Login
Amor Yaoi
Fanfics yaoi en español

It's Magic por NijiAka

[Reviews - 3]   LISTA DE CAPITULOS
- Tamaño del texto +

Notas del capitulo:

Espero que les guste!

Los gritos y vítores resonaban por los pasillos del gran castillo de Hogwarts.
Las salas comunes de las casas se encontraban prácticamente vacías. El Gran Salón estaba solo e incluso los profesores estaban fuera de sus oficinas.

Las clases de aquel día habían sido pospuestas por el gran evento que se estaba llevando a cabo en el campo de quidditch.
El fin del año escolar se festejaba con un partido entre las casas. Los mejores jugadores de aquel deporte se enfrentaban con ferocidad para mostrarse vencedores ante todo el colegio.

En ese momento, las dos casas finalistas estaban presentándose ante todos.

Gryffindor vs Slytherin.

La rivalidad entre las casas aún persistía, y todos estaban dispuestos a apoyar a su equipo favorito.

Ante la llegada del invierno todos los estudiantes portaban su uniforme correspondiente, llevando las bufandas con el color de la casa que apoyaban.
Los leones se mostraban orgullosos con el rojo y dorado adornando sus pechos. Llevaban banderas y máscaras, gritaban a todo pulmón una porra improvisada.

¡Gryffindor! ¡Gryffindor!

Por otro lado, los estudiantes de Slytherin portaban sus bufandas verdes y plateadas. Golpeando la tribuna de madera bajo ellos con los pies, mostrándose poderosos ante sus adversarios.
Algunos incluso consiguieron grandes tambores para golpear para hacer más ruido. La persona encargada de iniciar la porra había usado el hechizo Sonorus para llegar a los oídos de todos. Retando a la casa contraria a superarlos.

Los Ravenclaw y los Hufflepuff estaban divididos, probando por primera vez los colores pertenecientes a otras casas que no fueran los propios. Algunos aún estaban molestos de que sus equipos no llegaran a la final y habían decidido mantenerse imparciales.
Otros, en cambio, animaban de tal forma a los equipos que parecían más emocionados que los mismos Gryffindors y Slytherins.

Los profesores se encontraban en el soporte de madera más grande del lugar, observaban el espíritu de sus estudiantes con una gran sonrisa en sus labios.
El director Edward Newgete reía a carcajadas con un gran tarro de cerveza de mantequilla en él, recordando su juventud alocada en el mismo colegio hacía años. Las enfermeras del colegio estaban a su alrededor, atendiendo al director como mejor podían debido a su dañada salud.

Los profesores encargados de las casas se llevaban la peor parte en ese momento.
Intentaban silenciar a sus estudiantes para que el partido diera inicio sin resultado alguno.

El profesor de vuelo Smoker esperaba que se hiciera silencio para hacer un pequeño discurso antes de iniciar el partido, y la chica encargada de llevar los puntos marcados era imposible de escuchar ante el bullicio creado por todos.

- Sonorus

El jefe de casa de Slytherin, el maestro Crocodile, estaba dispuesto a terminar con el incesante ruido que comenzaba a lastimar sus oídos. Utilizando el hechizo Sonorus, comenzó:

-¡Silencio!

Su potente magia, superior en todos sentidos a la de sus estudiantes, fue capaz de elevar su voz sobre los vítores de los chicos. Combinado con su profunda y resonante voz, hizo que el silencio regresara al campo de quidditch.

El profesor smoker, situado entre los dos equipos ya alineados, procedió a explicar las reglas.

-Están estrictamente prohibidas las varitas fuera de sus túnicas, cualquiera de ustedes que sea sorprendido con una en sus manos será expulsado del equipo y sufrirá las consecuencias.

Comenzó explicando.
Estaba seguro que todos ellos conocían las reglas, pero nunca estaba de más repetirlas.

-Nada de golpes bajos ni trampa, no hay sustituciones en las alineaciones, cuando se atrape la snitch el juego termina.

Los jugadores se posicionaron, con un solo movimiento de manos las escobas levitaron hasta ellos.
El profesor tomó el maletín que contenía la quaffle, la snitch y las bludgers.
Al abrirla, inmediatamente este se comenzó a batir, las bludgers estaban ansiosas por salir a hacer sus destrozos.
El pequeño compartimiento que contenía la snitch dorada fue abierto y la pequeña pelota con alas salió rápidamente y se alejó de ellos.

Los buscadores de ambos equipos tenían sus ojos fijos en ella, siguiendo la con la mirada a donde sea que esta fuera.

Las bludgers salieron del maletín cuando los jugadores de ambos equipos se encontraban ya en el aire, a tan solo unos metros del suelo, esperando las órdenes del profesor.

Cuando Smoker sopló el silbato, el partido dio inicio, se dejaron ir las dos bludgers y la quaffle fue lanzada al aire.

Inmediatamente los guardianes de ambos equipos fueron a sus posiciones y los cazadores fueron en busca de la quaffle.
Los buscadores volaron a toda prisa por donde creyeron haber visto a la snitch.
Por último, los golpeadores defendían a sus equipos de las bludgers.

Todo fue un espectáculo de rapidez, los dos equipos eran excelentes en sus campos y era casi imposible seguirlos con la mirada. Varias veces los espectadores se vieron amenazados con un golpe de las alocadas bludgers, pero los golpeadores lo habían evitado en todo momento.

Los puntos comenzaban a subir, cada que Slytherin anotaba, Gryffindor lo igualaba.

Las gradas estaban hechas un desastre de gritos y porras.

Uno de los profesores parecía más que nervioso desde que había iniciado el partido.

Marco, el profesor de Transformaciones, se encontraba mirando el partido al final de su asiento. Sus ojos seguían el perfil de uno de los jugadores con persistencia.

Se trataba del buscador de Gryffindor.
Portgas D. Ace, un chico de cabello negro y lindas pecas en su rostro, el cual se encontraba persiguiendo la snitch dorada con gran velocidad; siempre que parecía estar a punto de tomarla, una bludger se interponía en su camino y amenazaba con golpearlo.
Había tenido suerte hasta el momento. Marco lo sabía, un golpe de esas cosas podía romperte un hueso con facilidad.

Eran pequeñas pero pesadas pelotas, que pasaban por todo el campo de quidditch con gran rapidez, golpeando a los jugadores a su gusto.

El chico era imprudente, se metía en el camino del buscador de Slytherin cada que tenía oportunidad, evitando que se acercara demasiado a la snitch.

Sus peligrosos movimientos con la escoba estaban molestando a Marco. Conocía a Ace de sobra, sabía que al chico no le importaba salir lastimado mientras llevara a su equipo a la victoria.

De esa forma se habían acercado.

- - -

Un octubre del quinto año de Ace, un partido de quidditch había sido especialmente desastroso.

Ante la regla de la prohibición de cambio de jugadores durante un juego, el chico había sido lastimado de sobremanera. Siendo un principiante en aquel deporte, no pudo esquivar los golpes de las bludgers dirigidos a él por sus oponentes.

Ese día el chico pecoso había llegado a la enfermería de Hogwarts con varios golpes y uno que otro hueso roto. Marco, que trabajaba como maestro y como doctor del colegio, tuvo la oportunidad de atender al chico malherido ese día.

-¿Profesor Marco?

Había preguntado Ace al verlo acercarse a su camilla.
Estaban rodeados por otras enfermeras, sus compañeros de equipo habían sido desalojados momentos antes para que no interfirieran en ese momento.
El chico pecoso aún mantenía el uniforme de quidditch, el cual se encontraba bastante sucio. Debió haberse caído de la escoba durante el partido.

-¿Qué sucedió?

Las enfermeras y el chico comenzaron a contar sus versiones de la historia al mismo tiempo, confundiendo al hombre rubio al instante.
Los detuvo con un solo movimiento de mano.

-Uno a la vez

-Las bludgers lo golpearon durante todo el partido mientras intentaba atrapar a la snitch.

-¡Ganamos!

Marco sonrió.
Conocía a la familia del chico, se había criado con los Monkey, entendía esa brillante personalidad más que nadie.

- Deberías ser un golpeador entonces, suenas como un imán para esas cosas.

Marco despidió a las enfermeras cuando tuvo que ayudar al chico a colocarse una bata.
El delgado cuerpo del chico parecía tan frágil en esos momentos, había muchos hematomas a sus costados, lucían muy dolorosos, probablemente tendría una que otra costilla rota.

-No sabía que usted era doctor.

Habló el pecoso cuando su cuerpo fue cubierto con la bata.

-He aprendido muchas cosas mientras estudiaba, comencé a dar clases en Hogwarts cuando reabrieron las puertas y se necesitaban maestros, es interesante.

Respondió Marco mientras sacaba su varita.

-¿Estudió aquí antes de la guerra?

Los ojos del chico brillaban con curiosidad.

-La guerra fue ciertamente, mhmm horrible.

El chico tenía cortes leves en su rostro, sus labios estaban rotos, probablemente fueron causados por la caída de la escoba.

-Episkey.

-¿Cómo fue?

Marco cerró las heridas en su rostro fácilmente, mientras escuchaba la pregunta del chico.

-Junto con algunos otros maestros tuvimos que luchar, yo tuve que ayudar a todos los heridos.

Preguntó silenciosamente por permiso, tenía que levantar la bata del chico para curar las heridas que tenía en su torso. El pecoso asintió mientras comenzaba con otra ronda de preguntas.

-Entonces... ¿conoció a Harry Potter?

Preguntó con gran curiosidad y fascinación en su tono.
La fama de aquel nombre aún sonaba por el mundo mágico. El chico que vivió, el chico que detuvo al señor oscuro.

-Ciertamente, ese chico es un gran mago.

Las manos del profesor comenzaron a arder en un hermoso fuego azul, brillaba y atraía con una sola mirada.
El chico pecoso estaba sorprendido, nunca había oído de un hechizo parecido a aquel, y a pesar de que su mano ardía, no había ningún rastro de calor proveniente de el.

-Genial...

Acercó la llama a las heridas del chico, instantáneamente un escalofrío lo recorrió, era como una brisa fresca que chocaba contra su cuerpo, curando su torso magullado y el dolor de los golpes.

Marco soltó una pequeña risa ante las lindas expresiones que estaba haciendo el chico frente a él.

Ace se quedó callado por unos momentos, observando la sonrisa en los labios del hombre.
El profesor Marco era ciertamente guapo, tenía una expresión bastante dura la mayor parte del tiempo, su camisa morada reflejaba un cuerpo bien trabajado, sus ojos azules y cabello rubio destacaban bastante.

Ace entendía porque las chicas de su clase suspiraba cada vez que el profesor Marco pasaba frente a ellas, o cada vez que éste les daba clase.

Las manos del hombre sobre su cofre desnudo de repente eran demasiado calientes contra él. Sus mejillas cobraron un lindo color rojo que contrastaba perfectamente contra sus pecas.

Cuando las llamas azules dejaron de brillar y la risa de su dueño dejó de escucharse, un cálido sentimiento se asentó en el pecho de Ace.

Una gran mano acarició su cabeza, despeinado su largo cabello con ternura.

-Eres un buen chico, eh?

El sonrojo floreció de nuevo en su rostro.

Desde ese día en la enfermería, Ace se encontró encantado con cada cosa que hacía el hombre.

Siempre buscaba una oportunidad para hablar con él, le gustaba jugar a su alrededor, siempre con una excusa para estar a su lado.

El hombre rubio se vio cegado ante la actitud del chico, esa personalidad tan brillante contrastaba a la perfección con la suya, lo incitaba a dar lo mejor de sí y pronto se vio a los pies del chico pecoso.

Estaba mal y fue inevitable, pero los dos estaban dispuestos a hacerlo funcionar.

- - -

Jadeos se escuchaban por todo el campo de quidditch.
Una de las bludgers había golpeado a uno de los cazadores de Slytherin, Roronoa Zoro.

El chico parecía haber soportado el golpe bastante bien, aunque se podía observar un pequeño hilo de sangre saliendo de su nariz.

Inmediatamente se acercaron los golpeadores de Slytherin para alejar la bludger de su compañero; tomando sus bates con fuerza, golpearon la pequeña bola con fuerza hacia Ace, el cual estaba bastante cerca de la snitch dorada.

La pelota cambió su curso por el golpe, acercándose peligrosamente al chico pecoso.
Con un golpe de suerte, la bludger golpeó la escoba del chico, cerca de uno de sus pies. Esta logró romper parte de su escoba voladora, el golpe recibido afectó en el equilibrio del chico, aunque no lo suficiente como para tirarlo, el cual recobró la dirección y aceleró el paso, acercándose cada vez más a la snitch.

Mientras esto sucedía, los equipos seguían anotando puntos sin parar.
Los guardianes de ambos equipos estaban más ocupados que nunca. La quaffle era lanzada de mano en mano con gran rapidez, siendo metida por los grandes aros del campo.

El marcador marcaba un empate hasta el momento:

80:80

Varios jugadores fueron golpeados por las bludgers.

Un cazador de Slytherin cayó de su escoba cuando una bludger la golpeó.
Era una chica de largo cabello rosa, su nombre era Bonney.
La caída había sido dura, aunque la chica rápidamente se levantó y subió de nuevo a la escoba, regresando al juego en un parpadeo.

Una de las bludgers parecía haber escogido a Ace como su objetivo, ya que esta comenzó a seguirlo con persistencia.
Estaba a tan solo unos metros del chico pecoso y este aún no lo notaba.

Marco estaba ansioso. Una de sus piernas se movía con insistencia.
Lo menos que quería ver en ese momento era como el lindo chico caía lastimado de su escoba por culpa de una maldita pelota de quidditch.

Sabo, el profesor de Estudios Muggles y Magia Terrestre (era el maestro más joven de todos) lo miraba con una sonrisa divertida.
Si mal no recordaba, Sabo era hermano de Ace. Probablemente sabía lo que ocurría entre los dos y se reía de su preocupación.

Marco ignoró aquel hecho y se concentró en el juego frente a él.

100:80

A favor de Slytherin.

Las tribunas de los alumnos de Gryffindor gritaban más que nunca, apoyando a su equipo para que se recuperara.

El fin de año estaba cerca y los puntos extras otorgados a las casas por el quidditch podrían ser decisivos para darle la Copa de las Casas al ganador.
El año anterior Ravenclaw había sido el ganador.

-¡Parece que Ace tomará la snitch dorada!

Todos estaban expectantes, el fin del juego podría llegar pronto, si el chico pecoso lograba tomar la snitch otorgaría automáticamente 150 puntos a Gryffindor y ganarían.

Marco silenciosamente rogaba por aquello.

Segundos borrosos pasaron con rapidez.

Una bludger veloz golpeó a Ace en el hombro cuando éste tenía el brazo estirado en un intento de tomar la snitch.

Todos observaron como el chico caía de su escoba por el gran impacto.

Marco se levanto de su asiento en un golpe de asombro, acercándose al final de la plataforma de madera, la cual saltó sin pensarlo dos veces llamando la atención de los profesores a su alrededor, los cuales se habían parado de sus asientos ante lo que había sucedido con el chico de Gryffindor.

Los estudiantes que vieron la escena jadearon asustados cuando el profesor saltó de la gran tribuna, era una gran caída, era imposible salir ileso del golpe con el que se enfrentaría el hombre.

No contaban con que el profesor tomara la forma de un gran ave azul en llamas y volara con rapidez hacia el chico pecoso postrado en el suelo con su escoba destruida a su lado.

-¿El profesor Marco es un animago?

Esa pregunta recorría a todos los alumnos.

Cuando Marco llegó al lado del chico herido, se encontró con que este estaba aún consciente, uno de sus brazos estaba extendido hacia el cielo mientras le sonreía a Marco brillantemente.

Cuando miró con más detalle el brazo del chico, lo notó, la snitch dorada se encontraba en su mano.

-¡Portgas D. Ace atrapó la snitch dorada! ¡Ciento cincuenta puntos para Gryffindor! ¡Fin del partido, Gryffindor gana con doscientos treinta puntos!

Los gritos inundaron sus oídos.

Pero solo había un pensamiento en la mente de Marco.

-Idiota.

Ace rió por su comentario.
Dejó que el hombre rubio lo levantara del suelo, ayudandolo a caminar debido a sus nuevas heridas. El hombro golpeado era el peor, dolía como nunca antes.

Todos los jugadores se acercaron con rapidez, agradeciendo y felicitando al chico pecoso, el cual les daba grandes sonrisas con alegría.

Los demás profesores bajaban de la gran plataforma de madera para ir hacia donde ellos.

Algunos de los jugadores preguntaban a Marco sobre su reciente transformación, el cual simplemente sonreía y se encogia de hombros, no dando detalles al respecto.

La forma de fénix no era nada común, contando la rareza de los animagos en sí.

Marco fue enviado por el director hacia la enfermería para tratar las heridas del chico.

-¿Estás orgulloso?

Preguntó Ace a medio camino con una gran sonrisa, dejándose arrastrar por el otro hombre, el cual le dio una mirada incrédula.

-Estoy seguro que viste esa bludger y no hiciste nada al respecto.

Reprendió Marco con el ceño fruncido.

-Si hubiera esquivado la bludger la snitch se hubiera escapado.

Se excusó el chico con obviedad, ganándose un suspiro del rubio.

-Te gusta asustarme.

El pecoso sonrió y se encargó un poco más en el hombre.

-Me gustas tú. 

Dijo con simpleza, ganándose un ligero sonrojo en las mejillas de Marco.
Ese pequeño sería su perdición.

-Cállate...

Notas finales:

Disculpen si hay un error.


Si quieres dejar un comentario al autor debes login (registrase).