Login
Amor Yaoi
Fanfics yaoi en español

La forma en la que funciona el mundo por addictyck

[Reviews - 1]   LISTA DE CAPITULOS
- Tamaño del texto +

Es curioso como a veces funciona el mundo. Puedes pasar años pensando que esa chica te gusta, años trabajando en una relación y sin embargo cuando piensas que tienes todo controlado llega alguien a ponerte de cabeza.

Nunca había creído en el amor a primera vista, en efecto me burlaba de la gente que lo hacía. Pero justo en ese momento, en el que nuestras miradas chocaron algo cambió en ti y en mí.

El tiempo se alargó. Por un momento la gente de nuestro alrededor desapareció. Estoy seguro de que sentiste lo mismo que yo, ya que fui testigo de cómo poco a poco cambiabas tu expresión feliz a una impresionada.

Te acercaste a mí corriendo y chocando con las personas. Me tomaste por los hombros bruscamente y tomaste aire como si fueras a pedir lo más importante de tu vida – ¡Por favor sal conmigo! – Gritaste.

En otro momento, si hubieras sido otra persona lo más probable era que te abofeteara por tal acción. Sin embargo me encontraba ahí, mudo. Incapaz de desviar la mirada de tus ojos color cielo.

Trague saliva armándome de valor – ¿Qué? –Fue lo único que salió de mis labios.

Hiciste una expresión de duda – ¡No lo sé! ¡Siento que te conozco de algún lado! –Te excusaste, aunque estabas consciente que nunca nos habíamos visto – ¡Cuando te vi algo extraño me ocurrió y siento que tú también lo sentiste!

Asentí sin darme cuenta y tomaste mi mano con fuerza con temor a que me arrepintiera. Me halaste hasta la estación de tren más cercana y compraste la distancia más larga.

Un aproximado de cuatro horas de viaje. Al principio el vagón estaba repleto de gente con su propia vida. Mientras nosotros éramos conscientes de ser halados por una fuerza más allá de la gravedad. Poco a poco el vagón se fue vaciando hasta que quedamos a solas.

Estábamos sentados uno al lado del otro. Éramos como dos chicos tímidos sin saber que decir. Te rascabas la cabeza exasperado, buscando alguna manera de sacar conversación.

De pronto tus ojos se iluminaron más que una tarde de verano con fuegos artificiales – ¿Te gusta el ramen? –Preguntaste emocionado.

La pregunta me tomo por sorpresa y por primera vez en muchos años sentí el aire comprimirse en mis pulmones y mis labios abrirse hasta formar una gran sonrisa. Reí sin poder evitarlo, trataba de taparme la boca con mis manos pero me era imposible controlar la risa.

Te miré apenado en pleno ataque y tú por reflejo empezaste a reír más intensamente que yo. Aun cuando logre calmarme tú seguías riendo y yo era incapaz de ocultar mi sonrisa.

Mi teléfono interrumpió el momento. Borré mi sonrisa y volví a poner mi expresión de seriedad habitual. Era una llamada entrante de mi novia.

…Mi novia. Recordé con amargura. Mis manos se movieron por voluntad propia y corté la llamada. Tecleé rápidamente un mensaje de texto simple.

Cortamos, no quiero estar más contigo.

Apagué el teléfono antes de que me llamara exigiendo una explicación. Quizá debería darle una, o quizá no. Giré mi mirada y el rubio con ojos color cielo me miraba divertido.

 –Tienes la sonrisa más hermosa que he visto – Dijo sonriendo. Abrí la boca entre impresionado e incómodo ¿Cómo sería la suya la más hermosa? ¿Acaso no has sonreído en un espejo? Pensé apenado –Deberías sonreír más a menudo –Completaste.

Fruncí el ceño –No es tu problema si no sonrío –Respondí cortante.

Como si no te hubiera afectado mi tono de voz continuaste – ¡No importa! ¡Me encargare que sonrías más!

Como si la tierra me quisiera de regreso una duda me asaltó la cabeza – ¿A dónde vamos? – Pregunté.

Hiciste una extraña mueca de duda –Pues… no lo sé –Respondiste como si nada.

Tome aire sin poder creerlo – ¿Qué? –Pregunté sin poder creerlo –Estás diciendo que llevamos más de dos horas de viaje a miles de kilómetros y ¡No sabes a donde vamos!

–Pues no – Dijiste relajado –Realmente no importa ¿No sientes que estás yendo al lugar correcto?

Abrí la boca dispuesto a contestarte con una grosería. Pero analizando rápidamente tenías razón. ¿Qué iba a hacer hoy? Nada más ir al colegio, presentar un examen que aunque sé que sacaré la mejor calificación no será suficiente para mi padre. Salir con mi ahora ex novia mientras simulo escuchar sus temas de conversación. Pensé.

– ¡Oye! –Llamaste mi atención sacándome de mis pensamientos. Te encontrabas levantado pegado a la ventana del vagón – ¡Por esta estación hay una playa! –Señalaste el mar a lo lejos – ¡Debería ser nuestro lugar de destino! –Pediste emocionado.

Te observé y pensé que tus ojos harían juego con el mar. Asentí en silencio y en cuanto el tren se detuvo salimos. El aire caliente chocó en nuestros rostros y el olor a sal inundó nuestros pulmones. Inhale profundamente como si nunca hubiera respirado correctamente.

Los rayos del sol sentían envidia de la tonalidad de tu cabello y aun así acariciaba tu piel con gentileza. Mi mano volvió a moverse por su propia voluntad y tomó con delicadeza la tuya cruzando nuestros dedos.

Me viste y me dedicaste otra sonrisa – ¡Vamos! –Dijiste animado.

Corrimos hasta la playa más cercana y al llegar a la arena nos soltamos solamente para quitarnos los zapatos y la ropa. La dejábamos tirada por donde pasábamos. La arena estaba tan caliente que nos lastimaba los pies. Apuramos más el paso y llegamos al mar.

El agua estaba helada, me eché hacia atrás arrepintiéndome de entrar a pesar de que mi cuerpo ya estaba cubierto de sudor.

–Oh no – Me miraste divertido – ¡Vas a entrar! – Sin darme tiempo de reaccionar me tomaste por el torso y me arrojaste al agua. El choque entre frío y calor me incomodo por un segundo. Me sumergí esperando a que no me vieras  tomé tus pies para hacerte caer al agua.

Saliste en medio de risas y me arrojabas agua en un vago intento de mojarme más de lo que estaba. Como si tuviéramos ocho años jugamos durante horas. No hablábamos sobre nosotros, no hacía falta.

 Terminamos agotados en la orilla del mar viendo el atardecer. Una ola de tristeza y nostalgia empezó a apoderarse de mí conforme entraba la noche. No quería que acabara el día, no quería volver a casa y definitivamente no quería volver a la realidad.

Giré mi mirada para observarte. Como si adivinaras mis pensamientos posaste tu mano sobre la mía y con la otra tomaste suavemente mi rostro.

El sol terminó por ocultarse cuando nuestros labios se juntaron.

De nuevo esa sensación de elevación tomó nuestros cuerpos. Nuestras mentes se vaciaron y nuestros cuerpos tomaron el control de manera inconsciente. Por primera vez en mi vida me sentí completo, como si mi alma al nacer se hubiera fragmentado y únicamente se pudiera enlazar con la tuya.

Al caer la noche seguíamos ahí, ya vestidos pero alargando en lo posible cada segundo. ¿Cómo era posible que el tiempo de nuestras miradas encontrándose durara más que todo el día que pasamos juntos?

Me acariciabas el cabello mientras te abrazaba, ambos estábamos repletos de arena – ¿Cómo te llamas? –Me preguntaste por fin.

 –Sasuke –Respondí en susurro como si el mar fuese a escucharnos – ¿Y tú? –Pregunté.

Sonreíste y como si de un déjà vu se tratara antes de que respondieras tenía tu nombre en mi mente.

 –Naruto –Dijimos a la vez.

Notas finales:

Este one shot lo acabo de escribir, aunque realmente se escribió solo. No es la idea más original pero hay ese algo en los amores intensos que nos hacen suspirar.

Espero que les sacara una sonrisa   :) se les quiere mucho. Cuídense, saluditos y besitos.


Si quieres dejar un comentario al autor debes login (registrase).