Con una lagrima en la garganta.
Nieva otra vez, esta fría nieve que me hiela el alma, al igual que tus besos y caricias que dejaste de darme en una fría mañana de invierno, así, como la de hoy, la recuerdas ¿cierto?, yo se que si, algo me lo dice, en silencio, pero me lo dices, y delante de ti te digo, te lo grito, en un dulce e insistente ruego de que escuches mis palabras, estas mismas palabras que una vez que les diga se las llevará el viento, este frío viento que azota las ventanas cercanas, este frío viento que azota las puertas de mi alma, las mismas que se abrieron para ofrecerte todo el amor y cariño que hoy, para desgracia tuya ¿o la mía? Se irán como se va la dulce primavera de nuestras vidas, la misma que tu me robaste, si tu, el que se encuentra en este instante mirándome perplejo, como si vieras a un fantasma, cuando sabes a lo que vengo, y estas conciente que después de lo que te diga, te quedarás como yo, con una lagrima en la garganta y en el corazón ese corazón frío que intente por mucho tiempo deshielar con el mío que era tan cálido como los días de verano que se han ido, y, que en los vanos intentos por darle calidez al tuyo para que aprendieras a quererme, se a puesto frío como este duro invierno al que nos sometemos, el mismo que se sometía mi corazón cada vez que el tuyo lo hería con tus dulces promesas las cuales ingenuamente creía y pasado el tiempo me daba cuenta que no cumplías, pero aun así, guardaba las esperanzas, ¿sabes?, nunca deje de creer en ellas, incluso en este instante de despedida…
** “Tener el alma en sombras
El corazón estremecido
Por la angustia de perderte
Sin haberte conquistado.
Sentir el cuerpo
A tu contacto enfebrecido,
Llevando en el pechoUn puñal clavado”
Aun sigues allí, en el mismo lugar en el que te encontré mientras digo mi discurso amargo el cual nunca pensaste escuchar de mis labios, los mismos que besabas hasta el cansancio y los mismos que ahora braman por justicia por tus duros tratos, los mismos que en estos instantes deseas callar como en muchas veces callaste… con la calidez de tus besos, que a estas alturas, me parecen fríos, si fríos ironía ¿no? Cuando me besabas no pensaba eso, me parecían besos de fuego, ese fuego maldito que todo destruye, todo consume, pero que sin embargo yo adoraba, los adoraba, de verdad que adoraba tus besos, tus caricias, todo ello de ti que me hacia estremecer hasta tal limite que no sabía si eran de verdad.
“Amarte y no saber
Besarte y sentir
Que a pesar del fuego de tus labios tienes vacía el alma para mi”
Ahora, en este parque donde nuestras almas se conectaron, en este mismo parque donde me trataste del mismo modo en el que te trato hoy yo a ti, nos hemos encontrado para darnos una despedida… pero lo olvido, soy yo el que se despide, el que te deja… los vuelcos de la vida son duros, pero créeme, es más dura la vida, ahora encuentro dulce el hecho de que tarde o temprano encontraremos la muerte, pero antes no pensaba eso, cuando estaba a tu lado le temía a la muerte por que sabía que no estaría más a tu lado ni tu al mió y ahora ¡mira! La deseo más que cualquier otra cosa, la deseo como deseo que esta despedida sea breve para no hacer más largo nuestro encuentro, tengo miedo de perder el control de mis actos, de mis palabras y hacerte saber que aun te necesito, aun te quiero…
“Amarte. Amarte,
hasta la locura
Tibias las manos
de ansiedad y ternura.
Y llevar el pecho sangrando por la herida
que abriste al besar
mi carne estremecida” **
Te quiero, pero no te lo diré estoy conciente que si lo digo caeré a tus brazos y pediré que me perdones por errores que se no he cometido así como en tantas veces he hecho, pero ya no más, no quiero más este sentimiento que me mata, el mismo que nunca recibí de tu parte y el cual tanto mendigue con llanto en los ojos y mi corazón roto, quiero darte la despedida, pero no puedo, nunca pensé que al reencontrarnos se me haría tan difícil la tarea de hablarte, mirarte como siempre me trataste tu, con tu fría indiferencia, nunca recibí de ti una mirada dulce, unas palabras que me hicieran desear más de lo calidas y dulces que eran, ¡nunca! Y ahora cuando nos estamos despidiendo te comportas como siempre desee que lo hicieras…
*** “¿Cuánto hace mi bien que, no te escribo?
Y es que el pájaro loco de mi inspiración
Se encuentra preso;
Con las alas plegadas y en un rezo,
Ávido de luz, ¡está en silencio!
Una carrera áspera y mezquina, para ganar el pan.
¿Por qué, cariño?
El pan ha de ganarse cantando…
¿No vez que mi amor, es como un niño?”
Te acercas, retrocedo, ya que tus manos se acercan a limpiar lagrimas que inconcientemente he derramado ante tus palabras esas que tanto ansiaba y que ahora trato de repudiar para así poderte olvidar, ese olvido que nunca llega… deseo tanto olvidarte yuki… yuki, tu mismo nombre me lo dice, nieve, fría y copiosa nieve como la que cae en este instante, esa nieve que me dice como eres, en que estado se encuentra tu corazón y aun así me enamore ¡Dios, como y cuanto te amo! Pero me callo, me trago mi amor, ya que no puedo tirarlo por el miedo a que tú lo recojas y me lo devuelvas.
“Me muero sin ti, sin tus palabras
Y quiero que me quieras mucho; tanto
Que sientas al besarme, estremecida tu alma.”
Seguimos en este lugar, en silencio, el silencio que tanto odio ya que en el me refugiaba a llorar las penas que hoy trato de olvidar, quiero tirar al viento para que se lo lleve bien lejos todo este amor y cariño, todas las palabras que te dije en los momentos que compartimos, aquellos momentos en los que intentabas corresponder estos sentimientos tontos e innecesarios ¿es así como me los describiste una vez? ¿Y como mismo los describes en tus novelas trágicas en donde aparece un ser frío como tu y uno calido como yo? Tu amor es duro, frió, lo vuelvo a repetir y mi amor esta claramente influenciado en la locura, esta locura que no me permitió ver lo frío que eras y que en consecuencia me esta dejando mudo el corazón de palabras que tantas veces te dije y que esta vez trato de no repetir, para así no repetir la misma historia, esta historia nuestra, de te amo y te extraño, quisiera que nuestra historia se escribiera, y se sellará ¿la escribirás tu?¿la sellarás tu? Por que yo no puedo…
“¡Te quiero vida!¡Con dolor, con ardimiento!
Necesito más, que tu ternura honda
Necesito la locura de aquél momento,
En que bailabas con tu boca en mi boca.”
… tampoco puedo decirte cuanto te amo, todas esas palabras que te ofrecía como ofrenda para quedarme un poco más a tu lado compartiendo momentos, ya sean felices o tristes…
“¡Hace cuanto que no te digo; te amo!
¿No te duele la ausencia de ese grito?
Por que grito es mi voz, cuando te lo digo.
Te quiero para mí, sin compartirte,
¡Me duele tu ausencia,
Sólo sé que te quiero, y estoy triste! ***
Es silencio se quiebra, como se quiebra mi corazón con las palabras que me dices, ¡no quiero escuchar! Me tapo lo oídos, demostrando nuevamente, que aun te amo y que por eso me duele escuchar tus palabras de arrepentimiento y pidiendo entrar nuevamente en mi vida, que te perdone… como perdonarte… pero aun así yo te perdoné en el mismo momento en el que nos separamos, te perdono, pero no te lo digo, este amor nos hace daño a ambos y aun que se me parte el alma en dos y aun que nunca más vuelva a amar, no me importa, quiero solo amarte a ti y que tu me ames solamente mi, así va a ser… y ambos en esta espera del otro nos iremos por caminos separados… tratando de olvidar al otro… y aquí, en este mismo lugar donde nos conocimos me despido de ti solo devolviéndome por donde llegue, no sin antes despedirme como es debido, para dejar las cosas en paz, para dar a mi corazón intranquilo… un poco de paz, para aplacar mi alma… dándote un dulce y casto beso, separándome antes que tu boca domine mi decisión de dejarte, dejándote en el mismo estado que yo… con una lagrima en la garganta… no sin antes escucharte decir: “siempre te amaré… shuichi”
**** “¡Más allá!
Que tristeza el presentirlo;
Que agonía saber que me amas
Y que soy en tu vida, cual reflejo
De un cariño ya perdiro,
Que, ¡No pudo ser! Y te dejó sin alma” ****
The end…