dejado grandes bajas, pero al menos ganaron. El desenlace del conflicto fue causado por el pequeño Harry Potter, hijo de Lily y James Potter, quienes fallecieron a manos del Lord oscuro, ahora el menor se encontraba bajo la custodia de sus parientes muggles.

 

El viejo mago cerró los ojos; estaba exhausto. Quería dormir. La tranquilidad de su despacho poco a poco comenzaba a arrullarlo.

 

La puerta se abrió de golpe; un hombre de tez morena y ojos rojos entró furibundo; sus exóticas ropas contrastando con las túnicas acostumbradas en los magos europeos, en su lugar, usaba una larga capa de manta con intrincados diseños mexicas tejidos en hilo de oro y plumas multicolores. Sobre su cabeza, un tocado de plumas de ricos colores, sus brazos estaban adornados con brazaletes de jade, oro y piedras preciosas. Era escoltado por cuatro hombres de rostros pintados que los hacían lucir como calaveras diabólicas.

 

—Dumbledore —dijo el hombre de ojos rubí con voz firme y cargada de enojo. —¿Dónde está Sirius? Exijo saber el paradero de mi consorte.

 

El viejo director cerró los ojos y expulsó el aire que no sabía que estaba conteniendo. Tollani Yaxkin Quetzalcóatl, rey de Tollan, un país que era la contra parte de México muggle, pero que, a diferencia de éste, contaba con un gran poder y prestigio. Su actual monarca había estudiado en Hogwarts tiempo atrás.

 

—Es algo complicado de explicar, muchacho —el extranjero frunció el ceño, sus ojos de rojo natural brillaron dándole un aspecto demoníaco.

—Déjennos —ordenó y al instante su escolta abandonó la habitación cerrando la puerta en el proceso. El director estaba seguro que aquellos magos no habían ido muy lejos. —¿Dónde están mi esposo y mis amigos?

 

Dumbledore guardo silencio por unos segundos antes de relatar lo acontecido. Con cada explicación, el humor del extranjero iba empeorando.

 

—Sirius no hizo el encantamiento Fidelius, Dumbledore. Tú lo sabes bien y tampoco mataría sin que su vida o la de sus seres queridos estuviera en peligro.

—Temo decirte que es cierto, muchacho; Sirius… —el director se quedó callado, la mirada de ese hombre le perturbaba.

—Así que decidieron pasar por encima su inmunidad política y aún más, por su derecho a un juicio justo y enviarlo a Azkaban sin más.

 

Dumbledore no sabía qué decir; tener a Tonalli como enemigo en esos momentos era lo último que él o el Ministerio necesitaban.

 

—Algo así es motivo suficiente para que yo tome acciones militares —el viejo mago abrió la boca para refutar, pero el hombre se lo impidió. —Voy a darles una oportunidad, Dumbledore. Exijo que se le haga un juicio a Sirius, está vez con sus abogados y conmigo presentes.

—Está bien muchacho, veré qué puedo hacer.

—No Albus, no quiero que lo intentes, quiero que se haga.

 

El extranjero se giró sobre sus talones con la elegancia de un rey y se marchó dejando solo al director. Dumbledore no estaba para nada contento; sabía, que de no hacer lo que Tonalli le exigía, todos sus planes se verían afectados, bueno, aún más que ahora, con la intervención del monarca de Tollan.

 

 

El juicio de Sirius se llevó acabo el siguiente día. Fue una sección acalorada, pero al final, los abogados de Black habían logrado demostrar su inocencia en todo el asunto y fue exonerado de todos los cargos, además de que el Ministerio debía pagar una enorme indemnización por daños a su persona, que él decidió donar para ayudar a los niños que hubiesen quedado huérfanos a causa de la guerra.

 

Sirius despertó sobresaltado; las pesadillas de los pocos días que pasó en Azkaban le habían dejado factura. Miró a su alrededor. Suspiró. Ya no estaba en prisión. Trató de levantarse, pero una fuerte mano lo detuvo.

 

—Tollani —susurró Sirius antes de lanzarse al hombre, refugiándose entre sus brazos. ¿Cuánto había anhelado estar así con él, con su esposo y con…? —¡Iktan! —exclamó el animago separándose bruscamente —¿Dónde está Iktan?, ¿dónde está mi hijo?

 

—Tranquilizante Sirius. Iktan está bien —le aseguró con parsimonia. —Xóchitl lo está cuidando. Todo está bien.

 

Pasó un rato hasta que Black se relajó.

 

—Tenías razón —susurró Sirius después de un rato de silencio —. Nadie recuerda. Todos creen que él es nuestro enemigo —Tonalli asintió con la cabeza —. ¿Qué pasó con ellos?

—Harry está con esos muggles familiares de Lily, pero no por mucho —le aseguró con firmeza. —Lily y James… bueno, te explicaré los detalles en cuanto estemos en Tollan; no quiero correr riesgos y que puedan estar escuchándonos.

—Eso espero. No quiero que mi ahijado pase un minuto más con esas horribles personas. ¡Odian la magia! —hizo intento de levantarse, pero su esposo se lo impidió.

—Tranquilo. Xareni se está haciendo cargo de eso.

—No quiero que la loca y xenófoba de tu tía se acerque a Harry —dijo enojado —. Somos sus padrinos y debemos encargarnos nosotros.

—Y lo haremos. En cuanto los sanadores lo indiquen —Sirius frunció ceño. Tonalli suspiró; conocía bien aquella mueca y sabía que no podría controlar por mucho a su pareja. —Los llamaré. Si dan su aprobación, iremos hoy mismo por Harry.

 

Sirius quería refutar, pero sabía bien cuándo podía hacer cambiar de opinión a Tonalli y ese no era el momento.

Fue alrededor de dos semanas lo que demoraron para poder obtener la custodia de Harry. Black habría deseado que su esposo usara sus influencias para acelerar las cosas, pero comprendía —a pesar de cuánto le gritó e intentó hechizarlo—, que debían mantener el perfil bajo; no sería bueno que su enemigo supiera que ellos habían logrado escapar de sus maquinaciones.

 

Sirius observó a Dumbledore; se encontraban en la embajada de Tollan, el país que ahora consideraba su verdadera patria. Él y su esposo estaban furiosos, pero lograban disimularlo bien (no querían que el verdadero enemigo supiera que ellos sabían la verdad). Sonrió lo mejor que pudo.

 

—Dumbledore —habló Sirius sabiendo que Tonalli no lo haría; después de todo era él a quién James y Lily nombraron como padrino de su hijo —. Regresaremos a Tollan y nos llevaremos a Harry.

—Y no te preocupes, Yoltic e Iktan asistirán a Hogwarts, tal y cómo James y Sirius se juraron.

 

El viejo director asintió con la cabeza; en ese momento era lo mejor para Harry, después de todo, que Voldemord ya no estuviera no garantizaba la seguridad del niño.

 

 

 

 

El regreso a Tollan sucedió dos días después de la reunión con Dumbledore. Sirius se sentía agradecido de regresar a casa, con su hijo; el pueblo los recibió con regocijo; Black no podía evitar sentirse sobrecogido, él, un extranjero, un chontali, era más aceptado ahí que en su país natal. Ojalá Harry fuese acogido de igual modo.

 

Sirius se detuvo frente a las enormes puertas que lo separaban de su hijo, su bebé, aquel que dejó para asistir en un conflicto que ya no le era de su incumbencia. Cuán arrepentido estaba.

Suspiró pesadamente; entró despacio a la habitación, un grito infantil lo puso sobre aviso. Sonrió cuando una diminuta persona se abrazaba a sus piernas. Un par de ojos parecidos a los suyos lo miraban con la inocencia característica de un niño.

 

—Pa —dijo el pequeño de casi dos años. Sirius sintió que todo el sufrimiento y sinsabores que sufrió en Inglaterra bien valieron la pena al estar de nuevo con su pequeño futuro rey, como solía llamar a su hijo.

—Iktan.

—Tiachcauhtli —dijo una pequeña de cinco años. Citlalli la hermana menor de Tonalli. Sirius amaba mucho a la niña, era como una hija para él; su padre gestante había muerto durante el parto y su otro padre había sido asesinado por uno de sus hijos mayores, en pleno desafío por el trono. —¿Qué es eso? —cuestionó la princesa señalando el bulto cubierto por mantas que el animago traía entre brazos.

 

La pregunta había logrado sacar a Sirius de sus recuerdos, de esos angustiantes momentos en donde la vida de Tonalli corrió tanto peligro.

 

—Su nombre es Yotlic —la niña le miró; su semblante serio, tan antinatural en alguien de tan corta edad, pero Sirius no se sorprendió, seguramente los dioses se estaban comunicando con ella.

—Le han salvado de una infancia triste. Él será un líder; traerá paz a un reino que le alabará y odiará con la misma facilidad. Unirá al león y a la serpiente. Será la justicia —la voz de la niña era como una combinación de cientos más. —Más hay una advertencia; él… —su trance se vio interrumpido por los fuertes gritos que venían de afuera.

 

 

 

Tonalli se había topado con su consejero, al menos con uno de ellos; su nombre era Axayácatl, un anciano, tan terco como sabio; originalmente había estado al servicio del antiguo Tlatoani, un hombre tradicionalista, pero en extremo leal.

 

El viejo era de baja estatura, delgado —aunque en su juventud, había sido un hombre alto y fornido—, y un poco encorvado a causa de su edad, llevaba un Maxtl con intrincados bordados en hijo de oro, además de un Tilma de vivos colores, sus pies estaba enfundados en sandalias. Joyas y plumas completaban su atuendo y mostraban su estatus. Tenía la piel morena, de un tono bronce, su rostro redondo, su nariz chata y ancha. Su piel arrugada; ciego de un ojo; Axayácatl contaba ya con casi noventa años, pero era más dinámico y lucido que la mayoría de las personas que apenas estaban en sus treintas. Usaba un bastó de oro con piedras preciosas, más como ornamento decorativo

 

—¡Mi señor, no podemos permitir tal afrenta! —exclamó Axayácatl. Él quería que se hubieran repercusiones contra Inglaterra por la injusticia cometida en contra del rey consorte; tal vez no apreciaba a Sirius, al ser extranjero, pero, seguía siendo parte de la familia real y cualquier afrenta a él, era como si se la hicieran al mismo Tollan.

—Y no lo haremos —aseguró Tonalli —, pero no voy a llevarnos a una guerra a ciegas.

 

El anciano guardó silencio; apretó su bastón. Comprendía a su Señor, pero, aun así, creía que esos barbaros.

 

La conversación se vio interrumpida por Sirius, quien había salido de la habitación cargando a su hijo y a Harry, la niña se encontraba de pie, a su lado.

 

—¿Qué es todo este escándalo? —dijo Black frunciendo el ceño. Axayácatl hizo una reverencia ante él.

—Mil disculpas, Amehuatzin Cuetlachtli —habló el anciano: posó su atención en el otro niño que el esposo de su Tlatoani cargaba. Era de una edad similar a la de su príncipe, tal vez unos meses más joven. No se parecía a ninguno de sus señores, ¿qué hacía entonces en el palacio?

—Será un nuevo príncipe —dijo Citlalli adivinando los pensamientos del viejo consejero.

—Has los preparativos para que el pueblo haga lo necesario para que el pueblo le dé la bienvenida a su nuevo príncipe.

 

La familia real entró nuevamente a la habitación sin darle oportunidad al anciano consejero de decir o hacer algo.

 

Axayácatl suspiró con cansancio; ya tendría tiempo de sermonear a su Tlatoani después, por el momento tendría que hacer lo que le fue ordenado.

 

 

Continuará…

 

 

….

 

 

Yoltic: Significa “El que sobrevivió”

Maxtl: Taparrabos.

Tiachcauhtli: hermano mayor

Tilma: Es una especie de capa.

Amehuatzin: Majestad, su señoria.

Chontalli:Extranjero.

Cuetlachtli: Significa Lobo, me parecía bien para Sirius.

 


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