Capítulo 1: Antoine
Un exitoso espía estadounidense de ascendencia francesa, muy atractivo, codiciado por hombres y mujeres, de estura media (1.78 m), delgado blanco de pelo castaño claro y ojos violetas de finos rasgos y buena figura.
Estaba en un día cualquiera cumpliendo una de sus misiones.
Se ubicaba en medio oriente, desarticulando una sede de inteligencia de un grupo terrorista que tenía horribles planes para la humanidad, junto a su compañero Brian quien siempre le tuvo celos.
Él se llama Antoine, y en el mundo del espionaje es mejor conocido como Slayer
Una vez culminada su misión, Esta era otro éxito para su dupla, aunque Brian, sintiera que todo el crédito seria para Antoine como siempre, el siempre a tenido celos de este, no solo por el crédito, Antoine causaba algo en el que no podía explicar, algo que le molestaba, pero no entendía el por qué, planeaba desde hace mucho tiempo deshacerse de él, en su próxima misión en el caribe lo concretaría.
Una vez en la agencia, su presidenta los felicita a los dos, dándoles a conocer que su siguiente misión seria en una isla del caribe.
….
La misión comenzaba bien para los dos, ambos compañeros habían acordado, que mientras Brian iba la sala de inteligencia, acabar con los disidentes, Antoine iba a la sala de máquinas donde existían muchos explosivos y elementos incendiables.
Sin embargo, Brian había terminado antes, con el fin de llevar a cabo su maléfico plan.
Fue hasta donde Antoine y lo ataco por la espalda dejándolo inconsciente, y mientras este estaba indefenso lo amarro a uno de los contenedores lleno de elementos químicos inflamables le prendió fuego al lugar, y despertó Antoine solo para observar su cara desesperación.
- ¿¡Que crees que haces!? – Dice furioso el ojos color de noche
- ¿Tú que crees? ¿O pensaste que de verdad éramos amigos? – dice el hombre rubio con sarcasmo
- ¿Eres tan ingenuo, que crees que no voy a poder desatar un simple nudo? ¡Somos espías ridículo! – Dice el castaño exasperado
- Te hice un nudo especial, no podrás descartarlo
- Cuando salga de aquí, te hare la vida imposible ¡Me Oyes!
- ¡Oh no, tu no vas a salir de aquí! –Dice cerrando la puerta
El rubio escapa, pensando que acabo con el hombre que era su problema.
Mientras que Antoine, seguía luchando por su vida, en esa base, pasaron 5 minutos y al fin pudo desatarse, pero la puerta del cuarto de máquinas estaba cerrada estaba atrapado, porque lo que tuvo que saltar por unas de las ventanas del lugar enterrándose muchos escombros puesto que el lugar exploto tras él, con la fuerza de la explosión, este es arrastrado al mar
En ese momento el castaño pensó que iba morir, producto de sus heridas o siendo comida de los tiburones, pero estaba tan agotado que simplemente perdió la conciencia, quedando a la deriva en el mar.
Cuando despierta sigue en el mar, pero es arrastrado por un atractivo hombre moreno de ojos color miel, musculoso de pelo largo, alto, que lo lleva hacia una isla, está a punto de reclamar, pero se desmaya otra vez
Al despertar encuentra su cuerpo desnudo y vendado por aquel hombre, que calienta más vendas cerca de una fogata.
Al mirar el lugar puede darse cuenta que está en una choza. Hacha de un material parecido a la paja, mesclado con madera
Antoine se encuentra asustado- : ¿Quién eres? ¿Y qué quieres de mí? – Pregunta tomando un palo para defenderse
- Hola, también es un gusto conocerte –Dice el moreno con sarcasmo – Te encontré en el mar, te ibas a congelar, llevabas muchas horas ahí, y estabas perdiendo mucha sangre, fue un milagro que siguieras con vida.
- ¿Cómo hablas español?, si eres un nativo – dice incrédulo
- ¿Cómo hablas español tú?, si eres un gringo – dice el ojos de miel
- Es parte de mi oficio – dice cansado - ¿y tú?
- Yo he vivido aquí toda mi vida, conviviendo con gente hispano hablante, creo que no es difícil de deducir.
- ¿Además como sabes, que soy americano?
- Norte americano, americano somos todos en el continente, mientras te salvaba, empezaste a decir cosas en inglés.
- Podría ser británico
- El acento británico, es diferente
En ese momento se produjo un silencio incomodo entre aquellos hombres muy atractivos.
- Gracias por salvarme, te debo la vida – dice el castaño- Yo me llamo Antoine, ¿y tú?
- Así que francés, mira eres una caja de sorpresas Antoine, yo me llamo Alejandro.
- Tienes un nombre español
- Sí, soy descendiente, de españoles por el lado de mi madre.