Capitulo 1. Te conocí.
En un gran bosque iluminado solo por la luz de la Luna en donde los únicos sonidos que se pueden escuchar son el suave ulular de las lechuzas y los pequeños zumbidos de algunos insectos .En el pequeño sendero que conduce a las profundidades de aquel bosque se podía divisar una marcha de fuegos fatuos danzando suavemente dirigiéndose a las entrañas del bosque.
Varias luces fantasmagóricas se desprendían por todo el bosque acompañadas por las luces de las luciérnagas entre todas esas luces se encontraba una pequeña llama negra que poco a poco tomo una forma humana, una chica de hermoso y largo cabello verde adornado con algunas hojas de otoño de hermosos y cristalinos ojos azules, una piel extremadamente pálida y falta de vida. Vestida con un largo vestido blanco y sin usar ningún tipo de calzado, varias cadenas plateadas, doradas y negras envolvían sus piernas y tobillos sin impedirle el movimiento a simple vista podía ser confundida con una ninfa del bosque.
Esta chica observaba con fascinación aquella pequeña marcha de fuegos fatuos mientras todas las pequeñas luces que antes la acompañaban se unían a aquella marcha convirtiéndose en fuegos fatuos. Se acerco lentamente a aquella marcha hipnotizada por sus gráciles movimientos y cuando estuvo lo suficientemente cerca de ellos, noto como lentamente tomaban formas humanas y se volvían una verdadera marcha fantasmagórica. Había todo tipo de fantasmas, ancianos, niños, jóvenes, adultos, jovencitas etc.
Una chica de cabellera negra un poco más debajo de la cintura, con ojos de color chocolate, piel blanca de vestuario un poco extraño como el de una antigua sacerdotisa y una hermosa sonrisa se le quedo viendo fijamente, deteniendo cualquier movimiento y presentándose.
-Hola, mi nombre es Isabel ¿me puedes decir quien eres? – La chica de cabellera verde se le quedo viendo fijamente pérdida en aquella profunda mirada – Disculpa, ¿Cómo te llamas? – Volvió a preguntar Isabel.
- Mi… ¿nombre? – Pregunto la chica haciendo un ligero movimiento de cabeza mientras se encontraba desconcertada – Yo…yo… no lo recuerdo – respondió confundida.
- Entiendo – Isabel guardo silencio pensativa - Esperaba que no fuera lo que me imaginaba, pero parece que es así – Isabel murmuro para si misma – Nosotros la marcha que aquí puedes ver, somos almas a las que nos fue prohibida nuestra reencarnación por alguna acción imperdonable que cometimos. Nuestra misión es guiar a las almas al círculo de la reencarnación y ayudar a las almas olvidadas a alcanzar la nueva vida, a cambio nosotros al hacerlo podemos ganar el permiso para reencarnar – Explico Isabel a la chica de cabellera verde.
- ¿Por qué me explicas esto? – Cuestiono la chica para luego llegar rápidamente a una conclusión - ¿Yo soy un alma olvidada? ¿Tú sabes quien soy? – pregunto con una ligera esperanza.
- Si tú eres un alma olvidada y yo solo se tú nombre. Sabes lo que importa no es quien eres si no lo que te ata a este mundo -
- Solo mi nombre… entonces podrías decírmelo por favor ¿Pero por que no importa quien soy? – pregunto seriamente, mientras fulminaba con la mirada a Isabel.
- Tu nombre es Catherine, no me mires así no es como si hubiera dicho que no importa quien eras si no que tenias que concentrarte en lo que tiene prioridad y eso es saber que te ata a este mundo después de todo una vez que lo sabes todos tus recuerdos regresaran a ti –
- Así que a eso era a lo que te referías, oye Isabel dijiste que tu misión es ayudar a almas olvidadas a encontrar su camino a la reencarnación y yo soy una de esas almas ¿Entonces tu me ayudarías a encontrar lo que me ata a este mundo? – pregunto esperanzada Catherine
- ¡No quiero! – Respondió Isabel infantil mente mientras se sentaba bajo la copa de un gran árbol.
- Si no tenias planeado ayudarme ¡¿POR QUÉ DIABLOS VIENES TODA SERIA A EXPLICARME LA MALDITA SITUCION Y ME LLENAS DE EXPECTATIVAS?! – Catherine estaba exasperada y quería ahorcar el ectoplasmatico cuello de Isabel.
-Bueno, soy la líder de la marcha y mi principal deber es guiar a todas las almas al circulo de la reencarnación pero después de hacerlo una y otra vez durante mas de mil años se vuelve aburrido, tenia ganas de tomar unas vacaciones entonces te vi y decidí usarte de pretexto para descansar y alejarme de la marcha por eso fingí ser una persona seria mientras la marcha se alejaba de nosotros – Respondió honestamente mientras acariciaba una pequeña lechuza que se había acurrucado en sus piernas.
- Ya veo… - Aun incrédula a Catherine se le ocurrió un plan y pregunto - ¿Qué tipo de persona te gustaría para tener de pareja? – mostrando una sonrisa aterradora.
- No… no… se lo que estés planeando pero te aviso que no funcionara, no pienso ayudarte y perder tiempo valioso de pereza – Respondió titubeante Isabel al ver la sonrisa de Catherine.
- Si no va a funcionar, entonces solo responde honestamente a lo que te pregunto – Reto
Isabel no iba admitirlo pero Catherine era la viva imagen de la chica con la que siempre había soñado pero su tiempo de relajación era más importante que su chica ideal así que decidió contestar ambiguamente – Me gustan las personas con un cuerpo bien formado, serias pero de expresión alegre – respondió Isabel para luego murmurar con un sonido casi inaudible mientras su cara se ponía de un suave tono carmesí mientras jugaba con las esponjosas plumas de la lechuza – y que sea capaz de protegerme – Catherine no oyó lo ultimo, cubrió todo su cuerpo de espesa neblina y tomo la forma de un físicoculturista de grandes bíceps, calvo, con un tatuaje de un ancla en el pecho, con expresión alegre y en interiores para que su cuerpo resaltara mas.
-¡AHHHHH! ¡ALEJATE DE MÍ! – Isabel abrazo a la lechuza que estaba sobre sus piernas mientras corría a esconderse detrás del árbol en el que estaba recargada.
Al oír los gritos Catherine se preguntaba que le pasaba a Isabel hasta que se dio cuenta Isabel le tenía pavor a la forma que había tomado cuando ella daba un paso en dirección a Isabel ella gritaba y retrocedía mientras pequeñas lagrimas se asomaban por sus ojos – No es esta la apariencia que dijiste que te gustaba ¿Acaso no te gustan los hombres? – Pregunto Catherine juguetona mente aunque ya presentía la respuesta.
-Me gustan las chicas…. Pero aquí ese no es el problemas le tengo pavor a los físicoculturistas, aléjate o mejor aun vuelve a tu verdadera apariencia – Respondió Isabel mientras se alejaba 10 metros de Catherine, ella solo sonrió para si misma no era lo que tenia planeado pero de igual manera funcionaba.
- Si quieres que regrese a mi verdadera figura, me tienes que prometer que me ayudaras a encontrar lo que me ata a este mundo y a entrar en el circulo de la reencarnación – Amenazo a Isabel mientras en un descuido la logro capturarla en sus dos grandes brazos. Isabel se puso aun mas blanca mientras abrazaba con fuerza a la pequeña lechuza a la que nombro Selene mientras lloraba, juraba que la ayudaría y suplicaba que la soltara.
-Si no lo cumples volveré a tomar esta forma – Dijo Catherine mientras dejaba suavemente en el suelo a Isabel y regresaba a ser la chica que en realidad era. Isabel perdió el equilibrio y no dejaba de llorar mientras Selene ululaba tratando de consolarla, Catherine se sintió bastante culpable sin saber porque al haber puesto a Isabel de aquella manera, la abrazo cuidadosamente como si estuviera abrazando una frágil pieza de cristalería – Lo siento no debí de aprovecharme de aquella forma cuando me di cuenta que le tenías pavor. Te prometo qué no lo volveré a hacer – Catherine se disculpo mientras le daba un pequeño beso en la frente a Isabel y acariciaba suavemente su brillante cabello negro – No también es mi culpa no debí orillarte a recurrir a esos trucos solo porque después de mucho tiempo quería descansar un poco después de todo guiar a las almas olvidadas es mi castigo y no lo debo olvidar – Respondió un poco mas calmada mientras ponía una falsa sonrisa y dejaba escapar unas cuantas lagrimas.