Login
Amor Yaoi
Fanfics yaoi en español

Hipotéticamente improbable por hikari no renkinjutsushi

[Reviews - 0]   LISTA DE CAPITULOS
- Tamaño del texto +

Notas del capitulo:

Kary de mi vida, espero que te guste, yo no supe como llegué a esta pareja Crak XD

Love You 3000

 

 

Se detuvo un momento al llegar a la estación, miró por encima de la gente buscando un cabello rubio de corte irregular sin encontrarlo. Miró su reloj, estaba veinte minutos antes de lo acordado por lo que encendió su consola portátil para un juego más, al menos así mataría tiempo y se olvidaría de esos nervios que le hacían sudar las manos.

 

No era la primera vez que estaba ahí, pero sí la primera vez que iría a recibir a su novio oficial – o tan oficial como pudiera ser alguien de tercero de preparatoria – antes de llevarlo a casa y presentarlo a sus padres. Ya antes había hablado con ellos sobre sus preferencias, pero estaban infinitamente sorprendidos de su elección. Los padres de Kenma habían jurado que él y su amigo de la infancia terminarían juntos en algún punto, sin embargo no fue así. Y no era porque Kenma no lo hubiera deseado con todas las ganas del mundo, sino porque en cosas del corazón no hay nada escrito; y para Kuroo no hubo nadie más que Tsukishima desde que se habían reunido con el Karasuno para ese primer partido de práctica. Kenma pensó que para Tetsuro, Kei sería un amor imposible, así como Kuroo lo era para él mismo – No todos tenían la suerte de Bokuto con Akaashi – Y dolió… claro que dolió horriblemente cuando Tetsuro había venido a Kenma con la feliz noticia de que el chico amargado había aceptado salir con él, y dolió aun mas cuando comenzó a notar que todo el tiempo que antes era dedicado a él ahora era dedicado a alguien más, aunque el mayor se esforzó por no hacer a un lado a Kenma.

 

No fue fácil para el chico pudín, pero lo había sobrellevado lo mejor posible hasta que Kuroo se graduó de la preparatoria y dejaron de verse frecuentemente. Encontrase con Tsukishima era cosa aparte, lo hacía solo en los campamentos de entrenamiento y nunca interactuaban a solas fuera de un partido. Kenma nunca hizo mayor esfuerzo por conocerlo, su corazón roto no se lo permitía, y Tsukishima era lo suficientemente listo como para ver lo que su lerdo novio no notaba en los sentimientos y comportamiento de Kozume, por lo que se mantenía alejado. Y luego… luego Kenma no supo como fue que todo comenzó a moverse tan rápido para él.

 

Había sucedido en su tercer año, justo cuando volvieron a ir a las nacionales. Kozume había visto muchos partidos del Shiratorizawa antes, sin embargo nunca se habían enfrentado con el Nekoma. Aunque lo hubieran hecho, probablemente el gato jamás se habría acercado a ninguno de los intimidantes jugadores del otro equipo, ser un idiota buscapleitos era trabajo de Tora, no de él. Y aun así se las arregló para toparse de cerca con su armador.

 

Al parecer de Kenma, Shirabu era solo un armador más, pero eso no evitó que desviara su mirada de todos modos. Iba retirarse pacíficamente mientras pudiera, pero Kenjro lo detuvo con unas pocas palabras.

 

-          Nosotros ganaremos – Kenma lo miró al fin, sintiendo un escalofrío recorrer su columna – No importa que sean buenos, seguimos siendo más fuertes – Eso tomó por sorpresa a Kozume. Más que arrogancia percibió que lo estaban desafiando seriamente, por lo que no pudo evitar la leve sonrisa que se formó en su rostro.

 

-          Buena suerte intentando

 

El partido transcurrió rápido, sin embargo en sus cabezas todo fue en cámara lenta. Ambos retándose en cada jugada, observándose de reojo de vez en vez, divirtiéndose en el proceso. No importaba cuanto lo intentara, Shirabu no perdía de vista al pequeño gato del otro lado de la red, ya lo había visto jugar previamente, capturando su atención desde el año anterior en el partido contra Karasuno. Sabía que eran completamente diferentes como jugadores, él se desvivía por hacer notar al as del equipo – aunque la fuera de los partidos se esmeraba por no estrangular a Goshiki – mientras que Kenma era apoyado por todos los demás. No había que ser muy listo para notar el alto nivel de estrategia del otro o la infinita paciencia que el gato tenía, a diferencia de él que perdía los estribos fácilmente.

 

El partido terminó y el resultado había sido lo de menos, en aquel momento todo lo que le interesó a ambos fue el choque eléctrico que sintieron al estrechar sus manos cuando todo acabó, tal vez fue la adrenalina, tal vez magia, igual no pudieron quitarse la sensación que persistía en su piel. Cada uno se había ido con su equipo, pero fue la impaciencia de Kenjiro lo que lo motivó a buscar a Kenma para pedirle su contacto telefónico. Estaba nervioso pero igual no dudó con todo y que se notaba que el más bajito estaba inquieto.

 

Shirabu no era de los que creyeran en cosas como el destino o amor a primera vista, lo consideraba ridículo, pero hasta un negado del romance como él debía admitir que no quería dejar pasar la oportunidad de conocer mejor al chico pudín y así dejar ir ese sentimiento de inconformidad que aun le causaba su enamoramiento anterior, de todos modos sabía que Ushijima no veía a nadie mas que a Tendou, tal vez a Oikawa, pero eso era con fines profesionales – o de acosador profesional, era lo mismo en su caso - Por otro lado, Kozume no supo que decir, era buen observador, magnífico en eso en realidad, y notaba la atención que el otro chico le estaba dando. Aún con manos temblorosas se las arregló para anotar el numero de Kenjiro en su teléfono, no parecía un mal chico, así que darle una oportunidad de conocerlo era buena idea.

 

Los mensajes que compartieron shirabu y Kenma despues de aquello eran pocos y no muy frecuentes, la personalidad de ambos y sus pocas habilidades sociales – que Goshiki, Hinata y Lev se esforzaban por mejorar en sus amigos – no les permitía nada mas allá de charlas ocacionales y referentes al vóley o la escuela, cosas triviales como fotos de gatos o algunas experiencias graciosas que hacían reír al otro. Ambos habían aceptado que tal vez aquello sería solo una relación de “conocidos” y que tal vez no volverían a verse, sin embargo un campamento de entrenamiento los juntó de nuevo.

 

En esa ocasión no había sido necesario tocarse siquiera, en cuanto Kenma cruzo su mirada con la de Shirabu, supo que debía ir a él. Sonrieron brevemente y hablaron con normalidad, ignorando los latidos que les producía la presencia del otro y las miradas extrañadas de los demás miembros de ambos quipos.

 

Durante las prácticas se miraban analizando los posibles movimientos de su oponente, durante el almuerzo se sentaban juntos para evadir el escándalo de los demás jugadores. Se sentaban lo suficientemente cerca como para rozar sus brazos “accidentalmente” al estar uno junto al otro mientras ambos se quejaban de las tonterías de Goshiki, Lev y Tora, o simplemente pasar el rato en silencio antes de regresar al entrenamiento vespertino.

 

Fue durante el penúltimo día de entrenamiento que Kenjiro soltó la bomba durante la cena, Kozume estaba jugando en su consola mientras Shirabu lo miraba por encima del libro que el estaba leyendo, de pronto solo lo dijo

 

-          Creo que me gustas, Kenma – el de cabello teñido simplemente levantó la mirada de su videojuego para mirar a Kenjiro

 

-          ¿qué? – fue lo único que pudo decir de momento debido a la sorpresa

 

-          Me gustas, desde nuestro partido en las nacionales, o tal vez desde el partido del Nekoma contra el Karasuno en año anterior… no lo sé – la boca de Kenma se abrió ligeramente, nada salió – está bien, no necesitas responder, solo quería que supieras – Shirabu se levantó de su silla, y acariciando la cabeza de Kenma se marchó. El jugador de Nekoma se quedó ahí estatico hasta que el sonido del “game over” lo regresó a la realidad, notó sus mejillas ardiendo y algo revoloteando en su estómago.

 

No durmió nada esa noche, y su desempeño al día siguiente fue terrible, tampoco podía mirar a Kenjiro sin sonrojarse. No tenía idea de cómo acercarse ni que decirle. Después de perder el último set por distraído y ejecutar el castigo correspondiente a los perdedores salió del gimnasio. Decidió que necesitaba refrescarse por lo que metió su cabeza completa bajo un chorro de agua fría en las piletas externas, y ahí lo encontró Shirabu diez minutos después, completamente empapado y con las mejillas sonrojadas

 

-          ¿estás bien? – Kenma asintió levemente e iba a huir, cuando Kenjiro apartó los mechones de su rostro empapado, fue apenas un roce, pero fue suficiente como para cortarle la respiración – eres un desastre, te enfermarás si… - y eso fue todo lo que alcanzó a decir antes de que sus labios fueran capturados por los del menor

 

-          También me gustas

 

Eso había sido todo, comenzaron a salir, una relación a distancia que no era fácil, con citas escasas e insuficientes momentos privados, pero los hacía aprovechar al máximo el tiempo que pasaban juntos. Los amigos de Kenjiro estuvieron sorprendidos de que alguien lo aguantara, y Kuroo se había mostrado escéptico pero animado

 

-          ¡No puedo creer que hayas conseguido a alguien así¡ ¿hablan de algo? Es como si salieras contigo mismo

 

-          Creo que lo que te sorprende es que tengamos el mismo gusto, Shirabu es igual de amargado que Tsukishima, no te descuides o podría intentar robártelo – eso había callado a Tetsuro

 

La concentración del Kozume se vió interrumpida cuando notó a alguien parado junto a él. Shirabu traía un par de maletas grandes, pronto se mudaría a Tokio para la universidad.

 

-          ¿Cuánto tiempo has estado ahí?

 

-          Como dos minutos sin que lo notaras – el menor suspiró guardando su videojuego en la bolsa de su chamarra, al final no había podido jugar – ¿En qué pensabas?

 

-          En nosotros… la mayoría diría que esta relación era hipotéticamente imposible – Shirabu guardó silencio pensando en la infinidad de factores que habían influido en ellos, la distancia entre ambos, las personalidades tan poco abiertas, la probabilidad de conocerse y hacerse amigos, Kuroo y Ushijima en sus vidas. ¿qué habría pasado si algo hubiera sido diferente? Decidió que no le importaba.

 

-          No era imposible, solo era “hipotéticamente improbable” – Kenma le sonrió, tomó una de las maletas y arrastró a Shirabu con él, tomados de la mano por las calles de Tokio.

Notas finales:

Gracias por leer 


Si quieres dejar un comentario al autor debes login (registrase).