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War Of Hearts ~Viktuuri~ por Herloz_Kristallaugen

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Notas del fanfic:

Bueno, espero les guste esta historia.

 

Relativamente estoy mudando mis historias a esta plataforma que me gusta mucho por seguridad y porque de verdad deseo compartir mis historias de nuevo con los usuarios de esta página que desde que tengo memoria son hermosos, pero apenas tengo poco que reanudé mis actividades como escritor y pues... 

 

Ojala sigan hasta el final.

Notas del capitulo:

Buenos días/tardes/noches a todos...


Para los que no me conocen, me presento: Soy Heartless Bom y regreso a esta bella plataforma después de años de retiro.


 


Esta historia es nueva relativamente y espero les guste tanto como a mí el escribirla. 


Los personajes no me pertenecen y regularmente suelo jugar mucho con los mismos tanto en apariencia como en personalidad, asi que espero que les guste mucho este fic y los demás que estoy por subir.


 


Un placer volver y no los detengo más.


 

Estaba a escasos dos meses de graduarse de la Escuela. Y nunca sintió más ansiedad que en esos últimos meses, batallando y luchando contra todo lo que sabía podría ocurrir después de esto. Se la pasaba atusando sus largos mechones oscuros, mientras sus gafas eran ligeramente empañadas por el cálido respirar de su nariz, pero incapaz de sacar las manos de sus bolsillos para limpiarlos. Sus compañeras y compañeros le miraban y hablaban sobre él y lo sabía.


Casi era capaz de leerles las mentes, pero no le importaba. Jamás le había interesado lo que aquellos Omegas de cuna dorada pensaban de él. Mejor se dispuso a ver el grisáceo cielo que se mostraba ante ese día, con enormes nubes blancuzcas que amenazaban ya fuera con lluvia o con nieve, y el paisaje lleno de rocío de mañana. El invierno estaba llegando ese año en un especial de frentes fríos que helaban cada hueso, y cada fibra de su cuerpo. Era increíble que muchos estuvieran como si nada pero claramente no era su caso. Con 21 años y cerca de su cumpleaños número 22, Yuuri se encontraba en su aula envuelto en su abrigo de lana y una cálida bufada tejida por su madre. 


Siempre había sido objeto de burlas en la escuela, después de todo aquella academia era de las mejores en todo el país y él solamente había entrado gracias a su enorme coeficiente y a sus excelentes notas, a pesar de ser un Beta que no debería de porqué tomar aquellas clases y atenciones de Omega. O al menos, eso era todo lo que se había empeñado junto con su familia y pocos allegados de confianza, a hacerle creer al gobierno.


 


La realidad, era que estaba por terminar con aquella farsa en el momento de recibir su papel de graduado. Los Omega eran llevaban su educación básica y obligatoria impartida en escuelas que costaban muchísimo más de lo que debieran y con clases especializadas en hacerlos esposas u objetos de entretenimiento. Si por alguna razón las familias de los Omega no podían pagar la escuela o la inversión obligatoria por su hijo, estaban los tan temidos "Planes de vida": Los cuales eran dictaminados por las escuelas, ofreciendo a los Omega a un perfecto a Alfa de parte del gobierno, jefes de altos mandos o empresarios que solamente querían o "Consorte Trofeo" o Concubinas" con tal de ver su inversión de vuelta a la misma y estos ganando bienes.


 ¿Había diferencia entre estas y una "Esposa"? Claro que sí, y esa era la razón principal para que Yuuri hubiera sido siempre oculto del gobierno por sus padres, así como también el hecho de que aborreciera el sistema que tenían como jerarquía sobre los Omega. Sin mencionar que los Beta sin excepción alguna, siempre serían de clase obrera y destinados a casarse entre ellos. Pero, volviendo a su alarmante y preocupante tema sobre el tiempo y el evitar ser cualquiera de las cosas antes mencionadas... Tenía que pensar en los pro y contra de cada una:


 


La Esposa era la cúspide a la que un Omega le enseñaban a soñar, destinado a dar cachorros y generalmente ser la persona destinada al "Vínculo" con el Alfa, y este consistía que además de ser Matriarca de la casa, era también poseedora de todos los bienes del Alfa por igual, acreedor a disponer de todo como mejor sea para la familia. Era aquella persona que aparecería en cualquier evento a su lado, estaría su nombre grabado y finalmente sería la posesión más preciada del Alfa. Normalmente, estas personas no solían ser más que los "Destinados", capaces de ver el color verdadero de los ojos de cada Alfa, avivando ese mismo en cada cosa que tuvieran a su alcance.


La Consorte Trofeo se encontraba bajo el nivel de la Esposa. Esa persona era destinada a ser la mejor prueba de éxito en propiedad del Alfa, normalmente destinado a brindar un nombre y prestigio a la familia, claro que también adiestrado en brindar el mayor de los placeres al Alfa y por supuesto, ser la mejor compañía cuando la Esposa estuviera en labores de Parto o Madre. Sin embargo, esta persona no podría jamás tener un vínculo con el Alfa ni tampoco aspirar a tener otro a menos de ser libre o en su defecto, escapar perdiendo todas sus posesiones y renombre en cualquier labor que haga. 


Finalmente estaban las "Concubinas", las cuales simplemente eran parte del harem del Alfa y casi siempre destinados a complacer invitados o en su defecto, si el Alfa necesitaba cumplir sus fantasías mas oscuras. Estas tenían en beneficio salir, gastar, hacer lo que quisieran, pero siempre su necesidad sexual debía ser complacida por el Alfa dueño o en su defecto, acudir a hoteles especiales donde les brindaban ese servicio a nombre de este. Eran meras muñecas de aparador.


 


Yuuri no quería ser ni lo uno ni lo otro... Sus padres se habían esforzado para desde su nacimiento, el ocultar que era un Omega y evitar que se lo llevaran lejos, teniendo su madre un muy riesgoso parto en casa. Agradecía que su tía fuera médico y les haya podido ayudar con los registros falsos de beta. Sí, también fue peligroso su primer celo a los cortos 14 años. El dolor fue insoportable, el cansancio, el sudor, la falta de agua y el esparcir feromonas tan brutalmente que casi termina en un hotel con cualquier gente, fue horrible. La había pasado mal con el uso de los supresores y pastillas, hasta que cada vez disimulaba mejor. 


En la escuela consideraban que era un Beta muy enfermizo y que posiblemente no fuera de mucha utilidad pero, posterior a toda la faena se hizo un excelente deportista, destacando como patinador, como gimnasta y como bailarín. Pero más que las actividades físicas, Yuuri amaba escribir y perderse entre los libros. Lo desconectaban de ese horrible mundo en que vivía y solamente le hacía pensar en que si existiera un mundo donde no hubieran jerarquías, él quizá podría ser más feliz. Sus padres lo amaban y habían gastado cada centavo aún con su beca, en la escuela que le ayudaría a tener contactos y comunicación con los altos mandos.


Preferían que Yuuri pasara por un trabajador de clase obrera y pudiera quedarse en casa con su hermana y administraran en paz el Onsen de su familia. Su hermana Mari sí era una Beta completamente, y se notaba en su estructura más tosca y más grande que la del propio Yuuri, pero era demasiado noble y amable aún a pesar de sus pocas palabras. Tenía planeado apenas al finalizar sus estudios, conseguir un patrocinador y ayudar en la administración de su hogar y escribir para mantener a sus padres. Ese era su sueño ideal y la meta que quería alcanzar.


 


La campana de salida finalmente sonaba, dejando a los Omega tomar sus cosas y comenzar el camino a casa. 


La mayoría eran de dinero y ya tenían un auto esperando por ellos. Reiterando él no, por tanto caminaría hasta la estación más cercana del bus o caminaría. No estaba muy lejos de casa, pero la subida era lo más incomodo -aunque gracias a eso, podía mantener su peso sin necesidad de hacer tanto esfuerzo en su dieta- por lo que optó en caminar. Pero su mala fortuna le hizo chocar con un Omega insoportable y de dinero: Isabella Yan. 


 


 


 


 


 


—Auch, fíjate por donde caminas Beta de clase baja— Era increíble el como una chica tan hermosa pudiera ser tan malvada. Sus ojos azules eran demasiado bonitos porque tenían un color celeste, acompañados de unas espesas pestañas negras, que la hacían resaltar aún más de todos y afinar sus facciones. Era de origen canadiense, pero estaba de intercambio. 


 


—Lo lamento Srita. Yan, permítame ayudarle— Yuuri le había extendido la mano, pero ella la apartó con fuerza, haciendo hincapié en su claro desagrado por los que no eran Alfa o de su clase.


 


—No necesito que me toques en más de una ocasión... No vaya a estropearse mi aroma con tu tacto— La chica se acomodó las ropas y volvió su camino al flamante auto que la esperaba, dejando a Yuuri a la vista de todos como alguien que por poco y arruina a una de las mejores propuestas de la escuela.


 


 


 


 


 


Siguió con su camino, mirando el como poco a poco la escuela se perdía de vista, y entraba a los suburbios. La ciudad de Hasetsu era un recuerdo del pasado con toques del presente, pues así como había uno que otro rascacielos muy futurista, también había muchas casas con arquitectura antigüa. Era algo que amaba de su ciudad y le encantaba colocar en sus novelas... Que por cierto, no sabía si enfocar a un público diferente al que se estaba acostumbrando de manera anónima en línea. 


Escribía relatos y novelas cortas en Internet, bajo el nombre de CoeurBleu. Sus novelas iban de misterio y de temas sociales, pero, siempre enfrascados al tema de los destinados y el amor a base de pruebas y acciones y no de una primera vista dictaminada por su naturaleza de Alfa y Omega. Era un rebelde en toda la palabra.


 


Su mayor éxito había sido Blue Rose, una historia donde un chico de una familia rica se enamora de otro, pero de una clase inferior económicamente hablando y el cual  ya había tenido más de una pareja amorosa y un compromiso roto.


¿Cuál era el detalle? Que al conocerlo, el chico de clase inferior a pesar de ir vestido de una forma tan estrafalaria como con excelente estilo, estaba arruinando su apariencia por alcanzar una flor en un jardín, esto en medio de una tarde de lluvia. El chico rico estaba tratando de entrar a su casa, cuando encuentra al otro y para sacarlo le obsequia esa flor: Una rosa azul. Nada hubiera sido fuera de lo normal, de no ser porque el chico rico había terminado de aceptar su amor no correspondido por su hermano y ahora solo quería enfocarse en su vida... Pero el otro había encontrado en los ojos del rico, el mismo color de la flor que tanto le había hipnotizado.


 


Sonaba tan cliché, pero era un éxito. Sus lectores amaban a cada uno de los personajes y en menos de un año había recabado un nombre y un éxito que jamás pensó tener. Quizá si tenía una oportunidad usando el tema que tanto le desagradaba. Porque sí, Yuuri Katsuki a sus 21 años, no había estado ni cerca de conocer el amor o algo parecido a eso. Había salido con gente, e incluso había tenido sexo con Betas, pero... Jamás se había sentido como sus personajes o algún personaje de libro describían.


Le aquejaba el escribir de algo que no sabía, pero que sus lectores juraban era el amor... Había un escritor en especial que le gustaba, e incluso podría decirse le apasionaba: Diamantstern. Era un escritor europeo de incógnito el cual, jamás había sido visto públicamente pero ganaba dinero en cantidades más que exorbitantes. El mismo escritor había dicho que aquél no era su oficio, pero adoraba saber que más de una persona podía sentirse identificada con sus palabras. Yuuri era uno de ellos.


 


 


 


¨A veces nos perdemos en medio de los recuerdos y el tiempo, y eso es porque nos parece cómodo el estar donde sabemos no tendremos peligro... Pero en medio de todos esos recuerdos, al final no está pasando nada y la tormenta de la vida sigue frente a nosotros.


Lo importante es saber porqué estamos dispuestos a pasar esa tormenta, subir la cuesta, el pensar cuanto podemos ganar después de pasar la tormenta... Y ahí, es donde nos damos cuenta que estamos en el punto más allá de la misma, y la hemos atravesado sin darnos cuenta"


 


 


 


Palabras como aquellas eran las que hacían para Yuuri más amena toda su estadía en la escuela. Le había ayudado en sus noches más solitarias y cuando pensaba que en cualquier momento le daría las riendas de su vida a cualquier Alfa que lo considerase atractivo, le daría cachorros si era el caso y viviría como la muñeca perfecta. Pero, ese escritor al que había podido leer a los 12 años, le había dado un nuevo sentido a lo que quería, y aún sin saber si era real o no, deseaba habitar parte de ese mundo que le prometía.


Por él, se había hecho una idea de lo que era la realidad -relatada por el autor- sintiendo cada hoja ser el protagonista de la misma, deseando encontrar su destinado para huir lejos, fuera de un mundo que no necesitaba el amor. Pero con el tiempo, el mismo comenzó a cuestionar si el escritor sabía del amor, porque era demasiado lo que se sacrificaban sus protagonistas y poco lo que se quedaban. 


 


Todo eso eran cosas que Yuuri debatía día y noche en su casa, mientras ayudaba a las labores, hacía la comida o simplemente se iba a dormir.


Sin darse cuenta, ya había llegado a la entrada de su casa, ya con las linternas encendidas alumbrando por el premeditado anochecer de invierno. Comenzaba a levantarse una ligera capa de neblina en el suelo, debido a la vegetación, así que prefirió apretar el paso... Topándose con la realidad en que vivía.


 


 


 


 


 


—¿Qué está pasando aquí?— Su madre enseguida de verlo, se levanto de donde estaba, tratando de arreglar sus ropas y limpiando su cara.


 


—Nada Cariño... Ve a tu alcoba, te llevaré la cena enseguida— Su madre se encontraba con los ojos llorosos, mientras que su padre estaba frotando la espalda de su hermana mayor, quien estaba claramente llorando de puños al suelo y de rodillas en la entrada de la casa —No te preocupes, en seguida hablaremos— 


 


—¿Por qué mi hermana está llorando?— Estaba comenzando a sentir que el aire le hacía falta —Papá, ¿Qué es lo que...?— No hubo más palabras, excepto una piel pálida en posesión de Yuuri. Su hermana en una de sus manos, tenía un enorme papel de color dorado, escrito con letras negras y atado junto una rosa roja. Sus ojos quedaron en blanco. Su respiración se cortó. Miraba a sus padres y estos solamente podían aguar los ojos y llorar en silencio —¿Cu-Cuándo ha llegado eso?— No puso sostenerse más y se dejó caer.


 


—Ha llegado hace unos minutos antes de que tú llegaras— Ese era su padre, quien al menos ya había podido levantar a su hermana del suelo y le había quitado aquello.


 


—Sabíamos que esto iba a pasar Yuuri... Así que no le des importancia—


 


—¡¿Cómo no quieren que le de importancia a "ESE" papel?!—


 


—Yuuri, cálmate por favor— Aquella era su hermana, quien estaba componiéndose, pero se notaba que la había pasado muy mal antes de su llegada.


 


—¡¿Cómo fue que no me dijeron que los gastos eran tantos que...?!—


 


—Tú necesitas ese certificado de esa escuela o te van a dar un Plan de Vida... Ahora mismo tenemos la prueba aquí— Su hermana tomaba de nuevo aquello. Ese era el anuncio de que la familia debía dinero que no tenía, y por ende alguien de la familia, Omega o no, estaba destinado a casarse con un Alfa o al menos a trabajar para alguno y recuperar aquello.


 


—¿Qué vamos a hacer?—


 


—En tres  meses vendrán por uno de los dos, si al menos no se da un pago del 15% de la deuda— Su madre miraba el papel queriendo no preocuparse, pero... La suma era alta.


 


—P-Puedo sacar de mi fondo de ahorros y— Antes de que Yuuri dijera algo más, Mari le mostró un papel con la cantidad que debían pagar —¡¿Quince... Millones?!—


 


—Esto no es por las deudas Yuuri... Saben que estás aquí y quieren recuperar lo que obtuviste con la beca— Su madre lo miraba llorando y sin nada más que decir —Saben que eres un Omega y antes de venir nos llamaron solicitando la diferencia de costos por el cambio de tus registros y la educación... Si no damos ese dinero, el Plan de Vida que te van a dar será para aspirar a Consorte y no más... Pero si se lo dan a Mari—


 


—Me tocara ser Concubina— Aquello lo afirmó su hermana —Tú vas a lograr tus sueños y yo seré Concubina de un Alfa... No se van a arruinar tus sueños pequeño— 


 


 


 


 


 


Aquella noche fue especialmente horrible para Yuuri...


Se encontraba pendiendo de un hilo llamado "Fatalidad" y no podían hacer mucho para evitar que se hiciera un Consorte o su hermana se condenase a las bajezas mas grandes solo por él.


 


No podía vivir con aquello. O quizá sí.


En medio de la noche, tomó sus cosas y dejando una nota a sus padres, se colocó un abrigo y partió en medio de un transporte privado directo al Aeropuerto de Kyushu... Si había una persona que podía ayudarlo a salir del apuro y sin necesidad de vender a su hermana. 


Quizá era su última carta, pero debía jugarla... Quince millones jamás saldrían de un trabajo en tres meses y debía obtenerlos de una sola por él mismo. Quizá... Y solo tal vez... 


 


 


 


 


 


—¿Ciao Ciao?— Estaba llamando por teléfono antes de abordar el avión.


 


—Yuuri, ¿Qué ocurre?—


 


—Acepto la oferta que hace tiempo me hiciste para instruirme en tu academia—


 


—Yuuri— La persona con quien hablaba era una persona mayor y se escuchaba calmada, pero también algo extrañada —Sabes que entrando es solo de una manera—


 


—Necesito una inversión a mi cuenta lo antes posible... Si se puede en menos de 3 meses—


 


—Yuuri es un suicidio—


 


—Tú no ofreces algo que no sabes no vas a ganar... Estoy en el aeropuerto a nada de abordar a Tokyo... ¿Estamos de acuerdo o necesito ir primero a rogar tu ayuda?—


 


—Una vez en Holic, no puedes salir a menos de que estés comprometido o que hayas sido patrocinado...—


 


—No importa, pero necesito quince millones antes de 3 meses y si lo logro de una o de otra, poco me importará lo demás...— Estaba asustado, pero decidido... 


 


—Bienvenido seas entonces a Holic Star, mi querido Yuuri... Ten un buen viaje. Mandaré por ti apenas llegues— 


 


 


 


 


 


Holic Star... 


La mejor empresa creadora de entretenimiento de Omegas en todo Japón...


 


 


"No puedes salir a menos de que estés comprometido o hayas sido patrocinado..."


 


 


En fin... Los cuentos de hadas no siempre se hacían reales y no esperaba salir bien parado de esto, sin embargo, si con eso pagaba las deudas de sus padres y evitaba la muerte de su hermana.


Estaba más que dispuesto a volverse la estrella más adictiva en el cielo de ese ahora llamado: Tokyo de Cristal.

Notas finales:

Es mi primera vez escribiendo Victuuri y Omegaverse, así que si notan que hay algo que pueda ser mejorado o alguna sugerencia se las agradeceré.

¿Les ha gustado este Prólogo? Espero sean tan amables de dejar sus comentarios que me esmero en contestar la mayorpia y poder saber de ustedes. (Yo no pido comentarios para publicar, solo me gusta platicar con todos)

 

Soy un escritor Multi fandom y tengo varios proyectos en mente, pero ire pasando el material que tengo de poco a poco. 

Ojala si les guste puedan seguir esta historia hasta el final. Me emociona bastante el escribir en nuevo fandom.

 

También agradezco a mis lectores de siempre que espero disfruten de esto en donde estoy dando un saltito de fe.. Si me conocían de Wattpad espero me sigan acá y es un placer conocer a todos los nuevos lectores.


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