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La casi inmunda y desdichada vida de Jiwon por Atreyu

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Notas del fanfic:

Este fanfic está siendo publicado en otra plataforma con un seudónimo distinto al de esta cuenta. Pero la autora es la misma, yo. Sólo decidí probar suerte por acá... 

 

Recién lo retomo después de mucho tiempo. Espero ser capaz de concluirlo. 

 

Para May que me pidió esto, y que no ha dejado en insistir en que debe ser terminado sin importar lo malo que pueda salir.

Notas del capitulo:

El amor sólo vuelve estúpida a la gente. Hay que ver a este chico si no lo creen. 

 


¿Cómo debería decírselo?, ¿Qué podría cautivarlo? ¡Es casi como un anciano! Aaaay, pero siempre hay algo adorable en su forma torpe de hablar o de relacionarse con otros. ¿Quizá un poco de poesía? ¡Soy bueno en ello! Unas cuantas rimas y lo tendré en mi cama, digo, en mi palma, qué tal algo como: Oh, amor mío/ ojalá la luz de sol nunca se extinguiera/ porque sólo contigo/ con tu belleza/ podría suplirse esa ausencia./ Y cómo podría yo perderte/ por tan simple causa... ¡Dios, soy un maldito genio! Sí, tal vez eso lo conmueva... ¿Por qué me hace esa cara? Lo sé, estoy sudando demasiado. ¿Notará mi sonrojo? ¡Ah! Ya entiendo, ya entiendo, esa es mi parte, je.


 


—Hey girl, [...], you work and walk and spit words like a boss, wonder woman...


—¡En qué estás pensando, idiota! ¡concéntrate! —susurró B.I. en su oído, o eso había parecido entre el estruendo de los aparatos de sonido y los berridos de los fans.


 


También había contemplado la posibilidad de regalarle flores; flores y un gran oso de felpa; flores, un gran oso de felpa, ¿y un mandil?; flores, un gran oso de felpa, un bonito mandil y... ¿un departamento? No, él no es precisamente una persona materialista. ¡Viene hacía acá! Mierda, a veces quisiera tanto besarlo, luce muy guapo con esa ropa...


 


—¿Estás bien? Te ves demasiado distraído. ¿Quieres un poco de agua?


—Todo bien —respondió, tomando brevemente su mano y guiñando uno de sus pequeños ojos.


—Vale.


 


¡Adoro su gentileza! ¡Adoro lo atento que es con todos! Podría sólo decirlo ahora. ¡Sí! ¡Podría sólo ser valiente y decirle frente a todos lo que siento por él! ¿O nos odiarían por ello? Los miembros nos apoyarían, ¿no? Podrían expulsarlo del grupo, ¡o a mí!, yo podría mantenerlo pero no pienso que él pudiera mantenerme a mí. ¿Nos expulsarían a ambos? ¡Sería genial! Podríamos irnos a alguna increíble isla, comprar una linda casa y vivir juntos y enamorados para siempre... También podría rechazarme, ¿cierto? ¡CIERTO! No había pensado en ello... Podría hacerlo, él podría odiarme. ¿Qué pasaría entonces? De pronto me siento deprimido.


 


—¡Hyung! ¡Despierta!, es tu solo.


 


Todos lo notaban, el extraño estado de ánimo de Jiwon; pero su actitud comenzaba a preocuparles. La mayor parte del tiempo permanecía en una especie de pausa, sólo reaccionaba para comer, ir al baño, dormir de verdad y para responder-mirar-sonreír-escuchar-hablar con Yunhyeong. Absolutamente todos lo sabían, excepto ese par de estúpidos... Que entre ellos existía un enamoramiento absoluto, una especie de romance infantil... Mejor dicho, que uno de los dos lo estaba experimentando, y que el otro bobo no parecía darse cuenta para nada; servicial y amable era con el mundo.


Pero nadie podía culpar al enamorado joven. Hacía días que un cúmulo de eventos fortuitos lo habían orillado a ese grado de ansiedad. Primero su madre, presionando respecto a su vida amorosa "eres demasiado joven para perder la oportunidad de experimentar un romance tras otro, ¡eres tan guapo hijo (según la opinión de cualquier buena madre)!, sal con alguien, ¡enamórate!"; luego, más de un test sobre "¿Qué miembro de iKON es tu pareja ideal?", "¿Qué chico de iKON muere por ti?", o incluso el incierto "¿Qué idol de kpop es tu alma gemela?", milagrosamente habían acertado en su elección personal; después estaban las fans, a quiénes apreciaba y respetaba, pero a quiénes también odiaba cuando se veían en la oportunidad de tomar fotos o tocar a su torpe y adorado amigo; y, finalmente, su signo zodiacal sugería, de modo mas o menos sutil, que sólo durante un lapso corto de tiempo los astros favorecerían al cien cualquiera decisión vital que pudiera tomar, y que si no aprovechaba tal milagro de la naturaleza su vida se volvería inmunda y desdichada.


 


—¡NO QUIERO QUE MI VIDA SEA INMUNDA Y DESDICHADA! —un gran, sorprendentemente, gran silencio, permeó el auditorio.


 


Jiwon volvió en sí al escuchar únicamente el eco de su ronca voz. Mierda, mierda, mierda, ¿qué acabo de decir? Miró a su grupo en busca de ayuda, notaba el movimiento de labios: improvisa.


 


—No quiero que mi vida sea inmunda y desdichada. Por... Por eso, te lo pido, cuídala, tómala. Por eso te suplico...


 


Mientras vomitaba rimas, sus mejillas coloradas y su corazón dejaron fluir libre su amor, como un respiro. Progresivamente su apariencia y actitud volvieron a lo habitual: el chico seguro y cool.


Un monstruoso awww y cientos de risas acompañaron las ridículas y cursis frases del rapero. Los demás chicos, escondidos en las orillas del escenario, se tiraban al suelo por el dolor en el vientre.


El evento terminó sin mayores contratiempos. Y los videos, suposiciones y burlas no se hicieron esperar en las plataformas de fanáticos: ¿Fue esa una declaración de amor? Sin embargo, más que esa "civilizada" respuesta, al aludido le sorprendió la indiferencia de sus compañeros, ellos sólo no dejaron de fastidiarlo, de carcajearse todo el camino.


 


—¡Por qué hiciste eso! ¡Dios, fue tan vergonzoso! ¿No pudiste esperar y buscar un momento de intimidad?, ¿Tanto es tu afecto?, —preguntó alguno, en camino a su dormitorio.


—Bueno, al menos tuviste el valor de hacerlo. Ahora sólo requieres una respuesta, ¿no?


—¡Qué!, ¿De qué están hablando?, ¿En verdad fue esa una declaración? —preguntó Yunhyeong con tono de sorpresa—. Pensé que era broma. ¿Estás enamorado, Jiwon?


 


Todos los demás, después una primera reacción estupefacta, rieron al doble.


 


—Vaya que son estúpidos —dijo el más joven.


 


El rapero optó por mantener su silencio. Ya había metido suficiente la pata aquella noche. Aunque lo reconfortaba saber que los demás conocían y entendían sus sentimientos, lo tranquilizaba no tener que dar explicaciones, no encontrar desacuerdos entre sus amigos. Ahora sólo...


El objeto de su afecto no parecía tener ni la menor idea de lo que estaba sucediendo.


No le sorprendía, de los siete Yunhyeong era el más inocente, no había conocido a nadie como él.


Indudablemente la esposa ideal.


Pero, ¿la esposa ideal lo aceptaría?


 

Notas finales:

¡Gracias por leer!


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