Login
Amor Yaoi
Fanfics yaoi en español

Carta de un ángel caído por Fye

[Reviews - 8]   LISTA DE CAPITULOS
- Tamaño del texto +

Notas del capitulo: un one-shot bastante viejito, espero les guste.
 

Hoy sólo soy uno más de los caídos. Solo caí por ti. Me echaron por lujuria, ¿Puedes creerlo? Y sobre todo por tratar de discutir en mi defensa, y es que aun la mantengo. No, no, no, no y no soy lujurioso... solo te amo. No me contagié  torcidamente de los humanos. Esto no tiene nada que ver con ellos.

Yo puedo sentir... lo sé. Puedo sentir los sentimientos, las emociones en mi interior. Y todo es tu culpa!. Solo podía sentirlas cuando estaba tu lado, y ahora que no estoy contigo también puedo sentirlas. Pero son mas tristes que cuando estaba en tu compañía.

Me echaron del paraíso por quererte, por amarte, por desearte. Tú también me correspondías pero te quedaste callado, solo para que no te expulsaran. Y es que no soy tan egoísta como para pedirte que sacrificaras tu sueño por mí, pero tan solo unas palabras de apoyo de tu parte hubiesen bastado, en cambio me diste la espalda como todos los demás  y permitiste que me fuera deshonrosamente, sin voltear a verme aunque sea por última vez.

Incluso la muerte me fue prohibida. Debo padecer y sufrir para reflexionar lo que hice. Pero... ¿qué hice?... Solo amar a un semejante!!. Me dijeron que ese comportamiento estaba prohibido entre ángeles. El amor de los ángeles es solo para Dios o para los humanos y no debe ser físico. No debe ser para un igual, para su hermano, amigo o compañero. Nunca para un igual y aún menos expresarse físicamente!, ese es un comportamiento vergonzoso, que solo es permitido a los humanos.

Me tildaron de terco y obcecado cuando alegué una y mil veces que no hacía nada malo; que amar y demostrar amor no tenía nada de malo ni de pecaminoso. Pero no me escucharon y creyeron conveniente alejarme de ti, mi ángel, y que recapacitara mi comportamiento. No se cuanto tiempo humano o siglos en nuestro tiempo ha pasado, pero aún sigo pensando igual. Ni el tiempo, ni tu rechazo han hecho que cambie de parecer. Y aún en la miseria que vivo, no cambiaría el tiempo que viví feliz junto a ti, antes que nos separaran, antes de ser descubiertos.

Debo reconocer que te extraño mucho, tu calor, tu amor, aunque nunca lo reconociste como tal. Se que también me querías, aunque fuera un poco, aunque no sabías siquiera como llamar a ese sentimiento que te hacía sentir. Lo sé por como me correspondías, por como a veces, tú el favorito de Dios, me buscabas. Para estar juntos, para tocarme, para besarme, para pasar tiempo juntos, para sentirte seguro y vivo.

Probablemente ya lo hayas olvidado, quizá ya no te haga falta estar conmigo, pero están intactos en mi memoria nuestros últimos momentos juntos, sobre todo nuestro último beso. Y hay que reconocer que nos habíamos perfeccionado bastante.

Tu lengua jugaba tímidamente con la mía, en cambio yo quería explorar todo dentro de ti. Tu lengua, tus dientes, tu paladar, tu aliento, no hubo lugar dentro de tu boca que mi lengua no hurgara y que no encontrara excitante, y tus suaves y dulces labios, maleables a mis deseos. Quería absorberte completamente en ese beso y que quedara impregnada tu esencia  en mi. De algún modo presentía que sería el último y lo confirmé cuando nos encontraron y empujaste violentamente mi cuerpo lejos de tuyo, asustado.

No dijiste nada. No fue necesario realmente. Yo cargué con toda la culpa, después de todo yo te enseñé. Aún recuerdo ese día.

Éramos muy jóvenes, niños en realidad: Yo apasionado por los humanos y tú por servirle a Dios. Un día investigándolos descubrí su hechizo para amar, el beso; y quise probarlo contigo. Todavía tengo presente ese día, fue el principio de  mi felicidad contigo y, debo reconocerlo, el fin de mi mismo como ángel.

Dos ángeles inocentes jugando a ser humanos. Comenzó como una discusión: tu diciendo que era una tontería y yo empeñado en que era algo significativo e importante (aún lo sostengo), finalmente, y como soy mas terco, yo gané y probé besarte.

Recuerdo haberte tomado suavemente por los hombros. Extrañamente estabas muy nervioso y mis manos, manos de niño, me sudaban y temblaban inconteniblemente. Tú lucías confundido, pero nunca te opusiste. Ahora sé que interiormente te morías de la curiosidad, de ver a tu amigo tan cerca de ti y tan nervioso. Querías saber que era lo que me ponía así, ¿no es cierto?

- Cierra los ojos. Te pedí, y dudando obedeciste. Al instante mis labios se apretaron contra los tuyos y los pude sentir calientes, hirviendo; pero suaves y delicados contra los míos. Me sentí mareado, como si todo diera vueltas a mí alrededor. Y así paso un tiempo, que parecía detenido, hasta que decidí separarme de ti; que ya me esperabas con ojos abiertos como platos y tan rígido como una estatua. Casi muero al creer que podía haberte hecho algo malo. Te habías quedado petrificado y no parecías querer reaccionar. Hice todo para devolverte a la conciencia, pero nada parecía funcionar. Derrotado me derrumbé a tus pies a llorar inútilmente. En ese momento sentía tus manitas haciendo presión en mis brazos, despertándome de mi desesperación, te mire rápidamente y ahí estabas mirándome tiernamente y sonriendo nerviosamente.

- No pasa nada. Me dijiste bajito para tranquilizarme. -No te preocupes, no pasó nada. Mientras seguías jalándome hacia ti. Lentamente obedecí esa orden silenciosa, que me llevaba a ti, solo me detuve cuando estuve muy cerca de ti. Me paralizó el miedo de poder hacerte algo malo, pero esa vez fuiste tu quien apretó sus labios contra los míos.

Labios enfebrecidos junto a los míos. Vivos, ansiosos, inquietos. Fuiste tu quien me besó por primera vez, quien realmente me enseñó a besar. No solo presionaste tus labios contra los míos, también les diste vida, y fuiste un poco más allá. Querías quedarte con una parte de mí y tiernamente succionaste mi aliento, al principio me sentí extraño, pero después me acostumbré y me sentí especialmente muy feliz. Sentir tu calor junto al mío, pero que a la vez no era de ninguno de los dos, sino algo creado por los dos, fue maravilloso.

Me dejé llevar por la emoción y te abracé fuertemente para no dejarte huir, Quizá debí abrazarte mas fuerte para no dejarte ir o quizá nunca debí dejarte de abrazar para que siempre estuvieras conmigo.

Pero el hechizo  se rompió, te separaste de mi y llorando me pediste no contárselo a nadie. Así lo hice, total, que no haría por ti... creo que ya lo sabes. Te juré que sería un secreto entre nosotros.

Creo que no debes tener quejas de mi, realmente cumplí mi palabra. Solo ahora la estoy rompiendo, al escribir todo aquí. Pero necesitaba registrar todo, a veces mi memoria me juega malas pasadas y creo verte algunas veces, te sigo pero nunca te encuentro y es cuando me doy cuenta que el tiempo y la soledad son aliados crueles que comienzan a hacerme daño.

Realmente no importa lo que pueda sucederme, pero quiero conservar tu recuerdo intacto, no quiero que se quebrante. Quiero que estés conmigo siempre aunque sea de esta forma.

Quédate conmigo, mi ángel. Cuídame desde donde sea que estés. Te ofrezco mi vida y todo lo que soy, para que siguas siendo lo que eres, para que siempre tus sueños se cumplan. Más que un beso, tú tenías razón, existen otras pruebas de amor y esta es la mía para ti.

 

 

Notas finales:

Esta historia la escribi hace tiempo. Espero les guste. Apreciaria muchisismo criticas constructivas, positivas o negativas, sino, aunque sea un saludo estaría bien ;)


Si quieres dejar un comentario al autor debes login (registrase).