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Moonlilies & The Marauders por Marbius

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Notas del fanfic:

Disclaimer: Yep, el fic de bandas que nadie pidió pero que salió de mi fértil mente porque la letra de la canción así me lo pidió. Como siempre, nada me pertenece y no lucro con ello.

1.- Fast & Slow.

 

Falling fast, breathing slow

Time is up, the end is just a dream

Just a dream

5 Seconds of Summer - Woke Up in Japan

 

Sirius había escuchado a Moonlilies por casualidad dos años atrás.

Por aquel entonces, él y The Marauders estaban de vuelta en Londres para grabar un par de sencillos que servirían como promocionales para una campaña altruista en la que ellos habían querido participar, y el chico de los encargos los había estado oyendo sin parar entre descansos.

Quiso la curiosidad y el exceso de volumen en sus auriculares que Moonlilies despertaba el interés de Sirius, y que tres días más tarde se tomara unos minutos yendo de su piso al estudio para buscarlos en YouTube y encontrar una de sus canciones.

Luego otra.

Y otra más.

Cinco en total, porque habían lanzado un EP al mercado y de momento era lo único que había a disposición de los fans, pero Sirius había quedado enganchado con su sonido, una mezcla pop-rock con tintes de folk y dos vocalistas que se turnaban para cantar y de vez en cuando compartían micrófonos en perfecta armonía de sus voces.

Sirius había tenido las mejores intenciones de seguirles las huellas, pero músico como era (y no de cualquier banda, valga la aclaración, que The Marauders no llenaba estadios en vano) apenas tenía tiempo para mantenerse al día con las últimas novedades en su vida, mucho menos las de otros, y había terminado por relegar a Moonlilies al trastero de su mente.

Así, Moonlilies podría haber terminado como un recuerdo borroso del que después Sirius sólo sintiera nostalgia cuando volviera a buscar sus canciones, pero en medio de una gira mundial, antes de lanzarse al continente Asiático y a Australia la banda telonera que los había acompañado por los últimos meses tuvo que retirarse por motivos de fuerza mayor.

A Regulus le había faltado poco para tener un síncope ahí mismo cuando Marlene, Mary y Dorcas les dieron la noticia de su partida, porque eran órdenes de más arriba, de su propia disquera que consideraba más que suficiente su participación como show previo a The Marauders y les ofrecía su propia gira por Europa. Por su parte, Sirius con el resto de sus amigos y compañeros les habían deseado la mejor de las suertes, incluso si eso los dejaba en un gran brete con menos de dos semanas para conseguir un show que suplantara el suyo en la última parte de su gira.

Repasando entre colegas y conocidos por nombres de posibles candidatos, Sirius había acabado investigando entre shows amateurs por Londres en búsqueda de una banda que llenara los requisitos, cuando por casualidad encontró el nombre de Moonlilies escrito en un panfleto y de vuelta en su vida.

—¡Eureka! —Había exclamado con satisfacción, y sin mediar en consecuencias de su fama, había acudido de incógnito a la fecha que tenían en Londres, donde descubrió que Moonlilies eran sólo dos personas: Una chica preciosa y pelirroja, y un igualmente atractivo hombre de su edad.

Sirius los había escuchado con arrobo, convencido de que habían encontrado a su banda telonera, pero tras ser descubierto por una fan y provocado un revuelo en el local en el que Moonlilies había tocado, no tuvo oportunidad de acercárseles y mejor recurrió a su mejor aliado para casos como ese: James.

—No sé, Padfoot —dijo James a la mañana siguiente, ellos dos en su piso y leyendo del último avistamiento de Sirius Black de The Marauders en Londres—. ¿Qué garantías hay de que sean el show de apertura que necesitamos?

—Sólo tienes que darles una oportunidad, Prongs. ¿Cuándo he fallado yo al encontrar bandas geniales? —Insistió Sirius, poniéndole alguna de sus canciones y los dos terminando con su desayuno mientras escuchaban las canciones de su EP y un par más que salieron en el buscador como sencillos.

—Ok, me agradan —fue el veredicto final de James, que accedió intervenir con Regulus para ver si tenían alguna posibilidad con Moonlilies para su tour.

Pese a que Regulus era el hermano menor de Sirius por apenas un año, también era su manager, y éste no se dejaba amedrentar con facilidad por la banda que manejaba. Especialmente por Sirius, a quien mantenía a raya mejor de lo que su propia madre había podido conseguir en sus años de adolescencia. Con todo, Regulus poco pudo hacer cuando tras varios días de darle la lata con Moonlilies, Sirius y James le previnieron de viajar a Cardiff para verlos tocar en vivo allá, y no le quedó de otra más que unírseles al viaje.

Con mejores disfraces de incógnito que la vez anterior, se presentaron en un pequeño local semivacío que se fue llenando conforme pasó la hora previa al show, y se dedicaron a pedir un par de rondas de cerveza antes de que el show comenzara.

—Oh, Padfoot —le codeó James cuando las luces se apagaron y los miembros de Moonlilies subieron al escenario—, nunca me dijiste que la cantante fuera ese bombón pelirrojo...

Pese a llevar un vestido corto de lentejuelas y su cabello rojo suelto y alborotado, la chica se sentó tras el set de batería, y la mandíbula de James casi se desencajó de su sitio por la sorpresa.

Su acompañante no tardó en unírsele en escena, y a diferencia de ella vestía pantalones oscuros y un espantoso suéter que parecía pertenecer a un abuelo antes que a un adulto joven en sus veintes, pero aquel detalle pasó en segundo término cuando al levantarse un poco las mangas, reveló uñas de color negro y un par de tatuajes en los antebrazos.

—Más vale que esto valga mi tiempo —dijo Regulus con acritud, pues les había dado de oportunidad tres canciones para convencerlo de que aquel viaje hasta Cardiff no era una estupidez, y era el más impaciente por marcharse.

Sirius le dio un golpe por debajo de la mesita en la que se encontraban, y agradeciendo asientos preferenciales, tuvo un escalofrío cuando el chico de Moonlilies se colocó su guitarra e hizo sonar los primeros acordes de una canción desconocida.

Luego el show dio comienzo, y así como James se perdió en las piernas blancas de la pelirroja que tocaba la batería con el mismo ímpetu que él (James era el baterista y ocasional coro de The Marauders), Sirius lo hizo con el cantante, que cantó canción tras canción con una increíble voz grave que reverberó en el local.

Moonlilies ya iba por la quinta canción cuando Sirius recordó el ultimátum de Regulus, pero el voltearse a verlo, descubrió a su hermano mirando a la banda con interés clínico, y de paso tamborileando sus dedos al ritmo de la música, por lo que suspiró aliviado y se dedicó a escuchar el resto del set sin tanta preocupación.

Cantando en las canciones que se sabía de memoria y absorto en aquellas otras que no, Sirius fue quien más aplaudió durante el show, y después de James el primero que se puso en pie cuando Moonlilies agradeció su presencia en el local y se retiró de escena.

—¿Y bien? —Cuestionó Sirius a Regulus su opinión respecto a la banda, no porque no supiera su respuesta final, sino porque quería refregarle a la cara que él tenía razón y tenían un nuevo grupo telonero.

—Podrían funcionar.

—¿Oíste esto, Prongs? ¿Prongs? —Sirius se dirigió a su amigo, y descubrió su asiento vacío y a éste acercándose al escenario, o mejor dicho, a la pelirroja que lo había dejado cautivado—. Oh no.

—Ve por él —aconsejó Regulus.

James era... James. Divertido, amable, leal, y el mejor amigo que Sirius pudiera pedir en el mundo. Un mejor hermano de lo que incluso Regulus podía ser, pero terrible con las chicas que en verdad le interesaban.

—Vi tus bragas, creo que eran bragas —escuchó Sirius a James decirle a la pelirroja, que a pesar de ser más baja que él por al menos una cabeza, no se cortó en abofetearlo con fuerza y casi sacarle las gafas.

—¡Woah! Lo siento tanto —se disculpó Sirius por su amigo, casi al mismo tiempo que el otro miembro de Moonlilies lo hizo por su compañera—. Seguro que está en shock por el show.

—Infatuado —dijo James, que se acarició la mejilla que la pelirroja le había golpeado—. Soy James, y no me importaría otra de esas por tu número de teléfono.

La pelirroja pareció a punto de cumplir la mitad de su deseo, pero su amigo la detuvo a tiempo.

—Erm, mejor no, Lils. Quizá sea su fetiche...

—Ew —dijo la chica.

—Oh no, ignórenlo —dijo Sirius, que les tendió su mano por turnos—. Soy Sirius, y la verdad es que me gustaría invitarlos a nuestra mesa para hablar de negocios. Prometo que este idiota se comportará.

Los miembros de Moonlilies se presentaron a sí mismos como Remus y Lily (“¡Lily! ¿Escuchaste eso, Padfoot? La Lily de las Moonlilies”, seguido de un codazo para hacerlo callar), y aceptaron unírseles en la mesa siempre y cuando fueran en verdad negocios y no un pretexto de barato flirteo.

Fue Regulus quien les confirmó que iban muy en serio, porque tenían un tour en Asia y Australia que no podía quedarse sin show de apertura.

—¿Para qué banda estaremos teloneando? —Preguntó Lily, directo a lo que le interesaba.

—The Marauders —respondió Regulus, que tras examinar su rostro y el de Remus, hizo su propia pregunta—. ¿Los conocen al menos, no?

Remus asintió, pero Lily se encogió de hombros.

—Ni idea. Quizá hemos escuchado alguna canción suya en la radio, pero...

—Les enviaremos un disco —dijo Sirius, que tan sólo quería asegurarse que Moonlilies se les unirían a la gira—. Ahora, ¿están interesados o no?

Regulus se desvió hablando de pagos y regalías, además de la oportunidad de viajar por un número importante de países, y dejó entrever de paso que The Marauders tenían suficiente fama como para noche tocar un estadio lleno.

—Ok, suena interesante —dijo Remus, que tras intercambiar una mirada con Lily, asintió—. Nos gustaría ver los contratos.

—Genial, se los enviaré a su manager y-...

—Ugh —intervino Lily con una mueca—. Ya que lo mencionan, no tenemos manager, así que...

—¿Alguno de ustedes dos puede leer los contratos y darle su visto bueno? —Inquirió Regulus, siempre directo a los negocios.

—Yo —se ofreció Remus, que intercambió con él información y prometió tenerle una respuesta el mismo día en que le enviaran los contratos por correo.

Luego intercambiaron apretones de mano para sellar su compromiso, y aunque James hizo lo posible por caer en gracia de Lily, ésta lo mandó al carajo.

La primera vez, de muchas por venir...

 

Moonlilies se convirtió en el show previo a The Marauders en su tour por el Este del mundo, y en idéntica reacción, Sirius y James acabaron infatuados por sus nuevos compañeros de gira. Sirius de Remus, que parecía corresponder a su interés, y James de Lily, que lo detestaba, aunque se apaciguó en los días previos a la salida del país porque de algún modo consiguieron hacer migas cuando James decidió que comportarse era el mejor camino para ganarse el corazón de la chica.

—James debería desistir —dijo Remus un par de días antes del viaje, Moonlilies y The Marauders reunidos en el estudio de estos últimos, y con Lily y James en su set de batería discutiendo (su forma favorita de comunicación) acerca de sus respectivas técnicas y cuál era la mejor.

Para la ocasión, Peter se había presentado ante Moonlilies como el último miembro de The Marauders, el bajista y cantante ocasional, y les había dado su visto bueno.

—James no sabe cuándo detenerse —le respondió Sirius a Remus, los dos sentados en un amplio sofá que servía como cama en las noches en que se quedaban en el estudio componiendo una nueva canción—, es por eso que The Marauders ha llegado lejos.

—Ya, lo mismo podría decir yo de Lily, pero...

—¿Pero? —Presionó Sirius a contarle.

En la escasa semana que tenían de conocerse, las dos bandas habían armonizado de manera sorpresiva, tanto musicalmente como entre los miembros de ambas agrupaciones, exceptuando quizá a James y a Lily que actuaban como críos de kindergarten jalándose el cabello para expresar su afecto mutuo, pero esa era harina de otro costal. A base de preguntar e interpretar, Sirius había ido deduciendo que Moonlilies había tenido un revés en su carrera, aproximadamente un año atrás, y que el asunto tenía que ver con su ausencia de manager.

Regulus había sido el único al que Remus y Lily le confiaran lo precario de su situación y había accedido a fungir como su manager temporal mientras tuviera duración el tour, y aunque Sirius le preguntara a su hermano por los chismes más jugosos de ese asunto, éste se resistió y no soltó prenda.

—¿Regulus te ha dicho algo de...? —Inquirió Remus en voz baja, y Sirius denegó con la cabeza.

—Mi hermano puede ser un completo bastardo cuando lo quiere, pero no es de los que traicionan ni tampoco habla de más.

—Ya veo. —Remus suspiró—. Mira, no es que quiero guardármelo para mí, pero es más bien un asunto de Lily y es ella la que decide quién conoce nuestra historia, así que... Lo siento.

—No hay de qué —respondió Sirius con ligereza—. No pasa nada.

Excepto quizá, que la curiosidad le producía picazón en el alma.

 

La mañana en que se reunieron en el aeropuerto para empezar el tour, Moonlilies arribó con aspecto sombrío. Remus lucía molesto, casi furioso, en tanto que Lily se presentó con gafas de sol y aspecto de haber llorado a juzgar por las manchas rojizas de su rostro.

Regulus al parecer estaba al tanto del asunto, porque se apresuró a intercambiar palabras con ellos, hacer unas llamadas, y por último asegurarles que ya todo lo que les preocupaba estaba solucionado y no tenía nada más de qué angustiarse.

Por su parte, James no se demoró en acercarse a Lily para preguntar qué ocurría, y ante el hermetismo y las negativas de la chica en contarle nada, compró para ambos dos frappuccinos a precio de robo por estar dentro del aeropuerto y se sentó a su lado para hacerle compañía.

Sirius hizo lo mismo con Remus, y fue así como terminó por enterarse de los pormenores.

Al parecer, en el pasado Lily tenía un amigo de la infancia llamado Severus Snape que siempre estuvo a su lado. Remus había sido un amigo posterior con el que Lily compartía su pasión por la música y el deseo de formar una banda. Severus no había encontrado aquella relación apropiada a sus intereses románticos ocultos, y por años les acusó de estar juntos a sus espaldas hasta que Remus le presentó a su novio y entonces los argumentos en su contra se tornaron homofóbicos.

Lily lo toleró porque ella y Severus eran amigos de toda una vida, incluso si sus avances en el plano romántico no eran para nada bienvenidos.

En un punto, Remus se unió a un amigo en común que Lily y él tenían como conocido y los tres formaron una banda tentativa que Severus se encargó de hundir asegurándoles que no iban a llegar a ningún lado.

Lily le puso un alto a su actitud, y aunque lo intentaron, de vuelta sólo quedaron ella y Remus, conformándose como Moonlilies y haciendo lo que podían entre los dos. Para entonces ya habían terminado la universidad y tenían empleos, así que la banda se llevaba todo su tiempo libre y Severus de vuelta había empezado con su negatividad.

—Él siempre estuvo enamorado de Lily y ella no sabía cómo rechazarlo sin ponerle fin a la amistad. Fue peor cuando él insistió en ser nuestro manager. Tenía un par de contactos en amigos que hizo en la universidad, y en parte funcionó, pero... —Prosiguió Remus su historia, que como Sirius suponía, no iba a tener un final feliz.

Y no lo tuvo.

Su primer EP hizo ventas decentes en las plataformas en las que lo lanzaron y se habló de un pequeño tour, pero Severus empezó a actuar como un lunático en torno a Lily, insistiendo en que la fama de Moonlilies era su obra y por lo tanto Lily le debía más que su amistad. Lily llegó al tope de su paciencia y se sentó a hablar con él al respecto, de una vez por todas explicándole sin ambages que ella sólo lo consideraba un amigo y que no podían seguir así por más tiempo.

Severus estalló, y Lily se llevó la peor parte con una bofetada que le cerró el ojo y marcas en los brazos y espalda de cuando intentó huir.

El asunto finalizó con el despido de Severus como manager, el fin de su amistad, Moonlilies en hiatus y Lily temerosa hasta de su propia sombra.

—Lily tardó casi tres semanas en volver a salir de mi piso, y sólo porque Severus insistió en dormir a la entrada de mi puerta y amenazó con romper una ventana para entrar y disculparse. Lily puso una orden de restricción en su contra, pero...

Boquiabierto por aquella historia, Sirius observó del teléfono de Remus la fotografía de un enorme ramo de rosas que Lily había recibido esa misma mañana, y que resultó ser de Severus.

—No venía con una nota, sino con una asquerosa carta recordándole que debería estar agradecida con él por la banda, que debía comportarse en este tour, y que la esperaba de vuelta... También con una advertencia...

Sirius contuvo el aliento, porque se temía que era algo horrible, y su premonición no le falló.

—La semana pasada James vino a nuestro piso a dejar unas guías del tour, y al parecer Severus lo vio entrar y salir. Lo mencionó en su carta, y dio un ultimátum con ponerle un alto.

—Mierda...

—Lo siento si toda esta porquería los salpica —se disculpó Remus—. Hablamos de esto con Regulus antes de firmar el contrato del tour, pero no creímos que Severus llegaría tan lejos como para lanzar amenazas.

—Regulus no mencionó nada, pero si no lo hizo es porque él mismo va a tomar cartas en el asunto. No te preocupes —dijo Sirius, poniéndole a Remus una mano en el hombro—. Este asunto no llegará a más.

Pero poco sabía él que estaba equivocado...

 

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Notas finales:

4 capítulos en total y como siempre actualizo más rápido con comentarios que sin ellos, pero que nadie se sienta forzada a nada. Esto es por gusto o no es nada.


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