Login
Amor Yaoi
Fanfics yaoi en español

Lazos de Sangre (Mo Dao Zu Shi) (MDZS) (Wangxian) por CELESTE_KAIRI

[Reviews - 3]   LISTA DE CAPITULOS
- Tamaño del texto +

Notas del fanfic:

No soy buena con los omegaverse pero, haré lo posible xD

Notas del capitulo:

No hay mas que decir, que lo disfruten.

 

PROLOGO

 

El olor a incienso inundaba la pequeña habitación, provocándole una sensación de melancolía y resentimiento.

Su cuerpo aún se sentía adolorido por el hecho de haber dado a luz al pequeño que dormía plácidamente en la cuna que estaba poco menos de cinco metros de él. Habían pasado poco menos de tres días desde entonces, días en los que aún no conocía el color de su cabello ni el de sus ojos, todo para no crear ese vínculo que todo omega generaba con su cachorro nada más tenerlo entre sus brazos.

Quizás otros pensarían que lo hacía porque aquel pequeño ser, había sido un cachorro no deseado pero, la realidad es que, él amaba a su pequeño más que nada en el mundo y, justamente por el amor que le tenía, era que había decido alejarle, para que tuviera una mejor vida, ajeno a la sangre y muerte que lo perseguían desde que había surgido como el patriarca Yiling.

Sus pensamientos fueron interrumpidos cuando joven mujer, una beta, ingreso tímidamente, anunciándole la llegada del hijo del clan Lanling Jin. El asintió con su cabeza y la joven beta salía de la habitación.

Unos minutos después la puerta de su habitación nuevamente se abrió, dejando ingresar a Jin Zixuan, el alfa y esposo de su hermana Yanli. Su cuñado le dedico un leve saludo antes de continuar y caminar hacia la cama en la que se encontraba postrado.

- ¿Y mi shijie? – pregunto al tenerlo a lado suyo.

- Ella no pudo venir – dijo tomando asiento en el pequeño banco cerca de la cama – se le rompió la fuente.

- ¿Ella está bien? – hablo tratando de levantarse de la cama pero el dolor en su vientre hizo que emitiera un quejido de dolor.

Jin Zixuan se levantó del banco para impedirle que se levantara de la cama, haciendo que volviera a acostarse.

- Tranquilo, lo está - le aseguro.

- Entonces, ¿Qué haces aquí? – Respirando profundamente – deberías estar con ella, Rulan está por nacer.

- Ella me pidió que viniera, te hizo una promesa.

- Ninguna promesa vale tanto como el nacimiento de un hijo – murmuro sin ánimo.

- Tampoco el abandonar uno.

Tras decir aquello supo que había cometido un enorme error. Ambos desviaron la mirada, el ambiente se había vuelto tenso y agrio por el mismo pero, aun con todo ello, Zixuan trato de corregirse y hablo.

- Lo siento, yo no debí...

- No, no te disculpes – contesto con tristeza – tienes razón, abandonar un hijo es... La peor decisión que alguien podría tomar.

Su cuñado no hablo y permaneció en silencio, permitiéndole continuar.

- Conoces las circunstancias de su concepción y sabes mis motivos pero... No comprendes lo difícil que es tener que decirle adiós.

Y era la verdad.

Tomar la decisión de alejarlo no había sido una idea tomada a la ligera. Durante días, mucho antes de darle a luz, había sospesado cada escenario posible, muchos planes cruzaron su cabeza, incluso el de decirle la verdad al padre de su hijo, entregárselo para que lo mantuviera a salvo porque, ¿Quién mejor que el clan Lan para mantener seguro a su cachorro?

Pero cada que tenía la intención de ir, hablar con Lan Wanji sobre su paternidad, un mal presentimiento golpeaba con fuerza su corazón. Él era el patriarca Yiling, su reputación le precedía, el camino que había elegido junto a la cultivación demoniaca era algo que nunca podría borrar, ¿y si trataban de lastimar a su cachorro cuando supieran que él era la madre? ¿Y si el clan se negaba a recibir a su pequeño? ¿Y si Lan Zhan no le creía?

Los rumores sobre ser un mujeriego que jugaba con cuanta chica conocía siempre estaban a la orden del día y estaba seguro que muchos crearían que el cachorro era producto de una de las tantas "aventuras" que había tenido con algún alfa o alguna joven mujer.

No, definitivamente debía cerciorarse que su pequeño tuviera una vida lejos de todos aquellos rumores, de todo camino que estuviera inmerso en la cultivación, él tendría una buena vida, común y corriente... Pero feliz al fin y al cabo.

Por ello, su cuñado estaba ahí, para cumplir la promesa que su hermana le había hecho al poco tiempo de saber que estaba en cinta.

- Llévatelo – le dijo a su cuñado tras haber salido de sus pensamientos.

- ¿Estás seguro? – Pregunto, cerciorándose si su cuñado estaba completamente decidido – Si me lo llevo, jamás volverás a verle.

Apretó con fuerza la tela de la sabana que lo cubría y asintió con pesar.

Zixuan soltó un largo suspiro al ver la firmeza en las palabras de su cuñado, se levantó del banco y camino hacia la cuna. Una vez estuvo cerca de ella, contemplo por primera vez al pequeño cachorro quien dormía profundamente, maravillándose por lo frágil e inocente que este se veía, dibujando una suave sonrisa en sus labios sin poder evitarlo.

Tras darle una última mirada, lo tomo en brazos, cuidando que el cachorro no se despertara mientras lo acomodaba sobre los mismos. Cuando se cercioro que este seguía dormido, se encamino nuevamente hacia la cama.

- ¿No quieres verle? – Pregunto – antes de que...

- No – contesto tajantemente – sabes el por qué – girando su cabeza hacia la dirección contraria – si lo veo... Yo no...

Para un cachorro el primer contacto con sus padres era de vital importancia, creaba el vínculo afectuoso y el cachorro comenzaba a percibir el aroma de sus progenitores, haciéndolo suyo, combinándolos, generando el suyo propio pero manteniendo la esencia de aquellos que lo concibieron.

Por ello, Wuxian había tomado aquella decisión, si otra pareja lo tomaba y criaba, tomaría un olor diferente y así, estaría protegido de aquellos que quisieran vincularlo con el infame Patriarca Yiling.

- Llévatelo – repitió pero esta vez su voz sonaba entre cortada – Por favor...

Su cuñado apretó un poco el pequeño cuerpecito que cargaba entre sus brazos, sintiendo pena por el joven omega, percibiendo en el ambiente sus feromonas, llenas de amargura y tristeza, indicándole que aquello, era lo más difícil que estaba haciendo.

- Muy bien – contesto dándole la espalda – me lo llevare.

Camino hacia la puerta donde la sirvienta abrió nuevamente la puerta pero, antes de salir, la voz de Wuxian lo detuvo.

- Pavo real...

-...

- Encuéntrale una buena familia, que lo cuiden y alimente correctamente, que nunca le mencionen el pasado que tuvo, que lo eduquen y lo hagan un hombre de bien, que siempre le recuerden que, no importa ser omega o alfa, que nunca incline la cabeza ante nadie y... Y...

- ¿Y?

- Que sea feliz...

Durante unos segundos Zixuan no contesto pero, tras una larga espera, hablo.

- Lo será.

Y salió de la habitación mientras, el rostro de Wuxian se encontraba cubierto de lágrimas por la perdida.

 

 

 

Sus ojos se abrieron de golpe.

Se levantó del lecho, llevándose una mano hacia su corazón el cual, latía de forma descontrolada, se limpió el sudor acumulado de la frente con el dorso de su mano, se relamió los labios, sintiendo como su boca estaba reseca.

Levantándose con cuidado, evitando despertar a su pareja, se dirigió a la pequeña mesa que estaba al frente, para tomar un poco de agua y poder despejar su mente.

- Eso... No fue una pesadilla... - dijo en un murmullo, dejando el vaso vacío sobre la mesa.

Con pasos lentos camino hacia la puerta del Jinshi, abriéndola un poco para poder recibir la fría brisa que corría por la noche, su mente aún estaba perturbada por aquellas imágenes, la corta conversación de la misma pero, lo que más le había impactado, era el hecho de ver, por unos segundos aquel pequeño ser, tan indefenso y frágil, que había sido traído al mundo para ser entregado a alguien más.

"Aquel bebe... Era mi hijo" pensó apoyándose en la puerta del Jinshi "mío y de Lan Zhan" Apretando con fuerza la madera de la misma "tal parece que mi mala memoria no solo repercutió en los sucesos de la ciudad sin noche también, borre inconscientemente el hecho de que había abandonado a mi propio hijo"

No supo cuando tiempo permaneció en aquella posición, ni cuando tiempo estuvo expuesto al frio pero, solo se percató de ello cuando su cuerpo comenzó a temblar por el mismo, obligándole a cerrar la puerta para regresar al lecho que compartía con su esposo.

"¿Debería decirle a Lan Zhan?" se preguntó mentalmente "Pero, ¿de que serviría?, nuestro hijo ya debe ser todo un hombre, quizás hasta ya formo su propia familia... Además, encontrarlo sería casi imposible, los únicos que saben que familia lo adopto están muertos"

Se abrazó así mismo, aunque no estaba seguro si era por el frio que aun sentía o por la sensación de vacío que se había apoderado de su corazón al recordar aquella perdida.

- De nada sirve lamentarme, ya es muy tarde para eso.

-Tarde... ¿Para qué?

Dio un pequeño brinco al encontrarse con la figura de su esposo sentado sobre la orilla de la cama, observándole con aquel hermoso rostro frio e inexpresivo, pero con una mirada llena de preocupación, una que supuso, fue provocada al ver que no se encontraba a su lado.

- Wei Ying – lo llamo suavemente al ver que no contestaba.

- Lo siento, Lan Zhan – dijo tratando de hablar con su tono de voz de siempre – necesitaba un poco de aire, ya sabes, cuando tengo algún sueño que evoca mi pasado...

- Lo sé – le contesto.

- ¿Es por ello que no viniste a buscarme? – acercándose a su esposo mientras le sonreía de medio lado.

- Necesitabas tu espacio.

- Me conoces muy bien, Lan er ge ge – dijo con un tono de voz algo insinuante.

- No me llames así –susurro mientras sus mejillas se teñían de rojo.

- Mírate, llevamos más de cinco años de matrimonio, ¿Cómo algo como eso aún puede hacer que te avergüences? – Sentándose en su regazo y pasando sus manos por su cuello - ¿Qué no hemos hecho en este lecho? – acercando su nariz al cuello de su esposo para depositar un beso y aspirar el exquisito aroma a sándalo que este poseía.

Si había algo que Wei Wuxian amaba más, aparte de su hermoso esposo, era el embriagante aroma que este poseía, el olor a sándalo que lo había cautivado cuando, una noche, durante un tejado, bajo la luz de la luna, este le había golpeado de pronto, indicándole que aquel hermoso joven de piel clara y mirada fría era su destinado pero, como el buen omega revoltoso, rebelde y denso que era, no se había percatado de ello, pensando que solo era un buen aroma que le gustaba respirar.

Que inocente e ingenuo había sido, si solo se hubiese guiado por ese instinto, quizás sus caminos se habrían unido mucho antes y su hijo...

- ¿Wei Ying? – lo llamo su esposo, al percatarse que el aroma a jazmín tan propio de su marido, estaba cambiando por algo un poco más agrio y condimentado.

-¿He? – Parpadeo un poco al darse cuenta que se había perdido en sus pensamientos – Lo siento, al parecer aún sigo algo aturdido por la pesadilla.

- ¿Quieres hablar de ello?

-... - No contesto y se abrazó un poco más al cuerpo de su esposo.

- ¿Wei Ying?

- Lan Zhan... ¿Qué piensas de las personas que guardan secretos?

Wanji se sorprendió por la repentina y extraña pregunta que su esposo le había formulado, durante el tiempo que habían compartido como pareja, ningún secreto se había guardado entre ellos por lo que, tras meditarlo, llego a la conclusión que quizás la misma surgió por la pesadilla que su omega había tenido.

- Muchas veces las personas guardan secretos porque creen que es lo correcto – afirmo envolviendo el delgado cuerpo de su marido entre sus brazos – creen ciegamente que con ello, protegen a quienes aprecian o...

- ¿Mmm?

- Creen que sus errores son irreparables a tal punto que lo mejor es guardar silencio, para evitar que algo aun peor suceda.

Al escuchar la respuesta de su marido hizo que su corazón se agitara, temblando ligeramente entre los brazos del mismo.

- ¿Tienes frio? – al percatarse del ligero temblor de su omega.

- Mmm... - asintió con su cabeza – caliéntame – susurro intentando alejar su mente de aquellos fantasmas del pasado y buscando un poco del calor de su esposo – Lan er ge ge... Tu omega quiere tu calor – dejando pequeños besos sobre la piel del cuello del mayor.

- Wei Ying... - dijo su nombre en un murmullo, tratando de ignorar las sensaciones que estaba comenzando a percibir – No pidas algo que después no puedes soportar.

El omega sonrió y se alejó para contemplar el rostro de su hermoso alfa.

- ¿Acaso mi alfa no me quiere? – Sonriendo de medio lado – Tu bello omega te necesita, acaso... ¿te negaras? – Bajando su mano hasta llegar al miembro de su alfa, frotándolo ligeramente sobre la tela de su pantalón - ¿No quieres jugar conmigo?

Wanji apretó los dientes.

Si había algo que nunca podría negar, era lo adicto que se había vuelto al cuerpo de su omega, su aroma lo embriagaba, cada movimiento suyo lo excitaba y el solo escuchar su voz llamándole, le producían unas inmensas ganas de encerrarlo dentro de las paredes del Jinshiy perderse entre las oleadas del calor de ambos, llevándole a la cúspide del placer tras yacer en el lecho que compartían.

Sin poder resistirse al fuerte aroma que su esposo estaba despidiendo, lo tomo de los brazos y lo arrojo a la cama, haciendo que este emitiera un leve quejido por el acto. Retiro el pantalón que ambos vestían, abrió las piernas de su omega para posicionándose entre ellas y entro en él, haciendo que ambos gimieran por el acto.

- Lan... Zhan... Muy profundo - hablo de forma entrecortada, dejando escapar unas cuantas lágrimas por la forma en que había sido tomado.

- Tú lo pediste – le contesto su esposo.

Lentamente su esposo comenzó a embestirlo, logrando con aquello que comenzara a gemir por el placer y el ardor que estaba sintiendo al verse llenado de forma tan profunda.

- Más... Lan er ge ge... Más... - dijo tomando el rostro de su esposo para besar sus labios.

Su alfa lo consintió, comenzando a embestirlo con más fuerza, haciendo que con ello, sus gritos subieran de volumen una vez finalizaron el beso.

- Mantén... Tu voz baja – le indico sintiéndose mareado por el calor del momento.

No tenía planeado volver a yacer con su esposo por lo que, no habían colocado los talismanes anti sonido por lo que, era casi un hecho que, si su esposo no bajaba la voz, su tío los escucharía y lo que menos deseaba era tener que escucharlo hablar mal de su esposo o de las reglas que habían roto por hacer tal escandalo durante la madrugada.

Por su parte, Wei Wuxian continuaba gimiendo sin control al sentirse mareado por el placer y el dolor que su alfa le estaba entregando, olvidándose con ello, por unos instantes, de la realidad que cruelmente le había golpeado minutos antes además de mandar muy lejos la cordura que le indicaba que debía medir sus alaridos.

Tras entregarse ambos a la pasión que siempre los movía y llegar dos veces al cielo, ambos se encontraban descansando uno a lado del otro, tratando de recuperar el aliento perdido.

- ¿Ya no tienes frio?

Wuxian sonrió y asintió a la pregunta.

- Lan er gege siempre me calienta.

-...

- Ya no tengo frio de hecho... - lanzando un largo bostezo.

- Es mejor dormir, pronto amanecerá – declaro su esposo, depositando un suave beso sobre su cabeza.

- Mmm... - besando el cuello del alfa.

Lentamente ambos comenzaron a caer en los brazos de Morfeo hasta que sus respiraciones se volvieron pausadas y tranquilas, indicando que habían caído por completo en la inconciencia.

Pero, aun cuando el suave aroma a sándalo de su alfa debía relajarlo por completo, una sola pregunta le mantuvo inquieto aun en sueños.

"Lan Zhan, si te dijera la verdad... ¿Me perdonarías?"

 

 

つづく / Continuara...

 

Notas finales:

 

 

Muy bien, debo decir que es la primera vez que escribo algo omegaverse así que no sé qué tan mal salga esto, incluso la historia se puede ir al garete en algún punto jajaja

No sé cuándo actualizare o cuando seguirá esto porque, como aclare, decidí leer la novela para poder continuarlo así que, tratare de ir actualizando con capítulos cortos para que sea más fluido.

Espero me apoyen y si tienen ideas pueden dejármelas aquí, quizás tome algunas y las ponga en este Fanfic.

Muchas gracias por leer.

        

 


Si quieres dejar un comentario al autor debes login (registrase).