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La fuerza del destino por Haru DS

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Notas del fanfic:

Fanfic con un poco de violencia pero sin llegar al abuso sexual.

 

Notas del capitulo:

 

 

 

La vida y las formas de vida es algo que por generaciones los seres humanos han querido  comprender, ya que siempre desean tener más conocimiento, conocimiento de las culturas, conocimiento de las creencias, conocimiento del cuerpo humano, de la mente humana y del  espacio. Pero de qué sirve el tener tanto conocimiento si la forma de pensar de los humanos es tan retrograda y cerrada, si los individuos son tan crueles y egoístas sin importarles las consecuencias.

 

Muchos consideran que lo que pasó con el mundo fue un castigo divino, muchos otros que fue algún problema genético, muchas teorías pero ninguna concreta. En el año 2030 muchos acontecimientos estremecieron a la raza humana, las personas comenzaban a guiarse por instintos sexuales provocados por lo que se consideraban feromonas, presentaban comportamientos iguales a los animales y la que causo mayor impacto, el milagro de dar vida ya no era exclusivo de las mujeres.

 

Después de diferentes estudios e investigaciones se llegó a la conclusión de que existían más de dos géneros, es así como surgieron los alfas, betas y  omegas. Actualmente en el 2080 la gente a comprendido como vivir con ello pero a pesar de haber pasado medio siglo sus pensamientos siguen siendo retrogradas, ya que para la sociedad los alfas eran gente exitosa, con buenas habilidades, atractivas y tenían puestos importantes; los betas eran personas consideradas en los estándares normales, no destacaban en alguna área pero no eran dejados de lado y por último los omegas personas hermosas y al igual que los alfas capaces de dar a luz pero discriminadas y violentadas, tratadas como escorias de la humanidad.

 

Un mundo donde ser omega era una desdicha y el sufrimiento e infelicidad se veía en todas partes  a menos que el destino decidiera lo contrario.

 

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Terminaba su desayuno mientras escuchaba la gruesa voz de su padre que le decía las actividades de lo largo de su día y le decía unas cuantas recomendaciones para su día escolar, soltando una tierna sonrisa a su padre para quitar la preocupación de su persona, tomo los platos del desayuno y los llevo al fregadero.

 

-Todo va a estar bien tendré cuidado - le dio un beso en la mejilla mientras susurraba un te amo

 

-.....- Miraba a su hijo tomar sus cosas y dirigirse a la puerta - También te amo, recuerda tener el celular encendido, que tengas un buen día.

 

Se escuchó un “también tu” antes de tener el departamento en silencio, un suspiro cansado salió de su boca, no podía evitar preocuparse por su niño a pesar de la edad que tuviera, rogaba a Dios que lo trajera ileso al final del día.

 

 

 

Se encontraba a una calle de la entrada de la escuela cuando escucho una voz que lo llamaba y se dirigía a él.

 

-¡Testu-chan! - corría un pelinegro de aproximadamente 1.88 brindándole una sonrisa pero mirando con desprecio a la gente que se paraba a cuchichear mientras los miraban fijamente.

 

-Reo no le hables así o lo asustaras- dijo el chico castaño que estaba a su lado- Recuerda el trabajo que nos costó poder tener una conversación con él.

 

-Ah~ Kou-chan tienes razón- abrazaba al castaño cariñosamente mientras soltaba unos cuantos besos en su mejilla.

 

Miró extrañamente a los dos chicos que hacían una escena, no sabía porque esas dos personas insistían tanto en acercarse a él pero si algo le había enseñado su padre en su crianza era que siempre debía actuar con respeto con las personas que se le acercaban sin importar que estas  fueran arrogantes al hablar o prepotentes. “No sabes la satisfacción de ver las caras que ponen cuando les contestan con una sonrisa” recordó las palabras que su padre suele decirle con un aire de satisfacción.

 

-Buenos días Mibuchi-kun Furihata-kun

 

-......- fue tanta la impresión de haber recibido una respuesta que solo felicidad se veía en sus rostros.

 

Mibuchi Reo era un beta que confundían la mayoría del tiempo con un alfa debido a su apariencia  y sus habilidades, porque básicamente el chico era casi perfecto, bueno en los deportes, artes, repostería y miles de cosas más podría llegar a ser el chico perfecto si no fuera por un pequeño detalle, el chico era conocido por tener una “doble” personalidad o mejor dicho no poder ocultar su desprecio, en el momento que alguien no es de su agrado este no disimula su disgusto si no fuera por su amigo de la infancia Furihata Kouki quien era la persona que lograba controlarlo, a diferencia de Reo, Kouki era una persona muy calmada y que no destacaba, muchas personas consideran que él era el ejemplo perfecto de cómo eran la mayoría de los betas. Sin duda alguna personas muy interesantes formarían parte de su vida estudiantil.

 

Los días pasaron y la insistencia de Reo y Kouki de permanecer a su lado fue bastante, llegando al punto de que ya no intentaba alejar a esas dos personas al contrario comenzó a tener una cercanía con ellos, siendo estos sus primeros amigos en mucho tiempo  volviendo sus días completamente  diferentes.

 

Caminaban tranquilamente por las calles en su regreso a casa mientras hablaban de cosas sin sentido mientras que reían los tres chicos por algún comentario, llego el momento de separarse y tomaron caminos distintos, no había pasado mucho para que sintiera las miradas que la gente le brindaba pero para el ya no era algo nuevo ya que Kuroko Tetsuya a sus 16 años en su primer año de preparatoria, ya conocía el desprecio de la gente y  lo que era ser juzgado mientras se escuchaba a las personas hablar a su espalda pensando que no podía escucharlos, cosas que con  su padre sucedió recurrentemente al ser padre soltero.

 

Un suspiro escapo y sin prestar atención de las miradas ajenas continuo con su camino, hasta que sintió como un par de manos lo tomaban de los hombros y lo jalaban de forma brusca  a lo profundo de un callejón, miro a los dueños de dichas manos y noto que eran unos chicos de su escuela que lo molestaban constantemente.

 

-Te crees gran cosa porque te juntas con el idiota de Mibuchi ¿verdad?- uno de los 5 chicos se dirigió hacia el

 

-Yo no me creo nada- cometió el error de contestar de forma altanera y enojada

 

-Oye Kei, escuche que ese chico es un omega – menciona uno de los chicos que venían con el principal agresor

 

-¿En serio?- cuestiono mientras miraba a su compañero- Entonces es por eso que estas a lado de esos betas, seguro les ofreciste tu culo

 

Mencionaba el chico mientras tomaba de forma provocativa su trasero algo que hizo chasquear el peliceleste.

 

-¡Suéltame idiota! – gruño molesto Tetsuya mientras sacaba de un tirón la mano que lo tocaba con lujuria

 

-Tsk- chasqueo la lengua el agresor pero de cierta forma el que el omega tuviera esa mirada retadora lo excitaba – Oigan dicen que cuando lo hacen con un omega en celo se siente increíble. ¿Por qué no lo hacemos entrar en celo?

 

El chico miro a los otros que lo acompañaban y todos afirmaron teniendo en la mirada ese tono de violencia y crueldad que los seres humanos podían llegar a presentar en ciertos casos. Al observar las miradas de esos tipos Tetsuya sintió como se le helaba la sangre y en ese momento se dio cuenta de que esto ya no era una broma, ya no se trataba de un simple hostigamiento entre estudiantes de institutos sino de un delito y si él no quería convertirse en la victima debía hacer algo para librarse de dicha situación.

 

-¡COMO SI TE FUERA DEJAR HACERLO!- bramo con cólera mientras soltaba un puñetazo directo a la nariz del otro.

 

Jamás había dado un golpe pero recordaba bien la imagen de su padre cuando le explicaba que al dar un puñetazo debía proteger su pulgar sino quería terminar con un dedo roto, siempre le pareció que su padre era sobreprotector o exageraba pero le alegraba el haber escuchado cada una de sus pláticas sobre la autodefensa ya quería ver la cara de satisfacción de su padre al contarle que dio su primer puñetazo, pero no era momento de pensar en todo eso ahora debía centrarse en escapar.

 

Aprovecho la conmoción del golpe y pego carrera hacia la avenida principal, esperando salir pronto de es callejón.

 

-¡DETENGALO! ¡NO DEJEN QUE ESCAPE!- ordeno mientras sus compañeros tumbaban al peliceleste al suelo.

 

Jalaban de él como si de un costal de arroz se tratara, terminando todo su uniforme sucio y andrajoso.

 

-Pagaras caro por el puñetazo que me diste- rompió los botones de su camisa y se dirigía a lamer uno de sus pezones hasta que una de las piernas del menor golpeo su costilla- Sosténgalo, seré el primero y después cada uno tendrá su turno

 

-¡AYUDENME! ¡QUE ALGUIEN ME AYUDE!- alcanzo a gritar antes de que lo amordazaran

 

Desesperación y miedo sentía por todo su cuerpo, no dejaba de luchar pero la impotencia era bastante, tanta que lagrimas brotaban de sus ojos celestes, su cuerpo se congelo en el momento en que escucho el comentario de uno de los tipos que lo tomaba de los brazos.

 

-Hey Kei deberíamos intentar márcalo

 

Una sonrisa tenebrosa se reflejó en su rostro al escuchar la idea.

 

Tetsuya peleo más que antes, si bien no deseaba perder su virginidad en una violación pero definitivamente no quería quedar emparejado de por vida con el tipo que lo violo, su mano que tenía los nudillos sangrando por el puñetazo previo logro liberarse y cubrió inmediatamente la parte baja de su cuello soltando con más fuerza sus lágrimas.

 

Las manos de Kei se tornaron en el pantalón de Tetsuya y al ver que el chico no dejaba de retorcerse con la mirada ordeno a sus amigos el mantenerlo quieto y ellos comenzaron a golpearlo sacándole el aire más de una vez.

 

Últimamente sus días diarios habían sido lo que la gente llama “felices”, nunca había reído tanto con alguien más que no fuera su padre y rara vez disfrutaba la escuela pero eso cambio desde que tenía la compañía de Mibuchi Reo y Furihata Kouki  él estaba comenzando a cambiar al fin el destino comenzaba a darle la buena cara, pero al parecer el destino lo odiaba  ya que le quitaba la poca felicidad que había creado en esos días.

 

Sin más fuerzas para luchar y recordando a su padre su cuerpo dejo de tensarse y sus ojos comenzaban a apagarse como si su alma estuviera abandonado su cuerpo dejándolo sin vida como un cascaron vacío, si eso pasaba Tetsuya sabía que jamás se recuperaría.

 

-¡HEY! ¡¿Qué mierda están haciendo?! – se escuchó un grito en la entrada del callejón

 

No sabía exactamente lo que estaba pasando solo escuchaba el sonido de los golpes y solo logro ver una silueta que estaba frente a él.

 

-¿Te encuentras bien?

 

Fue lo último que escucho antes de que sus ojos se perdieran en la oscuridad.

 

 


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