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En busca de un amor por Sary

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Notas del capitulo:

Es el primer capitulo de esta increíble historia 

Una mañana florecía en la ciudad de Tokio, muchos estudiantes se levantaban para asistir a su primera clase del día. Cepillaban sus dientes, se arreglaban el cabello y se ponían su impecable uniforme, toman su desayuno y se iban hacia la escuela a llenar sus cabezas con conocimientos, a encontrarse con sus amigos o pasar el día con alguna novia o novio.


 


En un departamento para nada lujoso ni exuberante, que solo contaba con comodidades suficientes para el inquilino que la ocupa. En la cama amplia descansaba un hombre de cabellos azabache, de piel blanca y ojos miel. Atractivo ante los ojos de cualquiera, sea hombre o mujer. 


 


 Dueño de una tienda de ropas de primera calidad, por su carácter encantador tenía muchas ventas. Gracias a eso iba a fiesta y no faltaba que conquistara a alguna mujer que luego terminaba en su cama.


 


Amoríos tuvo muchos pero aun no podía darse la oportunidad de amar de nuevo. Hace unos meses había roto con la persona que él consideró como el indicado. Estuvieron juntos por tres años, se conocieron en la universidad y se enamoraron, le propuso vivir juntos y así comenzaron su historia de amor. Pero no todo lo que brilla es oro y la vida no es de color rosa, su relación iba pasando por momentos tormentosos como cualquier otro. El intento salvarla, pero bastaron solo unas palabras para romperlo en pedazos.


 


“Ya no te amo…conocí a otra persona…”


 


Justo en el momento que él le propondría matrimonio sus sueños se vinieron abajo, llevándolo al borde de la locura. Le costó asimilar y aceptar que su amor se acabó, lo dejó ir y buscar su felicidad en otra persona.


 


Takano Masamune, 28 años de edad, soltero hace ocho meses.


 


 


*****************************


 


 


El celular no paraba de sonar, eran las 8 de la mañana y él seguía en la cama, con las sabanas enredadas a su cuerpo. Molesto estiró el brazo buscando el bendito celular para mandar al diablo a quién lo molestaba. Cuando encontró el aparato, contestó molesto


 


— ¿Quién?—


 


—Masamune ¿es esa la forma de hablar a tu madre?—respondió la mujer. Takano bufo fastidiado


 


—Disculpa, madre—dijo con tono irónico— ¿Qué deseas?


 


—Solo llamo para saber algo de mi hijo, ya que este ni se preocupa en llamar—


 


— ¿Estás jugando a la madre ahora?—


 


—Masamune, por favor es muy temprano para pelear ¿no lo crees?—


 


—Si tienes razón—dijo incorporándose en la cama, notando su desnudez y el cuerpo que descansaba al lado


 


—Masamune, escúchame. ¿Cuándo será el día en que te casaras?—


 


—Otra vez con eso. Lo hare cuando yo quiera—


 


— ¡Masamune!  Ya eres todo un hombre hecho y derecho, con 28 años creo que debes ir pensando en formar una familia—


 


—Si quieres una familia, cásate de nuevo y asunto solucionado—


 


— ¡No me hables de ese modo!—


 


—mamá, déjame tranquilo con ese asunto


 


—Pero hijo…—


 


—Pero nada mamá, ahora déjame descansar —


 


—Masamune, espera —


 


—Adiós, mamá—


 


Corto la llamada cansado de escuchar siempre lo mismo. Se levantó de la cama sin ponerse nada y fue al baño, se lavó la cara y acomodó un poco su cabello; se colocó un albornoz y regresó a la habitacion para despachar enseguida a la persona que dormía tan tranquila en su cama.


 


Quitó las sabanas con brusquedad asuntando a la mujer que dormía plácidamente. Abrió sus ojos con pesadez, desperezándose. Se sentó en el lecho, con su cabello desordenado que ató con una peineta.


 


 —Es hora que te vayas— dijo tomando un cigarrillo mientras lo prendía.


 


—Pero creí que podíamos pasar el día juntos-—dijo dolida la joven


 


—Pues creíste mal, además fue sexo lo que tuvimos. Lo siento— soltó esas palabras y salió de la habitación dejando a la joven avergonzada para que se pusiera sus ropas.


 


En la cocina, Takano preparaba café y unas tostadas cuando oyó pasos acerándose. No volteó para saber quién era, solo quería que ella se fuera. El hombre no era de mucha paciencia y además no la quería herir más.


 


—Bien, me voy—dijo mirando a Takano que estaba de espaldas a ella


 


—está bien. Adiós—


 


—oye no seas tan caradura y mírame. No sé qué te paso para ser así pero lo único que te dijo que si sigues con esa actitud te quedaras solo. Gracias por una maravillosa noche. Adiós—


 


La joven se fue dando un sonoro portazo, Takano suspiró cansado. Era exactamente lo mismo siempre, conseguía una linda mujer le decía cosas lindas al oído y terminaban en una noche de sexo desenfrenado, y al día siguiente las despachaba como si nada.


 


“Tratarlas así, no es bueno Masamune” 


 


Se encogió los hombros y se dispuso a tomar su desayuno luego iría a su local a revisar algunas cosas.


 


Se colocó un traje elegante de color gris, con camisa de color azul, corbata y el chaleco y zapatos negros bien lustrados, arregló su cabello peinándose hacia tras pero dejando algunos mechones que caigan por su frente. Se miró al espejo por última vez y se dio el visto bueno, tomó las llaves y salió.


 


****************


 


Llegó al centro comercial, aparcó su auto y bajó de el, camino hasta le ascensor presionado el botón. El elevador se detuvo en su piso donde salió caminó algunos pasos y entró en su local paseando su vista en sus empleados y los clientes que había.


 


—Buenos días, Takano-san— saludó la empleada


 


—Buenos días, Yuki-—contestó con una sonrisa— ¿Cómo están las cosas aquí?


 


—Muy bien, Takano. Hay muchas ventas el día de hoy—expresó sonrojada. Yuki una joven estudiante, trabajaba solo por la mañana. Era hermosa, con unos ojos de color negro profundos, sus bonitos rulos y un cuerpo de infarto había quedado hechizada por su jefe.


 


—Eso es muy bueno, Yuki—refutó él con una sonrisa coqueta


 


—Sí, claro—


 


 —Iré a mi despacho—


 


Yuki asintió, y Takano se encaminó hacia su oficina que tenía allí. Abrió la puerta de color café, adentrándose al lugar cerrando la puerta tras de sí.


Se sentó en su silla de cuero negro, revisó los papeles que tenía sobre la mesa. Las ventas ascendían bastante, ya estaba pensando abrir otro local en otro centro comercial.  Por suerte contaba con su amigo que se encargaría de eso, Hatori era su contador y asesor. Lo conocía desde la secundaria.


 


Cuando estaba por llamarlo, la puerta se abrió dejando ver a una persona que no veía hace tiempo.


 


—Masamune—habló el peliplata con su imponente figura


 


—Akihiko—sonrió, su amigo había vuelto después de un largo tiempo de ausencia, se levantó acercándose a él y le dio un abrazo. Realmente había pasado un largo tiempo. —Ven siéntate—


 


—Gracias, veo que no has perdido los modales—


 


—oh claro que no, Akihiko—


 


—Este lugar sigue estando igual— agregó paseando su vista por la oficina de Takano. El azabache solo rió, aunque algo de razón tenía.


 


— ¿Qué cuentas, Akihiko?—


 


—Pues soy muy feliz—habló con una brillante sonrisa que iluminaba su cara


 


— ¿Y por qué?— indagó curioso, no era raro, ya que conocía la causa de su alegría. Un pequeño castaño de unos preciosos ojos esmeraldas, Takano apreciaba tanto a ese chiquillo.


 


—Misaki esta embarazado— expresó alargando mas la sonrisa de su cara, el de ojos ametista estaba viviendo un sueño, aún le cuesta digerir la noticia cuando se les comunicó a la pareja. Takano abrió excesivamente los ojos, como que no creía semejante dato.


 


— ¿Enserio?—


 


—Sip. En nuestras vacaciones por Francia, no perdimos el tiempo y lo hicimos, no dejé salir a Misaki de la cama en todo el día y el resultado fue un bebé—


 


—Felicitaciones—


 


—Gracias. Estamos felices, nunca en mi vida experimenté la verdadera felicidad y desde que estoy con Misaki, todo es maravilloso. —comentó con alegría


 


— ¿Y Misaki, como está?—


 


—Pues bien. Está algo sorprendido pero feliz como yo—


 


—Akihiko eres un suertudo, siempre lo has sido—


 


—No tanto acuérdate lo que me costó que Misaki me dijera si—


 


—Cómo olvidarlo, te fuiste de tras de él a Inglaterra. Su primo lo había llamado y tú creíste que se iba con otro. —


 


—Ese fue el momento más horrible, pero gracias a su primo, Misaki me dio el bendito si —


 


—Así es, tuviste mucha suerte en conocerlo


 


—Para mí no fue suerte, fue el destino. Con Misaki me siento pleno, amado, hemos vivido tantas cosas, me hace feliz de haberlo conocido y enamorado de él. —


 


El silencio reinó unos minutos, Akihiko quedó pensativo. Recordando los bellos y malos momentos que pasó junto a Misaki y ahora ese nuevo ser que se está formando dentro de su pareja, era una bendición y un regalo, tal vez alguien se apiadó de él y le concedió un pequeño tesoro.


 


— ¿Y tú?—indagó esperando conocer algo de la vida de su amigo. Apoyó su espalda contra el respaldo de la silla y cruzó sus piernas, su pose relajada para escuchar la respuesta de Takano.


 


—Yo nada, solo haciendo mis travesuras como siempre—rió y sus ojos delataron un brillo, Usami arqueó su ceja y negando una y otra vez con su cabeza, su amigo no cambió nada. Y sabía cuál era la causa.


 


—Masamune, lo que pasó con Akira es cosa del pasado, supéralo de una vez


 


—Ya lo superé, Akihiko—


 


—Así y dime ¿Por qué tus relaciones no han durado?—


 


—Claro que duran—


 


—Vamos Masamune, tus relaciones duran pocos, tu empleada Yuki le gustas


 


—Ya lo sé. Pero no es de mi tipo, además traería problemas en el trabajo—


 


—Entonces ¿Por qué no te das otra oportunidad? Quizás tú y él no debían estar juntos—


 


— ¿Cómo lo sabes?— indagó


 


—Era muy fácil, se lanzó a Hatori, Zen, Yukina y Hiroki, tú fuiste el único tarado que se quedó con él. —


 


— Es que, él era tan simpático, tenía un sentido del humor único. Cuando estaba con él me hacía sentir diferente. —


 


—Masamune, él andaba con cualquiera cuando tú no lo veías. —


 


—Aún así, me dolió separarme de él— dijo con semblante triste, parecía a punto de llorar


 


—Supéralo de una vez. Date otra oportunidad para amar


 


—Lo pensaré


 


 


—Bien debo irme Misaki debe estar esperándome en casa. Esta noche habrá una cena, les daremos la noticia a todos, tú eres el primero que los sabe así que tarta de no abrir la boca. —


 


—Claro. Salúdame a Misaki de mi parte


 


—Seguro. Adiós amigo


 


—Adiós—


 


Usami se fue, el quedo muy pensativo de lo que su amigo le había dicho. Y tenía razón, luego que rompió con Akira no ha tenido otras relaciones, era hora de abrirse a una nueva. Ya pasó ocho meses y él sabía que Akira lo engañaba, siempre supo el carácter promiscuo de su novio, pero cerró los ojos para no verlo porque realmente lo amaba.


 


 


 


***************************


 


 


Akihiko salió de la oficina de su amigo preocupado, si bien sabía las aventuras de Masamune de una sola noche se lamentaba lo destruido que quedó luego de su separación de Akira. Ese tipo era una serpiente, el supo siempre porque se quedó con Masmaune. Ninguno a quienes este se lanzó le había prestado atención conociendo muy bien su lista de amoríos. El único que le hizo caso fue Takano; Usami le advirtió pero el pelinegro cegado por el amor que le tenía hizo oídos sordos y se vendo los ojos.


 


Ahora estaba dispuesto a que su amigo tuviera una relación, hablaría con los muchachos e idearían un plan para que Masamune conociera a alguien.


 


 


*****


 


 


—Akihiko—llamó Misaki al escuchar abrirse la puerta. Se acercó a él mientras el peliplata colgaba su abrigo en el perchero.


 


—Misaki. ¿Cómo te sientes, amor?— inquirió revolviendo los cabellos castaños de su pequeña pareja.


 


—b-bien— contestó sonrojado. Akihiko le sonrió con ternura, lo tomó del mentón y le deposito un suave beso en los labios de su Misaki.


 


— ¿Cómo está Masamune?—preguntó al separarse del mayor


 


—Está bien, pero me preocupa—dijo caminado hasta el sillón y sentarse


 


— ¿Acaso pasó algo malo con Masamune?—indagó preocupándose por su amigo


 


—Sabes tengo miedo que Masamune jamás vuelva a enamorarse—expresó


 


— ¿Qué sucede?— dijo Misaki preocupado por el semblante triste de su pareja, camino hasta y se sentó en sus piernas. A Misaki no le agradaba verlo así. Usami rodeó con su brazo la cintura de su novio.


 


—Es por Akira—expresó disgustado de tan solo nombrarlo se notaba en su mirada el rencor que tenia al ex de Takano.


 


—Él no merecía a Masamune, solo ten paciencia y las cosas serán como antes. —dijo el pequeño


 


—Eso espero—dijo sonriéndole y darle pequeños besos en sus mejillas hasta sus labios, acarició el vientre de su pareja— Los amo a los dos—


 


Se acercó nuevamente a Misaki besándolo apasionadamente, el menor rodeó el cuello del mayor con sus brazos acariciando su cabello y Usami abrazando la cintura de Misaki. Sus lenguas se buscaban y danzaban ardientemente. Sus alientos se mezclaban entre si y los dos buscaban mas contacto con el cuerpo del otro.


 


Usami mordió el labio inferior de Misaki, arrancándole un suspiro. Misaki cerró los ojos disfrutando de la embriagante boca de Usami, estremeciéndose con las caricias que le ofrecía el escritor.


 


El aire se fue acabando y lentamente sus bocas se separaron, buscando respirar para nuevamente besarse con más demanda. Misaki cambio en la posición que estaba sentándose a horcadas sobre Usami, el mayor sostuvo por la cintura al castaño levantándose del sillón y caminar rumbo a la habitacion para amarse nuevamente los dos.


 


***********


 


 La noche cayó en la ciudad, en un lujoso departamento unas cuantas parejas se hacían presente para celebrar el nuevo integrante solo que ellos aun no lo sabían.


 


El primero en llegar fue Zen acompañado por Yokosawa, Misaki los atendió haciéndolos pasar y que tomaran asiento. Luego, a los pocos minutos se sumaron Hiroki y Nowaki, Miyagi y Shinobu.


 


Usami ayudó a su pareja a servir los bocadillos y bebidas, una charla surgió, todos querían saber del viaje que hicieron los tortolos.


 


 


—El paisaje es hermoso, nunca había visto tanta hermosura—contaba Misaki con ilusión con sus ojitos esmeraldas brillándole mientras hablaba, todos allí notaron un cambio, porque Misaki estaba distinto y no sabían la razón, solo dedujeron que era por los recuerdos de su luna de miel.


 


—Misaki luces muy bien—dijo el médico Nowaki,


 


—Kusama a Misaki le hizo bien en salir de Japón nos divertimos mucho los dos— dijo el escritor mirando fugazmente a su pareja


 


—Pues se nota que disfrutaron hasta se te ve más relajado— añadió Miyagi conocía al escritor, sus trabajo era realmente estresante.


 


—Sí tienen razón, antes parecías viejo con este viaje se te ve más joven— dijo el rubio editor Zen, riéndose de tan solo recordar la cara de su amigo peli plateado.


 


—Cállate idiota— se defendió Usami, sus amigos se estaban aprovechando de él—Yo creo que el envejecido eres tú ¿acaso Yokosawa no te da tus dosis de amor?


 


—Creo que no—afirmó Miyagi aguantándose la risa, de solo imaginar al temible Yokosawa como pareja le daba escalofríos, no sabía cómo Zen lo aguantaba.


—Tú ni hables Miyagi que Shinobu te tiene envase a comidas de repollo e igual estas con él—habló Zen, recordando que la pareja de su amigo no tenía la menor idea de la cocina. Tan solo pensar que tuvo tres días en cama por indigestión y sabía cuál era la razón, la comida de Shinobu


 


—Jajajaja—Miyagi rojo de ira término por callarse sino quería pasar una humillación, tenía claro conocimiento que su Shinobu no servía para los labores culinarios, cada día iba esforzándose para mejorar y prepararle un plato de comida decente pero eso no significaba que al profesor le gustaba comerlo.


 


—Eso fue cruel Zen—expresó el médico—Tú amas a Yokosawa a pesar de su carácter de mil demonios, igual sucede con mi Hiro-san. Ellos son difíciles de manejar, pero no importa así lo amamos—


 


—Es una suerte que estemos con las personas indicadas—reconoció Zen, él sentía que con su pareja cada día era una aventura nueva y eso no lo cambiaría por nada del mundo.


 


—No todos— manifestó el peliplata— ¿Qué saben de Masmaune?


 


—Akihiko, lo único que se de Masamune es por Takafumi. Me contó que anda como pajarito de flor en flor.— dijo Zen con seriedad


 


— Me preocupa que Masamune no se enamore nunca. Todos sabemos lo que pasó con Akira y él no está bien—explicó el escritor—nosotros debemos ayudarlo


 


— ¿Cómo?—-pregunto Miyagi— él no nos escuchó cuando le dijimos la lista de amantes que Akira tenía. —


 


—Lo sé Miyagi pero Masamune estaba enamorado y ciego por él. Yo tengo una idea, voy a inscribirlo en esas citas por la web para que conozca a alguien. — señaló el peliplata convencido que allí conocería a alguien que valiera la pena


 


—¿No crees que él debería darnos su permiso?—preguntó Zen dudando del plan de Usami, era buen idea pero no estaba cien por ciento seguro que a Takano le guste los candidatos.


 


—No, porque si lo sabe no lo aceptará. Vamos chicos quien no querrá salir con él, acuérdense las chicas y chicos que tenia detrás suyo. — mencionó Nowaki, su amigo debía abrir nuevamente su corazón.


 


—Estoy de acuerdo—intervino Yokosawa saliendo de la cocina con Hiroki, Shinobu y Misaki detrás— Masamune no ha conocido a nadie en estos meses y se ha acostado con muchos pero nada serio surge.


 


—Ven, yo lo hare. ¿Quiénes me apoyan?— expresó Usami con entusiasmo encaminándose a su habitación


 


Todos se unieron para ayudar a su amigo a encontrar una pareja. Misaki no estaba del todo de acuerdo porque creía que era mejor que Masamune eligiera con quién quiere estar y si este no quería estar con alguien todos debían respetar su decisión.


 


Mientras los semes buscaban una página para inscribir a su amigo, el timbre sonó, Yokosawa fue a abrir.


 


—Takafumi—saludó el pelinegro


 


—Masamune— los dos se dieron un abrazo y unas palmadas en su espalda


 


Masamune entró, saludó a Hiroki, Shinobu y a Misaki le dio un abrazo. Masamune quería mucho a Misaki y más ahora que este está en cinta.


 


—Felicidades—susurró en el oído del menor.


 


—Gracias, Masamune—


 


Misaki conoció a Usami por intermedio de Masamune, el pelinegro le daba clases a él castaño y en esas frecuentes visitas, Usami y Misaki se conocieron. Los dos quedaron prendidos y se enamoraron a primera vista.


 


— ¿Dónde están los demás?—preguntó extrañado por no ver a los demás en la sala.


 


—Están en el despacho de Akihiko—contestó el castaño


 


Takano subió al despacho de su amigo, para saludar a los demás, y saber que ha sido de su vida este tiempo. Entró sin tocar, mirando a Usami sentado frente a la pantalla de la laptop, Zen, Miyagi y Nowaki posicionado detrás del escritor.


 


— ¿Qué están haciendo?— preguntó Takano al verlos allí tan concentrados y murmurando cosas que no entendía.


 


— ¡Masmaune!— pronunciaron los cuatros asustados de ser descubierto su magnífico plan.


 


—Nada—dijo el peliplata cerrando su laptop para que el otro no viera sus intenciones, se levanto de su silla y se posicionó frente al azabache.


 


—Ustedes me ocultan algo— dijo entrecerrando los ojos sospechando algo de sus cuatros amigos.


 


—Claro que no—dijo Nowaki tomando a su amigo por los hombros, regalándole una sonrisa


 


—Vengan vamos a la sala hay algo que quiero que sepan—dijo Usami evadiendo el tema


 


Todos bajaron para saber lo que Usami quería decirles. Ni bien estuvieron en la sala, Akihiko tomo a Misaki por la cintura, beso su labio provocando que se sonrojara.


 


—Nosotros los hemos invitados a ustedes para darle una noticia maravillosa—habló Usami—Misaki y yo vamos a ser padres—


 


— ¿QUEEEE?— dijeron todos anonadados


 


—Vaya lo tomaron muy bien— comentó Usami con burla, esperaba otro tipo de reacción


 


—Usagi—reprochó Misaki


 


— ¿Enserio?—dijo Hiroki sorprendido


 


—Si, Hiroki. Akihiko y yo tendremos un bebe— reconoció la veracidad de las palabras dichas por su pareja


 


—Felicidades—manifestó Shinobu, feliz por su amigo


 


Todos se acercaron para dale las felicitaciones a los futuros padres.


 


*****************************


 


La velada pasó tranquila, ya cada uno se fue retirando con sus respectivas parejas, Masamune se fue bastante intrigado ya que la actitud de sus amigos le hacía sospechar. Se encogió los hombros restándole importancia al asunto.


 


Pensaba en conseguir alguien para pasar la noche pero lo descartó enseguida, llego a su departamento. Sintió la soledad que le rodeaba, a veces deseaba estar con alguien pero el miedo de volver a amar y que le rompan el corazón era más grande. Se desvistió, se tiró en la cama extrañando el cuerpo de Akira.


 


Por otro lado Akihiko, terminó lo que había empezado. Inscribió a su amigo en una página para conocer personas, describió perfectamente el perfil de Takano y buscó en su laptop imágenes de él y lo cargo. Sonrió con triunfo ahora solo debía esperar que alguien responda a esa solicitud.


 


Apagó el aparato, caminó a su cama y se metió entre las sabanas abrazando el cuerpo de su Misaki…


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