Login
Amor Yaoi
Fanfics yaoi en español

Reloj por black_leger

[Reviews - 1]   LISTA DE CAPITULOS
- Tamaño del texto +

Notas del fanfic:

Me gustaria recibir mas comentarios, pero bueno, me conformo con que alguien lea mis estupideces. 

—¿Qué fue lo que sucedió? —pregunto Eduardo entrando en su habitación cerrando la puerta con suavidad y colocando el seguro.

Su voz cansina fue tan suave que fácilmente pudo haber sido un susurro, pero a esas horas de la madrugada su amigos se encontraban dormidos, no tenía ningún problema con Mark, su sueño era tan pesado que había pocas cosas que pudieran despertarlo, aunque para su desgracia, Jon era todo lo contrario, el más mínimo ruido y se levantaría de la cama a intentar averiguar su procedencia o simplemente iría directamente a su habitación esperando que fuera él quien lo hiciera, para ser alguien fascinado con lo sobrenatural, era demasiado cobarde para su propio bien.

Soltó un suspiro agotado ante la falta de respuesta de Tom, no pensaba exigirle respuestas considerando su estado actual.

—Bébelo, lo necesitas —dijo dejando una taza de café en manos de su invitado.

Leche y demasiada azúcar, una combinación que le resultaba por demás singular considerando que se trataba de Tom, de cierta manera aquel momento le recordaba su primer encuentro en aquella concurrida cafetería, su encuentro fue un mero e inesperado capricho de la casualidad, él había sido el primero en llegar escapando de la lluvia y poco después había aparecido Tom completamente empapado y con señales de haber peleado con alguien poco antes de llegar, aun no estaba del todo seguro que había sido lo que incito a Tom a tomar asiento a su lado, quizás fuese reconocer un rostro familiar o lo concurrido del local, el fin de aquel encuentro termino con ambos intercambiando números y regresando juntos por mera conveniencia.

—¿Cómo te sientes?

—Mejor —murmuro Tom, dando un trago más a la bebida que calentaba su helado cuerpo que aun temblaba tras haber sido arrojado a una helada ducha que al menos le había devuelto un poco de sobriedad, por lo menos Eduardo había sido lo suficientemente considerado para prestarle algo de su ropa.

—Bien, entonces supongo que finalmente puedes contarme que sucedió.

—Nada.

—Tom, son cerca de las cuatro de la mañana, hace una hora me llamaste completamente ahogado en alcohol para que fuera por ti a un bar de mala muerte, me obligaste a sacarte a rastras del lugar porque decidiste que aún no habías tenido suficiente, iniciaste el intento de coqueteo más patético del mundo y coronaste la noche vomitándome encima para luego comenzar a llorar pidiendo perdón.

—¿Estaba coqueteando?

—Si puedes llamar a eso coqueteo, supongo.

Una sonrisa torcida se formó en el rostro de Tom, era cierto que su mente se hallaba un poco más despejada, pero aún se encontraba lo suficientemente ebrio para culpar al alcohol por lo que fuera que hiciera.

—¿Y bien? ¿Qué te parece tener un poco de diversión antes de dormir?

Eduardo cubrió su boca intentando acallar una carcajada, necesitaba mantenerse serio y no seguir el juego de Tom, pudiera ser que no fueran exactamente amigos, ni siquiera estaba seguro lo que se suponían que eran, habían salido a beber en un par de ocasiones, pero al final de la noche cada quien tomaba su rumbo, era común que hablaran por mensaje, aunque todas sus platicas se limitaba a tonterías y quejas, fingían no conocerse cuando sus amigos estaban alrededor y actuaban con familiaridad cuando estaban solos, era difícil decir que se suponía que eran exactamente, sin embargo algo se sentía diferente en esta ocasión.

—Se que estas sobrio o al menos lo suficiente sobrio para tus estándares. Así que volveré a preguntar, ¿qué sucedió?

Un suspiro escapo de los labios de Tom que tomo un trago de café ignorando la pregunta, no quería hablar de lo que había sucedido, solo quería fingir que nada había pasado y tener a alguien que no lo hiciera a un lado, por eso había llamado a Eduardo, sus amigos sencillamente lo habían cambiado y lo habían ignorado, recurrir a él fue su última esperanza por saber que le importaba aunque fuera a una sola persona, incluso si esa persona era alguien a quien apenas conocía.

Para Eduardo no pasaron desapercibidos los gestos de Tom y no tardo en darse cuenta que no debía continuar insistiendo con sus preguntas; tenía una ligera idea de lo que había sucedido, tampoco era que sus vecinos fueran exactamente discretos cada que había un problema entre ellos, dios, la última vez había terminado con un maldito mueble estrellándose contra su casa, además, no era como si Tom cuidara mucho su lengua cuando estaba borracho, él simplemente quería que al menos le contara lo que había sucedido estando consciente de lo que decía.

Espero pacientemente por una respuesta, pero Tom solo continúo bebiendo café ignorando su pregunta y a él en el proceso, si no deseaba hablar, tampoco iba a obligarlo a hacerlo, era tarde, estaba cansado y comenzar a pelear por una tontería estaba fuera de discusión.

—¿Quieres quedarte? Es demasiado temprano para que comiences a armar un escándalo para que te abran la puerta —ofreció sabiendo que seguramente de no hacerlo Tom se largaría a cualquier sitio con el fin de evitar volver a casa, y considerando las circunstancias, bueno, prefería prevenir cualquier incidente—. Puedes tomar mi habitación al menos por hoy.

—Ahora quien está coqueteando conmigo.

—Siempre puedes largarte, vives al lado al fin de cuentas y ahí está la ventana.

—¿Realmente me harías saltar por la ventana?

—¿Dudas que lo haga?

¿Debía hacerlo? No se conocían lo suficiente a Eduardo para saberlo y arriesgarse a tratar de averiguarlo no sonaba especialmente tentador.

—¿En verdad puedo dormir aquí?

—Si no quieres hacerlo siempre puedes irte.

—No, estoy bien con esto, solo que..., supongo que es un poco extraño.

—Extraño o no, estoy cansado, voy al sofá —dijo soltando un bostezo, era tarde y posiblemente solo tendría un par de horas de sueño antes de que sus amigos o los vecinos comenzaran a molestar.

—Espera —detuvo a Eduardo antes de que se levantara de la cama, probablemente iba a ser arrojado por la ventana por lo iba a decir, pero realmente no quería pasar esa noche solo o al menos lo que quedaba de ella, era patético, como un niño pequeño que necesita dormir con su madre aterrado por el monstruo debajo de la cama—. Crees que..., no sé, puedas, ¿quedarte conmigo?

—¿Quedarme? Sabes, realmente tenia deseos de dormir, pero si te ofreces, no suena tan mal desvelarme un poco más, solo intenta no ser tan ruidoso.

—¡¿Qué?! ¡No! Solo vamos a dormir —podía sentir como su rostro comenzaba arder, él no estaba pensando en algo como eso, no le molestaba, pero eso no era lo que quería.

—Deberías verte en estos momentos, oh, te vez tan dulce —dijo Eduardo soltando una risilla maliciosa.

—Cierra la boca.

—Tan tímido ahora y hace rato parecía que querías arrancarme la ropa.

—Estaba ebrio.

—Lo sé, solo estoy bromeando contigo.

—Imbécil.

—No lo niego, pero si realmente quieres algo de diversión prefiero que sea después de un par de citas —Eduardo se encogió de hombros y se dejó caer sobre la cama—, que puedo decir, me criaron a la vieja usanza.

—¿Es otra broma?

—Tu dímelo, fuiste tu quien me pidió salir antes de vomitarme encima, ¿lo olvidaste?

—No recuerdo nada después de la tercera botella.

—Entonces, supongo que no importa, solo vamos a dormir, con algo de suerte podre descansar un par de horas —murmuro Eduardo acomodándose sobre la cama y colocando su rostro perezosamente contra la almohada.

—¿Saldrían conmigo?

—¿Por qué no? Eres la primera persona que me invita a salir desde que rompí con mi novia.

—Entonces, salgamos.

Eduardo soltó una risa ahogada contra la almohada y se giró solo para ver a Tom acostarse a su lado.

—Fue divertido seguirte el juego hasta ahora, pero aun estas demasiado ebrio para los estándares de una persona normal, mañana vas a arrepentir de todo esto.

—Estoy suficientemente sobrio para no hacerlo.

Eduardo suspiro antes de bostezar y estirarse perezosamente, incluso aunque Tom dijera que estaba sobrio estaba mintiendo, era imposible que el alcohol hubiera abandonado su sistema.

—Bien, apaga la luz y vamos a dormir.

—Entonces es una cita.

—Si. 


Si quieres dejar un comentario al autor debes login (registrase).