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Shit (MenChara) por Menma UzUch

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Notas del capitulo:

Sisisisisisisisi

¿Qué actividad le habría gustado hacer durante sus vacaciones? Tal vez aprender a tocar algún instrumento, inscribirse en un tipo de arte marcial, incluso había pensado en talleres de cocina, computación, cualquier cosa, pero… ¿Qué haría a final de cuentas? Ir a clases de inglés.

A cualquiera le emocionaría aprender un segundo idioma, pero no a él, porque creía tener dominio absoluto en ese campo y no necesitaba ir a ninguna academia. Le parecía una pérdida de tiempo cuando él ya sabía hablarlo perfectamente… O eso creía de sí mismo, porque la realidad era que hasta un niño de 5 años lo pronunciaba mejor que él.

—Ya fuiste inscrito —comentó Mikoto ignorando por completo la cara de molestia de su hijo menor y centrándose en la tarea de lavar los trastes.

—¡Entonces no voy a ir! —exclamó soltando una fuerte pisada en el suelo, arrepintiéndose al instante debido al dolor que le produjo.

—De acuerdo, como quieras —dijo sin importancia—. Sólo gastamos todos los ahorros del año pasado para poder pagarte ese curso… —comentó en tono triste, pues sabía que su hijo siempre terminaba aceptando cualquier cosa si le hablaba de esa manera.

—Madre… —juntó sus manos conmovido—. No debiste hacer eso, mi inglés es perfectou.

En ese instante entró Itachi riendo suavemente y abriendo la nevera dijo:

—Se dice “perfect”, hermano tonto —y al cerrar el refrigerador golpeó la frente del otro con dos de sus dedos—. Es una buena escuela, te apuesto que vas a divertirte.

Sin quedarle de otra aceptó ir. Esperaba realmente no arrepentirse.

 

***

 

Se arrepentía.

¡Le ubicaron en el nivel más bajo! Su primera clase fue con niños de 10 años máximo. ¿Cómo era posible llevar a cabo su plan de conquista si todas las féminas que había eran pequeños engendros?

Su única esperanza de sobrevivir en ese lugar se fue al carajo. ¿Podía empeorar?

—Charasuke, ¿puedes decirme los días de la semana, por favor? —pidió amablemente la chica que impartía la clase.

—Ah… Yo… —cerró los ojos intentando recordarlos. Había estado en el teléfono toda la clase—. Es… Sunday… Friday…

—En orden, querido.

Shit.  

 

***

 

Sus padres tenían toda la razón y ahora creía que hicieron un bien en llevarlo a ese lugar. Su inglés era lo que seguía de pésimo.

Había logrado con mucho esfuerzo subir de nivel y al menos ahora sus compañeros eran de su edad o un poco más pequeños, pero eso ya no le importaba, pues ahora tenía un reto personal con el profesor frente a él.

Nadie quería tomar clase con ese hombre de nombre Kakashi, pues era estricto y la palabra que quedaba corta. Descubrió que sí, era un dolor de culo, pero con una sola hora que estuvieras con él, salías del curso mareado de tanta información que lograba meterte a la fuerza. Era impresionante y todo un reto.

—Tienes mucho potencial, chico —comentó el hombre. Charasuke siempre le ayudaba a guardar el material que utilizaban durante la clase.

—¿De verdad lo cree? Aún me falta mejorar la pronunciación, olvido muchas veces las reglas y…

—Siempre que estás en clase y te pregunto algo, guardas silencio por un momento y escuchas una vocecita en tu interior. Esa vocecita siempre te da la respuesta y evitas decirla por miedo a equivocarte, pero cuando otro compañero la dice veo frustración y felicidad a la vez en ti —el otro se quedó pasmado. ¿Cómo lo sabía? —. Esa vocecita es a la que siempre debes obedecer y nunca va a mentirte, te lo puedo prometer. Tienes potencial, sólo necesitas pulirte un poco más. ¿Por qué no vas a la academia de avanzados que ofrecen aquí? No me sirves en este nivel.

—¡¿Avanzados?! No se ofenda, pero… ¿No está un poco mal de la cabeza? —cuestionó asustado. Apenas había aprendido después de 4 meses lo básico del idioma.

El otro lo miró serio y se acercó a él.

—En mi vida he recomendado a dos chicos a la academia de avanzados… Uno de ellos ahora da clases ahí y el otro está perturbado viéndome la cara —se dio la vuelta y saliendo del salón dijo, por último— Saluda a Menma de mi parte.

—¿Menma…? —alzó una ceja y sonrió.

Qué nombre tan extraño.

 

***

 

—Hablaremos en español algunas partes para que Charasuke pueda adaptarse a todos nosotros, ¿de acuerdo? —comentó una mujer rubia de hermosos ojos miel— Démosle una cálida bienvenida.

Todos comenzaron a saludarlo con sonrisas y aplaudiendo. Al final se había decidido ir a la clase de avanzados… Claro, con las amenazas de Kakashi y la presión de sus padres por aceptar aquella oferta, ¿cómo no hacerlo?

Thanks… Guys —dijo tímido y se sentó en la banca que tenía su nombre.

—Recuerden que la próxima semana llegará teacher Menma, así que vamos a darle la bienvenida que se merece —recordó y todos empezaron a susurrar cosas. Al parecer ese tal Menma era muy conocido por ahí. La mujer calmó a todos y se despidió diciendo que tenía cosas para hacer— Welcome, honey —dijo por último hacia el azabache provocándole un sonrojo.

Comenzaba a agradarle más ese lugar.

 

 

***

 

Se sentía muy cansado. Sus vacaciones habían terminado y al entrar al curso de avanzados debía tomar un poco más de clases, aunque permanecía menos horas, pero combinando eso con las clases de la escuela, daba como resultado el estado en el que se encontraba: destrozado.

Al llegar a su habitación se duchó, se vistió con ropa casual y se recostó un momento a revisar las notificaciones de su teléfono. No supo en qué momento el sueño lo invadió y cerró los ojos.

Después de un rato escuchaba la voz de su madre a lo lejos junto con unos insistentes toques a su puerta que comenzaba a taladrarle los oídos, se levantó un poco molesto y abrió, encontrando a su madre mirándole con desaprobación.

—¡Charasuke Uchiha, llegas tarde a tu clase!

—¿Qué? —se acercó hasta su celular y abrió grande los ojos al notar la hora. Faltaban 5 minutos para que diera inicio— ¡Oh, shit! Gracias, mamá —salió corriendo del lugar después de tomar su mochila y con toda la vergüenza del mundo pidió a su hermano que lo llevara a la academia. Ni loco manejaba él, podría provocar un accidente y la conducción no era lo suyo.

Durante el camino iba observando la ventana y con la adrenalina recorriendo su cuerpo. Se sentía muy nervioso, nunca había llegado tarde y ahora lo haría, pero, ¿por qué se sentía tan inquieto? Quizá sólo le dirían que tuviera más cuidado, después de todo Tsunade no era muy estrica y Shizune mucho menos.

—¡Menma! —gritó nervioso. ¡El dichoso Menma es quien daría la clase ese día! — Qué suerte me cargo… Aaaagh —cerró los ojos y suspiró, tratando de relajarse.

—¿De qué estás…?

—¡Luego te cuento! —en cuanto su hermano estacionó el auto salió corriendo hacia su salón y al llegar tocó la puerta. Su respiración era agitada, se sentía nervioso y se había dado cuenta que olvidó cambiar las libretas de su escuela por las de su curso de inglés— Shit…

—¿Además de presentarte tarde llegas maldiciendo?

Volteó a ver a quien le abrió la puerta y su quijada cayó.

Shit… Debía dejar de decir esa palabra.

Un chico que no parecía tener más años que él fue quien lo recibió. Piel ligeramente morena, ojos azules con un toque de oscuridad y unas lindas gafas rojas en ellos, extrañas marcas en las mejillas y lo que más llamó su atención, una sexy perforación en el labio y otra en la oreja derecha.

—La-lamento la demora… —carraspeó un poco tratando de recuperarse del shock— Nunca me he retrasado, pero apenas acoplo mis horarios escolares con los de aquí.

—Entonces deja de perder tiempo y entra ya —se hizo a un lado y el otro azabache fue hacia su asiento— Okey… Let’s continue.

Por primera vez se sentía estúpidamente nervioso. Era como cuando viajaba en el metro y se topaba con alguna chica linda y esta le sonreía, pero multiplicado por mil. No sabía que su profesor sería tan sexy y peor aún, no sabía que a él podría parecerle sexy otro hombre.

Sorpresas de la vida.

 

***

 

Era sábado temprano. ¿Quién se levantaba un sábado a las 7 de la mañana? Pues él. Decidió ir los fines de semana a la academia ya que definitivamente moriría de sobreesfuerzo si seguía como lo hacía. Dos meses, sólo dos meses más tendría que asistir a ese lugar y se daría por muy bien servido.

¿La razón? Uzumaki Menma… Ah, sí y además ya sabía hablar inglés de forma fluida. Ahora entendía por qué Menma fue recomendado a la academia de avanzados… Era un Kakashi, pero más joven… Y sensual, además.

Al llegar al salón se extrañó de no ver a nadie ahí. ¿Acaso nadie iba a clases los sábados? Se sobresaltó al sentir como unas manos lo tomaban de la espalda y lo hacían a un lado.

Good morning —dijo Menma con un semblante bastante malo. ¿Estaría enfermo? Después de todo llegó con una taza humeante en la mano.

—¿Estás enfermo? —preguntó. Le vio tomar unas pastillas y beber del café.

—Algo así… —suspiró mientras se sentaba en su sitio— Toma asiento.

—¿No vendrá nadie hoy? —le parecía ya muy extraño que nadie apareciera.

—Eres el único loco que decidió reservar sus clases en sábado a esta hora… —dijo en un tono que pareció de reproche. Se masajeó la cabeza con las puntas de sus dedos y lo miró— Te seré sincero. Anoche me arrastraron a una fiesta y tengo un dolor infernal en el cráneo, ¿te parece si mandamos al carajo el protocolo y tomamos clase libre? Después de todo nadie va a saberlo y tú no sé por qué sigues viniendo a clase.

—¿No quieres que venga? —hizo un mohín.

—Es un cumplido —bebió de su taza terminando el contenido y miró al chico frente a él— ¿De qué te gustaría hablar?

In english, teacher —le guiñó un ojo mientras arrastraba una silla para estar más cerca del escritorio.

Great…

Comenzaba a gustarle demasiado ese hombre.

 

***

 

Durante todo un mes reservó sus clases en sábado temprano, por lo que Menma comenzaba a tomarle cierto odio por hacerle asistir a esas horas, pero también se lo pasaban demasiado bien. El otro le decía que no necesitaba más clases, por lo que únicamente pasaban el rato hablando, conociéndose.

Habían hablado de primeras citas, relaciones fallidas, familia, amigos, sus actividades de la semana, gustos, deportes e inclusive temas tabúes, los cuales no resultaron ser nada incómodos.

Había tenido la oportunidad de coquetearle e insinuarse de vez en cuando y sin haber rechazo de por medio, al contrario, Menma de vez en cuando le soltaba comentarios que podrían fácilmente malinterpretarse, pero todo siempre en voz baja.

Lo único que le había sorprendido fue la edad del otro… Era 7 años mayor que él y eso le había sorprendido la primera vez que hablaron.

 

//Flashback//

Se encontraban en el salón nuevamente conversando, hasta que se dieron cuenta que la clase había terminado.

—Te veré mañana entonces —le recordó el azabache mayor al otro— Tú… ¿Quieres venir a almorzar? —dijo sin inmutarse, mientras el otro sentía una mezcla horrible de felicidad y nervios en el estómago.

—S-sí, claro. ¿A dónde iremos? —dijo caminando a la par del otro.

—A la cafetería de aquí. Vamos a comer con los demás profesores, quiero que los conozcas.

Pero por supuesto, ¿cómo iba a creer que lo invitó a estar sólo con él? Es una regla prohibida en ese lugar.

Después de almorzar un rato con los profesores entre risas y bromas, pues les había caído bastante bien como para unirlo a sus temas de conversación, se despidieron.

—Por cierto, Menma —comentó Kakashi, quien había ido de visita— No olvides que mi cumpleaños es mañana. Te quiero ahí sin falta, ¿o eres demasiado abuelo para aguantar una fiesta más?

—Sabes que odio esos ambientes —le dijo con una cara de molestia— pero te juro que voy a ir y haré que mis 24 años te recuerden que el abuelo eres tú.

—¡¿Tienes 24?! —se escandalizó el Uchiha llamando la atención de los otros dos.

—Eh… ¿Sí? —alzó una ceja confundido sin saber por qué tanto alboroto por eso.

—Es normal, todos se sorprenden —comentó Kakashi— Es un traga años.

—Joder… —susurró Charasuke. Imaginó que era mayor, pero no tanto… Él sólo tenía 17 años.

//Fin flashback//

 

Se le había ido el tiempo tan rápido que no se dio cuenta cuando la clase terminó.

—Bueno, te veré la próxima semana, Charasuke —No quería…— No olvides traer los dulces que me debes —quería seguir hablando con él— Nos vemos.

—Menma… —el otro lo miró y no pudo evitar enrojecer— ¿Puedes darme tu número?

Hubo silencio… Mucho silencio. No le daba buena espina.

—No —le arrebató la libreta al otro y sacó una pluma— Esas cosas son personales, no puedo dártelo —comenzó a escribir en un pedazo del papel y la cerró para luego devolvérsela— Te veo luego.

Salieron del lugar. Estaba extrañado por lo que acababa de pasar y con intriga abrió la libreta en donde el otro había escrito.

“Ni una palabra a nadie. Puede malinterpretarse”.

Y al lado tenía escritos tan deseados dígitos. Se sentía emocionado.

 

***

 

“Renuncié”.

—Por dios… —se recostó en la cama, poniendo los pies en la pared y pegando bien el teléfono a su oreja— Sabía que querías renunciar, pero no que sería tan pronto —se llenó de emoción al instante. Si no era su profesor, nada impedía coquetear con él descaradamente como siempre hacía.

“¿Recuerdas que te dije que tenía una oportunidad de trabajo? Bueno… Decidí tomarla”.

—¿De verdad? —se sorprendió. Ese trabajo era un trabajo de ensueño. ¿A quién no le gustaría trabajar desde la comodidad de su casa y con un salario excelente? Sólo Menma ponía en duda un trabajo así— Felicidades, chico… ¿Cómo vas a celebrarlo?

“¿Tienes planes hoy?”

Su corazón se aceleró al punto de que creía que le causaría un paro cardiaco. ¿Acaso ese día podía mejorar? Esperaba que esa pregunta cliché se hiciera realidad.

—Ahora los tengo —sonrió.

Después de acordar dónde celebrarían y conversar un rato más, se levantó de la cama y se encaminó al baño dispuesto a tomar una ducha.

La felicidad no cabía dentro de él.

 

***

 

Música de todas las épocas y de todos los géneros era lo que llevaban escuchando todo el rato. Tenían la piel bañada en sudor y la respiración agitada.

—¿Cómo te sientes, anciano? —preguntó el menor jadeando.

—Yo estoy fresco, mírate a ti, ¿no habías hecho esto antes? —preguntó con una diminuta sonrisa, tratando de regular su respiración.

—Si te soy sincero hace mucho quería hacerlo, pero contigo es mucho más divertido —patinó hacia donde era su mesa y bebió todo el contenido de su vaso.

Habían decidido ir a un nuevo restaurant que era popular por el simple hecho de que todo era sobre ruedas. Podías llevar patines propios o pedir unos en la entrada. El mayor hace mucho quería ir a ese sitio, pero sus amigos suelen burlarse de ese lugar por ser “infantil” y a él no podía importarle menos. Se la estaba pasando increíble.

—Tengo que ir al baño —se levantó y patinó hacia allá, siendo seguido por Charasuke quien también necesitaba ir.

—¿Sabes? No me siento muy bien, tal vez fue la comida —se acercó a uno de los lavamanos y empapó su cara de agua.

—Podemos irnos ya, tal vez estás muy cansado —entró al cubículo donde se encontraba el baño y al salir fue a los lavabos donde estaba el otro— Te ves pálido —comenzó a lavarse y el otro se recargó en la pared deslizándose poco a poco, cosa que Menma captó y lo sostuvo— Oye, debiste decirme que te sentías muy mal —reclamó.

—Fue repentino, estoy bien… —viéndose en los brazos del otro y con la música tranquila del ambiente no pudo evitar reflejar un tierno color rojo en sus mejillas. Sintió su corazón galopar y sus ganas de vomitar volvieron al hacer contacto con esos ojos que lo miraban con intensidad.

Can I Kiss you? —no sabía por qué lo preguntó, podía simplemente besarlo y ya, pero algo dentro de él le hacía querer respetarlo.

—What are you waiting for?

Dicho esto, unieron sus labios en un beso que casualmente coincidió con una parte bastante explosiva de la canción que sonaba en ese momento. El ahora ex profesor lo sentía un beso prohibido, lleno de pasión que había tenido guardada y que finalmente pudo salir con quien sentía, era la persona correcta.

Nunca esperó que el otro lo separara y fuera a encerrarse al baño. ¿Le habría molestado?

El sonido del otro vomitando fue lo que le contestó la pregunta.

 

***

 

Despertó poco a poco sintiendo algo en su frente. Lo tanteó y lo sintió húmedo. Se sentía muy mal, le ardía y dolía el cuerpo.

—No te lo quites —escuchó una voz lejana y cuando lo reconoció se quedó mudo. Se habían besado… Y lo arruinó. Maravilloso lugar, pésima comida.

—Lo siento —cerró los ojos nuevamente para no verlo, pues moría de vergüenza.

—No hay cuidado. Tus padres llamaban mucho a tu teléfono así que les contesté y les he dado mi dirección. No deben tardar mucho en llegar.

—¿A dónde? —preguntó confundido. Es verdad, no reconocía ese lugar.

My house.

Shit…

—Fue divertido y… Diferente —se sentó al lado del otro y tocó su rostro— Bajó la fiebre. Vas a sobrevivir —bromeó tratando de que el otro se sintiera cómodo.

—¿Me desnudaste? —se dio cuenta de que únicamente se encontraba con su ropa interior y con una pequeña sábana cubriéndole.

—Si se te ocurre pensar mal le digo a tus padres que te alejen de mí para siempre —amenazó molesto y señaló la mesita al lado de la cama— Ahí está tu ropa. Debía quitártela o ibas a morir con la fiebre que te estaba dando.

—Gracias… —susurró desganado— En serio, nadie haría esto.

—Cualquiera con algo de humanidad lo haría. Además… —se acercó al azabache y dijo en su oído— I like you… Alot— el timbre de la casa comenzó a sonar y el azabache mayor se levantó del lugar— será mejor que te vistas.

Había dicho que le gusta… Comenzaba a tomar bastante en serio a ese hombre.

 

***

 

Unas copas chocaron y rápidamente fueron llevadas a los labios de quienes las sostenían.

—Feliz aniversario —sonrió mientras el otro correspondía el gesto— Menma…

—Dime —se acomodó los lentes y le miró.

—Hagamos el amor.

Shit…

 

Notas finales:

Nonononononono


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