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62. Forjado en Dong Woo (08) por dayanstyle

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—¡Es hora de fiesta!

 

Dong Woo giró la cabeza y miró por encima del hombro de donde estaba tumbado cómodamente en el sofá. Sus ojos se giraron hacia el cielo cuando vio al alborotador Xi Luhan  entrando en su sala. La presencia del hombre sólo podía significar problemas.

 

—¿De qué estás hablando? —Taecyeon preguntó mientras bajaba las escaleras. Las cejas del shifter rinoceronte se fruncieron mientras miraba a Luhan.

 

Luhan colocó sus manos en sus caderas mientras sonreía ampliamente a Taecyeon.

 

—Es viernes por la noche. He trabajado duro toda la semana y quiero ir de fiesta.

 

—Uh, no, yo he trabajado duro toda la semana mientras tú estabas sentado detrás de tu escritorio hablando por teléfono — Taecyeon lo corrigió con un gruñido—. Yo hago todo el trabajo, así que… ¿cómo diablos estás cansado?

 

Luhan hizo un gesto con la mano a Taecyeon con desdén. — Semántica, mira, ¿sabes lo que tuve que pasar para que nosotros pudiéramos escaparnos de la Casa sin que ninguno de los calientes guerreros esté tras nosotros?

 

Dong Woo miró a Luhan, pero no vio a nadie. —¿Quién es nosotros?

 

Estaba empezando a arrepentirse de hacer la pregunta, cuando las parejas de la Casa comenzaron a aparecer. Dong Woo no estaba familiarizado con la mayoría de ellos, pero sabía muy bien que los guerreros se volverían locos si supieran que sus parejas estaban vagando solos por el pueblo en la noche.

 

Luhan comenzó a agitar la mano a los hombres detrás de él.

 

—Conocen a Heechul y Key. Todo el mundo ya conoce a Ren y Baekhyun. Él es Taemin, el primo de Ren, y apenas sale de la casa.

 

Dong Woo se rodó perezosamente, dejando que el brazo colgara del sofá mientras observaba al grupo de inadaptados. — ¿Y a dónde quieres ir? —Le habían dicho que cada shifter en la Villa Kim sabía que debían mantenerse al margen de Luhan cuando tenía ese brillo travieso en sus ojos amatista. Era hermoso y diabólico, todo en uno.

 

Dong Woo no tenía ni idea de cómo el Alpha trataba a su problemática pareja.

 

A pesar de que todo el mundo le advirtió acerca de Luhan, Dong Woo sabía que quería escuchar. A él le gustaba meterse en problemas. Bueno, le gustaba meterse en problemas con tal de no tener que hacer ningún trabajo. Sí, era tan vago como el día era largo. Él y su hermano, Hui, comenzaban nuevos puestos de trabajo mañana por la noche, e ir de fiesta la noche anterior parecía una muy buena idea para él. Estaba cansado de estar atrapado en una casa con nada que hacer. A pesar de que su trabajo podría aliviar el aburrimiento, eso no era algo que estaba deseando. Él sobre todo, no tenía ganas de trabajar en una sala de cine.

 

Dong Woo odiaba el olor de las palomitas de maíz.

 

Luhan se rio cuando golpeó las manos y las frotó. —Vamos al reino de los demonios. ¿Dónde más puedes ir de fiesta en un club donde hay strippers calientes?

 

—¿Dijiste strippers calientes? —Hui inmediatamente despertó de su sueño en el otro extremo del sofá, sentándose.

 

 

Dong Woo le sonrió a su hermano. Él sabía cómo el hombre se sentía. Había pasado tanto tiempo desde que Dong Woo tuvo sexo que pensaba que su pene iba a marchitarse. No estaba seguro de cómo logró pasar los últimos tres días sin un cuerpo caliente para llenar su cama.

 

—¿Cuál es el reino de los demonios? —Dong Woo le preguntó cuando finalmente se sentó, atento ante la promesa de sexo. Strippers eran una apuesta segura. Y donde había strippers había twinks. El pene de Dong Woo comenzó a animarse con la idea de conseguir algunas mamadas.

 

—Jesús, no sé —dijo Luhan en un tono sarcástico mientras lanzaba sus manos en el aire—. El reino demonio. Diría que es un reino lleno de demonios.

 

Dong Woo entrecerró los ojos al impertinente chico. Si la tarea de patear el culo al chico no requiriera tanta energía, Dong Woo estaría fuera de este sofá. Se pasó la mano por su pecho desnudo y bostezó justo antes de estirar todo su cuerpo. — ¡Entonces vamos!

 

—Cuenten conmigo —dijo Hui.

 —No cuentes conmigo —respondió Taecyeon—. No me importaría, pero no quiero que Jongin me arranque la cabeza de los hombros. No solo es mi Alpha sino también mi jefe. Me gusta mi trabajo.

 

Jun.K, la pareja de Taecyeon, presionó la palma de la mano en el pecho. —Jongin no es mi jefe. Yo voy. Esto suena interesante como el infierno.

 

Dong Woo se levantó del sofá y se dirigió hacia las escaleras. — Déjame tomar una ducha rápida y me preparo.

 

 —¡Quiero que regreses en diez minutos no en tres horas! — Luhan le gritó—. Después de todo estoy a la fuga. Tengo que seguir en movimiento o voy a estar atrapado.

 

Pensando en conseguir que su pene fuera chupado, Dong Woo se apresuró. El sexo era un gran motivador. Al parecer, su hermano pensó lo mismo, porque Hui salió de su dormitorio cuando Dong Woo se dirigía hacia las escaleras. —Seguro que espero que esos demonios no tengan dos cuernos y un tridente.

 

La sonrisa de Dong Woo se amplió a su hermano. —Estoy bastante seguro de que Luhan no iría a las entrañas del infierno. Al menos no si no fuera emocionante.

 

—¿Preparado? —Luhan preguntó irritado. Dong Woo asintió.

 

—¿Cómo vamos a llegar?

 

Los ojos de Luhan brillaron. Dong Woo observó cómo el hombre echó la cabeza hacia atrás y gritó: —Joshua.

 

Qué infiernos hacia el pequeño loco. —¡Oh, mierda! — Dong Woo saltó hacia atrás cuando un par de ojos de fuego aparecieron en el oscuro rincón de la sala, justo antes de que un enorme cuerpo surgiera—. ¿Qué clase de mierda abracadabra es eso?

 

—Él es nuestro aventón —dijo Key a medida que avanzaba.

 —No se puede llegar sin un poco de ayuda.

 

Eso no era un poco de ayuda. ¡El hombre era enorme! No tenía cuernos, ni tridente, pero joder, si no se veía malvado como el infierno. Vio cómo las demás parejas se reunían alrededor del chico y le tocaban el brazo.

 

—¿Vienes? —preguntó Luhan.

 —Club Stripper —dijo Hui entre dientes, recordándole a Dong Woo por qué irían de raid con el demonio.

—Sí, claro —Jun.K dijo mientras agarraba a Taecyeon y lo jalaba—. Con tal de que no haya nadie con una cuerda y un ladrillo, estoy dentro.

 

Dong Woo y Hui se adelantaron. «Joder». Si era su día para morir, ¿por qué no ir en demonio exprés?

 

Tan pronto como Dong Woo tocó el brazo del demonio, la habitación empezó a dar vueltas y se sentía como si fuera a vomitar. Su estómago se sacudió violentamente y Dong Woo estaba empezando a preguntarse si los strippers merecían esto.

 

Él parpadeó un par de veces y vio que no estaba en Corea. Estaban de pie en alguna calle, en las afueras de un edificio con música a todo volumen y la palabra Diablo´s encima de la puerta.

 

—Sólo grita cuando necesites que te lleve de regreso —dijo Joshua, mientras se alejaba.

 

Dong Woo rápidamente se olvidó del demonio mientras caminaba hacia la puerta. Siguió al grupo, su boca formó una sonrisa cuando vio a un stripper en el escenario, jovencitos en abundancia, e inhaló el aroma de la bebida, el sexo y otros aromas asociados a un club.

 

Dong Woo se pasó la mano por el pecho, preguntándose por dónde empezar. Baekhyun y Ren caminaron hacia el escenario, jalando a Taemin y comenzaron a bailar al ritmo de la música que estaba a todo volumen por los altavoces de gran tamaño. Los otros hombres tomaron asiento en una de las cabinas, pero Dong Woo estaba al acecho.

 

Sus ojos recorrieron el escenario, disfrutando del hermoso stripper, y de inmediato supo que el chico sería de alto mantenimiento. Tenía esa mirada. Así que Dong Woo decidió ir con su pensamiento original y escoger un twink... o dos... o tres.

 

 

Dong Woo comenzó a bailar en su lugar, dejando que el ritmo lo inundara mientras revisaba a un pequeño rubio que movía sus pestañas con coquetería. Dong Woo torció el dedo al pequeño hombre mientras balanceaba sus caderas hacia atrás y hacia adelante. El hombre se acercó voluntariamente.

 

Tan pronto como el hombre llegó frente a Dong Woo, agarró las caderas del twink, meciéndose y balanceándose. Para Dong Woo esto era su idea de un buen maldito rato. La Villa Kim era un lugar atractivo para vivir, pero no había ningún lugar para ir de fiesta.

 

No de la forma que a Dong Woo le gustaba ir de fiesta. Miró a su hermano y le dio a Hui un guiño juguetón. El hombre tenía a dos jovencitos compitiendo por su atención. Oh sí, esto era vida. Dong Woo comenzó a girar, mostrando al pequeño chico con su cuerpo exactamente lo que planeaba hacer, una vez que lo tuviera a solas y desnudo.

 

Desafortunadamente estaba sediento. Dong Woo le gritó en el oído al chico que regresaría. El twink lo siguió con la vista mientras Dong Woo bailaba hacia atrás, girando sus caderas y mostrándole al hombre la prominente erección dentro de sus jeans.

 

¿Cómo infiernos no supo de este lugar antes? Dong Woo había encontrado su nuevo lugar para frecuentar. Le encantaba estar soltero, las fiestas y tener sexo con extraños al azar. Mientras se dirigía al bar, Dong Woo vio al siguiente chico al que se iba a acercar tan pronto como terminara con el primero.

 

Gritó su orden de bebidas al barman. Mientras esperaba su bebida, Dong Woo comenzó a bailar de nuevo. Estaba excitado y planeaba salir de fiesta hasta altas horas de la madrugada y quizás mucho después de eso.

 

Levantando las manos en el aire, Dong Woo movía sus caderas de lado a lado. El barman finalmente regresó. Revisó al hombre, viendo su largo cabello negro, ojos color lila, y un cuerpo digno de adorar. El tipo definitivamente tenía una gran apariencia.

 

Pero él no era el tipo de Dong Woo. El barman tenía una expresión amenazadora y demasiados tatuajes. Dong Woo no se oponía a los tatuajes, pero le gustaban los hombres un poco más delicados. Cuando se trataba de joder, Dong Woo estaba a cargo. Siempre. No había manera de que el barman aceptara eso, pero maldición si no era una dulce vista.

 

Tan pronto como el barman colocó la copa en la mano de Dong Woo, la dejó caer, rompiéndose la copa en el suelo. Él gruñó y dio un paso atrás cuando el barman saltó sobre el mostrador, y luego levantó a Dong Woo del suelo, inmovilizándolo.

 

—¡Wow! —Hui gritó cuando atravesó el club y trató de que el hombre soltara a Dong Woo. El cabello negro azabache del tipo lo cubría como un velo mientras se inclinaba más y mordía el hombro de Dong Woo.

 

—¿Es jodidamente en serio? —Taecyeon rugió mientras se acercaba, su pareja detrás de él. Incluso Key, Heechul, y Luhan corrían hacia ellos. Dong Woo empujó en el pecho al hombre, pero era casi como tratar de empujar una pared de ladrillos.

 

Tan rápido como el hombre lo había atacado, se alejó.

 

Dong Woo se puso de pie, agarrando su hombro mientras miraba al barman. —¿Quieres decirme por qué jodidos me mordiste? —Su hombro le dolía. Se sentía como si fuego corriera por sus venas.

 

«Dios, espero que no tenga rabia».

 

—¿Cuál infiernos es tu problema? —Jun.K gritó mientras empujaba al barman. Por el rabillo de uno de sus ojos, Dong Woo vio al hombre que había estado en la puerta delantera acercarse. El tipo era tan grande como Joshua, pero la mirada en sus ojos le dijo que estaba a punto de romper algunos cráneos.

 

Antes de que Dong Woo se diera cuenta de lo que su hermano iba a hacer, Hui atacó al barman. Taecyeon y Jun.K se giraron y lucharon contra el portero. ¡Era una maldita pelea! Esta no era la forma en que Dong Woo tenía planeado pasar la noche. Mientras la lucha se intensificaba, Dong Woo sabía que sus posibilidades de tener sexo se habían reducido a cero.

 

Cuando un espectador trató de participar, Dong Woo comenzó a luchar con el hombre. Tomó una de las sillas y la estrelló sobre la cabeza del hombre. Antes de poder dar otro golpe, lo agarraron de la parte posterior de su camisa y Dong Woo fue sacado de entre la multitud.

 

Estaba a punto de darse la vuelta y darle un puñetazo a quien lo sostenía cuando reconoció a Joshua. El hombre no estaba solo. Había tres grandes hombres con el demonio que estaban deteniendo la lucha.

 

Dong Woo no se perdió que todos en el club se habían movido a un lado de la habitación cuando los demonios habían entrado.

 

—Quita tus malditas manos de mí —dijo Dong Woo con un gruñido mientras empujaba las manos de Joshua.

 

—Entonces cálmate, Dong Woo. —Joshua lo liberó—. Dime que no los traje para destruir el club de Hoya.

 

Dong Woo hervía, la marca de la mordedura en el hombro estaba cada vez más caliente. Cuando tocó la herida, hizo una mueca. Estaba sensible al tacto. —Ese imbécil me atacó —Dong Woo dijo mientras señalaba al barman—. Lo único que hice fue pedir una copa.

 

Pensando en el twink, Dong Woo se preguntó si tal vez el hombre no le pertenecía al barman. Quizás eso fue lo que lo volvió loco. No era culpa de Dong Woo que el barman tuviera un amante cachondo. Debería mantener al tipo con una correa.

Los ojos de Joshua parpadearon hacia el barman. —¿Es eso cierto, Hoya?

 

Dong Woo gimió para sus adentros. «¡Simplemente genial!» El propietario fue quien lo atacó. Sus posibilidades de volver a este club se habían ido al Infierno.

 

Aun no podía entender por qué Hoya lo había atacado.

 

—Él es mi importante —respondió Hoya en un fuerte acento—. Nadie está autorizado a interferir.

 

La sala se quedó en silencio. Los ojos de Dong Woo se abrieron como platos ante la declaración de Hoya. La única vez que no se le permitía a nadie interferir era cuando una persona estaba reclamando a otra como su pareja.

 

Dong Woo inclinó la cabeza y estudió al hombre. No sentía la conexión, y olía a shifter. —Estás mintiendo. —Fue una declaración contundente.

 

—¿Lo hago? —preguntó Hoya. No parecía molesto y no elevó la voz. Pero Dong Woo podía ver una sonrisa pícara en el rostro del hombre. Su olor era de una raza de shifter que Dong Woo nunca había olido antes. No podía asegurar lo que Hoya era, pero cuando Dong Woo pasó los ojos por los oscuros y letales rasgos del hombre, tenía la sensación de que estaba en serios problemas.

 

Esos ojos color lila, se oscurecieron mirando fijamente a Dong Woo. Dong Woo quería gritarle al hombre que dejara de mirarlo debido a que cada vez se sentía más incómodo.

 

—Voy a suponer que no quieres lanzar a estos chicos de tu club —dijo Joshua a Hoya. Aunque Dong Woo estaba listo para salir de allí, no quería arruinárselo a todos los demás. Él podría ser perezoso como el infierno, pero no era un imbécil. Baekhyun y Ren estaban de pie junto al escenario, sus ojos suplicantes.

 

Luhan y el resto de los hombres parecían desanimados ante la posibilidad de tener que irse. Incluso la expresión de Hui le decía que no quería dejar la fiesta.

 

Dong Woo se giró hacia Joshua. —Estamos bien.

 

Hoya hizo una leve inclinación de la cabeza, confirmando la declaración de Dong Woo. —Pueden quedarse.

 

Mientras Dong Woo se alejaba, vio la promesa en los ojos de Hoya. El hombre estaba lejos de haber terminar con él. Su expresión le dijo a Dong Woo que esto había apenas empezado. El calor en la marca de la mordida se encendió momentáneamente, haciendo que Dong Woo hiciera una mueca de dolor.

 

La multitud se movió y todo el mundo regresó a la fiesta. Joshua y sus amigos se fueron, los clientes actuaban como si nada hubiera pasado. Con una expresión cautelosa, Taecyeon y los otros hombres regresaron a su mesa. Hui había vuelto con sus chicos, pero Dong Woo podía ver que los ojos de su hermano oscilaban continuamente hacia él.

 

—Va a calmarse —dijo Hoya en su acento.

 

Dong Woo miró por encima del hombro al barman, dándole un ceño amenazante. —¿Qué me hiciste? —Sus colmillos bajaron cuando Hoya lo empujó de nuevo en el bar, apoyando los brazos sobre el mostrador. El hombre lo miraba con aire satisfecho.

 

—Te he marcado.

 

Dong Woo apretó los dientes mientras se abrió paso entre la multitud, poniendo la mayor distancia posible entre él y el Sombrerero Loco. El tipo estaba fuera de sus cabales si pensaba que Dong Woo era su pareja. Debería de regresar a sus planes, porque no había manera de que Hoya fuera otra cosa más que un lunático.

 

 

Taecyeon le había explicado lo que sintió cuando descubrió que Jun.K era su pareja. El rinoceronte le había dicho que no había habido una duda en su mente y al instante sintió la conexión.

 

Dong Woo no sentía nada de eso hacia Hoya. Lo único que sentía era irritación.

 

Detectando al twink con el que había estado bailando antes de que el caos estallara, Dong Woo se dirigió hacia el hombre. Si Hoya era su pareja, Dong Woo no hubiera querido al twink.

 

Pero lo quería. Él quería joder al chico y demostrar que Hoya era un gran mentiroso. Agarró las caderas del chico y comenzó a bailar de nuevo. Dong Woo quería perderse en lo que estaba haciendo y olvidar que alguna vez había conocido a Hoya.

 

Se maldijo cuando su vista se dirigió a la barra. Hoya no se había movido. Aún seguía inclinado y miraba fijamente a Dong Woo. Ahora acababa de demostrar que Hoya no era su pareja. Si lo fuera, Hoya estaría ya ahí actuando como un idiota. Ningún hombre permitía que su pareja bailara con otro tipo. Dong Woo le sonrió a Hoya y, para su sorpresa, Hoya se carcajeó. Sin duda era un personaje extraño.

 

El twink se giró y miró a Dong Woo, con los ojos muy abiertos. Empujó las manos de Dong Woo y comenzó a retroceder. —No estoy tan loco como para meterme con la pareja de Hoya. ¿Estás tratando de hacer que me maten?

 

Antes de que Dong Woo pudiera contestar, el hombre se había ido, corriendo rápido al otro lado del club. Cuando miró a su alrededor, Dong Woo se dio cuenta de que todos los twinks se habían alejado de él.

 

«Fan-jodido-tástico». No sólo Hoya había hecho esa falsa afirmación, sino que se las había arreglado para asustar a todo el mundo y que se alejaran de Dong Woo. Ahora, ¿cómo infiernos se suponía que iba a ir a la cama? Se había convertido en una plaga andante. No importaba a dónde se moviera, las personas se alejaban de él.

 

—¿Tienes problemas para encontrar un cuerpo dispuesto?

 

Dong Woo se tensó al oír el profundo tono de Hoya detrás de él. Apretó los dientes y cerró los puños, diciéndose a sí mismo que no golpeara al tipo. Solo porque estaba teniendo una noche pésima no significaba que Dong Woo la arruinara para todos los demás. Si enojaba al pomposo imbécil de Hoya, Dong Woo estaba bastante seguro de que los echaría a todos.

 

Ellos ya tenían un pase libre. Golpear al propietario del club haría que los echaran. Dong Woo se dirigió a un grupo de twinks junto al escenario. ¡Alguien iba a chuparle el pene esta noche! Él no vino aquí para el espectáculo o simplemente para pasar el rato.

 

Pero después de una hora de ver a todos los hombres del club darla la espalda, Dong Woo finalmente se rindió. Estaba masticando clavos para el momento en que se apoyó en la pared del fondo, cruzando los brazos sobre el pecho en señal de frustración.

 

Quizás podría lograr que Joshua lo llevara a casa sin quitarles el buen momento a todos los demás. No había manera en el infierno de que viera a su hermano tener sexo en una de las mesas, mientras que el pene de Dong Woo permanecía intacto.

 

Se pasó la mano por la cara, con ganas de estrangular a Hoya. Cuando parpadeó abriendo los ojos, Dong Woo gimió. No estaba seguro de cómo sucedió, pero rápidamente Hoya estaba de pie frente a él.

 

—Vete —dijo Dong Woo—. Ya has hecho suficiente. No estoy de humor para tus tonterías.

 

Hoya no dijo una palabra. Él sólo puso un brazo contra la pared, al lado de Dong Woo. El tipo era por lo menos ocho centímetros más alto que Dong Woo y su presencia era intimidante. Hoya no era tan voluminoso como Taecyeon, pero estaba muy bien construido y era dos veces el tamaño de Dong Woo. Él le dio al hombre una expresión muy fría, una que esperaba que congelara a Hoya. —¿Cuál es tu problema?

 

Cuando Hoya iba a tocar la marca de la mordida, los ojos de Dong Woo siguieron los dedos del hombre. Pero antes de que pudiera tocarla, Dong Woo agarró la muñeca de Hoya. —Apártate.

 

—Apuesto mis ahorros a que tienes ese gran espíritu también en la cama —dijo Hoya en su oído cuando su mano acarició el flácido pene de Dong Woo, trayéndolo a la vida mientras el hombre masajeaba su creciente erección.

 

Dong Woo gruñó. —No pareces un día mayor de veinticinco años. Puedes guardar tus cientos de billetes o la insignificante cantidad que tengas en tus ahorros. —Se obligó a no disfrutar de lo que estaba haciéndole Hoya. No quería alentar al tipo.

 

Dong Woo parpadeó un par de veces, sabía que perdería la cabeza cuando Hoya sopló un anillo de humo delante de la cara de Dong Woo. —Tengo mil quinientos años, hjertet mitt drage. Si unos pocos cientos de dólares es lo único que he logrado ahorrar en todo ese tiempo, la culpa es mía.

 

Dong Woo inclinó la cabeza. —¿Qué eres?

 

Apoyo la espalda en la pared sintiendo su corazón en la garganta cuando alas salieron de la espalda de Hoya. Eran escamosas, de unos buenos dos metros a cada lado, y había una letal garra en el borde de ambas alas.

 

El club se quedó en silencio mientras los ojos de Hoya ardían como lava fundida, el lila había sido sustituido por la vista más increíble que Dong Woo hubiera visto en su vida. Hoya abrió la boca, y Dong Woo podía ver dos colmillos afilados.

 

—Soy un feroz shifter dragón, y tú eres mi hjertet mitt drage. Mi corazón de dragón.

 

 

 

 continuara....

 

 


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