Lee Taemin, de 17 años, va en la misma preparatoria que yo, con la diferencia que soy dos años superior a él; mi afición de buscarle es que cada que lo veo tiene hipo, si me lo encuentro en la cafetería y nuestras miradas se cruzan tiene hipo, si está en la ceremonia hablando y le echo porras le da hipo, cuando llego a pasar por su salón con mis amigos le escucho tener hipo; es más, el primer día cuando lo vi perdido como conejo asustado sin encontrar su madriguera y me ofrecí amablemente a ayudarle, lo único que recibí fue HIPO…HIPO Y MÁS HIPO que no le dejaba ni siquiera hablar y en cambio solo le permitía asentir o negar a lo que le preguntaba; basándome en mi experiencia personal tener hipo es demasiado molesto. Entonces desde ese día he tratado de conseguir durante casi dos semanas quitarle el hipo pero éste no se va y solo he recibido maltratos por parte del niño bonito.
Mis amigos dicen que le he tomado una mínima obsesión pero yo no creo eso, dicen que me gusta; eso no lo puedo negar porque es verdad, pero no creo estar obsesionado con él, simplemente quiero que no tenga hipo, quiero poder platicar a gusto con él y reír y jugar como lo hace con sus amigos; porque mientras está con ellos no tiene hipo, solo cuando yo me acerco el maldito hipo le aparece, si no me creen les contaré como es que mi desesperación por quitarle el hipo fue en aumento.
Primer intento: Aguantando la respiración unos segundos
- Minho ven, vamos a ir a burlarnos de los nuevos.
- Hahahaha~ que malvado Kyuhyun hyung.
- Lo sé… ¿entonces vendrás?
- Sí.
Después de quince minutos de burlarnos de los niños nuevos del colegio fue que mi mirada lo encontró como conejo asustado en medio del patio cívico, viendo ir y venir a la gente e intentando pedir ayuda obteniendo nulas respuestas a su cometido.
- Ah hyung~.
- ¿Qué paso Minho?
- Ese chico... – apunte hacia aquel niño - ¿lo ve?
- ¡Aja! ¿Qué pasa con él?
- Él está… ammm~ … entonces yo… él ayuda….
- Hahahha~ ya te gusto Minho tonto.
- ¿QUÉ? NO, NO, NO, NO hyung… yo solo.
- Ándale ya ve por él, sé su super héroe.
- ¡HYUNG! – me quejé.
Pero a pesar de aquella minúscula “molestía” infle mi pecho y me dirigí hasta en medio del patio cívico, escuchando murmullos mientras iba en ayuda de él; porque si, jamás había ayudado a nadie, no por malvado sino porque cuando yo llegue nadie me ayudo y yo no quería ser salvador de nadie; pero ahí estaba tocando el hombro de aquel conejito para que volteará a verme.
- Hola bonito, ¿te ayudo? – pregunte alzando mi mano hacía él para recibir su horario de clases
- ¡HIP! – dicho sonido salió de su boca mientras me extendía el horario – ¡HIP! ¡HIP! ¡HIP! – tres veces seguidas el sonido salió de su boca; mientras leía y me aprendía su horario de clases.
- Ven conejito sé exactamente hacía dónde vas, o mejor dicho debes ir – sonreí -.
- ¡HIP! – de nuevo ese sonido, pero ésta vez acompañado de un asentimiento de cabeza y tras ese Hip, más Hip´s le siguieron mientras yo iba diciéndole cuales eran los lugares que íbamos recorriendo para tratar de que no se perdiera de nuevo, de vez en cuando saludaba a los chicos y chicas que se atrevían a saludarme sin tartamudear o sonrojarse de más, pero aún así yo iba embobado en explicarle bien al conejito y que dejará de hacer Hip con su hermosa boquita porque sinceramente comenzaba a estresarme.
- Bueno, hemos llegado, éste es la clase de Ciencias, es la que te toca a primera hora, ya de ahí en adelante te será fácil si sigues a tu grupo a las demás clases; rápido te adaptarás bonito.
- ¡HIP! ¡HIP! ¡HIP!
- Oye tener un hipo así no es normal, ¿estás bien?
- ¡HIP! – con asentimiento incluido
- Mmm~ creo que si sigues con ese hipo no vas a poder disfrutar de tus clases como se debe ¿sabes?, mi abuela me ha dado unos consejos cuando a mi me da hipo, ¿Me permites ayudarte?
- ¡HIP! … ¡HIP! … ¡HIP!...
- Bueno, lo tomaré como un sí – y sin pedirle permiso simplemente me abalance a su lindo rostro para taparle con mi amplia mano su boquita color roja y su pequeña nariz, él simplemente tomo mi mano tratando de quitarla de su cara, pero debido a mi fuerza él no podía hacer la gran cosa más que patalear, pegarme en la mano y tratar de mover su rostro – aguanta… aguanta conejito mi… abuela dice… que sí… si aguantas… la respiración… se… te… – entonces lo ví, sus ojos medio desorbitados, su rostro pálido mientras su cuerpo se quedaba sin fuerzas – oh…oh lo siento… lo siento – le dije al tiempo que lo dejaba respirar de nuevo, escuche que tomaba una gran bocanada de aire mientras se arrodillaba en el piso tocándose el pecho al tiempo que inundaba sus pulmones de aire nuevamente. Así estuvo alrededor de 3 minutos en los que su respiración era menos entrecortada; entonces capté que ya no tenía hipo, me coloqué a su altura para al fin poder hablar bien con él.
- Gra…. – oh santísimo Pele, tiene una voz hermosa. Fue el primer pensamiento que tuve.
- ¡Oh! No tienes nada que agradecer bonito, mi abuela tenía razón, dejar de respirar unos segundos ayuda a eliminar el hipo, ella es…
- ¡¡¡GRANDISIMO IDIOTA!!! – grito al tiempo que se abalanzaba hacía mi y soltaba un puñetazo en mi pecho mientras él se ponía a ahorcadas sobre mi cadera - ¿Qué pretendías… ¿asesinarme?... ¡IM.. HIP… BE… HIP… CIL! – y dicho esa tartamuda palabra volvió a estampar su puño en mi pecho para de ahí levantarse, tomar sus cosas e irse dejándome con la interrogante de ¿que había hecho mal?.
- ¡HEY MINHO! … Minho, hey ¿estás bien?
- ¿eh? Ah, sí Hyung estoy bien… yo… yo~
- Hahahahhaa~ ¿Qué diablos te pasó? ¿El conejito asustado te atacó? – pregunto mi mayor al tiempo que me levantaba del piso y sacudía mis ropas – estas hecho un desastre – comentaba sin dejar de reírse mientras yo seguía con la mirada fija en aquel pasillo por el cual el conejito desapareció junto con todas sus cosas. – hahahhaa~ eres un tonto Minho – volvió a burlarse de mi mientras me echaba un brazo al hombro y me hacía ir hasta mi salón para poder tomar las clases correspondientes.
- Hyung~ yo no entiendo – le comenté mientras estábamos en la entrada de mi salón – no sé qué hice mal - comente haciendo un puchero y rascándome la cabeza ante aquella desesperación por conocer una buena respuesta.
- Hahaha~ si serás tonto – y ahí estaba el gran Kyu insultándome mientras recibía un zape en mi frente, dejándola completamente roja – todo lo hiciste mal, casi lo matas Minho.
- ¿matarlo? ¿yo? NO… NO…. Yo no quería eso.
- Pues casi lo haces, el pobre chico casi se desmaya, duraste como minuto y medio sin dejarlo respirar. ¿Qué pretendías?
- Yo… - agache la mirada avergonzado – solo deseaba quitarle ese hipo y que pudiera hablar conmigo, oír su voz, yo…
- Ya estas enamorado – musito mi hyung mientras me despeinaba el cabello, me giro hacia la entrada de mi salón y dándome una nalgada me indico que entrara a éste – anda, luego tendrás modo de acercarte al conejito sin que éste quiera asesinarte – dijo soltando un par de risas mientras se iba a sus clases.
Simplemente el resto del día estuve demasiado pensativo; en primera porque el remedio de mi abuela no había funcionado, pues al chico le volvió a dar hipo después de que casi… bueno… lo ahogo… en segunda, había recibido mi primer golpe e insulto por parte del niño lindo, aunque eso me ayudo a conocer su voz, y tercera, y sobre todo la más importante; ese pequeño no era un conejito, era una especie de ranita venenosa dorada, de esas pequeñas pero bastante peligrosas.
NOTA MENTAL: NO INTENTAR MATAR A LA RANITA HIPOSA.
Y bueno como deberán de entender las intenciones de ayudar a quitar el Hipo de Taemin, no quedaron en el intento ese día, sino que volví a intentarlo al siguiente día.