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Insinuación por ReveursAiles

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“Sora me gusta. Si tuviera que elegir, Sora sería mi novio.”

 

Eso fue lo que había dicho Chiaki cuando el periodista preguntó a quién elegirían como su novia ideal. Todos habían elegidos mujeres famosas menos el vocal que fue él último en responder, y por supuesto que todos se tomaron a broma su respuesta… todos, incluyendo a Sora.

 

El batero estaba furioso, Saz lo notó y le dio un sutil codazo mientras aún miraban hacía la cámara, pero aún así Sora no disimuló, le era imposible aparentar o esconder sus emociones, era un libro abierto cada vez que un asunto trataba de Chiaki. Y es que odiaba que su compañero bromeara con aquellas palabras, que eligiera el coqueteo como una manera de tontear en cualquier lugar, que descuidadamente lo tocara por jugar, ignorando completamente el significado que aquello pudiera tener para Sora. No eran amigos, Sora jamás lo consideró su amigo, no cuando Chiaki había escupido en su cara incansables veces que no estaba en sus planes entablar amistad con su propia banda, y ese fue de hecho otro motivo por el que Sora debió odiarlo desde el comienzo y efectivamente lo había hecho, pero no duró demasiado tiempo porque este vocalista de indomable lengua, había comenzado con su insensato juego.

 

Sora no entendía por qué lo adulaba en público o lo destacaba en sus redes sociales desde que las tenía. Tampoco entendía por qué parecía tener una profunda preferencia con él frente a todos, pero al momento en que se quedaban a solas para si quiera compartir un poco, escapaba a punta de excusas pobres, por lo que Sora se había hecho la idea de que sus juegos no eran más que eso, juegos, y que no había ni el más mínimo interés detrás de ellos.

 

Habían transcurrido demasiados años desde que formaron la banda, lo suficientes como para que Sora hubiera aprendido a conocer a Chiaki con sus molestas costumbres, su contagiosa negatividad y su mal hábito de insultar e inferiorizar cualquier asunto solo por gusto. Era una persona que podrías desear que no estuviera, pero que cuando precisamente eso era lo que ocurría, hacía falta… O tal vez era que para Sora desde hacía mucho tiempo atrás, tenía más importancia que una simple y presente molestia que solo estaba allí.

 

Sora no podría decir si fueron sus juegos los que llamarón su atención, pero se descubrió así mismo sintiendo una inesperada autentica felicidad cada vez que Chiaki le dedicaba una sonrisa en el camarín, cuando nadie más los estaba mirando. No era precisamente un momento privado pero era exactamente como lo hacía sentir. A veces podía devolverle la sonrisa, otras veces se avergonzaba demasiado de la idea de ser descubierto sonriéndole. También estaba el asunto de sus detalles, nadie le daba mejores obsequios de cumpleaños que Chiaki, nadie más, ni el mismo staff sabía cuál era su café y pastel favorito, desayuno que solía aparecer en su estudio por obra de magia cuando no había nadie más allí que el mismo vocal. Aunque claro, él nunca admitiría haber gastado de su dinero en alguien más. Sora se descubrió a sí mismo sintiendo celos cuando Chiaki aduló en un par de ocasiones a Saz durante los ensayos, había estado tan enfadado que se había retirado temprano para ir hasta su casa y encerrarse a matar zombies en su playstation. Se sabía interesado, ya lo había asumido para sí mismo porque no podía contenerse cuando se trataba de él, pero eso no le había dado fácilmente la seguridad de tomar la iniciativa y arriesgarse a ser rechazado. Justamente el día previo a aquella entrevista se atrevió.

 

-          Oye Chi… – lo llamó cuando se lo encontró en el baño por primera vez a solas en muchos meses, y no es que el momento de estar orinando uno junto al otro sea el mejor para una invitación, pero es que realmente él creyó que no habría otra oportunidad dentro de los próximos meses - ¿Te parece si vamos a beber algo? Cerca de aquí, abrieron un…

 

-          No – contestó con una voz incómoda – Estoy dándole clases de guitarra a un amigo por la noche.

 

Si no hubiera utilizado ese tono incómodo que hizo sentir a Sora estúpidamente avergonzado por el rechazo, tal vez se hubiera atrevido a insistir por una invitación en otro horario, pero vio demasiado evidente el desinterés de Chiaki y creyó que lo demás era solo una simple excusa. Ninguno agregó nada más, aunque el vocal pareció querer despedirse cuando colocó en la manilla de la puerta antes de salir, en ese momento otra persona entró y ya no estuvieron solos, por lo que no había nada que decir.

 

Ahora estaban allí, frente a la cámara, y Sora ya no quería reír o hacerse el avergonzado por los elogios de Chiaki. Estaba molesto, asquerosamente enfadado a tal punto que quería irse a su casa a matar zombies otra vez.

 

Cuando salieron del lugar, el animado Chiaki molestó a Miyako.

 

-          ¿Beyoncé? ¿De verdad? ¿No crees que tus expectativas están un poco por sobre la media? – le dijo antes de reír a carcajadas fuertes. Sora caminaba por delante de ellos.

 

-          Se vale soñar, déjalo – le pidió Saz aunque también se reía - ¿Y tú? ¿Desde cuándo tan gay?

-          ¿Ah? Pfff, no soy gay, solo me gusta Sora – el batero apretó los labios y se negó a voltear para caer en su juego.

 

-          Eso te hace g-a-y – enfatizó Saz– Aunque a veces no lo parece, Sora es hombre Chiaki– entonces todos comenzaron a reír, y fue cuando el batero creyó que no soportaría más, porque como cada vez que estaba enfadado no podía soportar la alegría en un rango de 2 kilómetros de él.

 

-          ¿Hay algo más para hoy o me puedo ir? – la voz enfadada de Sora no pasó inadvertida para sus compañeros de banda. Su manager contestó un poco nervioso.

 

-          No… no. Puedes irte – en cuanto escuchó la respuesta de inmediato comenzó a caminar hacia la salida, pero entonces fue detenido por una desvergonzada pregunta.

 

-          Oye Sora, ayer mencionaste que abrieron un local para que fuéramos a beber. ¿Dónde queda? ¿No quieren que vayamos todos juntos? – preguntó el vocal. Inmediatamente Saz y Miyako asintieron. Sora se sintió descubierto y un poco herido, pero eso era fácil de disimular con el enfado.

 

-          ¿Nos dirás cuál es? – insistió Saz esta vez. Ninguno se subió al auto que los debía llevar a todos de vuelta al estudio o donde quiera que quisieran ir. Sora había pensado irse por su cuenta pero ya no estaba tan seguro, si se marchaba la única vez que Chiaki aceptaba una invitación fuera de las dependencias del trabajo se arrepentiría. Además, había elegido ese local por una razón especial, la misma que ahora le hacía difícil contestar la pregunta de Saz. Pensó en otro lugar, pero realmente no pudo dar con uno que estuviera cerca del estudio y que fuera desconocido o relativamente nuevo para ellos, tuvo que decir la verdad.

 

-          Está a dos calles del estudio, en un segundo piso… es bastante… privado, no nos reconocerán – aseguró.

 

-          ¡Entonces vamos! – respondió Chiaki, luego todos subieron al auto. Esta vez el vocal se sentó junto al baterista en los asientos de adelante, mientras que Saz masajeó los hombros de Miyako porque este se quejaba de dolor muscular por sostener la guitarra.

 

-          ¿Micchan y así te quieres poner encima a Beyoncé? – se burló el vocal.

 

-          Tú te quieres poner encima a Sora, así que no te burles de mí – contraatacó quien no solía defenderse de las bromas ácidas del vocal.

 

-          ¡Ouch! – le respondió Chiaki riendo sin ninguna vergüenza por su respuesta ni por él baterista que se tensaba a su lado – Micchan se está haciendo respetar. Ah… Sora – cambió el tema sin ningún tapujo – Me gusta cómo te ves hoy – ahí iba de nuevo– Ese corte de cabello te queda mejor ahora que se ha desalineado un poco por el frente al crecer – con un dedo tomó uno de los cabellos de Sora y lo acomodó en su lugar detrás de su oreja, luego se volteó a mirar a la ventana sin agregar nada más. Sora lo miró complicado, ya no sabía que caminos tomar con él. Cuando lo sentía acercarse, luego se alejaba con rapidez y el batero debía recordarse que para Chiaki todo lo que hacía y decía no eran más que juegos.

 

Sora quiso tocarlo, solo por sentir la textura de su piel, nunca tocaba a Chiaki a pesar de que este si lo hacía sin siquiera pedir permiso. Lo miró con atención y aunque pensó en declinar su idea cuando observó los ojos cerrados del vocal en el reflejo de la ventana, el impulso fue más grande y con el dedo índice acarició la piel de su pierna que quedaba al descubierto entre los rasgados jeans. Este no se inmutó y en silencio, a escondidas de los dos que estaban sentados detrás de él, el vocal tomó su mano. No se volteó a mirarlo cuando solo sujeto su mano con la suya, dejándolas descansar en su pierna. Sora miró impaciente al frente esperando que nadie los viera, Chiaki por su lado continuaba con los ojos cerrados y la cara girada hacia la ventana.

 

Las esperanzas de Sora comenzaron a derribar las barreras que él mismo se había impuesto. Permanecieron de esa manera hasta que él manager volteó para pedir más instrucciones de la dirección. El batero quiso volver a tomar su mano, pero quedaba poco camino y se preocupó en parecer desesperado.

 

Sora era serio cuando se trataba de asuntos importantes, a diferencia de Chiaki, que parecía tener un talento para hacer de cualquier cuestión un asunto del cual reírse o simplemente quitarle importancia. A menudo aquello los hacía sentir ridiculizados, por eso cuando llegaron al local del que Sora había hablado, tragó saliva nervioso, esperando las burlas.

 

-          ¿Este es…? – comenzó a preguntar Miyako.

 

-          Un bar para parejas – respondió Saz, notando como cada mesa solo contenía dos asientos y estaban sumamente separadas entre sí por grandes espacios, además de cortinas para mayor privacidad. Algunos de los lugares tenían sofás que posiblemente fueran para quienes querían mayor contacto. Se miraron dudosos, preguntándose si debían marcharse o no, pero fue Chiaki el primero en avanzar hasta uno de los asientos con grandes sofás. Si se acomodaban podrían caber todos. Saz y Miyako se sentaron más cerca entre ellos ya que Chiaki sin ningún tapujo mantuvo las piernas abiertas tomándose mayor espacio para él, luego Sora se sentó a su lado, con la mirada baja. El sofá rodaba la mesa y todos dejaron sobre ella sus pertenencias de manera descuidada y comenzaron a leer el menú que descansaba en ella.

 

-          Sora – preguntó Saz - ¿Te diste cuenta que este era un bar de parejas? – la cara de Sora hizo estallar en una carcajada a Chiaki.

 

-          Probablemente no, ayer me había invitado aquí– molestó – Qué bueno que no vinimos o no me hubiera hecho responsable de lo que hubiera sucedido si nos quedamos solos tras una de estas cortinas.

 

-          Chi, harás que Sora se traume – le dijo en un tono amigable el guitarrista.

 

-          Así que invitaste a Chiaki aquí – la voz del bajista sonó incrédula, luego suspiró. Cuando Sora mantenía la mirada baja, Saz lo conocía bien y desde hace tiempo que albergaba ideas sobre el interés del batero en el vocal, por lo que intentó algo–  Aquí solo venden bebestibles, quisiera comer algo más… más. Micchan, ¿vamos a comprar una pizza en frente? Ustedes pidan nuestras cervezas mientras– ambos asintieron mientras veían a los otros dos salir del local. A pesar de que el otro lado del sofá se desocupó Chiaki se mantuvo pegado a él.

 

De pronto el silencio se instaló entre ambos y el ceño fruncido en Sora hizo que Chiaki comenzara a reír relajadamente.

 

-          Últimamente te ves bastante estresado Sora. ¿Ese no suelo ser yo?

 

-          Tú estás más relajado, también más burlesco – “más alegre, más divertido, más creativo”, pensó.

 

-          Sí, creo que estoy satisfecho con lo que estamos haciendo y también me siento más cómodo en la posición en que estamos – su voz sonó seria por primera vez en el día. Sora acomodó sus codos en la mesa y miró intensamente a Chiaki unos instantes, no podía mirarlo de otra manera. Cuando estaba a punto de decir algo, llegó una camarera a tomarles el pedido de licor, y cuando esta se fue, el vocal se puso de pie y cerró las cortinas.

 

-          ¿Qué haces? – Sora recordó lo que había dicho: “qué bueno que no vinimos o no me hubiera hecho responsable de lo que hubiera sucedido si nos quedamos solos tras una de estas cortinas. “

 

-          Solo evito que nos interrumpan– el corazón de Sora dio un brinco y su mente reaccionó con alerta. Probablemente se tratara de un nuevo juego de Chiaki, y si ese fuera el caso, estaba seguro de que estallaría ahí mismo.  No le dijo nada, puso mala cara y se cruzó de brazos acomodándose en el respaldo del sofá. El vocal suspiró – Sora, no seas así. ¿Qué acaso el mensaje no es directo?

 

-          ¿Qué?

 

-          Acabo de cerrar las cortinas – le señaló lo evidente con un dedo – En un bar de parejas – recalcó nuevamente lo obvio – Y estamos a solas– le dio una media sonrisa. Parecía a punto de romper a reír en carcajadas. Sora frunció el ceño complicado sin saber cómo reaccionar: ¿Nuevamente era una broma? Porque si se atrevía a dar un paso en falso y efectivamente lo era, Chiaki se reiría de él por las próximas tres décadas. Pero… ¿Y si no lo era? Una persona normal no elegiría esas palabras ni esas acciones para confesar o dejar en claro sus intenciones, o eso fue lo que se dijo Sora para evitar caer en una acción de la que se podría arrepentir.

 

El vocal esperó pacientemente a que el debate interno de Sora se desarrollara, lo miraba divertido mientras recargaba su rostro en una mano, o al menos esa impresión le daba al baterista. De pronto el pedido de licor llegó, y ambos tuvieron un momento para alejar los ojos del otro, pero cuando nuevamente se quedaron solos, Chiaki pareció no querer esperar más. Se acercó a Sora y tomó su rostro entre sus manos, el batero estaba tan sorprendido que no atinó a alejarlo ni siquiera por una reacción de supervivencia.

 

-          ¿Bésame? – preguntó en un tono ronco, de modo que Sora realmente creyó por un instante que no estaba jugando, pero considerando la actitud usual de Chiaki temía que en cuanto se acercara este comenzara a reír. Los ojos de Chiaki brillaban en la espera, entonces a Sora se le ocurrió un contraataque.

 

-          Bésame – le pidió en un tono que pareció a exigencia. Se dijo así mismo que el vocal no llegaría tan lejos como para besarlo a modo de juego y si lo hacía, bien, si lo hacía él correspondería. Chiaki hizo una mueca y preguntó estando sumamente cerca de su boca.

 

-          ¿Eso quieres? – fue la cercanía la que hizo que Sora olvidara su defensa cuando asintió ante esa pregunta y acto seguido, Chiaki estaba riendo.

 

Ofendido estaba por ponerse de pie cuando Chiaki tomó su brazo y lo jaló de vuelta al sofá. Sora no alcanzó a dirigirle palabra alguna cuando sus labios ya habían sido sellados por los labios carnosos del vocal. Le tomó cuatro segundos creérselo.

 

Sí, Chiaki lo estaba besando.

 

Si Chiaki estaba jugando o no, Sora no quería averiguarlo.

 

En el momento en que cerró los ojos para disfrutar del tacto se vio así mismo buscando de manera casi desesperada la lengua del vocal. Cuando este abrió más la boca para concederle aquel roce un leve gemido escapó de la garganta del propio Sora, se avergonzó de sí mismo cuando comenzó a ser consciente de que había empujado a Chiaki al sofá y él mismo se había recostado sobre él. ¿En qué momento había perdido el control? Al alejarse un poco de Chiaki, escondió el rostro en su cuello y se incrustó con presión en él, como si no se atreviera a volver a verle la cara nunca más. La respiración del vocal estaba acelerada y sus piernas habían sido separadas por una del batero.

 

-          Mierda Sora, sí estabas tan contenido no creo que este sea el lugar al que debías invitarme -  Sora no respondió.

 

¿Por qué Chiaki tenía que continuar bromeando?  ¿Cómo podía calificar esas palabras? ¿Había caído en su juego? ¿Se burlaría de él tres décadas? Pensó en recoger lo poco que quedaba de su orgullo, cuando sintió que Chiaki se inclinaba para depositar un suave beso en su sien, mientras sus dedos comenzaban a acariciar su cabello con bastante gentileza. Aquel gesto tierno lo mantuvo allí, pensó que si iba a ser el centro de sus burlas en el futuro al menos disfrutaría un momento de lo que estaba ocurriendo, de todas maneras ya había caído, y después de pensar en lo bien que se sintió besarlo, hasta se convenció de que valdría la pena.

 

-          ¿Deberíamos levantarnos? Los otros deben llegar en cualquier momento – algo en su tono le hizo pensar que quería moverse tan poco como él- ¿Sora?

 

-          ¿Qué? – preguntó desde su escondite aún en el cuello de Chiaki.

 

-          ¿Qué haces?  Aléjate un poco, me estás acalorando– Sora no se movió - ¿Me escuchaste? – Sora pensó que desde su escondite podría preguntar. Si las respuestas le herían, podría esconder sus ojos.

 

-          ¿Estás… - le costó mantener la voz sin temblores, y sabía que no pasaba desapercibido para Chiaki su tono – jugando otra vez?

 

El vocal bufó.

 

-          Nunca he jugado– Sora frunció el ceño y realmente no le creyó, como si Chiaki hubiera deducido aquello continuó – Si dije que me gustas, es porque me gustas. Si dije que si pudiera elegir, te elegiría, es porque lo haría– el vocal suspiró – Eres más lento de lo que creí, ¿acaso me has visto actuar de esta manera con alguien más?

 

-          Tú… - Sora se atrevió a levantar el rostro, necesitaba comprobar en los ojos de Chiaki la veracidad de sus palabras - ¿Ya sabías…que me… gustas?  - el vocal levantó los hombros mirándolo desde abajo.

 

-          Lo intuí. Claro que no podía estar seguro, por eso te pedí que me besaras, si no lo hacías podía fingir que todo fue un juego. Pero realmente eres muy malo tomando la iniciativa.

 

-          Tú me tienes traumado con tus burlas – Sora hizo un puchero, aunque este no tardó en desaparecer- ¿Entonces…?  ¿Todo este tiempo de burlas fue porque yo… te gusto?

 

-          Quería llamar tu atención– levantó los hombros nuevamente, parecía querer restarle importancia a todo. Sora necesitaba más reacciones por parte de Chiaki, aún no se convencía de que este estuviera hablando en serio. Como si hubiera podido leerlo, el vocal le aseguró – Me río mucho cuando estás cerca. Tal vez son los nervios, no puedo controlarlo. Sé que te he dado la impresión equivocada, aunque admito que verte frustrado es un poco divertido. Eres tan niño, Sora – la punta del dedo del vocal jugó con la nariz del baterista en unas caricias sutiles. Chiaki se inclinó para besarlo como si de aquella manera pudiera darle más peso a sus palabras. Esta vez el beso fue más gentil por parte de ambos, Sora tomó a Chiaki por debajo de los brazos y lo levantó consigo. Este se arrodilló en el sofá y continuó besando mientras le sujetaba el rostro con ambas manos, parecía que ninguno quería alejarse, hasta que la cortina se movió y un grito ahogado de Miyako los hizo detenerse.

 

Sora parecía el reflejo de espanto de Miyako. Saz por su parte levantó una ceja aún incrédulo, pero  Chiaki comenzó a reír. Esta vez él batero sabía que su risa era debido a sus nervios.

 

-          Está bien, está bien – dijo entre risas el vocal – Esta vez sí Saz, puedes decirme g-a-y.

 

 

 

 

 

 

 

 


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