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Valió la pena por Roronoa Misaki

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Notas del fanfic:

Disclaimer: Los personajes de One Piece le pertenecen a Eichiro Oda, y este fanfic se escribió sin fines de lucro.

Notas del capitulo:

Tenía este fanfic escondido en mi computadora desde hace muuuuucho tiempo xD No sé por qué nunca lo publiqué, así que aquí está. 

[Valió la pena]

De esos momentos tranquilos e inundados de una silenciosa paz, esos que en realidad son escasos en medio del día a día tan ajetreado en la gran ciudad, donde todo el mundo corre a toda prisa sin detenerse a tomar siquiera un segundo para respirar con profundidad; es en uno de esos momentos, cuando despierta la mañana de su día libre y tan sólo se queda observando al hombre que duerme a su lado, con un caluroso cariño inundando sus ojos mientas acaricia su rubio cabello con suavidad y delinea el contorno de su rostro con la yema de los dedos, que Zoro reafirma una vez más que todo valió la pena.

Valió la pena haberse salido de casa de sus padres a los catorce años sin nada más en su bolsillo que unas cuantas monedas y el viejo envoltorio de un chicle, el haber vagado por la calle obteniendo lo necesario para comer gracias a los pequeños mandados que realizaba para la poca gente que alguna vez le tendió la mano, y dormir en los callejones helados y solitarios con su roída chaqueta como único medio para obtener calor. Haber pasado años yendo y viniendo de un lugar a otro, algunas veces sin tener más opción que luchar contra otros pobres diablos de la calle como él para seguir viviendo y obtener tan sólo un bocado de un pan rancio con el único objetivo de que algo cayera en su estómago. Soportar todo eso, hasta haber encontrado a quien confió enteramente en él por primera vez en mucho tiempo, a ese amable y risueño anciano que le ofreció un empleo humilde y un techo bajo el cual vivir, quien se preocupó por él y veló por su salud durante tanto tiempo, hasta llegar a tratarlo como su propio hijo.

También lo valió el haber ahorrado el dinero suficiente para terminar los estudios que había abandonado, el tomar el examen de ingreso a la universidad dos veces hasta aprobarlo, el partirse el lomo trabajando y estudiando al mismo tiempo, el ganar y perder amistades aquí y allá hasta encontrar y definir a quienes quería y sabía que se quedarían a su lado, pasara lo que pasara; vivir decepciones una y otra y otra vez, y aun así nunca rendirse; tropezar y caer cientos de veces para siempre volver a levantarse y sanarse las heridas; el vivir y pararse con la frente en alto ante aquellos que intentaron hacerle sentir inferior tan sólo por ser él mismo; el caminar en medio de bosques oscuros y fuertes heladas, para poder llegar a encontrar de nuevo la luz del sol.

Todo eso, para llegar hasta este punto, a este momento actual en el que esos hermosos ojos azules comienzan a abrirse con lentitud y a despejar su ensoñación, donde esos dulces labios se curvean en una suave sonrisa al identificarlo y ese cálido cuerpo se apega a él acurrucándose entre sus brazos.

Entonces besa su cabeza con aroma a Jazmín con miel y toma la mano del hombre que lo acompaña hasta llevarla a sus labios y depositar un casto beso en el anillo matrimonial que él mismo deslizó en ese lugar tiempo atrás.

—Buenos días, bello durmiente —comenta con una sonrisa ladeada y un poquito burlona.

—Buenos días, marimo —contesta Sanji de la misma forma, acercándose lo suficiente a su rostro para plantar un cálido y cariñoso beso en su boca.

Sí, todo valió la pena, porque cada paso que dio y decisión que tomó en su vida, lo han traído hasta este lugar, y si le dieran la oportunidad de volver al pasado, lo viviría todo otra vez, con tal de estar aquí ahora. Porque no se arrepiente de nada.

Notas finales:

Gracias por leer.


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