Capitulo Uno: Destino...
-Bellanor Winterlight! Tu nunca seras un Caballero de la Orden Sagrada!!
Bella no pudo evitar reir, escondiendose detras de sus delicados brazos, mientras la saliva salia volando de la boca de su instructor. Algunas gotas se quedaban pegadas a la inmensa barba gris, lo cual provocaba asco y mas risas, no solo del estudiante el cual estaba siendo regañado, pero tambien de aquellos que se habian aglomerado alrededor de la arena de entrenamiento.
Otros instructores, caballeros y aprendices habian dejado sus quehaceres en favor de ver el nuevo desaster que Bellanor iva a provocar, sacando de quizio a su maestro de turno.
El viejo Reynfrey habia sido el pobre desdichado quien debia intentar domar al joven aprendiz de caballero. En este momento, con su cara adquiriendo un tono tan rojizo que podria rivalizar con un tomate, y una vena brotando en su sien, Reynfrey se preguntaba a que deidad habia enfurecido para merecer dicho castigo.
-Te eh explicado este conjuro por mas de cinco cuatro horas.- Con un largo suspiro de cansancio, Reynfrey trato de ignorar la lave risa que sacudia el cuerpo del muchacho frente a el. -Cualquier otro aprendiz de tu edad ya a sido capaz de llamar a su espiritu acompañante. Pero tu Bellanor, ni siquiera puedes empezar el hechizo de convocacion!
Porfin logrando calmar su risa, Bellanor acomodo su largo cabello dorado, colocandolo detras de su oreja y sonriendo de manera inocente hacia su profesor.
-Lo siento mucho maestro. -La voz de Bellanor llevaba una pizca de remordimiento... pero, su postura y personalidad demostraban lo mucho que estas palabras le afectaban... casi poco o nada realente. No era la primera vez que oia esto. -Prometo esforzarme mas la proxima vez.
Despues de todo... Nadie le negaria la oportunidad, no sabiendo quien es el padre de Bellanor. De eso estaba seguro.
-No habra proxima vez Bellanor.
O tal vez no.
Abriendo los ojos como platos, Bellanor vio como Reynfrey se daba la media vuelta, dejando detras la arena de entrenamiento. Bellanor se apresuro a seguirle.
-Maestro! No puede hacer eso! Mi padre...
-Tu padre espera grandes cosas de ti Bellanor, pero tu pareces no entender que no todo se te va a dar asi como asi!- Reynfrey se dio la vuelta, encarando al rubio y mirandole con decepcion. Era una pena que alguien con semejante potencial fuera tan orgulloso y no se diera cuenta de que lo estaba desperdiciando. Muchos aprendices matarian por tener el don natural que Bellanor llevaba en la sangre. -Y no te preocupes, yo mismo pienso informar al rey del poco progreso que has hecho en el año que llevas aqui estudiando.
Dicho esto, Reynfrey dejo atras a un palido Bellanor.
Si su padre, el rey, se llegaba a enterar que Bellanor no habia avanzado en nada desde su llegada al templo celestial, el estaria en problemas!
Su padre le habia mandado al templo hacia ya casi un año entero, una vez que Bellanor demostro poseer la sangre angelical que corria por las venas de la familia real.
Siendo un Nephilim, Bellanor deberia haber sobresalido por encima del resto de los estudiantes, convirtiendose en un caballero de la Orden Sagrada al final del año. Y aunque si habia logrado aprender la mayoria de los hechizos elementales, sagrados y de purificacion... Bella nunca podia lograr pasar el examen de convocacion.
Todo caballero de la Orden debia conseguir pasar ese examen para seguir avanzando, ya que un espiritu o criatura acompañante eran necesarios para controlar los mas poderosos hechizos. Los acompañantes eran criaturas bendecidas por los angeles y eran capazes de grandes proezas, ayudando a los caballeros mediante un lazo que les unia en alma.
Pero por mas que Bellanor se esforzaba, haciendo los circulos de convocacion y diciendo las palabras correctas... su alma no parecia atraer a ninguna criatura sagrada. Bellanor hubiese dado lo que sea por crear un lazo con una criatura poderosa, come un grifo, un dragon o incluso un angel!
Pero no.
Nada respondia al llamado de su alma...
Pateando el suelo, Bellanor abandono la arena de entrenamiendo, haciendo caso obmiso a los susurros de los otros aprendices. Que sabrian ellos del esfuerzo que el rubio estaba haciendo? Absolutamente nada!
Queriendo escapar de todo, Bellanor hizo su camino hacia la gran biblioteca. Tal vez se le habia escapado algo. Algun detalle o manera de hacer que su alma fuera mas llamativa para los espiritus acompañantes. Tenia que haber algo que el estaba haciendo mal!
Atravezando el elegante laberinto que era el jardin sagrado, caminando por pasillos de marmol y granito blanco como la nieve, Bellanor llego a su destino.
No muchos caballeros y aprendices iban a la biblioteca antigua, de no ser que fuera totalmente necesario. Y por ello, era la habitacion favorita de Bellanor. No habia nada mejor que el silencio que proveia. No habia susurros hacerca de sus fallas y no debia oir falsos cumplidos de aquellos que querian usar su titulo como principe para obtener un mejor puesto como caballero.
Pasando su dedo por el lomo de cada libro, Bellanor no podia dejar de pensar en la cantidad de ocasiones en las que otros aprendices se le habian acercado con intenciones ocultas. Las chicas no lo veian atractivo a el... veia atractivo su titulo y el hecho de que podian subir en la escala social si llegaban a salir con un principe. Los hombres... los hombres solo veian una manera mas facil de obtener un puesto cercano al rey y a la ciudad de Bellmera.
-Idiotas... todos ellos...
No habia nada mas que Bellanor odiara que las personas deshonestas! Como podian ellos convertirse en caballeros y el no?!
Bellanor sabia que el ocultaba parte de su personalidad bajo una sonrisa eh innocencia falsa... pero solo lo hacia para ver las verdaderas intenciones de la gente. Nunca habia mentido descaradamente y jamas habia tratado de usar su titulo para pasar por encima del resto... tal vez si para intimidar a otros... pero...
-No importa... una vez que mi padre se entere... todo habra terminado.
Dando un fuerte puñetazo a la pared, Bellanor maldijo por lo bajo.
Y luego dio un salto cuando la pared que golpeo se vino abajo. Tal vez la proxima vez deberia medir mejor su fuerza. Maldiciendo en voz baja, Bellanor se aproximo al hueco que habia sido una pared segundos atras, sorprendiendose cuando vio unas viejas antorchas apagadas, al igual que unas escaleras que decendian hacia la oscuridad.
Bajar o no bajar...
Bella tenia que admitir que la curiosidad le estaba matando. Nunca antes habia descubierto un pasadizo o habitacion secreta en el templo!
Con un chasquido de sus dedos y usando un simple hechizo de chispas, Bellanor encendio las antorchas que illuminaban el camino decendiente. Paso tras paso, el rubio bajo por las escaleras de piedra, notando como el aire comenzaba a hacerse mas y mas frio, hasta que Bellanor fue capaz de ver su propio aliento. Las escaleras parecian decender de manera infinita, hasta que despues de unos quince minutos, el rubio llego a una pequeña sala circular, donde solo se encontraba un altar con tan solo una caja de cristal.
Frunciendo el ceño, lleno de curiosidad, Bellanor se aproximo al altar para ver el contenido de la caja. Alli dentro, bajo el cristal que parecia resplandecer por si mismo, se encontraba un collar antiguo, de plata y con un rubi tan rojo como la sangre, en la forma de una gota. Bellanor pudo notar de inmediato que la caja no se encontraba sellada con ningun hechizo sagrado, lo que significaba que lo que sea que estubiera alli dentro, no debia ser tan peligroso como se veia.
-Por que alguien guardaria un collar como este en una habitacion sellada?
Sin pensarlo mucho, y con un cuidado extremo, Bellanor levanto la tapa de la caja y tomo el collar de su interior.
El rubi resplandecia bajo la luz de las antorchas, brillando de una manera sobrenatural, mientras Bellanor lo rotaba para apreciar mejor el corte de la piedra. Era una gota facetada perfecta, sujeta por una enredadera tallada en plata, con espinas que contorneaban la gema.
Sin mucho cuidado, Bellanor paso su dedo por el entallado, pinchandose con una de las espinas de plata, produciendo una gota de sangre que decendio hacia la gema.
Subitamente, las antorchas de la habitacion cambiaron de color. Sus llamas se tornaron de un color azul y la temperatura decendio aun mas. En sus manos, el rubi comenzo a derretirse, escurriendose por sus dedos como si de liquido se tratase, manchando el granito gris de rojo sangre...
...pero la cantidad de liquido no era equivalente con el tamaño de la gema. El charco que parecia sangre crecia y crecia, Bellanor comenzo a retroceder, tropezando con las escaleras, cayendo sentado en ellas mientras veia como el liquido comenzaba a moverse y un par de manos se formaban.
Manos que poseian unas garras muy afiladas, fueros seguidas por la cabeza y el torso de una criatura humanoide. Poco a poco, todo el liquido rojo tomo la forma de un humano, dejando atras su color rojizo para revelar piel palida, cabellos negros como la noche, con algunos mechones rojos como el rubi mismo, que ahora decoraba el cuello de la persona que miraba a Bella con ojos que resplandecian. Bella pudo notar que el ojo derecho era de un tono dorado y el otro rojo, ambos rodeados de negro donde deberia haber sido blanco, y las pupilas eran como la de los gatos.
-Que...? quien eres?
El ser movio su cabeza hacia un lado, mientras una sonrisa se dibujaba en su rostro, mostrando unos colmillos afilados.
-Yo.. soy un Demonio de Sangre, y estoy aqui para servirte.
Continuara...