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Quédate conmigo. por MaarySamaa

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Notas del fanfic:

Todo esto partió por mis ganas de escribir algo referente a la pareja que mas amo del mundo homosexual en el Anime.

Notas del capitulo:

El comienzo de la historia, empieza con el flechazo mutuo.

 

 

Los personajes no me pertenecen. Son obra maestra de Masashi Kishimoto.

Encuentro

 

 

Una mañana fría de Octubre daba comienzo, siendo exactamente las 6:45 AM la rutina volvía a empezar. Unos ojos azules se abrieron lentamente al escuchar la alarma, que sonaba molestando el ambiente tranquilo, y la detuvo. Levanto su cuerpo de la cama, entonces los sentimientos y recuerdos de la noche anterior le dieron la sensación de que ese día sería distinto, completamente. Se duchó rápidamente y con sus ropas de siempre se encaminó saliendo de lo que parecía ser una residencia, no sin pagar antes la noche que alojó en el establecimiento.

 

-Pareciera tener prisa, señor Uzumaki. –una voz detrás del mostrador le dijo con burla.

-Espero no volver nunca a dormir en esas asquerosas camas…-Suspiró con molestia el delgado pero bajo (1.60cm) joven.

-Todos vuelven, cuando andan en malos pasos…-El hombre con aspecto reptil se apresuró a contestarle.

-YO no soy de esos... Si me quedé aquí fue por una urgen-Pero el mayor le cortó.

-Si eso es como dices, espero no volver a verle la cara, señor Uzumaki.

Enojado el rubio dejó la residencia, si bien lo que decía él era cierto, y la noche anterior le había pillado la lluvia (y la hora), sus pasos no estaban bien encaminados, con suerte tenía dinero para poder comer (y pagar lugares baratos para dormir) por lo que se había visto en la penosa necesidad de robar. Sí, robar. Sólo fue a un par de personas, cosas insignificantes quizás, pero le estaban reconociendo, y en el estúpido y pequeño pueblo en el que vivía, corría peligro.

 

Naruto Uzumaki, huérfano desde muy temprana edad, creciendo en un orfanato donde la pobreza inundaba el lugar, perteneciendo a un pueblo de campesinos en su mayoría, no se podía esperar mucho de allí, y con tan sólo 15 años, aburrido de todo lo que debía soportar y no siendo adoptado nunca, se escapó sin mirar atrás. Habían pasado 2 años desde aquella vez, y prometió no volver jamás, trabajando en lo que pudiese, ganando miserias se había estado sustentando, pero había perdido el control y debía abandonar el pueblo para siempre.

 

Aproximadamente a las 10AM tomó un tren con rumbo a la ciudad de Tokyo, el chico de ojos azules tenía la pequeña esperanza de poder conseguir algo mejor en su vida ahí, donde todos los citadinos decían que abundaban las oportunidades para todo tipo de personas, y él quería convertirse en una de ellas, necesitaba una segunda oportunidad, antes de perder toda esperanza de su futuro. 5 horas demoraría el viaje, así que comenzó en la búsqueda de un asiento una vez arriba, pero no lo encontró. El tren se puso en marcha y se acercó a un asistente de viaje.

 -Disculpe, estoy buscando un asiento, pero se ve todo repleto…-El ojiazul mostro su ticket demostrando que estaba en el vagón correcto pero el asistente le miró con preocupación.

-Efectivamente este es su vagón pero… Me temo que no quedan asientos. –El joven con preocupación llamó desde un teléfono del tren a otra ubicación del mismo. Comentó el problema que tenía en la sección económica y ya que el viaje era tan largo, era un problema lo que se había formado.

Naruto quería morir, no podía pensar en que realmente tendría que estar parado tanto tiempo, pero la expresión en el rostro del joven asistente cambio y en ella se formó una sonrisa.

-Señor, le he solucionado su problema-dijo mientras colgaba el teléfono. –Ya que fue un problema de nuestro servicio, se me comunicó que en la sección VIP hay asientos disponibles, por lo que se ubicará allí, sígame por favor. -Finalizó la persona mientras habría una puerta y lo invitaba a seguirlo.

Un mal presentimiento le inundó de repente al rubio, pero no tenía más opción. Miró su ropa gastada por el uso excesivo, y definitivamente las personas de la sección VIP, se darían cuenta de su presencia.

-Me siento un poco mal por esto… -Le murmuró el rubio al joven que iba caminando delante de él rápidamente.

-No se preocupe Señor, la sección VIP consta de pequeñas habitaciones para dos personas, y ya que no todos pueden costearla, hay varias camas sin ser usadas… Llegamos.-El chico le abrió una de las puertas de las bellas habitaciones que se encontraban allí. Naruto entró tímidamente, y el joven a sus espaldas se despidió cerrando la puerta, aquello le dio un pequeño respingo al rubio y levantando la mirada, se encontró con lo que eran hasta ese momento, los ojos más hermosos que había visto. Un chico de cabello negro y tez blanca como el invierno, le miraba fijamente. Se notaba su clase social, y la elegancia que desprendía. El joven cerró el libro que tenía entre las manos y miró a Naruto de pies a cabeza, lo que lo hizo salir del trance y sentarse en la cama vacía.

-Disculpa que interrumpa… Yo… Ocurrió un problema y pues…-

-No te preocupes. –El de cabellos azabaches volvió a lo suyo, pero para nada había pasado desapercibido para su filosa mirada, “esto será interesante” se dijo para sí mismo.

 

Pasaron al menos dos horas, y el móvil del azabache sonó, haciendo una mueca de disgusto en la cara. Naruto le miró de reojo, y también el aparato, algo que nunca en su vida había tenido.

-¿si? –contestó de malas pulgas. Pasaron varios segundos antes de volver a contestarle ahora si cabreadísimo. – ¡Itachi déjalo ya! No me casaré con nadie por nadie ¿vale?, Si voy para Tokyo es para repetir lo mismo pero cara a cara. No me importa si esa mujer ya me ama o si tiene dinero. Dile a papá que me iré de vuelta a casa. –Y colgó. Naruto estaba intrigado, no, intrigadísimo, y quería saber más. Jugó un rato con sus dedos, mirando hacia abajo, hasta que sin saber por qué, miró a su acompañante y éste también lo hacía.

-Disculpa... a-am... yo…-El joven sonrió, y se paró colocándose su chaqueta.

-No llegaré a Tokyo finalmente, me bajaré en la siguiente estación que está próxima. –Le dijo el chico mientras se arreglaba la ropa. –Acompáñame… O ¿Alguien te espera en la gran ciudad?-

Naruto estaba helado, no podía creer lo que estaba escuchando. Siempre supo que debía cuidarse de los extraños, pero pensándolo bien, iba a un lugar mucho más grande y repleto de desconocidos, ¿Qué podría perder?... pero sentía algo en la tripa que lo hacía sentir ansioso, como sea, el bello joven era un misterio total… -Ah... Yo… Nadie me espera en Tokyo – ¡Maldición!, ya le había revelado más información que la que debía. –Mierda… yo…-

-Mi nombre es Sasuke Uchiha, el hijo menor de una familia que se pudre en dinero, riquezas y fama... Juntos podríamos descubrir lo que le llaman, las experiencias de la vida. No tienes a donde ir –Le dijo lo último en casi un susurro, mientras se acercaba y le agarraba de la barbilla –Tu aspecto descuidado puedo arreglarlo, puedo darte algo de educación y –Esta vez le miro cara a cara muy de cerca, agachándose para quedar a su altura –Quizás ropa de tu talla y más adecuada a tu figura, y lo único que te pediré a cambio es… lealtad -Sasuke comenzó a olfatearlo, su cuello descubierto le llamaba condenadamente su atención, nunca supo que en realidad la persona que llamara finalmente su atención sería un hombre. –La lealtad, am dime tu nombre…-Dijo antes de alejarse de su apetitoso cuerpo.

Naruto contestó casi de inmediato –Naruto!... Naruto Uzumaki...

-Naruto, entonces… Si me brindas la lealtad que te exigiré, te cuidare de todo aquel que intente atacarte, no tendrás que recurrir a bajezas para poder vivir como te lo mereces, estarás siempre conmigo…-El Uchiha se alejó y tomo lo que parecía ser una maleta de mano que tenía en la parte de debajo de la cama. – Qué dices entonces, mi querido compañero de habitación…-El moreno miró la hora en su reloj, el tren estaba a punto de arribar en la siguiente estación.-

-Acepto.-

Notas finales:

Muchas gracias por leer.


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