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Mi hermanastro por La_Oscura_Reina_Angel

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Notas del fanfic:

Soy yo la misma The Dark Queen Angel, ahora con nueva cuenta pues la anterior no fue solo jaqueada si no al pareser borada, pero yo soy cabesadura y no se rendirme asi que nuevo emeil, nueva cuenta y a la carga de nuevo.

No es mentire, no es nada facil esto llore, patalee y me senti sumamente mal, ahora intento volver pero sin su apoyo no lo lograre pro favor se los ruego apoyenmen o me rendire.

Si alguien quiere volver a añadirme mi nuevo messenger es the_dark_queen_angel@hotmail.com

Notas del capitulo: Bueno aqui volviendo a subir Mi hermanastro el primer fic de la serie Lagrima de los angeles que se componia asta el momento de Mi hermanastro, La Pasion de ella y Verdades ocultas ^^
 

Mi hermanastro

Resumen: Su hermanastro lo violó cuando tenia 13 años. 3 años después, tras la muerte de su madre y su padrastro, la custodia de David a quedado en manos de su hermanastro Eddiel, para absoluto terror del joven... ¿Ahora que pasará?


Capítulo 1: violacion


David era un joven de apenas 16 años, aunque parecía más joven a primera vista. Era más bajo de lo común, con unos hermosos ojos azul eléctrico y cabello dorado, hasta los hombros. David vivía con su madre y su padrastro. Su madre Marina había sido la amante de Facundo Montes muchos años y cuando Adela Montes murió, no pasó ni un mes para que Marina y Facundo se casaran.

Facundo Montes tenia un hijo: Eddiel Alejandro Montes, en ésos momentos Eddiel debía de tener 22 años. La última vez que David había visto a Eddiel, éste era un chico alto, fuerte y guapo de ojos grises y cabello negro.

David cerró los ojos y expulsó el recuerdo de Eddiel de su mente. No quería recordarlo, no quería recodar el daño que su hermanastro le había hecho. Pero el joven David Michael Delacirt se preguntaba qué sería de él. Facundo y Marina habían muerto dos días atrás en un accidente de coche y ahora David estaba completamente solo y para colmo era menor de edad.

Y por eso estaba ahí. Para saber qué sería de él. Se preguntó sólo por un segundo si Eddiel también estaría en la lectura del testamento, pero lo dudaba. Ni siquiera había ido al entierro o al velorio. Como siempre que su mente lo traicionaba y pensaba en Eddiel, David se apresuró a expulsar ésos pensamientos de su cabeza. Había aprendido de la peor forma que pensar en Eddiel y en lo que éste le había hecho sólo lo llenaba más de dolor, sólo hacía revivir la humillación.

David suspiró y entrando al despacho de su padrastro tomó asiento frente al notario y abogado.

-¿Cómo se encuentra, joven David? -Le preguntó el viejo notario Rodrigo Shermon, quien le tenía mucha estima al chico.

-Supongo que aún no lo acepto, se me hace que en cualquier momento entraré aquí y encontraré a mi padrastro leyendo o iré a la cocina y mi madre estará cocinando. -Dijo el chico tristemente.

-Lo siento, David.

-Gracias, Rodrigo.

-Bueno David... ¿Sabes por qué estamos aquí, verdad? -David asintió-. Bien David, en el testamento de tu padrastro, todos los bienes están a nombre de tu hermanastro, Eddiel.

David asintió apesadumbrado, ya se lo imaginaba. Facundo siempre fue un buen hombre con él, pero Eddiel era su hijo y él no.

-Sólo había tres cláusulas en el testamento. La primera es que Eddiel te tiene que pasar una pensión de no menos de 200 dólares mensuales, puede ser más o exactamente 200, eso es a discreción de Eddiel. Segundo, te tendrás que quedar a vivir aquí, pues así lo querían tu madre y Facundo.

David asintió ya más aliviado. Dudaba que Eddiel le diera más de los 200 dólares obligatorios, pero con eso y lo que ganaba trabajando en la cafetería podía seguir sus estudios en el instituto sin problema, y el poder seguir viviendo en ésa casa era un alivio por dos razones: Mientras viviera ahí, ése lugar le recordaría constantemente que nunca debía confiar; y número dos: tener un techo donde vivir siempre era una preocupación menos.

-¿Cuál es la última cláusula del contrato? -Preguntó David.

-Tu tutor. Tú conoces bien de tu capacidad de tener hijos.

David asintió avergonzado. No le gustaba tocar ése tema.

-Bien. Pues también sabes que por ley tú no tienes las libertades de cualquier chico normal que vienen con la mayoría de edad. Tú eres responsabilidad de tus tutores, como si fueras menor de edad hasta que te cases, que pasas a ser responsabilidad de tu marido.

David asintió. Ya conocía todo eso y era un tema que lo incomodaba. Aunque no muchos lo sabían, pues era un don del que se habían dado cuenta sus médicos un año antes, cuando cumplió los 15 años y el don se hizo patente en su cuerpo.

-Sabes que en caso de que tus padres hubieran olvidado buscarte tutor, el gobierno pasaría a tener tu custodia y lo primero que harían sería casarte.

Ante las palabras de Rodrigo, David casi se atragantó. No, el no quería eso. No quería que nadie tuviera el derecho de tocar su cuerpo. No quería que nadie lo tocara nunca, jamás. No de nuevo.

-Tranquilo, David. Eso es un detalle que tu madre y Facundo jamás hubieran olvidado.

David respiró aliviado, esperanzado ante la idea de que tal vez Rodrigo era su tutor, ante la sonrisa bonachona que tenía el notario en la cara.

-¿Quién es? ¿Tú? -Le preguntó David más tranquilo. Rodrigo le sonrió.

-No. Aunque no me molestaría ser yo, tú eres casi un hijo para mí, pequeño. Tu madre y tu padrastro te dejaron en las mejores manos que puedan existir.

-¿Cuáles?

-En las de tu hermanastro, Eddiel Alejandro Montes, David.

David abrió los ojos, horrorizado. No... no podía ser... ¿Cómo le habían dado su custodia a él? A Eddiel, al hombre que le arrebató el honor, el orgullo y su virginidad. ¡Por todos los cielos! ¡Eddiel lo había violado cuando él sólo tenia trece años¡ ¡Eddiel lo odiaba a muerte!

No. No lo podían dejar con Eddiel, no podían. Pensaba David lleno de pánico, empezando a hiperventilar. Rodrigo se le acercó preocupado, pero David perdió la conciencia mientras los recuerdos acudían a su mente en tropel y por primera vez desde que tenía catorce años, no fue capaz de expulsar el recuerdo de Eddiel de su mente.

***

-Eddiel, cuando no sabías que yo era hijo de mi madre, yo te caía bien... ¿Por qué me tratas así ahora? -Le preguntó un inocente David de trece años a su hermanastro de 19. Eddiel se acercó y lo tomó del brazo, haciéndole daño por la fuerza que imprimía.

-Óyeme bien mocoso, los aborrezco a los dos. A ti y a tu madre. Por su culpa mi madre murió. Ella se acababa de enterar de que tu madre era amante de mi padre, por eso montó en ese coche e iba furiosa cuando perdió el control y se accidentó y murió. Tu madre la mató y me las pagará, David. Así que ten cuidado, porque me las pagará por donde más le duela... y eso eres tú.

Con ésa advertencia Eddiel lo empujó y se fue.

Pero David no se rendía y quería ganar la simpatía de su hermanastro de nuevo. Fue un día en que David intentaba hacer las pases con su hermanastro cuando ocurrió aquella violación que lo marcó para siempre, que lo traumó para siempre.

***

-¿Eddiel? ¿Podemos hablar? -Le había preguntado David tímidamente.

-¿Que quieres? -Le preguntó el mayor de mal modo.

-Eddiel, mi madre no es una mala mujer y ella te aprecia mucho, ¿Por qué no dejas que te lo demuestre? -Le dijo David, implorante. Eddiel lo fulminó con la mirada y David suspiró, mejor ni intentarlo. Eddiel no lo escucharía y no quería arriesgarse a que su hermanastro se pusiera violento en ausencia de Marina y Facundo, que habían ido al teatro para después cenar y dar una vuelta. David se paró para retirarse, pero nunca se esperó lo que pasó a continuación.

-Suéltame. -Le ordenó David.

-No me da la gana.

David tiró de su mano, pero Eddiel no lo soltó.

-Que me sueltes o se lo diré a tu padre. -Le juró.

-Maldito hijo de perra... -Rugió Eddiel indignado y de una cachetada lo mandó al piso. David levantó los ojos y lo miró en shock, aún en el piso y con todo el cabello rubio en la cara.

-Esto lo sabrá tu padre, Eddiel. -Le juró David, llevándose una mano a la mejilla y retrocediendo asustado cuando él se le acercó. Eddiel lo tomó de un brazo y lo obligó a levantarse, entonces lo zarandeó y lo miró con furia.

-Eres un perro igual que tu madre. -Le dijo cruelmente. David le miró como si estuviera loco, incapaz de articular palabras.

-Suéltame. -Ésta vez David le rogó y Eddiel se dio cuenta, porque sonrió, burlón.

-En su debido momento lo haré. -Le dijo y se lanzó con furia sobre sus labios.

David gritó asombrado y Eddiel aprovechó para introducirle la lengua. Eddiel le arrancó la camisa y David empezó a manotear y patalear intentando zafarse, pero Eddiel no cedía. Entonces lo mordió con todas sus fuerzas en la lengua, Eddiel gritó y lo soltó.

Pero antes de que David pudiera dar un paso, la mano de él se alzó en el aire y le dio una fuerte cachetada, que un poco más y lo tumbaba al piso de nuevo. Eddiel lo cogió por el pelo y se lo haló con fuerza, haciendo que a David le brotaran lágrimas. Eddiel lo tiró en el sofá y le arrancó los sencillos short de algodón y calzoncillos que llevaba, sin ninguna delicadeza.

-Suel... -Empezó a gritar David, pero la fiereza de los labios de él sobre los de David lo hicieron callar.

Eddiel le separó las piernas ante los inútiles forcejeos del pequeño. Se posesionó en la entrada de David y lo penetró de un solo golpe. David soltó un grito de dolor ahogado por el gemido de asombro de él. La sangre, la estrechez y las lágrimas de dolor atestiguaban la inocencia que acaba de profanar sin ninguna piedad.

Eddiel tuvo deseos de retroceder, pero su deseo de venganza era tan fuerte que no lo hizo. Empezó un vaivén desenfrenado, hasta que la excitación lo consumió por completo en un orgasmo espectacular, derramando su simiente dentro del más pequeño. David sintió un ardor terrible cuando el espeso y abundante semen, se derramó dentro de él. David no se movió, pero sus lágrimas incontrolables e insecables hablaban por él sólo.

Con un suspiro Eddiel dejó caer su cabeza en el hueco del hombro de David. Luego de unos segundos salió de su interior y se puso de pie, abotonándose los vaqueros. David se encogió en el piso, sin deseos de moverse.

-Aun no termino contigo. -Le advirtió Eddiel tomándolo de un brazo y obligándolo a pararse. David gimió por el dolor y lo miró aterrado.

-Basta. -Rogó, seguro de no soportar semejante dolor y humillación de nuevo. Eddiel rió cínicamente ante el miedo de su pequeño hermanastro.

-Te dejaré con una condición. -Le dijo Eddiel.

-Lo que quieras. -Sollozó David, desesperado por terminar con tanto dolor y humillación.

-¿Alguna vez as oído del sexo oral? -Preguntó él. David asintió-. Bueno, si me lo mamas, te dejaré en paz.

Le juró Eddiel. David tembló de asco, pero no se resistió cuando Eddiel le puso su miembro entre los labios, hizo lo que él le ordenó de forma torpe y siguiendo avergonzado las indicaciones del mayor. Cuando Eddiel se corrió bebió todo el semen en silencio, avergonzado, destrozado. Eddiel lo tomó en brazos y David lo miró presa del más absoluto terror. Eddiel lo miró con malicia, pero se limitó a llevarlo a su cuarto y dejarlo ahí.

-Espero repetir algún día, "hermanito". Tu madre y yo ya estamos a mano. Ella me arrebató a mi madre y yo la inocencia a su querido niño. Nos veremos de nuevo algún día, delicia. -Se rió Eddiel saliendo del cuarto de su hermanastro. Al otro día Eddiel volvía a Harvard así que David nunca lo volvió a ver.

***

David recuperó la conciencia y se dio cuenta que no sólo estaba llorando, sino que Rodrigo y el médico estaban junto a su cama, al parecer lo habían llevado a su cuarto.

-¿Estás bien? -Le preguntó Rodrigo. Antes de que David pudiera hablar, el médico habló por él.

-Si, claro que lo está. La reacción del joven Delacirt es normal cuando uno acaba de perder a un padre. Ya estará mejor. Descanse niño. Venga conmigo notario, el joven Delacirt necesita descansar.

David tuvo ganas de gritarle a Rodrigo todo lo que había pasado con Eddiel y que siempre había callado. Rogarle que lo sacara de ahí, que alejara a su hermanastro de él, pero no lo hizo. Los vio salir en silencio y cuando el notario y el médico salieron dejándole cerrada la puerta, David enterró la cabeza en la almohada dando rienda suelta a sus lágrimas.
 

Continuara....

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