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55. Dulce Deleite (01) por dayanstyle

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Notas del fanfic:

Nueva Serie BABYSSS

Cory entró en la sala de la casa en la que él y sus amigos se habían asentado justo cuando Taecyeon —un shifter rinoceronte— estaba poniendo cortinas en una de las ventanas. El corpulento hombre parecía que estaba en su elemento cuando deslizaba el colorido y brillante cordón  de ida y vuelta a través de la varilla hasta que finalmente dio un paso atrás e hizo un gesto de aprobación.

Para Cory, la cortina parecía que solo estaba colgada allí, pero ¿qué sabía él? Apestaba como decorador de interiores. Supuso que parecía perfecto y maravilloso para Taecyeon.

Hui estaba acostado en el sofá, con un brillo travieso en sus ojos verdes mientras observaba el trabajo del rinoceronte. Cory interiormente gimió. Seguro como la mierda que no quería oírlos discutir esta mañana, pero por la expresión del rostro de Hui; el chita se sentía juguetón.

—Amigo, eso se parece a lo que tosí esta mañana... en una bola de pelo —bromeó Hui con travesura desde el sofá, con las manos metidas detrás de su cabeza, sus piernas apoyadas en el baúl rojo que tenían como mesa de café. El hombre  parecía  que  estaba  disfrutando  de  su mañanera languidez, pero Cory sabía que Hui podría pasar de estar sin energía a letal en cuestión de segundos. Después de todo, era una chita. Perezoso como largo era el día, pero astuto y letal.

Era un depredador infernal, pero ¿pedirle ayuda con algo? Olvídalo.

La boca de Taecyeon estaba fruncida en un gesto de molestia mientras de nuevo movía las cortinas de un lado a otro, como si tratara de estirar la tela de manera uniforme. — Mis cortinas no parecen un vómito. Tienen unas bonitas margaritas de color amarillo que combinan con la pared amarilla y blanca. Estas cortinas seguro que alegrarán el ambiente monótono.

Cory mantuvo su sonrisa engañosamente serena. Taecyeon era un hombre grande. Enorme. Pero le gustaba hacer que las cosas se vieran bien. Aunque Cory no iba a señalarle a Taecyeon que no decorara la sala. El hombre tenía un temperamento muy corto. Taecyeon era tolerante, hasta que alguien lo molestaba, entonces era de cuidado.

—Taecyeon, eres daltónico. ¿Cómo infiernos sabes que no se parece a un vómito? —Hui señaló, refiriéndose al doloroso punto del rinoceronte. Le sonrió a Taecyeon con la traviesa sonrisa que conocía del shifter chita.

Taecyeon vio el juego de cortinas y luego la pared. Duda se arrastraba en sus pálidos ojos azules, y el hombre parecía que se estaba agitando. —¿Realmente no combinan? ¿Por qué no combinan?

Cory sabía que a Taecyeon le agradaba arreglar un lugar. Tal vez el hombre había asumido que las margaritas eran amarillas porque eran margaritas. Aunque, de hecho, eran de color amarillo.

El shifter rinoceronte nació con monocromía. Veía el mundo en negro, blanco y gris. O mejor dicho, veía el mundo a través de las profundidades de la luz y la oscuridad. Taecyeon había aprendido a lo largo de los años que se suponía que los colores se combinaban entre sí, pero verlos, eso no ocurría.

La única razón por la que Hui no estaba atravesando la pared por sus burlas a Taecyeon era porque eran un grupo muy unido. Si alguien fuera del grupo se burlara de él, Taecyeon estaría tratando de matarlos ahora mismo. Él fue objeto de burlas sin piedad cuando estaba creciendo.

Su daltonismo era el único tema que lo enojaba.

—¡Se ve muy bien! —Jong Hoon dijo mientras entraba en la sala. El pequeño shifter impala sonrió mientras se acercaba a la ventana, dándole una palmadita en la espalda a Taecyeon—. Me encanta que las margaritas amarillas convienen con el color de la pared.

Taecyeon gruñó dándole a Hui una evidente expresión y arrancó la cortina de la varilla. Sí, el hombre estaba enojado, y a Cory no le sorprendería si Taecyeon fuera tras Hui. Sin embargo, no estaba seguro de por qué Taecyeon arrancó las cortinas.

—Es una cuestión de opinión. —El shifter chita sonrió, pareciendo inmutable ante la creciente agitación de Taecyeon.

—Si has terminado de joder a Taecyeon, tenemos que salir. No se olviden que todos necesitamos encontrar empleo. — Cory salió de la sala—. Ve a buscar a tu hermano —dijo por encima del hombro a Hui.

Hui levantó el brazo y señaló hacia las escaleras. — Dong Woo sigue durmiendo.

—Entonces despiértalo —dijo Cory con un gruñido—. Nuestros ahorros no durarán mucho tiempo, y me gusta vivir aquí. —A pesar de que casi había tenido un problema con los osos Moon por un cerdo. Cory no había tenido intención de insultar al humano, pero ¿quién infiernos lleva a un cerdo en un portabebé? Los osos seguro que tenían parejas extrañas.

 

Pensar en parejas sólo hizo que Cory pensara  en Kisu.

 

Su pareja.

 

Había conocido al chico en el rancho de los Moon cuando su pareja había llegado a advertirles a todos sobre un ataque en la aldea fey. Cory había pensado que iba a volverse loco cuando vio a Kisu de pie viéndose tan sexy como el infierno, tentando a Cory de manera tal que casi toma a Kisu justo ahí en el establo.

Gracias a Dios que tenía un poco más autocontrol que eso. Sin embargo, no mucho. No cuando todos sus sentidos se habían vuelto locos y todo en lo que Cory podía pensar era en reclamar al delgado hombre.

Por lo general era bastante relajado, observaba más de lo que hablaba, y no era de hacer las cosas por impulso. Pero Kisu era la excepción a la regla. El hombre era una excepción a cada maldita regla que Cory tenía.

Su pareja también se veía muerto de hambre. El vampiro parecía como si no hubiera comido en semanas. Cory le hubiera dado al vampiro su muñeca, pero quería que el hombre bebiera de su cuello mientras él jodía al delgado vampiro reclamándolo.

Sí, el hombre causó estragos en todo el autocontrol de Cory.

Por desgracia, Kisu tenía que regresar a su aquelarre antes de que su líder supiera que él se había ido. A Cory no le gustaba eso. Kisu era su pareja. Eso debería haber sido el final. Pero Kisu insistió en regresar.

 

No lo entendía, pero Cory no iba a obligar a su pareja para que se quedara.

Ahora, él estaba a cinco segundos de distancia de manejar a la ciudad para ir a buscar a su pareja, pero Kisu había prometido regresar. No quería parecer acosador, pero joder si no extrañaba al hombre. Cory se pasó la mano por la cabeza en señal de frustración, sólo para recordar que él había ido a la tienda de Byung y tenía todo el pelo cortado. Ahora tenía muy corto el cabello en su cabeza. Aún no estaba seguro de por qué lo había hecho. Se sentía extraño como el infierno ya no tener el cabello largo.

—¿Puedo ir contigo? —Sung Yeol preguntó al salir de la cocina—. Mi camioneta se descompuso de nuevo.

—Claro —dijo Cory mientras esperaba que los dos chitas lograran mover su perezoso culo. Tenía la sensación de que iba a tener que ir arriba por ellos. Con su suerte, Hui se había ido a la cama.

Hui y Dong Woo eran excelentes cazadores, grandes guerreros —los mejores. Los dos eran buenos amigos, pero joder, si no eran perezosos como el infierno. —Vi un taller en el pueblo. Quizás podríamos remolcar tu vehículo y que le echen un vistazo.

El shifter coyote negó con la cabeza, con los labios en una línea sombría.

—Incluso si me lo pudiera permitir, no me gusta estar rodeado de lobos shifters. En mi experiencia, los lobos y los coyotes no se han llevado bien.

¿Entonces por qué infiernos Sung Yeol le pedía que lo llevara al pueblo? La mañana de Cory no  estaba teniendo un buen comienzo, por lo que ni siquiera se molestó en preguntar. Sabía que Sung Yeol había tenido algunos encuentros con lobos shifters en el pasado, y no habían sido agradables. Pero ahora el coyote estaba viviendo en un pueblo lleno de ellos. Ahora, tendría que acostumbrarse a ellos o... Cory no lo sabía. No quería que Sung Yeol se fuera. La camaradería y el afecto en su grupo estaba creciendo y Sung Yeol era más como un hermano para él.

Ellos eran un grupo mayor de shifter pero el hermano de Jong Hoon y el hermano gemelo de Taecyeon habían sido asesinados cuando su pequeña comunidad había sido atacada por los mismos lobos shifters que habían atacado el rancho Moon, cuando ellos recién llegaron a la Villa Kim. Esto había cimentado la creencia de Sung Yeol de que todos los lobos shifters eran la escoria de la tierra. Le sorprendía que Jong Hoon no estuviera furioso para ahora... o Taecyeon.

Pero Jong Hoon parecía haberse recuperado, en cierta medida. El pequeño shifter impala había llorado su pérdida y luego había regresado a la tierra de los vivos. El humor de Taecyeon había empeorado. Ahora el rinoceronte era un paranoico. Odiaba a los extraños y protegía la casa con fuerza.

Taecyeon juraba que Jong Hoon era demasiado pequeño para defenderse y que su trabajo era evitar que su pequeño grupo fuera dañado.

Cory no estaba seguro de dónde Taecyeon había sacado esa idea, pero no discutió con el rinoceronte.

—Voy a ir por los dos —dijo Sung Yeol mientras corría escaleras arriba. Cory esperaba eso. Sung Yeol los tendría fuera de la cama y abajo en un momento. Al coyote no lo jodían.

—¡Ya voy! —Dong Woo gritó desde arriba mientras Hui corría escaleras abajo.

—Te dije que iba a venir. No tenías que enviar a Sung Yeol arriba —se quejó Hui, mientras caminaba a la puerta lateral.

Cory sólo se rio, divertido más allá de lo posible por la cara de contrariedad del chita.

—¡Estás jodidamente loco! —Dong Woo le gritó mientras corría tras su hermano.

—Misión cumplida —dijo Sung Yeol con una sonrisa muy traviesa en su rostro mientras bajaba las escaleras. ¿Podemos irnos ahora?

—Muéstrame el camino —dijo Cory mientras salía detrás del hombre.

Los hermanos estaban sentados en la parte trasera de la camioneta Chevy azul de Cory, con los rostros inclinados hacia atrás, disfrutando de los rayos del sol. Era una muy brillante mañana. Cory no veía una nube en el cielo.

—¿Para qué vas al pueblo? — Sung Yeol preguntó una vez que se subió a la cabina.

—Tengo que ir a ver a Jongin. Quiero hacerle saber que nosotros no queremos lugares separados.

Una mirada sombría cayó sobre la cara de Sung Yeol. Ninguno de ellos quería estar separados. Habían pasado por el infierno y de regreso de él desde que formaron su pequeño grupo, y la mayoría de los hombres habían pasado tiempos difíciles incluso antes de eso.

Hui y Dong Woo habían perdido a sus dos hermanos en una matanza sin sentido antes de unirse a su grupo.

A ellos les gustaba estar juntos en su pequeña familia mezclada. No creía que el Alfa tuviera un problema con que ellos se quedaran en la granja Manchester. No era  una casa tan grande como en la que vivían los Moon, y era una caja de zapatos frente a la enorme mansión en la que el  Alfa vivía con su gran familia. Pero ahora era su hogar.

Y a Cory le gustaba el lugar.

—Sólo déjame en Motocicletas Wu.

Cory miró a Sung Yeol a los ojos. —¿Sabes que tres lobos son los dueños de ese lugar, verdad?

Sung Yeol se encogió de hombros mientras miraba por la ventana. —Buscan un mecánico de motocicletas. No me tiene que gustar trabajar para ellos.

—Es cierto, pero ayuda. —Cory no entendía al hombre. El coyote no estaba dispuesto a ir al taller del pueblo porque era propiedad de la manada, pero ¿trabajaría   para tres lobos? El chico no tenía sentido para él. Cory sabía la vida difícil que Sung Yeol había sufrido a causa de los lobos shifters. Comprendía por qué el hombre pensaba como lo hacía. Pero a veces no entendía la manera de pensar de Sung Yeol.

Sung Yeol se giró, sonriendo a Cory. ¿Por qué no confiaba en esa sonrisa?

—Sólo significa que no quiero tener que asistir a las funciones de la compañía.

El chico era extraño.

—Por cierto, Pa Moon nos ha invitado a cenar esta noche.

—¿En serio? — Sung Yeol preguntó, su voz engañosamente informal a pesar de que Cory sabía que le encantaba ir allí—. Me vendrá bien una buena comida casera.

— Sung Yeol, comes comida casera cada noche —señaló Cory. Jong Hoon era un cocinero magnífico, y se aseguraba de que comieran bien, aunque a veces era sólo queso y sopa. El hombre tenía talento a la hora de inventar maneras diferentes de preparar la misma maldita cosa.

Cory miró hacia atrás cuando Dong Woo golpeó la ventana de cristal.

—Más despacio. Hay un hombre de pie junto a una camioneta a tu derecha.

Echando un vistazo en la dirección que Dong Woo estaba señalando, Cory vio al hombre. Estaba de pie frente a su camioneta y el cofre abierto. Dirigiendo la camioneta a un lado de la carretera, Cory se estaciónó y luego salió.

—¿Necesitas ayuda? —Cory preguntó mientras los shifter chita saltaban de la parte trasera de la camioneta. Cory no estaba seguro de lo que los hermanos iban a hacer, teniendo en cuenta que no sabían absolutamente nada acerca de camionetas. Él tampoco, pero si el hombre necesitaba que lo llevaran, Cory al menos podría ayudar en eso.

—Simplemente se detuvo —dijo el hombre mientras veía del motor a Cory—. Para ser honesto, no tengo ni idea de lo que estoy mirando.

Cory tendió la mano. —Mi nombre es Cory. Y ellos son Hui y Dong Woo.

—Chanyeol. —El hombre estrechó la mano de Cory—. Luchamos juntos cuando ese demonio que escupe fuego apareció, pero nunca fuimos presentados formalmente.

—Es un lobo —gritó Sung Yeol desde la cabina de la camioneta de Cory.

Cory le dio a Chanyeol una sonrisa incómoda, pero quería caminar hacia la camioneta y colocar una cinta en la boca  de  Sung Yeol  para  mantenerla  cerrada.  Comprendía la aversión del coyote a los lobos, en realidad lo hacía, pero las cosas eran diferentes ahora. Estos lobos no estaban afuera para hacerles daño. Y vivían en el pueblo de los lobos.

Tenían que jugar bien.

—Ese soy yo. —Chanyeol asintió—. ¿Me pueden llevar al pueblo?

—Claro que no —gritó Sung Yeol una vez más.

—Claro —dijo Cory, lanzándole una mirada a Sung Yeol. El coyote se encogió de hombros.

—Creo que me voy a sentar en la caja. —Chanyeol miró a Sung Yeol y luego subió en la parte trasera con Hui y Dong Woo. Cory no estaba muy seguro de que fuera una mejor opción. Los hermanos eran conocidos por jugar un poco demasiado.

 

Cory subió de nuevo detrás del asiento del conductor.

—Es un lobo —murmuró Sung Yeol.

—Sí, te oí gritar alto y claro la primera vez —respondió mientras sacaba la camioneta y se dirigía al pueblo.

Cory giró la cabeza bruscamente cuando oyó un fuerte golpe seco.

 

Hui se sostenía la cabeza, y Dong Woo estaba riendo histéricamente.

—¿Qué sucedió? —Cory gritó hacia atrás.

—H-Hui intentó tocar el cabello de Chanyeol. —Dong Woo se carcajeó de nuevo—. Pero creo que a Chanyeol no le gustó, porque... porque golpeó la cabeza de Hui contra la v- ventana.

 

Hui sonreía, a pesar de que se estaba frotando la parte derecha de la cabeza. —Él tiene el cabello bonito.

—Retíralo, gatito —dijo Chanyeol con un gruñido bajo y amenazador.

Cory se rio. Sung Yeol gruñó.

Una vez que se detuvieron delante de Motocicletas Wu, Chanyeol saltó.

—Gracias, puedo llegar a casa desde aquí.

—De nada —dijo Cory mientras estrechaba la mano de Chanyeol y observó a Sung Yeol cerrar la puerta de la camioneta de golpe, refunfuñando mientras entraba en la tienda de las motocicletas. Cory hizo una mueca. Su camioneta fue fabricada en los años sesenta. Aunque no estaba en mal estado, abusar de la maldita cosa no era una buena idea.

—Supongo que a tu amigo no le gustan los lobos — Chanyeol dijo mientras sus ojos recorrían la forma de Sung Yeol que se iba.

Cory suspiró. Esto no iba a ser fácil de manejar. — Tuvo un mal encuentro con ellos un par de veces. —No era su lugar contar la historia de Sung Yeol. Eso solo el coyote podía hacerlo.

—Comprensible. —Chanyeol asintió y miró con curiosidad a Cory—. Pero él sabe que vive en un pueblo lleno de nosotros, ¿verdad?

 

Cory asintió, pero deseaba poder irse. Esperaba que Chanyeol no hiciera más preguntas. —Lo sabe.

—Bueno, de nuevo, gracias —dijo Chanyeol antes de cruzar la calle y dirigirse al restaurante.

 

Cory se giró hacia los dos chitas. —Comiencen en un extremo del pueblo y no se detengan hasta que ambos sean contratados en alguna parte.

—Sí, sí, capitán —contestó Dong Woo mientras él y su hermano cruzaban la calle y se dirigían al restaurante. Cory suspiró. Esta iba a ser una larga mañana.

 

 

 

Cory estaba frustrado como el infierno a media tarde. Nadie estaba contratando. ¿Cómo infiernos se suponía que iba a vivir aquí si no podía encontrar trabajo? Exhalando su irritación, Cory se metió en su camioneta y se dirigió a ver a Jongin. Él recogería a sus amigos una vez que hubiera terminado de hablar con el Alfa.

No había manera de que fuera a llevar a Sung Yeol con él. El coyote haría que los echaran de la ciudad más rápido de lo que Cory pudiera decir boo.

Cory decidió una vez que entró en la camioneta que cuando llegara a la oficina de Jongin, le iba a preguntar al Alfa si sabía dónde podía encontrar algo de trabajo. Tenía que haber algo que pudiera hacer en esta ciudad.

No importaba cuántas veces viniera a la Casa, Cory como siempre se  impresionaba.  La casa de  ladrillo  rojo estaba volviéndose más enorme. Estacionando la camioneta, Cory guardó sus llaves y se dirigió hacia la puerta principal.

Podía ver una sombra detrás del vidrio, incluso antes de que llamara. En realidad no quería venir aquí a pedir trabajo, pero el pueblo no era grande. Cory tenía que decirle que necesitaba un trabajo, pero también necesitaba decirle  al Alfa que ninguno de los hombres de su grupo quería dejar la granja Manchester. Habían utilizado mucho de su dinero en repararla.

La puerta se abrió mostrando ahí a Jongin.

—Me alegro de verte de nuevo —dijo Jongin dejando que Cory entrara y luego se dirigió a su oficina. Se sentó detrás de su escritorio, subiendo sus botas y entrelazando sus dedos juntos, apoyó las manos sobre su abdomen—. Ahora bien, ¿qué puedo hacer por ti?

Cory se sentó en el sillón de cuero frente al escritorio de caoba de Jongin, tratando de estirarse y parecer tan relajado como el Alfa —incluso si era un manojo de nervios.

—Mi pequeña manada quiere quedarse en la casa Manchester, si está bien para ti.

Jongin se acaricio el labio inferior, su expresión pensativa. —¿Pero ese lugar no es demasiado pequeño para shifters tan grandes?

—No es tan grande como tu Casa, pero para nosotros, es de un tamaño perfecto.

Bueno, tal vez era un lugar un poco pequeño, pero no necesitaban mucho. Habían perdido tanto en el último pueblo que Cory sabía que nadie en su grupo se opondría.

—Si eso es lo que quieres. Estaba pensando en construir casas adicionales para acomodar a tu grupo, pero si quieren quedarse donde están, eso está bien por mí.

Cory se alegró. Algunos de los shifters —Infiernos, ninguno de ellos—, podría permitirse la hipoteca de una casa nueva. Viviendo juntos, podrían dividir la renta, que era un infierno mucho mejor para el bolsillo de todos. Le gustaba el hecho de que el Alfa fuera tan fácil de llevar. Cory sabía que no debía enojar al hombre, pero en cuanto a las cosas pequeñas, Jongin estaba muy bien.

—¿Algo más? —Jongin preguntó.

Cory odiaba preguntar, él realmente lo odiaba. Pero tenía que dejar de lado su orgullo si iba a tener alguna esperanza de encontrar un trabajo. Se enderezó y se inclinó un poco hacia el Alfa. —¿Sabes de algún lugar en donde pueda  encontrar  trabajo?  He  estado  por  toda  la ciudad, pero nadie parece estar contratando.

 

Jongin bajó los pies de su escritorio y se inclinó hacia adelante, inclinando la cabeza hacia un lado mientras estudiaba a Cory por un momento.

Cory era un shifter búfalo y no se asustaba mucho, así que ¿por qué se sentía como si se retorciera bajo la intensa mirada de Jongin?

—¿Te gustaría tener tu propio negocio? —preguntó mientras entrelazaba los dedos y los apoyaba en su escritorio.

—Me encantaría, pero no tengo el dinero para ponerlo en marcha —confesó Cory.

—Tuve un sueño contigo anoche.

Bueno, eso era un poco extraño. Cory se recargó hacia atrás, preguntándose si eso era un avance. Se sentía halagado, pero no le interesaba el Alfa con apariencia   de gran motociclista. —¿Sobre? —se aventuró con cuidado a preguntar.

Jongin se rio. —Definitivamente no es acerca de tu peludo culo.

Cory se relajó.

—Soñé que atendías tu propia panadería. Pero ahí estaba... no importa.

 

Bueno, no había manera de que Cory fuera a dejar pasar lo que el Alfa iba a decir. Su curiosidad se despertó y él quería saber. —¿Ahí estaba, qué? —preguntó mientras se sentaba hacía adelante de nuevo.

—¿Estás seguro de que realmente quieres saber? — Jongin preguntó. El juguetón brillo de sus ojos de color gris claro se había ido, reemplazado por seriedad. Eso no era tranquilizador, pero él realmente quería saber.

—Tienes mi interés —admitió con sinceridad.

—Había alguien allí contigo. Un vampiro. Pero él no estaba trabajando allí, él se escondía allí.

Cory se puso de pie. —Kisu.

—¿Quién? —Jongin preguntó mientras frunció sus oscuras cejas.

—Kisu es mi pareja. Vive en el aquelarre del Norte. Dijo que volvería a mí, pero aún no ha regresado. ¿Crees que algo está mal?

Jongin tomó el teléfono de la mesa y comenzó a marcar.

Cory no tenía ni idea de a quién Jongin estaba llamando, pero esperaba que el Alfa descubriera dónde estaba Kisu. Cory extrañaba al hombre terriblemente.

Jung Min, soy el Alfa Jongin de la Villa Kim. Llamo por alguien de tu aquelarre de nombre Kisu.

Cory sintió el impulso de pasear por la oficina de Jongin mientras el shifter lobo hablaba por teléfono. No estaba seguro de por qué, pero era su instinto gritando que algo andaba mal. Tendría que haber sabido de Kisu para ahora. El vampiro debería de haber aparecido, literalmente, y dejarle saber a Cory que estaba bien. Dado que Kisu no lo había hecho hasta ahora, Cory estaba preocupado.

Jongin parecía sombrío mientras colgaba el teléfono, sus dedos entrelazados mientras miraba a Cory.

—Cory, Kisu no ha sido visto en el aquelarre en mucho tiempo.

Cory mentalmente se tambaleó mientras se preguntaba dónde infiernos estaba su pareja. —¿Qué dijo Jung Min?

—Dijo que la última vez que vio a Kisu, el vampiro había dicho que había encontrado a su pareja y se iba del  aquelarre. Jung Min le dio sus mejores deseos. Él no lo ha visto desde entonces. Pensó que Kisu estaba contigo.

Cory podía sentir a su búfalo tratar de salir. La preocupación y la ira lo inundaban. Algo le había pasado a Kisu, y averiguaría qué era ese algo.

—¿Por dónde empiezo a buscar? —No conocía muy bien esta zona.

Cory no tenía ni idea de por dónde empezar su búsqueda.

—Voy a enviar Chanyeol contigo. Él es un rastreador muy bueno. Baekho es el mejor, pero está atendiendo el restaurante. Chanyeol tiene más tiempo libre.

Cory asintió. —Yo lo llevé al pueblo, su camioneta se descompuso en un lado de la carretera. Está en el restaurante.

Si Cory hubiera dejado que Sung Yeol le impidiera ayudar a Chanyeol, entonces él estaba malditamente seguro de que  Jongin  no  lo  estaría  ayudando.  Las  cosas  eran diferentes   en   este   pueblo. Estos lobos  realmente se preocupaban por sus residentes.

Si Sung Yeol no dejaba su odio por los lobos, iba a perder la oportunidad de hacer buenos amigos y malditamente buenos aliados.

Jongin tomó el teléfono. —Voy a llamarlo. Encuéntrate con él en el restaurante y él te ayudará desde allí.

Cory se dirigió hacia la puerta.

—Cory —Jongin le habló. Se giró.

—Acerca de la panadería. Te voy a prestar el dinero para iniciar. Trabajaremos después sobre el plan de pago, cuando encuentres a tu pareja.

Cory asintió, apreciándolo mientras salía de la oficina de Jongin. Él estaría feliz como el infierno ahora mismo sobre iniciar su propio negocio, si no estuviera tan malditamente preocupado por su pareja.

 

continuara....

 

 

 

 

Notas finales:

dejen rw


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