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Schweren Herzens por Amelia_Badguy

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Notas del fanfic:

¡Hola a todos! 

Esta es una continuación de mi historia "un único deseo"; espero que la disfruten.

Para comprender esta primero deben haber leído la otra ~

Sí le preguntaban todo debería haber sido sencillo, un día tranquilo en realidad. Participar en el torneo de las artes marciales, ser calificados para la ronda de peleas, para luego ver pelear a Amarant, presenciando como el pequeño niño saiyayin beta —que era su hijo— ganaba el titulo de la categoría infantil demasiado fácil, bajo los comentarios de un emocionado comentarista, que estaba feliz de ver al hijo de uno de los peleadores que mejores combates le había dado durante su trayectoria.

Sí, todo debería haber sido sencillo para ellos, hasta que vieron a aquellos extraños sujetos. En un principio no les había tomado importancia, había estado escuchando al alfa a su lado, hablando con sus amigos de distintas cosas, escuchando como Krillin molestaba a Gohan por su amiga en especial, Videl. Aquella muchacha que había creído que su padre era el hombre más fuerte del mundo por los torneos donde había participado, hasta que bueno, los conoció a ellos.

Todo había ido con tranquilidad, hasta que había visto a aquellos sujetos.

No eran algo demasiado especial a simple vista, bueno, podía ser que eran demasiado horribles, su aspecto le era de cierta forma repugnante, con aquella M en su frente, pero los había ignorado, no había sentido un peligro cercano a ellos que no pudiera eliminar con facilidad, siendo que podía ver que Kakarotto sentía lo mismo, aquellos sujetos no eran algo para ellos en realidad, pero aún así estaban ahí presentes, asechando de alguna manera, casi como esperando algo.

La selección de duelos había sido algo que no lo había sorprendido demasiado. Krillin había terminado con idiota, la esposa de él también había terminado con alguien que no era realmente un rival para aquella mujer rubia, que aunque lucía normal, la verdad era demasiado fuerte para una humana, aquello siempre le había sorprendido de buena manera.

La amiga de Gohan había terminado clasificada con uno de aquellos sujetos y el mismo beta había terminado clasificado con alguien que le había sorprendido en realidad. No podía sentir ningún Ki de aquellos sujetos, pues era un par que tenían una sonrisilla que lo hacían bufar con suavidad, como si se estuvieran burlando de una broma que sólo ellos conocían en realidad. No comprendía en realidad quienes eran, pero Piccolo, aquel namekiano que nunca había tenido problema en enfrentarlo, parecía perturbado por la presencia de su propio contrincante que era el acompañante del luchado que había sido seleccionado con Gohan.

Algo le hacía sentir que no sería del todo normal aquel torneo, al que sólo habían asistido por el premio y por pasear, aunque le costara un poco más admitir aquello, pero todo se había complicado en un instante que no podía reconocer y su instinto de omega le estaba gritando que protegiera a su hijo, pero su hijo, después de haber ganado el torneo infantil estaba sonriente sentado al lado de Bulma en las gradas, comiendo seguramente.

Toda aquella maldita situación lo estaba fastidiando, aunque se decía que se debía relajar, su primera pelea sería contra el alfa, contra su alfa y aquello lo tenía emocionado, pero eran aquellas otras cosas que lo estaban haciendo dudar demasiado en realidad.

— El torneo infantil fue algo aburrido — Le comentó con una pequeña sonrisa a su tía Bulma que estaba a su lado, siendo que de cierta forma le parecía extraño que la mamá de Gohan estuviera ahí, no solía hablar demasiado con la mujer que era la progenitora de su hermano, pero no se notaba una mala mujer, además que también estaba ahí el abuelo de Gohan, que era realmente enorme de estatura, pensó, bebiendo de su refresco.

— Bueno creo que nadie imaginó que existía una categoría para niños, Amarant, pero al menos ganaste bien, ¿no? — Le preguntó con una sonrisa la mujer mirando al que consideraba su sobrino sentado a su lado.

Estaban en las gradas junto con Chi-Chi, que había asistido para ver a Gohan pelear y llevar la fiesta en paz con Goku, después de todo habían pasado casi diez años, donde la mujer había rehecho su vida y vivía más tranquila en un pueblo cerca la ciudad, donde había sorprendido con su propio restaurant, después de todo la mujer había cocinado para dos saiyayins, llevar un restaurant sería pan comido. Además los acompañaba el maestro Roshi, la pequeña Marron, Oolong, Puar y Yamcha.

— Pues sí — Dijo con una sonrisa mientras su cola se movía con cierta emoción al saber que pronto iba a comenzar el torneo de los adultos, donde podría ver participar a sus padres, a su hermano y a sus tíos. Siempre los veía entrenar, pero verlos en una batalla más seria era algo que no había considerado en su vida.

Los combates fueron anunciados y no pudo hacer nada más que estar impresionado al igual que los amigos de su papá, pues sus padres iban a pelear en la última batalla de la primera ronda.

Ahora sí que el torneo se había puesto emocionante, pensó el pequeño niño, terminando de beber de su refresco.

Las peleas transcurrieron sin mayor complicación, es decir, Krillin había ganado con facilidad, pero bueno, a todos les sorprendió demasiado cuando Piccolo, aquel namekiano que podía ser realmente poderoso se había dado por vencido frente a su oponente, causando gran confusión entre los presentes que conocían al luchador.

— ¿Qué te ocurrió, Piccolo? — La voz de Goku lo sacó un poco de sus pensamientos. No podía evitar comportarse de aquella manera, después de todo había vuelto a fusionarse con Kami-Sama cuando el final de este estaba próximo, por lo que aún sentía en su interior la intimidación de sentir a un dios de rango superior al propio, ¿pero cómo podría explicar aquello en realidad?

— No...no es nada — Murmuró quedo, podía sentir la preocupación de los demás sobre él, pero rápidamente fue desviada gracias a la chica, a Videl, la cual tenía su combate en ese momento.

Vegeta estaba atento a la situación, su instinto le decía que algo malo pasaría en aquel momento, que algo le pasaría a aquella chica al luchar contra ese ser y muy alejado no estuvo de la realidad, aunque deseaba haberse equivocado.

Él estaba acostumbrado a las masacres, las había visto muchas veces y en más ocasiones aún las había provocado y disfrutado, si debía ser sincero con su misma persona, pero no espero ver aquella masacre que se había convertido la lucha de la amiga de Gohan.

La muchacha a duras penas podía sostenerse en pie y su contrincante no pensaba dejarla ir en realidad.

Podía sentir como Gohan cada vez se iba descontrolando de mayor manera, como el hecho de ver a Videl ser golpeada estaba despertando aquellos instintos que el beta nunca sacaba a la luz en realidad. Estaba molesto, demasiado molesto y podía comprenderlo en realidad.

— ¡Gohan! — La voz del alfa lo sacó de sus pensamientos, mirando como intentaba sostener al beta, que no se involucrara en la pelea, hasta que finalmente esta termino, debido a la explosión de energía que soltó Gohan, haciéndole notar como al parecer aquello era lo que buscaban esos sujetos de alguna forma... el poder de ellos, porque parecían realmente ansiosos.

— ¿Quién rayos son ustedes? — Una vez que Gohan partió a buscar a la chica para llevarla a la enfermería y Kakarotto se había ido a buscar semillas del ermitaño a la torre de ese gato, se enfrentó contra aquel enano de corte mohicano que no dejaba de sonreír de una manera que le molestaba demasiado en realidad.

— ¡Vegeta! ¡Él es el supremo Kaio-Sama! — La voz de Piccolo le aclaró quién era ese sujeto en realidad, pero no pudo más que chasquear la lengua. Aún si era el supremo Kaio-Sama, no era nada comparado al dios de la destrucción, que había visto a penas una vez cuando era niño, pero que ese sentimiento de terror había continuado en él hasta ser adulto en realidad, era de las pocas cosas al que el omega le temía.

— Me importa un demonio quién es, quiero saber que está ocurriendo, porque parecía disfrutar de que molieran a golpes a aquella mocosa — Expreso con enfado, pudiendo sentir su ceño fruncido. Sabía que estaba dejando que su instinto omega saliera a la luz. Su instinto de proteger a su manada y a los seres queridos de sus integrantes, como lo era esa mocosa, pero quería respuestas de una vez.

— La verdad es que estábamos esperando la reacción de esos sujetos, que fijaran su objetivo y vimos que lo hicieron — Aquella declaración no hizo más que enfadarlo en realidad.

Su objetivo era Gohan, era aquel beta que había visto crecer los últimos diez años, que no hizo más que terminar que su enfado se manifestara aún más.

— Me importa un demonio su historia o quienes sean ustedes, sí algo le llega a pasar a Gohan, los mataré de la manera más lenta y dolorosa que encuentre — Les gruñó viendo como aquello dos sujetos parecían sorprendidos, sin contar a Piccolo y a Krillin, que no podían creer que le hablara así a un dios, pero poco le valía aquello en ese momento, pensó. Se encargaría de ellos si el hijo de su alfa terminaba lastimado.


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