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Delicioso aroma por 1827kratSN

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Notas del fanfic:

 

Me ha ocurrido un par de veces que insultan la decisión tomada para que X personaje sea el pasivo.

Así que he decidido poner esta advertencia antes de empezar con esto.

La historia aquí creada, aunque contengan algo de occ, fue hecha con amor, PERO también fue creada con la mentalidad para que Reborn sea el pasivo de la relación. Además, en este fanfic es usado el omegaverse, derivados de sus propios AU, y en general posibilidad de m-preg.

Como a muchos, a Krat le vale verdura el estereotipo que le hayan dado a X personaje, así que ama la versatilidad, no importa la altura, edad, o alguna otra característica. Con eso aclarado, y bajo su propio riesgo, pueden continuar con la lectura.

 

—No te vas a arrepentir —Colonello sonrió con malicia mientras se acomodaba en el sofá de esa oficina.

—¿Y qué voy a hacer yo en una cafetería de mala muerte como esa? —Reborn ignoró que su amigo estuviese colocando los pies sobre su fina mesita de centro.

—Te digo que solo es exótica.

—No.

—Reborn, por favor —el rubio reía bajito por la negativa que le daban—. ¡Te va a gustar-kora!

—Ir en auto por dos horas solo para tomar café y… —elevó su mirada hacia el rubio de ojos azules—, ¿cómo lo llamaste?

—Un espectáculo exótico.

—¿Qué? —suspiró y se frotó el entrecejo—. Es una estupidez.

—Ya fui una vez, el café es bueno, todo en el menú es bueno, y el espectáculo es lo mejor-kora.

—No quiero ni saber qué tipo de ramera se ofrece para esas cosas.

—Los mejores omegas, betas y alfas de piel lechosa —sonrió divertido por la cara de asco de su amigo—. Lo mejor para lo mejor.

—Sigues sin convencerme —intentó no desquitarse con los papeles en su escritorio.

—Solo quiero que te distraigas un poco.

—No lo necesito.

—Lo necesitas —Colonello miró la cantidad de documentos que Reborn seguía revisando incluso si seguían hablando—. A este paso te vas a quedar solterón y amargado-kora.

—Mejor que casado con el diablo —miró al rubio—, como tú.

—Por si te lo preguntas, fuimos con Lal un par de veces —sonrió tras ignorar el comentario—. Hasta ella se divirtió.

—¿Cómo pudiste llevarla allí? —jadeó incrédulo.

—Porque ella tenía curiosidad —se sentó correctamente—. Además, no es nada de malo.

—¿No es un prostíbulo?

—No —habló ofendido—. Yo no acudo a sitios de ese tipo. El espectáculo es sólo para mirar y se lo considera como algo extravagante y ya.

 

Pero a Colonello le tomó más de dos semanas de insistencia para convencer a aquella pequeña fiera. Y si bien se volvió algo tedioso, valió la pena. Porque ver la cara de Reborn en ese lugar sería todo un honor, hasta iba a filmarlo, pero en secreto, porque hasta Lal quería saber qué expresión pondría “el siempre estoico Reborn” ante algo así. Reborn era el mejor gerente que una empresa podía tener, el omega más codiciado pero muy, muy difícil de frecuentar debido al carácter perfeccionista y al ego por los cielos que tenía; por eso sus amigos tenían que velar por su salud emocional.

Sí, en realidad, solo querían hacerle una especie de broma.

El camino era largo, se debía hacer reservación previa, y los precios eran tan altos como la calidad del espectáculo. Era algo que pocos podían disfrutar y por eso se lo tachaba de un gusto que solo los mejores podían darse. Salió del bolsillo del rubio y le dolió, en parte, pero valdría la pena si al menos lograba incomodar a su amigo. Porque si bien Reborn era de las personas que gustaba de coquetear con quien le gustara —fuera de la casta que fuera—, también era en extremo selectivo con sus conquistas y solía despreciar a aquellos que ya tenían un “historial” manchado en exceso.

 

—No puedo creer que vaya a entrar ahí.

 

Reborn miró el lugar iluminado por un letrero fosforescente que tenía dos copas como adornos laterales, y la sonrisa de una bonita mujer como estampa decorativa en el vidrio mayor que les daba la bienvenida. Colores chillones y luces fuertes, plantas en la entrada que simulaban ser una puertecita extravagante, autos de lujo estacionados en el parqueadero al lateral, música pop que les daba la bienvenida, personas que ya estaban algo animadas por el alcohol —u otra cosa— salían riéndose a todo pulmón y con el cuerpo sudoroso.

Quería darse media vuelta e irse. Pero Colonello lo obligó a seguir.

La recepcionista era una mujer muy bien vestida, de fino uniforme con camisa, chaleco y falda hasta las rodillas. El único problema con la chica era que portaba un par de orejas de conejo muy blancas que ya daban cierta información de lo que ocurría dentro del local, porque las mesas al aire libre estaban completamente vacías y parecían solo estar de adorno. «Bienvenidos a nuestro café show» les dijo antes de reverenciarles y dejarlos pasar por la puerta de cristal. Un aire húmedo y caliente los recibió, ni tan sofocante, pero sí algo incómodo en comparación al clima agradable de fuera.

Sí, mal inicio.

 

—Quiero que cierres los ojos, Reborn.

—No me jodas.

—Es para que disfrutes de la sorpresa entera.

 

A regañadientes y tratando de no ahorcar al rubio, Reborn cerró los ojos y dejó que sus manos fueran sujetas por su acompañante que lo guio al interior del local. Escuchó la misma música de afuera, risas de muchas personas, conversaciones animadas como las que se da en un bar después del trabajo, el aroma a diferentes… bebidas, pero predominaba el café y el dulce de algunas acompañantes de aquel néctar. Se escuchó un recibimiento formal y la invitación a la mesa, y luego simplemente se escuchó aplausos al fondo.

 

—¡Sorpresa! —sonrió Colonello, sosteniendo su celular con una mano y con la otra centrándose en señalar todo.

—No me jodas —frunció su ceño.

 

Las risas de Colonello inundaron la estancia ante la mueca incrédula y agria que mostró Reborn cuando vio que su mesera no portaba más que un top, una falda corta, medias de red y tacones altos, además de las orejas de conejo. Ella les sonrió alegremente, ignorando la mueca de desagrado del azabache que se quitó la fedora e hizo rebotar ligeramente sus patillas en espiral, y siguió con su itinerario haciendo entonaciones de voz al dar la recomendación de la casa, moviéndose de lado a lado y al final guiñando un ojo.

Era una cafetería temática.

O eso pensó Reborn al inicio, pero se fijó en detalles que caracterizaban al lugar, como en las figuras delicadas que poseían las mujeres y los hombres entallados en el mismo uniforme, con la falda pomposa y el top que cubría sus pechos. Eran bellezas impecables, de cabellos lisos y largos atados en coletas, o de rubias hebras —casi reales— muy cortas, de miradas coloridas y naturales, piel intacta, aroma a cerezas dado por un perfume especial, caminar pulcro, sonrisa dulce y, en sí, un aura muy angelical. Eran las y los meseros los que caminaban por todo el lugar.

Pero no era todo.

 

 

 

 

 

Notas finales:

 

When Krat ama los clichés, y cree que este es uno de esos, but, veremos cómo lo toman ustedes XD.

Bueno, ahora sí la aclaración final.

Este fanfic está destinado a cumplir con el Día 2: Café, propuesto para la actividad R27Week2019 del grupo de Facebook R27 fan club (the chaos club). El borrador ya está terminado y si no se me ocurre aumentar alguna que otra cosa, pues tendrá seis capítulos cortos que se irán actualizando cada día —dependiendo del tiempo que disponga—.

Krat los ama~

Besos~


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