Precioso día soleado, pero eso me hace pensar, MALDITO CALOR estamos a 36° que deja me decirte que no es poco, estoy sofocándome, perfecto inició de semana.
Entre al hospital que gracias al cielo tiene aire acondicionado, en estos tiempos de calor aprecio mucho mi decisión de trabajar aquí.
-Buen día enfermera Daniel- saludo un hombre un tanto regordete de barba canosa- Que buen tiempo hace ¿no lo crees? - preguntó con gracia para molestarme, él sabe que detesto el calor
-"Buen día" Mark no estés de broma, y no, no hace un buen tiempo- él me escuchaba mientras arreglaba su bata- no tiene nada de bueno
- ¿Aunque los pajaritos canten contentos?
- Aunque canten contentos- afirme tomando un lapicero de mi casillero
Mark sonrió para mí y retomó su camino a la sala de emergencias, yo hice lo que me tocaba, caminé hasta la habitación de la señora Karla
- Buenos días señorita Karla- entre contradiciendo lo que justo acababa de decirle a Mark, no puedes entrar al cuarto de un paciente mostrando tu odio tonto a los días calurosos, no tienen la culpa del calentamiento global… ¿o sí?, borré esos pensamientos tontos rápidamente
- Buenos días Daniel - esa sonrisa digna de alguien que no teme morir, tan alegre despreocupada aun sabiendo que no puede apartarse de su destino - sigues llamándome señorita
- huy que pasa ¿eh? Esta revelándome que usted ha dejado de serlo- entre cerré los ojos, estaba jugando- mucha información para una enfermera virgen- seguí platicando mientras preparaba los medicamentos
- la perdí cuando tenía 14 años, y larga historia - hizo una pequeña pausa para tomar sus pastillas - pero eso te lo contare en otra ocasión
- no, quiero escucharla ahora, tenemos tiempo - soy impaciente quiero saberlo todo al momento
- hay que mantener el misterio- sonrió antes de quedarse dormida
Me limité a suspirar vencida
Salí del cuarto sin hacer ruido, hace 1 año que trabajo aquí, este trabajo me encanta, cuido de las personas, las mantengo vivas, tal vez no hago todo el trabajo, pero soy parte de ello, y eso me enorgullece trabajo haciendo lo que amo, y ME PAGAN, no se puede pedir más, aunque es duró, como he visto personas salir caminando por esa puerta tan alegres de a verse librado y ser afortunados de vivir un día más ... También he visto personas morir, lloran pidiendo piedad, piedad que no fue otorgada, gritando que no los lleven, pero esos gritos no son para nosotros, es para él, dios ... Personalmente él no me agrada, y que no me agrade no me hace una mala persona, pensar que puede arrancarles la vida a inocentes, me hace vomitar, mi madre es religiosa pero no hablamos de ello, no queremos que la casa arda
Un día tranquilo, cumplí mis horas y caminé hasta la parada de taxis, es muy tarde para caminar sola y mucho menos para esperar un bus.
Entré a mi departamento, antes de encender las luces una bola negra salto a mi pecho
- AH!! AH!! - busqué el apagador lo más rápido que pude y lo toqué- demonios Yoowi me mataras de un susto y muerta no podré darte comida, ¿lo entiendes? - sólo recibí pequeños "miau" y unas cuantas lamidas a mi mano, yoowi es un gato negro que tengo en mi departamento. Lo baje para que pudiera corretear en el piso
- ¿tienes hambre yoowi? - destape un sobre de comida para gatos mientras que yoowi se restregaba contra mi pierna
--Blick--
Un mensaje, el nombre era claro en la pantalla, incluso antes de abrirlo ya sabía que me esperaba un regaño, mi madre tampoco es muy paciente
"Quiero que vengas a casa para en cumpleaños de tu padre, Daniel, no quiero escusas diciendo que lo olvidaste y por eso no pudiste venir"
En 6 días es el cumpleaños de mi padre y mi madre está un poco (MUY) irritable, quiere que todo sea perfecto, aparte de su enojo conmigo por no a ver ido a visitarlos en estos últimos días
Contesté:
"No te preocupes, ya incluso tengo preparado su regalo de cumpleaños, estoy segura que el baile de las chicas le encantará y le hará bien a su corazón"
--Enviado--
Estoy muy cansada, tomé un baño antes de ir a dormir, cepillé mis dientes, me despedí de yoowi y me recosté en la cama no sin antes leer la respuesta de mi madre y reír un poco bajo mis sabanas
Mañana tengo que compara más arena para yoowi y más comida para mí, tal vez tenga que pasar a la tienda de regalos para ver, tal vez algo me convenza y lo compre para mi padre, después de todo es un buen tipo
Podía escuchar los pequeños ronroneos de yoowi, y me quedé dormida a merced de un gato que posiblemente se meta a mi cama cuando esté completamente dormida
...
No necesito vida, mis hijos están lejos, viven su vida sin yo importarles un poco, me llena de amargura, pero no quiero demostrarlo, les he dado la vida, y ellos derrochan mi dinero como si ya estuviera muerta… lo más cercano a una hija, una enfermera que solo me cuida por que le pagan, o eso pensarían mis hijos, ella no sabe que él la observa, es especial, ella lo hace sin desconfiar, sin esperar, sin creer…
Los ángeles la han encontrado
Un pitido inundó la pequeña habitación de hospital, indicando la partida de otra alma...
- NO!!- se despertó sudorosa y pudo darse cuenta de que era un sueño, nada la perseguía, nada apagaba su brillo, nada la detenía ... Aún
- MIAU!!- un chistoso yoowi saltaba de la cama asustado por el despertar de su dueña
- Disculpa yoowi - se levantó para acariciar sus orejas y así tranquilizarlo
--Ring ring ring ring--
Susurro un pequeño "te gane" se alistó para su trabajo, lo típico, el baño, la ropa, un buen café y una banana y rellenar el tazón de comida para que yoowi no muriera
Después de sus 8 horas de trabajo Daniel tomó un autobús para llegar más rápido al súper mercado
Coloco en el carrito de compras dos bolsas de arena para gato, unos premios que se encontró (para gatitos) algo de jamón, lechuga, pan integral, huevos, mantequilla y algunas cosas que metió al carrito solo porque estaba distraída, hoy fue un día extraño, la señora Karla no hablo con ella, la notó muy extraña, le dio crédito al cansancio tal vez, pero la muerte de Carlos, un paciente que cuida su amigo Rodrigo la dejó intrigada, era un hombre muy sano, solo estaba allí por una pierna lastimada, llegar al hospital por algo tan ameno y morir de un paro cardiaco es algo difícil de asimilar
Choco el carrito con otra persona
- oh disculpa estaba distraída -
- no hay problema, no pasó nada- una chica que no parecía ser mayor que ella, de estatura algo pequeña contestó con una sonrisa, para después mirar la comida para gatos que estaba hasta arriba de todo
- ¿necesitas ayuda? - pregunto Daniel amable
- no, no gracias- se encogió de hombros para retomar su camino- espera - la detuvo - perdón, la verdad si necesitó ayuda
Daniel sonrió para luego tomar la comida para gatos sin ningún esfuerzo, pudo notar el enojo en la chica más pequeña
Daniel se extrañó - ¿pasa algo?
- ¿eh? No disculpa no es nada personal, es sólo que me molesta un poco ser tan enana- tomo la bolsa que estaba en las manos de Daniel
- no es tan malo, a mí me duele la espalda a veces- sobó un poco su espalda baja
- ¿cuánto mides?, digo si no es extraña la pregunta - estaba haciendo conversación con una chica extraña, Daniel no era de ese tipo de personas que hablan con desconocidos, solía ignorar mucho lo que pasaba a su alrededor, sin embargo, decidió contestar y seguir con la pequeña conversación hasta que esta acabara
- me la hacen muy a menudo, no te preocupes - soltó una pequeña sonrisa- mido 1.76, no es demasiado, mi hermano mide 1.82 mi familia es alta, ¿y tú? Cuanto mides- regresó la pregunta ahora interesada, la pequeña pelinegra al frente suyo no podía. Medir más de 1.65
-1.58 casi los 1.60- dijo obviamente estirando lo evidente
Daniel sonrió un poco se dio cuenta de la hora, casi dan las 5 de la tarde y aún tiene que cambiar la arena del pequeño yoowi
-disculpa tengo que irme, fue un gusto- estrechó la mano de la pequeña pelinegra
- claro yo también, OYE- decidió detenerla de nuevo - ¿cuál es tu nombre?
- soy Daniel, ¿cuál es el tuyo? - preguntó algo apurada, pero sin perder el interés en la respuesta
- soy Alice - una sonrisa amistosa salió de la pelinegra
- bueno Alice, espero nos veamos de nuevo, hasta luego
Camino con su carro de súper hasta alejarse de la pelinegra
-... Daniel...
...
Un suspiro no dado, guardar apariencias, máscaras invisibles, caras irreconocibles personas que entrar y salen, almas destruidas, vidas sin sentido
Cuerpos sin razón de existencia ...
Ellos dan asco
El pitido de la muerte acercándose resonó en el cuarto, robando un alma apenada de vivir como un bastardo