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Alétheia por ardnas

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Notas del fanfic:

Hola, espero que se encuentren bien.

Iba a publicar esta historia hasta que tuviera dos capítulos hechos, pero decidí hacerlo hoy como mi regalo de año nuevo, espero que les guste la secuela.

Nos leemos más tarde.

Chye, chye.

 

Notas del capitulo:

Harry Potter no me pertenece, es propiedad de J.K.Rowlling.

Las marrones y doradas hojas de los árboles adornaban el camino hacia la estación, un grupo de apariencia desigual se mezcló con el resto de los transeúntes mientras se dirigían a su andén. Tres grandes jaulas descansaban en lo alto de los carritos de equipaje que los mayores empujaban, dos lechuzas moteadas y una nívea ululaban con indignación, la única chica del grupo se aferraba al brazo de su hermano menor, el cual la superaba en altura por una cabeza.

— No puedo creer que estoy en este andén para ver partir a mis hermanos en vez de asistir a la escuela — dijo la rubia melancólicamente.

— Yo tampoco puedo creerlo, Delphi. Hace tan solo un año todavía éramos estudiantes — el tono gris en su cabello reflejó los ánimos de Teddy.

Los muggles miraban fijamente las lechuzas mientras la diversa familia se abría paso entre la multitud, fue llegando a los andenes nueve y diez que Harry escuchó a sus hijos pelear nuevamente.

— ¡Cállate, James!

El pelinegro le sonrió burlonamente a su hermano menor —. No tiene nada de malo, entiendo que quieras quedar en la misma casa que tu novio…

— ¡¡Scorpius no es mi novio!!

— Ya déjalo en paz, James.

— Solo digo que no debería avergonzarse, a nadie le importa que él y Scorpius…

James se detuvo al notar la mirada fija de su papá en él, prefirió permanecer en silencio mientras llegaban a la barrera. Con una última mirada burlona a su hermano, el Weasley pelinegro tomó el carrito de las manos de su hermano adoptivo y echó a correr, su mellizo Fred le siguió no mucho después, habiendo recibido el carrito que llevaba el pelirrojo mayor.

Una vez que ambos se desvanecieron, Delphini se giró hacia el menor del grupo.

— Ahora que James no está puedes admitir tu noviazgo con el principito Malfoy.

— ¡¿Tú también, Delphi?!

Harry reprendió suavemente a sus hijos por reírse del más pequeño y pellizco sutilmente a su marido por hacerlo también, buscando huir del regaño, Teddy y Delphini atravesaron la barrera.

— Escríbenos tan pronto como sea posible, no puedo esperar a saber en qué casa de Hogwarts terminarás y trata de no pelear mucho con tu hermano, tendrás cartas de nosotros al menos 2 veces por semana.

Los últimos 2 carritos cobraron velocidad y cruzaron la barrera, emergieron del otro lado, encontrándose con el expreso escarlata de Hogwarts, sus hijos ya habían desaparecido entre el sin número de padres y estudiantes.

— No veo a nadie — dijo Sirius con el ceño fruncido, acostumbrado a encontrarse con su mejor amigo cada vez que estaban en el andén 9 ¾.

— Ya nos encontraremos con alguien — George puso una mano sobre el hombro de su hijo pelirrojo y comenzaron a avanzar.

Harry creyó escuchar a Oliver hablar sobre nuevos entrenamientos de quidditch y contuvo un escalofrío mientras rogaba por no tener que ir a saludar pronto.

— ¡¡Evan!! — Un chico rubio se acercaba a ellos mientras empujaba a las personas en su camino.

— ¡¡Scorp!! — El pelinegro abrazó a su mejor amigo en cuanto lo tuvo a su alcance.

— Esta clase de encuentros es un poco demasiado para un par de amigos… Scorpius, eres un gran chico, pero mi Evan es todavía muy joven para tener novio.

— ¡George!

— ¡¡Papá!!

— ¡¡Tío George!!

Harry miró a Sirius reírse de las ocurrencias de George y suspiró resignado, a lo lejos alcanzó a ver un par de rostros familiares y les hizo señas para que se acercaran.

— ¿Mañana agitada?

— Eso ni se pregunta, Scorpius se despertó a las 4 de la mañana y no pudo volver a dormir, por consiguiente, Astoria y yo tampoco lo hicimos.

— Descuida, el año siguiente los nervios y la emoción te darán un descanso, pero eso sí, probablemente se te haga tarde, en el segundo año de Andrei estuvimos a nada de perder el tren — aclaró Theo mientras George y Blaise subían al vagón los baúles de sus hijos.

— ¿Evan está nervioso?

— En realidad no, está muy ocupado tratando de convencer a James de que Scorpius no es su novio, considerando lo terco que es mi hijo, no tendrá tiempo de sentirse nervioso hoy.

— ¿Eso te molestaría?

— ¿El qué?

— Que nuestros hijos terminaran juntos.

Harry observó a su hijo hablar animadamente con Scorpius, Astoria, Sirius y Andrei sobre las casas de Hogwarts, él ya sabía lo unidos que eran Evan y Scorpius, pero nada en su relación sugería la existencia de algo romántico, también eran demasiado jóvenes como para saber en lo que se metían al hablar de amor, así que Harry nunca había pensado en lo que pasaría si esos dos en realidad fueran pareja.

— Mientras hiciera a Evan feliz, no me importaría en lo absoluto.

Su comentario hizo sonreír a Draco por un segundo antes de que ensombreciera el rostro sin razón aparente, Harry se dio cuenta de que miraba fijamente algo y se giró para saber que era.

Ron Weasley estaba ahí, a varios metros de distancia parado junto a Hermione y sus dos hijos, Rose era apenas menor que Evan por lo que comenzaría Hogwarts ese año, ella ya llevaba la túnica escolar puesta y hablaba con su madre sobre un tema que no tenían la capacidad de saber, ninguno de ellos miraba en su dirección, de lo cual Harry se alegraba, no quería tener una pelea ese día en particular.

— Supéralo, Draco. Yo ya lo hice.

— No puedo superarlo… ¡Hey! ¡Scorpius!

El rubio menor se giró a mirarlo — ¿Si, papá?

— ¿Ves a la niña de cabello esponjado junto al pelirrojo?

— Sí.

— Encárgate de vencerla en cada examen, si es como sus padres, eso la volverá loca.

— ¡¡Draco!! ¡¡Ni siquiera han comenzado la escuela y ya estas intentado volverlos contra el otro!! — Astoria le regañó.

— Cierto… De cualquier manera no seas muy amigable con ella, es probable que heredara los malos modales de la comadreja y ataque en cuanto vea tu color de cabello.

Harry rodó los ojos, a veces se preguntaba si fue sabio haberle contado a Draco la razón de que su amistad con Ron terminara, el rubio no soportaba al pelirrojo en un principio, pero después de que escuchara la historia su odio parecía haber aumentado, Draco no disimularía su desagrado por el otro sin importar dónde o con quien estuvieran, se lo tomaba más a pecho que él mismo.

— “Menos mal no le conté la verdad sobre Sirius, no tengo ganas de visitar a Draco en Azkaban” — pensó Harry.

— ¡¡Ey!! — Evan se quejó cuando James llegó echando pestes y casi lo tira al suelo —. ¿Qué te sucede esta vez?

— Vi a Teddy morreándose con Victoire. No venía a despedirse de nosotros, solo quería verla a ella.

Fred seguía de cerca a James, tratando de consolar a su hermano.

Todos sabían que a James le gustaba Teddy, pero si bien el Lupin era bisexual nunca había mostrado ninguna clase de interés romántico o atracción hacia el pelinegro, Teddy veía a James como su hermano menor, y a pesar de que para el pelinegro él había pasado a ser solamente Teddy, el hombre lobo todavía lo llamaba hermanito, incluso fingía no darse cuenta de los sentimientos de James hacia él.

— Son casi las once, deberían subir — Harry quería poder decir algo para consolar a su hijo, pero no sabía realmente que decirle ¿que se rindiera ya que Teddy pensaba en el como un hermano? ¿O que luchara para que lo viera como algo más? Y no podía olvidar que Victoire era su sobrina, alentar a James no parecía del todo correcto dadas las circunstancias.

— Da igual — James subió con desgana al vagón, olvidando completamente que había estado molestando a su hermano.

Evan esperó a que el resto subiera a los vagones para quedarse a solas con sus padres.

— ¿Les molestaría que no quedara en Gryffindor?

George alzó una ceja —. Evan, no todos tus hermanos están en Gryffindor ¿recuerdas?

— Ya lo sé… es solo qué… quedar en Gryffindor es una tradición familiar y bueno, sé que tal vez yo quede en…

— ¿En Slytherin? Evan, tenemos amigos Slytherin, tu padrino es un Slytherin, te puse el nombre de un Slytherin, yo soy Lord Slytherin, ¿porque me molestaría?

— Porque es Slytherin… y nadie en la familia ha quedado en la casa de las serpientes.

George y Harry se miraron, comprendiendo el temor de su hijo, lo habían escuchado antes, Sirius había sido temeroso de hablar sobre su selección por ser el primero en la familia que no quedaba en Gryffindor, Evan temía caer en el tabú y ser rechazado.

— No nos molestaría, de hecho, ambos estuvimos a punto de quedar en Slytherin.

— ¿De verdad?

— Si, yo temía a los prejuicios y rogué no ser un Slytherin, a día de hoy me sigo preguntando como seria haber ido a la casa de verde y plata.

— Y yo pedí Gryffindor solo porque tu tío Fred estaría ahí, de lo contrario habría sido muy feliz de terminar en Slytherin.

— ¿El sombrero los escuchó?

— Sí. Él toma en cuenta tu decisión. Pero no importa si decides o dejas que el sombrero lo haga por ti, a donde quiera que vayas estaremos igual de orgullosos que siempre, el color de una corbata no cambiará eso.

A pesar de no querer ocultarlo nunca le habían contado eso a sus hijos, y pudieron ver la maravilla en la cara de Evan cuando lo hicieron, pero no hubo oportunidad de decir nada más, el sonido distintivo del tren anunciaba su pronta partida y su hijo más pequeño les dio un último abrazo antes de subir al tren con sus hermanos y amigos.

— Él estará bien — dijo a George mientras el pelirrojo observaba tristemente el tren.

— Lo sé. Es solo que… voy a extrañarlo mucho.

Sabía que lo haría, después de todo, George estaba unido a Evan de una manera que no lo estaba con el resto de sus hijos. Siendo Harry un mago fértil todo el mundo imaginó que sería él quien tuviera a todos sus hijos, pero poco más de un año después de que nacieran los mellizos, George experimentó la necesidad de albergar en su cuerpo un niño propio, así que tomó una poción de embarazo y nueve meses después Evan Severus Weasley llegó a sus vidas.

Nacido el 24 de mayo de 2006. Evan era la viva imagen de Harry, con sus ojos esmeraldas y su desordenado cabello negro, el pequeño mago fértil se convirtió en la completa adoración de su padre, junto con Sirius, eran los niños mimados de George Weasley.

Teddy y Delphini regresaron justo a tiempo para despedirse de sus hermanos, George y Harry comenzaron a saludar apenas el tren comenzó a moverse, sin dejar de agitar sus manos hasta que el último rastro del tren se perdió en la distancia.

Harry se acurrucó en los brazos de George, sabiendo que sus hijos estarían bien.


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