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ONE SHOT - CHANBAEK - MIRACLES por helena_CB97

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El EXO PLANETA 12 es el último de los planetas que fueron encontrados habitables después de descubrir nuevas galaxias ante el incipiente deterioro que presentaba la Tierra. Poco a poco se fueron condicionando para que los seres de la Tierra pudieran vivir en ellos, ayudados por la alta tecnología.

 

Y pronto la humanidad estuvo a salvo de nuevo.

 

Se crearon nuevas organizaciones de gobierno y nuevas legislaciones ante aquellos importantes cambios. Nuevos medios de transporte se crearon para comunicar los diferentes planetas y galaxias, y el comercio y la economía se expandieron de forma tan vertiginosa que el paro laboral y la pobreza desaparecieron, creando así una utopía en la  que pocos habían creído que llegaría.

 

Sin embargo, algo que la humanidad no esperaba experimentar fue un cambio en la reproducción. Los médicos e investigadores sanitarios, gracias a las nuevas innovaciones tecnológicas en el material médico y genético, pudieron descubrir algo increíble hasta entonces…

 

Se trataba de una variante de un gen perteneciente al cromosoma Y que hacía que los hombres que lo tuviera o lo heredara pudieran ser fértiles, es decir, quedarse embarazados y procrear. Por supuesto, esto causó una revolución social y sanitaria cuando se descubrió, y los gobernantes de los nuevos planetas tuvieron que dar con la causa de esta nueva solución. Se barajaron bastantes teorías, desde que el nuevo ambiente de los planetas descubiertos habían mutado ese gen hasta algún experimento ilegal. Pero de lo que en realidad se trataba era de una evolución del ser humano debido a la repoblación de los planetas. La naturaleza pareció darse cuenta de que había que dar otro empujón, y que los orfanatos y centros de acogida daban servicio preferente a parejas que no pudieran procrear por distintos motivos y pudieran tener una oportunidad de ser padres. 

 

Aun así la reproducción en estos hombres costaba bastante, ya que sus cuerpos no estaban adaptados completamente y daban problemas a la hora de concebir y llevar a término el embarazo. Los médicos investigadores hicieron algunas aproximaciones y esperaban que en las generaciones del futuro aquel cambio se fuera afianzando y estableciendo, cosa que dio esperanza y alegría a los más interesados. 

 

Y entre ellos se encontraba BaekHyun. Ya desde que nació sus padres supieron que pertenecía al grupo de los “nuevos Y”, porque se había estipulado que se hiciera obligatoriamente una prueba genética a todos los niños recién nacidos para saber su condición y educarlos y enseñarles a saber cómo era su cuerpo y a cuidarse adecuadamente. BaekHyun pertenecía ya a una generación más avanzada de este grupo, estaba sano y en sus primeros controles se vio que no habría problema a primera vista en algún futuro embarazo. Por supuesto, en la idílica sociedad en la que vivían, no estaba forzado a tener como pareja a un hombre para procrear, sino que era libre de elegir sus preferencias, debido a que él también podía tener hijos con una mujer. 

 

BaekHyun tenía una vida feliz en su planeta: iba a la escuela, tenía muchos amigos y amaba a sus padres. Su condición ya no sorprendía a nadie, menos cuando varios de sus amigos y compañeros también eran como él, y no se diferenciaban en nada a los demás. Por lo menos hasta que llegó la pubertad. Al llegar esa etapa, los “nuevos Y” comenzaban a tener algo parecido a la menstruación de las chicas. Sus cuerpos empezaban a segregar hormonas que preparaban al cuerpo para un posible embarazo, y aquello provocaba dolores intensos de cabeza y barriga, y elevaciones de la temperatura corporal durante un par de días todos los meses desde la primera vez. Al contrario que las mujeres y por suerte, no sangraban, pero sí que los incapacitaban bastante más que a ellas. 

 

BaekHyun vivió sin darle mucha importancia hasta que le pasó por primera vez. Se pasó dos días en su casa, metido en la cama y con mucha fiebre y dolores. Él ya sabía su situación por lo que le habían contado sus padres y lo que le habían explicado y estudiado en clase, pero hasta ese momento no cayó en lo que verdaderamente significaba. Y así también comenzó su curiosidad en el amor. 

 

Siempre había tenido como referentes a sus padres, que se amaban y habían estado juntos casi desde que se habían conocido. Y él quería algo así. Comenzó el instituto sin mucha experiencia, sólo había visto a algunos de sus compañeros salir en citas inocentes o darse de la mano y sonrojarse, nada a primera vista muy especial. Todos consideraban a BaekHyun alguien popular y sociable, muy divertido y enérgico, también bastante atractivo y guapo, como empezaron a decir en el instituto, ya más conscientes de la atracción sexual que comenzaba a ganar terreno en sus cuerpos de adolescentes. Así que a BaekHyun no le faltaban admiradores y confesiones de amor todos los días. Al principio se sentía un poco cohibido ante esa nueva clase de atención pero después se fue acostumbrando y lo aprovechó para poder encontrar el amor de su vida.

 

Al inicio no hacía distinción entre chicos y chicas, pero a medida que su experiencia aumentaba y los años pasaban, además de haber salido por un tiempo con personas de ambos sexos y haber tenido sus primeras relaciones sexuales, se dio cuenta de que le atraían mucho más los hombres.

 

Y así, habiendo descubierto su sexualidad y empezado su primer curso en la universidad, conoció a ChanYeol. 

 

Era un chico con una sonrisa tan grande como lo era él, alto como una torre, un tanto torpe pero con un cuerpo cuidado. Alegre y con una personalidad abrumadora y brillante, tanto que logró cautivar el corazón de BaekHyun. Estudiaba ingeniería informática al igual que BaekHyun, y gracias a ello se hicieron amigos enseguida. Algo importante sobre él era que no pertenecía al grupo de los “nuevos Y”, cosa que no les importó mucho. Por lo menos no hasta que se enamoraron y estuvieron seguros de que iban a pasar juntos el resto de sus días. Comenzaron a salir como pareja bastante rápido, ya que conectaron de forma intensa y no podían verse como simples amigos. Así que juntos acabaron la universidad y empezaron a vivir juntos, a la vez que consiguieron trabajo y a labrarse una nueva vida juntos. Cuando decidieron casarse, los padres de ambos estaban muy felices por ellos, al igual que sus hermanos mayores, quienes los apoyaron sin reservas y les desearon la mejor de las vidas juntos. 

 

Todo iba de maravilla. Tenían el trabajo que querían, una preciosa casa y se amaban más de lo que podía ser posible. Sin embargo, BaekHyun no conseguía quedarse embarazado. Llevaban tres años casados y decidieron que querían ser padres, cosa de la que BaekHyun era el más importante, ya que era el único en la pareja que podía quedarse embarazado. Pero cada vez que lo intentaban no lo conseguían. BaekHyun fue al médico para que lo revisara y concluyó que estaba en perfecto estado para concebir, pero que parecía que no se daba la ocasión para que se produjera un embarazo perfecto. ChanYeol no perdía la esperanza y animaba a BaekHyun cada vez que se encontraba triste por ello, debido a que era muy consciente de que los hombres tenían más problemas a la hora de concebir y que sería difícil para BaekHyun conseguirlo.

 

Decidieron no pensar en ello cuando BaekHyun se lo tomó tan enserio que casi cae en depresión, ya que era por su culpa que ChanYeol no pudiera ser padre. Así que el alto no quería ver sufrir más a su marido. Sí, quería ser padre, pero lo principal y primero en su vida siempre sería BaekHyun y su felicidad. A BaekHyun le costó un poco hacerse a la idea de tomárselo con calma, preocupado por si su etapa reproductiva se acababa y tuvieran que optar por adoptar, cosa que no incomodaba a ninguno, solo que no sería lo mismo y tendrían que pensárselo mejor. 

 

-Baek, cariño, ¿qué ocurre? Llevas más de diez minutos en la misma posición -preguntó ChanYeol dejando de leer, recolocándose las gafas sobre el puente de la nariz.

 

El mencionado soltó un suspiro, aun secándose el pelo distraídamente con la toalla, mirando el suelo de la habitación, pensando en profundidad. 

 

-Chan… Estaba pensando en… En hacer un estudio de fertilidad… Ya sabes, para ver si podríamos tener más oportunidad y… -explicaba pensativo y dubitativo, un tanto nervioso ante sus precipitadas ideas. 

 

Ahora fue ChanYeol el que suspiró. Dejó el libro en la mesilla de noche y le hizo una seña a BaekHyun para que se subiera a la cama y se tumbara a su lado. BaekHyun le miró un tanto turbado, como si se fuera a echar a llorar, pero dejó caer la toalla y rápidamente le hizo caso, llegando a su lado y reposando su cabeza en su pecho, siendo recibido por un cálido y tierno abrazo. 

 

-Baek, sabes que esos estudios todavía no están tan avanzados en los hombres y están dando bastantes efectos secundarios, y no quiero que te pase nada de eso… Ya lo hemos hablado, cariño, no tenemos porqué apresurarnos. Vayamos a nuestro ritmo, ¿vale? -hablaba con delicadeza y cariño ChanYeol, secando una pequeña lágrima que se resbalaba por la mejilla de BaekHyun.

 

-A este ritmo vamos a necesitar un milagro -respondió BaekHyun ya resignado a no seguir con el tema y descansar de una vez en mucho tiempo. 

 

-Pues haremos milagros si hace falta. Estoy seguro que si nos esforzamos lo conseguiremos… Y ya sabes que a mí no me importa hacer esfuerzos de ese tipo -insinuó ChanYeol con picardía, dejando que la mano que rodeaba la cintura de BaekHyun se resbalara dentro de su ropa interior. 

 

-Idiota -respondió con una carcajada BaekHyun, rodeando con sus brazos el cuello de ChanYeol, acercándole para iniciar la primera ronda de la noche.

 

Y así ChanYeol conseguía animarle todo el tiempo. Y también conseguía hacer milagros, porque al año y medio de haber dejado de intentarlo conscientemente, BaekHyun se quedó embarazado. 

 

BaekHyun empezó a tener síntomas de nauseas y cansancio por las mañanas, cosas que atribuyeron a algún alimento en mal estado. Hasta que una madrugada las nauseas terminaron en vómito. BaekHyun se removía en la cama, con un gran mareo e incomodidad, hasta que sintió que la cena de aquella noche le subía por la garganta y tuvo que levantarse deprisa y corriendo al baño. ChanYeol le escuchó y rápidamente se levantó para ayudarle, preocupado. 

 

-Baek, ya llevas más de una semana mal… Vamos hoy al médico, ¿bien? -dijo ChanYeol, acariciando la espalda de BaekHyun, intentando aliviar las nauseas.

 

-Tienes razón… ¿Qué hora es? -preguntó cansado BaekHyun, todavía inclinado en el wáter.

 

-Serán las 5 o 6 de la madrugada, todavía no ha salido el sol -respondió ChanYeol, cogiendo una toalla para limpiar a su esposo.

 

-Vaya, esto es peor que cuando me viene el periodo -se carcajeó sin gracia, pasándose la toalla por la frente y limpiándose la boca.

 

La tranquilidad siguió hasta que BaekHyun pareció haberse acordado de algo, poniéndose aun más pálido de lo que ya estaba por vomitar. Pronto se vio de nuevo frente al wáter, con los nervios a flor de piel.

 

-Chan… ¿Qué día es hoy? -preguntó en un susurro.

 

-Pues creo que 20 o 21, no estoy seguro ahora mismo, ¿por qué? ¿Estás bien? -preguntó de nuevo preocupado, acariciándole y apartando los pelos de la cara de BaekHyun con cariño. 

 

-Dios mío, se supone que el periodo debería haberme llegado hace dos días -anunció nervioso BaekHyun levantando su cara para mirar a ChanYeol. 

 

Entonces ambos pusieron cara de inmensa sorpresa, sin poder decir nada ante la posible revelación. 

 

-¡Una prueba de embarazo! ¡ChanYeol! ¡Ya! -exclamaba al borde del histerismo BaekHyun, levantándose.

 

-¡Pero no tenemos! ¡Las que nos sobraron las tiré para que no estuvieran por aquí y nos pusieran más triste! -replicó aun más histérico el alto, temblando como si estuviera teniendo espasmos musculares.

 

-¡ChanYeol! -reprochó BaekHyun, cogiéndole de la camiseta del pijama con fuerza, perdiendo los pocos nervios que le quedaban-. ¡Te mato!

 

-¡Espera! ¡Calma! ¡Hay una farmacia que abre 24 horas a dos manzanas de aquí! -respondió ChanYeol cogiéndole con fuerza por los hombros.

 

Y poco les faltó para ponerse por encima lo que pillaron para salir medio en pijama a la calle para ir a la farmacia a las 5 de la madrugada. La cara que puso la farmacéutica jovencita que tenía el turno aquella noche podría haber salido en una película de comedia, porque nadie le había podido preparara para una pareja desesperada por una prueba de embarazo a aquellas horas. La pobre hasta les dejó el servicio exclusivo para los trabajadores ante tal situación. 

 

La pareja casi forma un estropicio en el baño gracias a que eran una bomba de nervios, intentando leer las instrucciones y hacer bien la prueba para que los resultados de la prueba salieran lo más fieles posibles. 

 

-Baek, Baek, ¡Baek! -exclamó ChanYeol, sentado en el wáter, viendo como el bajito andaba de un lado para otro murmurando a saber qué cosas. 

 

-¡¿Qué?! -preguntó alterado, mirándole con los ojos bien abiertos.

 

ChanYeol se levantó y lo envolvió en un cálido y tranquilizante abrazo-. Tranquilo, tengo un buen presentimiento, y sabes que siempre tengo la razón en estas cosas -dijo con calma, dejando suaves besos sobre su cabeza.

 

-Más te vale, poste con patas -inquirió con sorna, sacándole una suave risa a ChanYeol-. Pero si resulta que no… Yo no sé si podré… Si podré soportarlo… -dijo ahora más preocupado, escondiéndose en el pecho de ChanYeol, abrazándose con más fuerza a él. 

 

-Claro que lo harás. Estamos juntos en esto, cariño, no estamos solos. Podemos intentarlo todas las veces que queramos y más -animaba ChanYeol, llevando una de sus manos hacia la cara escondida de BaekHyun, guiándola para que le mirara y poder darle un beso tranquilizador.

 

Y la alarma que habían puesto para esperar el tiempo adecuado sonó. 

 

BaekHyun cogió el pequeño dispositivo con forma alargada del recipiente donde había vertido su orina. Miró una vez a ChanYeol, y hasta que no vio la enorme sonrisa de su esposo dándole ánimos no se atrevió a ver el resultado.

 

-Estoy… -se escuchó cómo ChanYeol tragaba saliva-. ¡Estoy embarazado! -exclamó BaekHyun, dándose inmediatamente la vuelta para colgarse como un koala de ChanYeol, quien se había puesto a chillar y a llorar de la emoción.

 

La farmacéutica se puso a brincar y a darles la enhorabuena en cuanto salieron del baño y le dieron las gracias. La chica no pudo hacer otra cosa que alegrarse por ellos. Al final su noche de trabajo había terminado de una manera bastante feliz. 

 

-Vamos, tenemos que llegar a casa y prepararnos para ir al médico, ¡ya casi son las siete! -decía emocionado BaekHyun mientras caminaba rápidamente de la mano con ChanYeol siguiéndole el ritmo.

 

-Baek -llamó el alto, deteniéndose.

 

-¿Qué? ¿Todavía estás llorando? Hay qué ver… Ni siquiera he llorado yo… Todavía -decía con tono dulce mientras secaba con sus manos las lágrimas que quedaban en las mejillas de ChanYeol, sonriendo tiernamente ante lo lindo que estaba en ese momento su compañero.

 

-Gracias, te amo -dijo finalmente ChanYeol, con la voz un poco tomada todavía por las lágrimas, mirándole con tanto amor que al final BaekHyun no pudo evitar ponerse a llorar.

 

Porque en ese momento se dio cuenta de que a pesar de que ChanYeol había mantenido siempre sus niveles de felicidad y alegría muy por encima de la delicada situación emocional que estaban atravesando, y a pesar de ser él el que había tirado de los dos para no caer en la depresión, ChanYeol también lo había estado pasando mal, incluso peor que él. El pobre también había tenido sus preocupaciones con respecto a la posibilidad de ser impotente, que su semen no fuera fértil, que fuera culpa de él y no se BaekHyun que no pudieran ser padres. Pero prefirió callar a añadir otra preocupación a BaekHyun. Y ahora que todo aquello no parecía tener fundamento, por fin pudo aliviarse y dejarse llevar, sacándolo todo de su interior y dejándolo ir. 

 

-Idiota, lo siento, te amo -regresó BaekHyun de vuelta, llorando con todas sus fuerzas mientras se abrazaban en medio de la calle desierta y el amanecer apareciendo entre los edificios. 

 

+.-o-.+

 

 

-Espere… ¿Puede repetirlo de nuevo?

 

-Estáis esperando mellizos, aunque todavía no podemos saber el sexo de ambos, es muy temprano todavía. Felicidades.

 

ChanYeol y BaekHyun miraban al médico con las bocas abiertas, como si le hubiera crecido una segunda cabeza, mientras él les miraba con una alegre sonrisa y rostro tranquilo. Había visto a muchas parejas con la misma reacción, no era nuevo para él, mucho menos la escena de lágrimas y sonrisas que venían después. Justo como aquella adorable pareja estaba haciendo delante de él.

 

-Dos, Chan, dos bebés, ¿te lo puedes creer? -decía sin parar BaekHyun, cogiéndole la mano con fuerza al alto, intentando contener las lágrimas por no sabe cuantas veces aquel día.

 

-Increíble, Baek, si lo hubiéramos querido no nos sale, de verdad -contestó Chan riéndose entre lágrimas, poniendo como siempre algo de humor a la situación. 

 

-Ahora si queréis os puedo sacar unas copias de la ecografía, para que las tengáis de recuerdo -propuso el amable médico, volviendo su mirada al monitor de la ecografía.

 

Nada más decirlo, ambos ya estaban mirando también la pantalla, donde en blanco y negro aparecían esas dos pequeñas habichuelas que eran sus bebés. Los dos, absortos y con una sonrisa eterna en el rostro, asintieron con fervor. 

 

-Sí, claro, muchas gracias -murmuró agradecido ChanYeol, sintiendo que sus niveles de emoción volvían a crecer. 

 

Cuando consiguieron las copias y BaekHyun se limpió y se vistió de nuevo, volvieron al despacho del médico para que les consertara la nueva cita y les diera las pautas a seguir en esta nueva etapa. Por supuesto, se les advirtió que si ya era complicado que un “nuevo Y” se quedara embarazado, que lo hiciera de mellizos era aun más insólito y que podría acarrear más problemas u obstáculos a afrontar. Ellos tomaron nota de todos los consejos y les quedó bien claro que si sentía que algo iba mal o si pasaba algún accidente fueran inmediatamente al hospital. Se les dijo que ya que era uno de los casos raros iban a tener revisiones cada dos semanas para ir controlándolo y todo estuviera en orden. Ellos no pudieron estar más de acuerdo; si hiciera falta irían todos los días para comprobar que sus pequeños estaban más que perfectamente. Finalmente, el médico les informó sobre el procedimiento del parto y sobre cursos que podrían tomar durante el embarazo, y les volvió a felicitar, contento de haber podido darles la buena noticia y de hacerse cargo de ellos. 

 

Aquella misma noche, estando los dos recostados sobre el sofá, tonteando como dos tortolitos, hablaban del futuro que les esperaba y que tanto habían estado deseando.

 

-¿Tendremos que reformar la casa? Son dos después de todo… ¡O comprar una nueva! -hablaba BaekHyun recostado entre los brazos de ChanYeol. 

 

-¿Y si nos traemos a Mongryeom y a Toben con nosotros? ¡Podrían jugar con los niños! -fantaseaba ChanYeol a su vez.

 

Al final los dos acababan en risas por las cosas tan disparatadas que decían, todo pensando en sus queridos bebés. 

 

-Ey, pequeñines, estamos deseosos de veros -dijo ChanYeol, posando su gran y cálida mano sobre el vientre de BaekHyun.

 

-Sí, así que creced con calma y sin preocuparos… Vuestros papás se encargarán de cuidaros y protegeros -dijo a continuación BaekHyun, cogiendo la mano de ChanYeol sobre su vientre, dejándolas allí.

 

Se miraron con sonrisas llenas de amor y se besaron, disfrutando de aquel sentimiento de alegría y plenitud gracias al alivio que por fin sentían.

 

+.-o-.+

 

El embarazo fue complicado en todos los sentidos. ChanYeol y BaekHyun pensaban que estaban preparados para lo que pudiera venir, pero nada más lejos de la realidad. Cada vez que BaekHyun se sentía mal, ambos empezaban a pensar lo peor y su médico intentaban tranquilizarles diciéndoles que era normal que reaccionaran así, ya que eran padres primerizos y tenían que ir aprendiendo. Con los cursos de paternidad y embarazo se sentían un poco más confiados, ya que aprendían situaciones que les ayudaba a mantener un poco más el control. Sin embargo, la condición física de BaekHyun empeoraba a medida que el embarazo avanzaba; se sentía débil, y a veces no podía ni siquiera levantarse del cansancio que tenía. Por supuesto también se debía a que llevaba dos criaturas dentro que empezaban a crecer rápidamente, y que gracias a ellos y a su estado en sí, estaba ganando bastante peso. Fueron al médico para comentarle lo que le pasaba un par de veces, pero se descartó que tuviera alguna enfermedad provocada por el embarazo o que se hubiera puesto de manifiesto por su estado. Simplemente que un embarazo de mellizos era mucho más agotador y pesado que un embarazo normal. Los dos respiraron tranquilos una vez se descartó la enfermedad, aunque BaekHyun seguía diciendo que estaba gordo como una morsa, a lo que ChanYeol (y el resto de la familia y amigos) le contestaba que, a pesar de estar débil, el embarazo le hacía verse hermoso y radiante. 

 

Por fin pudieron saber el sexo de sus pequeños, que era nada más y nada menos que dos varones muy saludables y bien cuidados. Ninguno de los dos tenía ninguna preferencia por ninguno de los sexos, pero saber qué serían sus hijos les emocionó de igual manera. Ya habían estado pensando en algunos nombres de niño y de niña, pero no habían llegado a ningún acuerdo. Ahora podrían concentrarse sólo en los que más le gustaran para niño. 

 

ChanYeol era el típico esposo dedicado en cuerpo y alma al bienestar y caprichos de BaekHyun. Estaba claro que el futuro padre iba a ser el más atento y cariñoso con sus retoños. Ni una vez se quejó al ser despertado por BaekHyun a las tantas de la madrugada cada vez que tenía un antojo de algo que no tenían en la despensa de casa, o cuando hacía berrinches para que le mimara y estuviera con él. Todo lo que hiciera BaekHyun a sus ojos era adorable. Desde siempre y para siempre. 

 

BaekHyun, inducido por las “locas hormonas del embarazo” (como las llamaba él), se encontraba en un perpetuo cambio de humor y emociones. Era el más sobreprotector y mimoso con sus todavía no nacidos retoños. Les hablaba a todas horas y acariciaba su tripita con mucho amor. Lo peor es que no se daba cuenta de la (casi) tiranía que había impuesto sobre ChanYeol y pocas veces se disculpaba con él por su comportamiento, pero ello no afectaba para nada al enorme y todavía creciente amor que sentía por el padre de sus hijos. Se lo recordaba siempre que podía con besos y los más tiernos “te amo”. 

 

Los meses pasaban sin graves problemas y con maravillosos momentos, como aquel que compartieron amueblando y pintando la nueva habitación para los pequeños, o la primera vez que sintieron las primeras patadas de sus bebés en el vientre de BaekHyun. Por suerte, los niños nacerían antes del verano, porque BaekHyun no soportaría estar con aquel barrigón y con los sudores y el calor. Y el pobre ChanYeol -aunque no lo admitiera- estaba empezando a cansarse de los brutales cambios de humor y los caprichos de su marido. 

 

Así que en la última revisión con el médico se les indicó la fecha en la que se le haría la cesárea, aunque si BaekHyun se pusiera de parto antes de lo estipulado sólo tendrían que ir al hospital y todo se dispondría correctamente para el proceso. Ambos estaban muy emocionados y no podían esperar más para ver a sus hijos. 

 

Y como el embarazo de BaekHyun desde un principio no había sido normal ni sencillo pues naturalmente se puso de parto antes de lo debido. 

 

-Chan… ¡Chan!… ¡Joder, Park ChanYeol, despierta! -gritó BaekHyun, histérico por el dolor que sentía por las contracciones y el líquido que sentía resbalar por sus piernas. 

 

El alto susodicho se despertó sobresaltado del sofá donde estaba durmiendo la siesta y cayó al suelo con estrépito, sus ojos apunto de salirse de sus cuencas.

 

-¡¿Qué pasa?! -exclamó rápidamente poniéndose de pie torpemente.

 

-¡Que estoy de parto! ¡¿O acaso no lo ves con esos grandes ojos tuyos?! ¡¿Para qué te sirven entonces?! -inquiría BaekHyun todavía más histérico que antes, empezando a hiperventilar por el dolor. 

 

Sí, por supuesto que estaba de parto, aquel mal humor era síntoma de ello. Así que ChanYeol -ignorando por completo los insultos lanzados hacia su persona- puso en marcha el protocolo a seguir que había ensayado y memorizado a fuego en su cabeza, y cogió a BaekHyun en brazos lo más delicadamente posible y lo llevó al coche, lo colocó para que estuviera lo más cómodo que pudiera y fue a por el bolso que ya tenían preparado al lado de la puerta. Mientras, llamó al médico y al hospital para avisar de que iban para allá y que estuvieran -por favor- preparados para cuando llegasen.

 

-Está bien, cariño, todo controlado -anunció ChanYeol metiéndose en el coche, apresurado pero intentando sonreír a pesar de los nervios, para tranquilizar a BaekHyun.

 

-Chan-ChanYeol… -gemía BaekHyun con los ojos cerrados y el rostro rojo, agarrándose con fuerza al pasamanos de la puerta, soplando a cada contracción. 

 

-Ya está, lo sé, duele, lo sé, pero vamos a hacer esos ejercicios de respiración que nos han enseñado, ¿vale? Escúchame, BaekHyun -decía ChanYeol mientras conducía y agarraba la mano libre de su esposo al mismo tiempo, lanzándole miraditas de vez en cuando, su poderosa sonrisa tranquilizadora haciendo su efecto-. Inspira, expira, inspira, expira, inspira, expira, muy bien, amor, inspira, expira… -repitió una y otra vez, manteniendo una calma que se tambaleaba de vez en cuando al escuchar los sollozos y gemidos de dolor que profería BaekHyun al respirar y sentir su continuo e intenso apretón de manos.

 

-Ya estamos llegando, Baek -dijo aliviado ChanYeol, una vez vio aparecer el edificio del hospital.

 

Pero BaekHyun no respondió, y tampoco se podían oír sus sollozos y gemidos. Tampoco sentía el fuerte apretón sobre su mano. Al darse cuenta, ChanYeol giró su cabeza rápidamente hacia su esposo, quien se encontraba inconsciente a su lado. 

 

-¡BaekHyun!

 

+.-o-.+

 

Cómo pudo ChanYeol llegar al hospital y poder hablar con el médico y los enfermeros sin colapsar por el terror que sentía al ver a BaekHyun en aquel estado, nunca lo supo. Lo que sí sabía es que batalló y discutió con quien se le puso delante para poder acompañar y estar con BaekHyun en el quirófano, pero al final pudieron retenerle. Finalmente, la compostura que había tenido hasta aquel momento se fue. Se dejó caer en uno de los asientos en la sala de espera y comenzó a llamar a sus padres y a los de BaekHyun. Su voz se iba rompiendo cada vez más al informar de lo sucedido y terminó por llorar, ocultando su rostro entre sus manos. Los minutos pasaban y mientras que todo el mundo iba llegando, poco sabían del estado de BaekHyun y los bebés. Su madre y la de BaekHyun se encontraban sentadas a su lado, consolándole y animándole en la medida de lo posible, ya que ellas también estaban al borde de la máxima preocupación; mientras que los padres se encontraban andando de un lado a otro, con los brazos cruzados y el gesto serio.

 

Hasta que al final el médico salió de la zona de quirófanos y todos se acercaron rápidamente a él, en busca de buenas noticias.

 

-¡Enhorabuena! Los dos pequeños han llegado al mundo saludables y preciosos -felicitó con una sonrisa mientras se quitaba la mascarilla. 

 

Una exclamación de júbilo estalló entre los presentes, aunque ChanYeol fue el primero en recobrarse de la euforia y mirar de nuevo al médico-. Pero, ¿y BaekHyun?

 

-El padre está estable y perfectamente, no te preocupes. Los desmayos en el parto suelen ser comunes y si se los controla no hay ningún problema, suceden por el alto esfuerzo y el dolor, y con dos criaturas dentro es normal que llegara a tener un alto nivel de estrés -explicó tranquilizando a todos-. Ahora mismo lo están trasladando a la habitación, y en cuanto los enfermeros terminen de tomar los datos de los pequeños os los llevaremos. Enhorabuena de nuevo -dijo acercándose a ChanYeol para darle un apretón de manos y una palmada amistosa en el hombro.

 

-Muchísimas gracias -contestó ChanYeol, ya con su inigualable sonrisa enorme. 

 

Rápidamente todos se desplazaron hacia el piso donde estaban las habitaciones y preguntaron por la de BaekHyun. Cuando entraron, BaekHyun les recibió con una sonrisa. Se le veía exhausto, pero muy, muy feliz. Le habían puesto almohadones para que estuviera recostado sobre ellos y estuviera cómodo. Inmediatamente todos le rodearon, regalándole caricias y besos, lágrimas y sonrisas. 

 

-Chan… ChanYeol -llamó BaekHyun con adoración, observando al alto, quién no soltaba su mano y que le miraba llorando con cara de susto. 

 

-Baek, por favor, no me vuelvas a dar un susto así… Pensaba que me moría -sollozaba como un niño pequeño mientras BaekHyun le abría los brazos para que se acercara a abrazarle.

 

-Lo siento, amor -se disculpaba BaekHyun con una pequeña sonrisa enternecida mientras le repartía pequeños besos por todas partes para que se tranquilizara-. Pero aunque no pudiera responderte, no había dejado de escucharte y sentir cómo me animabas con calma y determinación… De verdad que no lo hubiera conseguido de no haber sido por ti y tu increíble resolución, Chan -comentó con emoción, recordando el momento en el que estaba perdiendo la consciencia pero en lo tranquilo que se sentía al escuchar y sentir a su marido a su lado-. No he tenido nada de miedo gracias a ti, y me emociona saber que nuestros pequeños van a tener un padre tan valiente -finalizó acariciando la cara de ChanYeol, quién no podía parar de llorar, ahora de la emoción. 

 

Todos los presentes les observaban con dulzura y cariño. Después de todo, ellos habían visto toda su relación y los momentos felices y contratiempos que habían pasado. Verles llegar hasta ese punto les llenaba de verdadera dicha. 

 

-Perdonad la tardanza, aquí estamos -entró una enfermera con voz cantarina y alegre, empujando con cuidado una cuna de hospital.

 

Todos comenzaron a descontrolarse de nuevo, intentando ver como pudieran a los bebés, pero al final decidieron ponerse al otro lado de la cama para ver cómo los nuevos papás les cogían. 

 

-Aunque han nacido un poquito antes están en perfecto estado y no han necesitado incubadora ni tratamiento de ningún tipo… Aquí tenemos al primero que ha visto la luz, que se lo daremos a un papi -explicaba en ese tono animado y alegre mientras cogía al primer bebé y se lo entregaba a BaekHyun, indicándole cómo cogerlo-. Y aquí tenemos al segundo, que parece más tranquilo y dormilón, para el otro papá -dijo finalmente haciendo lo mismo con ChanYeol. 

 

El mayor parecía ser una bolita de energía, no paraba de mover sus bracitos y piernas, y a pesar de no estar llorando, soltaba pequeños quejidos adorables por su pequeña boquita. Sus enormes y brillantes ojos castaños no dejaban de ver a su papi, quien le miraba con tal adoración y le llamaba todas las cosas más bonitas con voz amorosa.

 

El pequeño descansaba tranquilamente en los brazos de ChanYeol, durmiendo a pirerna suelta y respirando profundamente, con sus manitas reposando sobre su hinchadita y adorable barriga. ChanYeol intentaba contener las lágrimas -de nuevo- y acariciaba con su mano libre la suave y lisa pelusilla negra que tenía en su cabecita. 

 

-Son preciosos, dios mío. 

 

-¿Se parecen a BaekHyun, o me lo estoy inventando?

 

-No, mira, el mayor parece que tiene más pelo y rizado, como ChanYeol.

 

-¡Bah! Para eso hay que dejarles crecer primero.

 

-¿Pero qué me dices de las orejitas del pequeño? ¡Son exactas a las de ChanYeol!

 

-¿Entonces los dos se parecen a ChanYeol?

 

-¿Queréis dejarlo ya? Será mejor que empecemos a llamar a los hermanos y los amigos, venga, ¡vamos!

 

-¡Exacto! ¡Ahora volvemos tesoros!

 

Y los dos se quedaron a solas con sus pequeños.

 

-¿Has visto, JaeMin? Acabo de decirle a tu papá que es muy valiente, pero queda claro que también es un bebé llorón… ¡Y eso que vosotros sois los bebés y no estáis llorando! -bromeó BaekHyun hablándole a su pequeño.

 

-¡Oye, un poco de respeto! Es demasiada emoción para mí, y ellos son tan preciosos, y… ¿JaeMin? -inquirió ChanYeol, ya más repuesto y resuelto a dejar de llorar. 

 

-Ajá, el mayor se llamará JaeMin, y nuestro otro pequeño será RenJun. ¿Te gustan? Después de todo estaban entre nuestros nombres favoritos -decía BaekHyun, alternando caricias y miradas entre sus dos pequeños.

 

-Por supuesto, son perfectos, como ellos -respondió ChanYeol con una sonrisa, dejando un suave beso en la cabecita de cada uno. 

 

-Chan -llamó BaekHyun, haciéndole apartar su mirada absorta de RenJun. 

 

-¿Hm? ¡!

 

BaekHyun pasó su mano libre por el cuello de ChanYeol y le atrajo hacia sí para darle un beso apasionado que les dejó sin aire pero satisfechos a ambos.

 

-Te amo. Y a JaeMin. Y a RenJun. Os amo a los tres -dijo BaekHyun, descansando su frente contra la de ChanYeol con los ojos cerrados.

 

-Yo también te amo. Y a JaeMin. Y a RenJun. Os amo a los tres. Para siempre -contestó ChanYeol, abriendo los ojos y sonriendo como sólo él podía hacerlo.

 

BaekHyun abrió los ojos y sonrió de vuelta, dispuesto a volverle a besar…

 

-Para siempre… Nuestros dos pequeños milagros, tú y yo.

 

+.-o-.+

 

A medida que el tiempo iba pasando los dos bebés iban creciendo a felices infantes y por fin se iban apreciando las semejanzas y diferencias entre ellos. Ambos tenían el mismo color castaño de ojos, aunque JaeMin tenía un tono más rubio de pelo que RenJun, que lo tenía de un color caoba precioso herencia de ChanYeol. Desde edad temprana sus personalidades se definieron bastante bien, y como todo el mundo había previsto, JaeMin había heredado la parte enérgica y arrolladora de ambos padres, mientras que RenJun era el poseedor de la parte tranquila y más racional de ambos. 

 

Era gracioso ver cómo el menor ponía caras de molestia cuando su hermano mayor no paraba quieto y reclamaba su atención. Pero había veces que JaeMin retornaba a su puesto de hermano mayor y protegía a su hermanito de todos y todo lo que le molestara y le hiciera daño. Le abrazaba cuando estaba triste, lloraba si RenJun lloraba. Porque RenJun era el más sentimental de los dos; en la calma y en el silencio que siempre le rodeaban, su carácter responsable y lo amable que era, siempre se guardaba sus preocupaciones para no molestar a nadie, pero JaeMin siempre era el primero en saber que algo le pasaba. Y eso tranquilizaba a BaekHyun y ChanYeol, ya que podían confiar en que cuidarían el uno del otro en cualquier circunstancia. 

 

Eran una familia de cuatro muy unida y se veía a kilómetros que se amaban. 

 

JaeMin se fue convirtiendo en un muchachito extrovertido y animado. Dejó ver que había heredado la altura de ChanYeol, además de su enorme y preciosa sonrisa, mientras que la forma de sus ojos y nariz las había sacado de BaekHyun. La forma alargada y elegante de su cara recordaba mucho a BaekHyun, y pronto, con su pelo largo, ondulado y rubio se convirtió en un chico popular. 

 

RenJun por su parte era conocido por su amabilidad y tranquilidad. Aunque un poco menos que su hermano, era sociable y siempre decía cosas ingeniosas. La forma de su cara era parecida a la de su hermano aunque un poco más pequeña, pero desprendía un aura más delicada. Era mejor en los estudios que su hermano y le gustaba el deporte, por lo que también era popular. 

 

Para desgracia de JaeMin.

 

Cuando les hicieron la prueba genética se confirmó que JaeMin no pertenecía al grupo de los “nuevos Y” pero RenJun sí. Ambos aprendieron poco a poco todo lo que ello significaba gracias a las clases en el colegio e instituto y a sus padres. Y por eso era una desgracia para JaeMin que su adorado hermanito fuera un “nuevo Y”.

 

-Chicos, subid a prepararos para cuando lleguen vuestros abuelos, que están ya al caer -dijo BaekHyun levantándose de la mesa al terminar de desayunar para recoger los platos.

 

-Valep -respondió JaeMin, mientras jugaba concentrado a un juego de su móvil. 

 

-Papá, papi, JiSung me ha pedido quedar esta tarde, ¿puedo ir a dar una vuelta con él después de la fiesta? -preguntó con su habitual calma RenJun, todavía terminando de desayunar.

 

-¡Claro!

 

-Sí, por qué no.

 

-¡¿Qué?! -exclamó JaeMin al contrario que sus padres, dejando de lado su móvil para mirar indignado a su hermano, que ni se inmutó. BaekHyun y ChanYeol pusieron los ojos en blanco, sabiendo qué era lo que venía a continuación.

 

-JaeMin, no necesito tu permiso. Sólo estoy preguntando si puedo salir con un amigo por mi cumpleaños después de nuestra fiesta familiar -replicó en tono calmado RenJun, terminándose su zumo de naranja.

 

-¡¿Un amigo?! ¡Y una mierda! -exclamó enfadado Jaemin (“cuidado con ese lenguaje, muchachito”, regañó de fondo BaekHyun)-. Ese imbécil (“¡JaeMin!”) rompecorazones ha salido con medio instituto y ahora que ha puesto sus miras en ti no voy a permitir que haga lo que quiera contigo. Además es nuestra fiesta de cumpleaños con los abuelos, los tíos y nuestros primos, tenemos que estar con ellos. Así que me niego rotundamente a que salgas esta tarde si no es conmigo -sentenció cruzándose de brazos, muy molesto. 

 

RenJun sólo puso los ojos en blanco e ignoró la escena de celos y sobreprotección de su hermano, quién ya había tenido bastantes como aquella y se las conocía todas. 

 

-No mandes sobre mí como si tú tampoco hubieras hecho planes. ChenLe me ha dicho que vosotros también habéis hecho planes -encaró RenJun con las cejas arcadas, riendo internamente por la reacción de su hermano.

 

Inmediatamente, JaeMin abrió mucho los ojos y se puso tan rojo como un tomate, empezando a removerse en su asiento de los nervios y a rehuir la mirada inquisitiva de su hermano. 

 

-P-pero… En realidad, no habíamos quedado en nada y… -balbuceaba nervioso el mayor.

 

-Guárdate las excusas para otro, hermanito. Sabes que ChenLe es mi mejor amigo y nos lo contamos todo; no es un secreto que andas detrás de él desde hace tiempo… Y yo también cuido de él, ¿sabes? Después de todo, tú eres el rompecorazones número dos del instituto -recalcó bien este hecho poniendo los dos dedos delante de la cara de JaeMin, haciendo al otro tragar duro. Finalmente, RenJun sonrió por la victoria. 

 

-Bien, bien, vamos a calmarnos -llamó la atención ChanYeol, quién dio dos palmas bien resonantes-. JiSung es el hijo de SeHun y LuHan, dos grandes amigos nuestros, al igual que ChenLe, hijo de JongDae y MinSeok… Por lo tanto, ambos son bien recibidos en esta casa y vuestro padre y yo estamos seguros de que sea lo que sea que pase en el instituto se queda en el instituto -BaekHyun asentía vehemente a cada cosa que decía su marido- Nosotros también les conocemos y nos parecen unos buenos chicos, que saben comportarse y trataros bien, al igual que vosotros… Espero -espetó lanzándole una miradita de advertencia a JaeMin, quién se encogió en su asiento y profirió una risa nerviosa. RenJun se burló de él con un gesto que no le gustó a BaekHyun y al final acabó regañado también con una mirada. 

 

-Y con eso ya hemos terminado. Los dos tenéis permitido salir después de la fiesta, pero id ahora mismo a vestiros y prepararos, ¿de acuerdo? -terminó BaekHyun poniéndole fin a la discusión. 

 

-Ay… -suspiró ChanYeol, una vez que los hermanos se perdieron por las escaleras metiéndose el uno con el otro. 

 

-¿Qué pasa, cariño? -preguntó BaekHyun, terminando de revisar si la tarta estaba lista en la nevera. 

 

-Ya están hablando de salir por ahí con los chicos que les gustan, y hace nada todavía no sabían ni hablar ni andar… No quiero que crezcan tan rápido -dijo ChanYeol, con tono lastimero mirando por la ventana. 

 

-ChanYeol… -BaekHyun dejó lo que estaba haciendo para mirar con cariño al alto- A mí también me pone triste pensarlo, pero ¿y lo fantástico que es ver cómo lo hacen, cómo crecen y se superan a sí mismos? Ayudarles a ello es nuestro deber y orgullo. ¿O acaso todavía no nos piden ayuda cuando tienen algún problema con los deberes? ¿Y cuándo se ponen caprichosos y quieren que nos quedemos en casa en vez de ir a trabajar porque quieren que les mimemos? Todavía nos necesitan, aunque te parezca que no -dijo acercándose a él y abrazándole, acariciando su pelo.

 

-Siempre serán nuestros pequeños bebés -dijo un poco más animado ChanYeol, encontrando comodidad y alivio en el pecho de BaekHyun.

 

El más bajo sonrió dulcemente y dejó caer su cabeza para poder alcanzar los labios de ChanYeol. Y depués, dejando apoyadas sus frentes la una con la otra dijo:

 

-Sí, nuestros pequeños milagros.

 

 

FIN

Notas finales:

¡Hola a todos! :)


 


Por fin os traigo una historia nueva después de mucho tiempo >.<


 


Esta vez ha sido algo especial porque es mi primer m-preg, además de contar con la participación de nuestros queridos pequeños de NCT DREAM <3


 


¿Por qué he elegido a JaeMin y RenJun como los hijos del ChanBaek? Pues porque siempre se me han parecido a ellos bastante, simplemente jajaja


 


En realidad, el primero que se me pareció a ellos fue JaeMin (es mi bias :3) pero después llegó mi amiga  @Arezna y me comentó que RenJun se parecía mucho a Baek… Desde entonces yo también lo veo así, así que ha sido su culpa que esta historia sea, en parte, así ;P


 


JiSung siempre me ha parecido un mini Sehun en toda regla, y ChenLe es una mezcla perfecta del ChenMin con esa pinta de gatito que tiene (y no me digáis que no *w*)


 


Las parejas entre los dreamies me las he inventado un poco, pero bueno, creo que no está mal no seguir la regla de vez en cuando ^^


 


Para finalizar, deciros que no he estado muy inspirada últimamente y que tampoco he quedado completamente contenta y satisfecha con esta historia :/


 


Aunque estoy de vacaciones de verano, varios problemas familiares han surgido y no he andado con el humor adecuado para escribir, pero creo que algunas de las escenas sí que han merecido bastante la pena y me han encantado n.n


 


Espero que al menos esas pequeñas porciones de la historia os emociones y os gusten tanto como a mí, y que también sintáis el esfuerzo y la voluntad que le he echado a este OS con el objetivo de seguir escribiendo y no dejarlo…


 


Después de todo, tengo todavía muchas historias apuntadas y esperando a que sean escritas ;)


 


Muchas gracias por el apoyo y lo siento por los errores que puedan haber x3


 


¡Nos seguimos leyendo!


^3^


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