—Pero ... hay alguien que no debería estar aquí. Lo siento, pero ahora solo quiero hablar con mis camaradas. ¿Puedes por favor irte? — Akashi esta 100% seguro de que le había dado una orden bastante clara al niño de cabello castaño, entonces ¿Cómo se atrevió a desobedecer una orden suya? ¿Estaba tratando de hacerlo enojar?
¿Por qué ese niño deliberadamente eligió esconderse detrás de Kuroko cuando sus miradas se cruzaron?
Más tarde esa noche, Akashi se encontró en su habitación de hotel pensando en ello.
Especialmente lo que sus compañeros de equipo comentaron esa tarde en el comedor del hotel.
—¿Él se veía nervioso? — Reo preguntó.
Su respuesta fue un simple asentimiento mientras masticaba el arroz.
Definitivamente el niño castaño lucía inquieto, se aferraba a Kuroko casi como si el otro fuese una especie de salvavidas; pudo notar un exceso de sudor en la frente del niño que hacía que algunos de sus mechones castaños se pegaran a su piel e incluso estaba...
Temblando.
—¿Y evitaba tener contacto visual contigo? — Reo casi gritó.
Nuevamente un asentimiento.
Tan pronto como Akashi apareció, el niño decidió esconderse tras de Kuroko y evitar a toda costa que sus miradas se cruzaran de nuevo, lo que, de verdad lo irrito un poco, porque, ¿no solo se presenta en una reunión donde su presencia nunca fue solicitada, sino que también es descortés?
Él no entiende al niño.
Akashi simplemente le pidió que se marchara porque quería tener una pequeña charla con sus antiguos compañeros de equipo.
No debería ser demasiado difícil darse la vuelta y volver al recinto.
Sin embargo, deliberadamente eligió no irse y se quedó, temblando, sudando un mar y luciendo patéticamente asustado.
¿Por qué se asustó?
—Y aunque le pediste que se fuera, no se marchó. — Reo remarcó.
—Así es. — Akashi confirmó una vez más, enfocando su mirada en su cena a medio terminar, su mirada bicolor luego se posó en sus compañeros.
Se sintió un poco mejor ahora que su cabello no molestaba su vista, lo había estado ignorando, pero de verdad necesitaba un recorte de puntas. Y las tijeras de Midorima tenían el filo perfecto.
—¡Sei-chan! ¡Creo que ese niño está enamorado de ti! — Reo cantó felizmente, ante las perspectivas de una aventura amorosa en el equipo, específicamente de su capitán, El Emperador de Rakuzan.
Nebuya y Kotaro asintieron detrás de él, sorprendidos, pero no menos extasiados que Reo con tal declaración.
La ceja derecha de Akashi se arqueó.
—¿Qué los hizo llegar a esa absurda conclusión?
—No es absurda. — El pelinegro sonaba indignado.
Mayuzumi decidió por su propio bien, quedarse callado y al margen de todo ello, era después de todo Akashi Seijuro con quien hablaban, en cualquier momento diría que todo aquello era una pérdida de tiempo y se levantaría de la mesa para ir a hacer lo que Akashi Seijuro hace, sea lo que sea que eso signifique.
—¿No dijiste que fue incapaz de mantener contacto visual contigo? ¿Qué lucía nervioso? ¿Qué se negó a irse aun cuando se lo pediste? ¡Sei-chan!, todas esas son señales... Una de las características del amor adolescente es: "Ser incapaz de demostrar afecto adecuadamente."
—¿De dónde sacaste eso? — Porque era estúpido si le preguntaban.
—Lo leí por ahí, Chi-chan no interrumpas. — Reo reprendió al otro, luego toda su atención se vio volcada en Akashi. — Estoy seguro que evitó todo contacto contigo porque era muy vergonzoso, de ahí su nerviosismo; pero tampoco quería marcharse demasiado rápido porque quería estar más tiempo contigo, Sei-chan... ¡El amor es un complejo vórtice de sentimientos que nadie, ni siquiera tú podrías entender!— Aplaudió con una sonrisa en sus labios mientras asentía una y otra vez, ahora tenía curiosidad por ver al niño que había logrado impresionar a Akashi Seijuro, porque ¿De qué otra manera Akashi había sacado el tema en la mesa sino le interesara por lo menos un poco?
Su capitán no siempre fue muy comunicativo, especialmente a la hora de comer, el Emperador se sentaba en su lugar correspondiente y cenaba en completo silencio, la última vez que Kotaro quiso entablar una conversación sobre nada en especial, Akashi gruño, molesto por interrumpir su cena.
Pero ahora fue Akashi quien les habló primero, Reo ya amaba al niño castaño por obligar a su capitán a preguntar por su opinión sobre lo que sucedió ese día, específicamente con el niño que desobedeció las órdenes del Emperador.
—Hombre, ¡Quiero conocer al niño que no obedeció las órdenes de Akashi y vivió para contarlo! — Nebuya dijo con la boca llena de comida, Akashi simplemente retiró su mirada de ese espectáculo indecente, ya bastante acostumbrado a estos compañeros extremadamente raros, de su equipo
—Claro, no estaba temblando porque Akashi casi apuñaló con unas tijeras a uno de sus compañeros. Por supuesto, no. El niño está enamorado. — Mayuzumi señalo ese pequeñísimo detalle sin demasiada importancia, claramente añadiendo una nota de sarcasmo que hizo que Reo le lanzará una mirada asesina, Mayuzumi se alzó de hombros, simplemente dijo la verdad.
—Aunque, si, Sei-chan eso podría asustarlo un poco... — Reo coloco su mano derecha sobre su mejilla, su voz un tono más bajo y le lanzó una mirada llena de preocupación.
—¿Un poco? — Mayuzumi burla en su voz, dijo.
Los palillos de todos en la mesa se habían detenido desde hace tiempo, tratando de escuchar la conversación que mantenía con sus titulares, y eso molestó al Emperador, casi tanto como ver a Kagami, la nueva sombra de Kuroko colocar su mano tan familiarmente sobre el hombro del niño asustadizo o como en realidad ese niño se volvió felizmente para llamar el nombre del otro.
Es decir, Akashi Seijuro estaba siendo ignorado, de nuevo y por la misma persona ¿Quién era este niño para atreverse a tal cosa? Sin embargo, toda su atención se desvió a Kagami un instante después, el niño castaño no era de su interés, salvo la irritación que lo hizo sentir que desobedeció sus órdenes.
O al menos eso creyó.
Reo tenía un punto cuando señaló que debió sentir algún tipo de interés en el niño castaño, porque ¿De qué otra manera no pudo sacarlo de su mente en todo ese tiempo? Tanto que incluso tuvo que preguntar a sus titulares la razón de ello.
Conocer al niño ese día no estaba en sus planes y Akashi odia que sus planes no se cumplan al pie de la letra, tal y como él previo. Luego, por supuesto el niño que es una variable que no calculó, lo desafió abiertamente cuando se rehusó a marcharse.
Nadie, nunca ha desobedecido al Emperador.
Nadie, excepto el niño castaño.
Y eso de alguna manera es fascinante, casi tanto como irritante.
El rostro del niño temblando se mantuvo dentro de su memoria más tiempo del que había de ser necesario, él no fue más impresionante que Kagami o más sorprendente que cualquiera de los jugadores que conoció hoy, la memoria de Akashi es buena, casi fotográfica, él puede recordar cualquier cosa, siempre que sea de su interés o un beneficio a largo plazo, personas como el niño (del que ni siquiera conoce su nombre) tienden a borrarse en cuestión de horas, a veces incluso minutos.
Akashi se pregunta por qué eso no sucedió con el niño castaño.
¡Sei-chan! ¡Creo que ese niño está enamorado de tí!
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Más tarde, Akashi vuelve a ver al niño castaño y finalmente, finalmente sabe cuál es su nombre.
Es en el partido de Seirin vs Kaijo.
—¡Sé cómo se llama Sei-chan, es el número 12 de Seirin, Furihata Kouki-chan! —Por supuesto, deja que Reo sea quien investigue todo.
Furihata Kouki.
Kouki, el niño que no es más impresionante que Kuroko, porque incluso el otro niño es mejor que Kouki.
Sin embargo, fue el único que se ha atrevido a desafiarlo abiertamente, por lo menos Akashi reconoce eso.
Más tarde Akashi con una sonrisa debe admitir que se ha equivocado, es la primera vez que eso sucede y aun así no se siente tan decepcionado como debería.
Cuando Kouki entró a la duela, la situación no era nada favorable para Seirin, con una ceja levemente arqueada, Akashi observó al niño con escepticismo, sus compañeros parecían tener la misma opinión que él, aunque ninguno de ellos se atrevió a expresarla delante de él.
Y extrañamente se sintió satisfecho con eso.
Nadie puede decir nada malo del niño que se atrevió a desobedecerlo.
Para la sorpresa de todos, el miedo de Kouki fue su principal arma, y también fue poderosa, y mientras veía esto desde su lugar en las gradas, algo dentro del pecho de Akashi se sintió diferente, algo que lo hizo sonreír con diversión y orgullo.
El miedo hacía que Kouki extreme precauciones en las jugadas, de sus compañeros y también en el equipo rival, su hipervigilancia evitó que sus compañeros tuvieran errores en sus jugadas y detectar los errores en las jugadas del equipo contrario fue más fácil.
Su visión era buena, se dio cuenta Akashi, Furihata Kouki era un buen observador, analítico y poseía una agilidad para tomar decisiones que casi podía competir con Izuki o Takao.
Fue un cambio necesario para Seirin, contempla el pelirrojo desde su lugar. Furihata los ayudó a encontrar un nuevo ritmo.
—¿Oh? — Akashi se reclinó suavemente sobre el respaldo del asiento, su sonrisa no abandonó en ningún momento sus labios.
Le recordó a Kuroko, siendo un diamante en bruto listo para ser pulido, si la entrenadora de Seirin lo hacía bien, si lograba que el niño desarrollara por completo esas habilidades, entonces Seirin podría tener un arma más en el futuro.
Casi quiere tomarlo bajo sus alas y llevarlo a su lado, ¿No sería fácil dado que el niño está enamorado de él?
Luego Kouki encestó y la sonrisa del niño fue simplemente hermosa.
Le trajo recuerdos gratos de un jardín hermoso, lleno de rosas y su exquisito aroma, una tarde de primavera, una mesa y limonadas, las manos hermosas de su madre entregando un balón de básquet a él, su sonrisa bajo la sombra de una sombrilla cuando Akashi hizo su primer enceste.
Akashi no pudo sacarla de sus pensamientos donde, cómodamente se instaló, el resto del día, de la semana y posiblemente el resto de su vida.