Ellos se habían amado.
Ellos se habían traicionado.
Y Naruto se negaba a aceptarlo.
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PRÓLOGO.
—¿Cómo es que nadie pudo darse cuenta? —Rugió Naruto, tratando de seguir a duras penas a las enfermeras que transportaban la camilla rápidamente a la sala del quirófano.
—¿Y tú? ¿Te diste cuenta acaso? — Contrarrestó Sakura apretando con fuerza la mano de la persona en la camilla, algo que hizo fruncir el ceño a Naruto notoriamente — Fue algo repentino, demasiado repentino, Naruto.
Naruto sintió que lo último de cordura que le quedaba en la cabeza se esfumaba y el hecho de que Sakura no lo dejara acercarse tanto como quisiera al Sasuke inconsciente en la camilla solo agravaba todo —- ¡Estábamos en una guerra a muerte con un puto Dios! ¡CLARO QUE IBA A QUEDARSE SIN CHAKRA CON UN DEMONIO! ¡¿CÓMO ES QUE NADIE PUDO DARSE CUENTA ‘TTEBAYO?! — A Naruto poco le importó haber subido varios decibeles a su voz y asustar a las demás enfermeras que no paraban de mover los pies en una dirección en especifica.
La mirada recriminatoria de Sakura no se hizo esperar y él ni se inmutó por ello.
—No vamos a discutir ahora, idiota.
Nunca antes había sentido la necesidad de golpear a Sakura, de verdad que no, era su amiga, su hermana, su compañera, lo que sea, pero le estaba exasperando. Se supone que ella era la mejor ninja medico después de Tsunade, debió haberse dado cuenta a tiempo que Sasuke había quedado sin chakra en el momento en que se lanzó a sus brazos con esa sonrisa tan molesta de gratitud en el rostro cuando atravesaron el portal devuelta a Konoha.
Cuando estuvieron solo a un paso de atravesar la puerta del quirófano fue detenido por Haruno mientras la camilla desaparecía detrás de esta junto a las demás enfermeras.
—Sakura-chan… —Comenzó a decir inquieto, más pendiente de la puerta en la que Sasuke había desaparecido que de la mujer molesta delante suyo.
—No puedes entrar, lo sabes. No eres un ninja médico, así que abstente de cualquier escándalo y haz esto más fácil para mí.
—¿Eso es una amenaza, Sakura-chan?
—¿Qué diablos te pasa, Naruto? —No pudo evitar preguntar Sakura — Escucha, sé que estas preocupado, ¡No tienes idea lo mucho que lo estoy yo también! ¡De seguro Sarada también lo está! ¡Cayó delante nuestros ojos, por dios!
La desesperación en las palabras de Sakura lo hicieron volver a la realidad y se sintió un completo imbécil — Y-Yo… lo siento, lo siento Sakura-Chan, yo no estaba pensando… es que yo… —La verdad es que no sabía qué decir. Estaba demasiado abrumado por lo inesperado del asunto.
—Si… —Murmuró Sakura al notar que no podía decir nada más — Tú siempre pierdes la cabeza cuando se trata de él.
Las palabras que parecían inofensivas le hicieron morder sus labios con coraje inconscientemente. Había notado claramente el tono de reproche tras esa falsa dulzura que la chica parecía estar queriendo aparentar para no delatar sus verdaderos pensamientos.
Naruto no pudo responder a ello y Sakura simplemente se dedicó a palmarle el hombro — Estará bien, siempre lo está. Si algo le llega a pasar a mi esposo iré yo misma al infierno para vengarme de Momoshiki — Naruto simplemente sonrió de medio lado ante esas palabras, fingiendo simpatía — Aprovecha y haz que te revisen, estas herido también, aunque dudo que sea un problema para ti. Hinata también debe estar buscándote.
Cierto, Hinata. El nombre de su esposa terminó por dejarlo mudo e incapaz de agregar algo más. Con un sabor amargo en la boca simplemente alzó al pulgar a su amiga en afirmación, agradeciendo la inteligencia de Sakura al entenderle sin cuestionar más, por lo que la chica desapareció rápidamente detrás de la puerta después de eso dejándolo solo.
Estaba agotado y sabía que no era completamente por la pelea que acababa de tener no hace más de una hora atrás, a pesar que el maldito Ōtsutsuki había sido realmente un gran dolor en el trasero. Estaba seguro que no era el único sorprendido por la situación, pero si el único que estaba sintiéndose culpable.
¡ÉL HABIA ESTADO PELEANDO JUNTO A SASUKE TODO EL TIEMPO! ¿CÓMO DEMONIOS NO SE LE PASÓ POR LA CABEZA QUE EL OTRO SE ESTABA SOBREESFORZANDO? Si él se sentía tan cansado a pesar de tener un demonio en su interior no quería ni imaginar como debía sentirse el Uchiha que no tenía la suerte de tener una fuente inagotable de chakra en su interior. Sin duda era un estúpido.
—Es que es un puto terco, ‘ttebayo — No habían pasado ni diez minutos y ya comenzaba a enfadarse con la situación nuevamente.
Moverse lejos de puerta no era una opción, claro que no. No iba a moverse de allí hasta que estuviera seguro de que Sasuke está a salvo. Tampoco es como si quisiera pasearse por los pasillos y terminar encontrando a Hinata o a Boruto.
Boruto… Frunció el ceño. Sin dudas tenía que regañar a su hijo por meterse en peleas que no le incumbían. Si bien fue gracias a él que pudieron terminar con Momoshiki, su hijo la mayor parte del tiempo había sido un estorbo al cual proteger. Si, debía darle un buen sermón.
A pesar de todo, Naruto se atrevió a sonreír, allí en medio del pasillo del hospital al tiempo que se sentaba en el suelo pacientemente pendiente de cualquier sonido detrás de la puerta a la que le hacia guardia. La adrenalina que le dejó la última batalla seguía allí, intacta y excitada, habían pasado años desde la última vez que había combatido junto a Sasuke.
Habían sido años desde la última vez que ambos habían compartido esa conexión especial que tanto los unía.
Su sonrisa se borró al darse cuenta de un detalle que había dejado pasar hasta ese entonces.
Habían sido años desde la última vez que había pasado tanto tiempo con Sasuke a solas.
Entonces volvieron aquellos pensamientos que siempre lo mortificaban cuando la realidad se hacía presente. La realidad de la que tanto se empecinaba a escapar sin ser plenamente consciente de ello.
A diferencia de las veces anteriores, no tuvo tiempo de ahondar en sus propias penurias porque la puerta del quirófano se abrió quitándole de la cabeza cualquier pensamiento que no fuera la preocupación que sentía por Sasuke.
—¿Cómo está? —Preguntó de inmediato a Sakura que solo negó con la cabeza con sufrida paciencia al darse cuenta que no le hizo caso con ir a verse las heridas.
— Estable — Se limitó a responder con una mirada cargada de alivio que Naruto no pudo soportar ver.
— Estable —Repitió Naruto queriendo saber más información.
Sakura suspiró – Fue un colapso, aparentemente había perdido más chakra del que pensábamos y el uso continuo del rinnegan no hizo más que agravar la situación. Sabes tan bien como yo que él nunca admitiría abiertamente que no estaba en su mejor condición, sobre todo si eso termina siendo un impedimento para rescatarte.
Ignoró la molestia entre líneas de Sakura en su última frase — ¿Puedo verle?
— Está inconsciente, Naruto.
— ¿Por cuánto tiempo?
— Espero que poco. Sarada debe estar muy preocupada.
— Necesito verle — Insistió Naruto viendo hacia la puerta sufridamente.
— Si no fueras el Hokage, te habría arrastrado hacia la sala de urgencias para que te veas esas heridas ¿Lo sabes verdad?
— Sakura-chan… —Hizo mohín alejándose solo un paso de la mujer temiendo que esta cumpliera con lo que había dicho — Por favor.
Sakura lo miró profundamente y Naruto reconoció el leve temor en aquellos ojos verdes que en algún momento le hicieron sonrojar en el pasado, cuando creía estar enamorado de ella.
—Promete que irás a revisarte luego — Cedió finalmente la chica del pelo rosado, sabiendo que de todas formas Naruto encontraría la manera de ver a Sasuke de todos modos como siempre — Y… solo una visita corta, Naruto —– Eso último sonó claramente a una amenaza, que cualquiera diría que era más para asegurar que Sasuke pudiera descansar que por otra cosa.
Pero Naruto siempre había podido leer a través de las personas, pero en esa ocasión se hizo el desentendido por miedo a que la chica cambiara de opinión.
—Lo prometo, ‘ttebayo — Para sonar más creíble había alzado la mano, gesto que Sakura simplemente ignoró antes de retirarse a un paso demasiado lento para su gusto, como si se arrepintiera de su decisión.
Por suerte, Naruto ya había abandonado el pasillo antes de escuchar cualquier cambio de parecer por parte de Sakura y ahora se encontraba buscando la habitación de Sasuke ávidamente, lo cual solo le llevó un par de minutos.
Porque él siempre encontraba a Sasuke, donde fuera.
Inmediatamente fue hacia la cama, jalando la silla que estaba más lejos de lo que le hubiese gustado de esta para sentarse mientras admiraba el rostro sereno y dormido del Uchiha.
Un pensamiento fugaz pasó por su cabeza, “demonios, ¿Cuánto ha pasado desde la última vez que admiré ese rostro dormido?” Demasiado, sin dudas demasiado. Pero el recuerdo estaba ahí, tan cerca que le fue imposible no estirar la mano para apartar unos mechones de cabello que caían sobre el hermoso rostro de Sasuke.
Sonrió levemente cuando Sasuke en respuesta se removió, justo como solía hacerlo antes cuando intentaba despertarlo después de una noche apasionada en alguna habitación. Se preguntó si Sasuke se despertaría y reclamaría como antes.
Mordió sus labios inquieto, añorando que así fuera.
Y Sasuke despertó.
—¿Qué demonios estás haciendo? —Reclamó el Uchiha apartando su mano como si quemara lanzándole una mirada de advertencia.
Entonces, la realidad golpeó a Naruto nuevamente.
La maldita realidad en la que ambos parecían estar sobreviviendo.
Ellos se habían amado.
Ellos se habían traicionado.