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Enfermo de amor por Shima_Suzuki

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Notas del fanfic:

Con 6 dias tarde pero este OS lo subo por el cumpleaños del pato xd
en fin, es algo turbio auqnue estoy segura de que han leido cosas peores

en fin xD

Notas del capitulo:

Solo me queda decir que disfruten xd

y una disculpa si encuentran un dedazo, segun yo ya no hay ninguno xd

El boletín decía que Kouyou había sido secuestrado hace 10 días según la fecha de la última vez que se había visto.

10 días eran suficientes como para que los secuestradores pidieran un rescate ¿no? ¿Por qué aun no llamaban? ¿Por qué aun no sabían nada?

No pudo haberse perdido porque Kouyou ya era un adulto racional que siempre estaba en pleno uso de sus facultades mentales y era imposible que hubiera huido, no cuando toda su vida estaba ahí, en Tokio con Akira, su novio y a punto de casarse con él.

Todo era muy extraño, un día simplemente salió del trabajo y desapareció. Ya no contesto ni mensajes ni llamadas, el celular mandaba directo a buzón, era como si el mundo se lo hubiera tragado.

De ahí llegaron a la conclusión del secuestro así que se abrió una carpeta de investigación.

A Akira le hicieron un montón de preguntas, si es que Kouyou tenía enemigos o personas que quisieran hacerle daño, así como negocios turbios o algo por lo que pudieran querer llevárselo, porque si no estaban pidiendo rescate después de 10 días es porque había sido crimen pasional o simplemente otro secuestro por tráfico de órganos o personas.

Pero no, tampoco era nada de eso, Kouyou era el ser más bueno que podías conocer, nunca tuvo problemas con nadie y era muy querido por todos…

Tal vez ese fue el problema.

Kouyou era una persona fácil de querer por su actitud tan noble.

Se aprovecharon de eso muy bien, pues por esa misma naturaleza noble fue que resulto tan fácil secuestrarlo.

 

~*~

 

Kouyou no pudo abrir los ojos, los tenía vendados, su boca estaba libre pero no creyó que sirviera de mucho, no se escuchaba absolutamente nada, ni un solo ruido de autos, o movimiento a su alrededor, sus manos estaban atadas con fuerza atrás de su espalda, así como sus piernas estaban unidas por fuertes amarres a lo largo de ellas.

Donde estaba sentado era suave así que probablemente estuviera en una cama apoyándose de una pared para mantener su postura.

Por muy extraño que pareciera estaba tranquilo, aun ya habiendo analizado su situación, mantuvo la calma, sabía que de nada le serviría alterarse, gastar energía a lo bruto sin resultados no le serviría de nada.

De nuevo, trato de escuchar algo, lo que sea, un mínimo ruido que le indicara que quien sea que lo hubiera secuestrado estuviera ahí.

No era consciente de que se secuestrador estaba justo en la misma habitación que él, admirando su belleza desde hace horas-las mismas horas que le costó despertar de la droga que había usado para dejarlo inconsciente-.

El hombre estaba sentado en una silla a unos metros de la cama en donde lo tenía, ya lo había visto moverse, buscando un ruido, pero él se quedó quieto, dejando que se esforzara en escuchar algo que no iba a llegar.

Lo mantenía en el sótano de su casa, muy bien equipado para evitar que el ruido entrara y saliera, era como un cuarto pues tenía, cama, baño, un tocador y un armario. La única salida era una puerta que conducía a unas escaleras que llevaban a la puerta superior de la casa, pero siempre estaba cerrada.

Había permanecido días dormido por la droga y apenas despertaba, llego un momento en que el secuestrador se preocupó de no haber suministrado la cantidad correcta de droga, pero ahora que lo veía despierto supo que todo estaba bien.

Lo observo solo un par de horas más, ya era momento de hacerle saber de su presencia.

—Me alegra ver que ya por fin despiertas—dijo con una sonrisa que se amplió al ver el brinquito que dio el otro por el susto.

— ¿Dónde estoy?

—En mi casa.

— ¿Quién eres?

—Soy Yuu.

— ¿Por qué me secuestraste?

—Por qué te amo—respondió muy seguro— y necesitaba alejarte de todo este horrible y contaminado mundo para poder cuidarte.

Por el tono en que lo dijo, Kouyou supo en ese momento que lo había secuestrado una persona muy trastornada…

— ¿Qué me vas a hacer?

—Amarte, protegerte y cuidarte, hasta que la muerte nos separe—se sentó en la cama y acaricio su rostro, Kouyou tembló, pero no se movió, no le convenia hacer ningún movimiento brusco o podría irle mal. —te amo Kouyou, te he amado desde el primer momento en que te vi, por eso te traje aquí, tengo que protegerte.

— ¿Protegerme de qué?

—Del mundo entero, eres demasiado bueno y puro como para estar en un lugar tan contaminado como el exterior, es mejor mantenerte aquí, conmigo.

Estaba asustado, no iba negarlo, de verdad, el tipo estaba loco ¿amarlo? Ni siquiera lo conocía, dudaba que supiera que tenía un prometido si quiera, pero esa información era mejor que no la supiera, al menos no todavía, podía ponerlo en riesgo ¿tratar de protegerlo del mundo? ¿eso se podía si quiera? Ya había concluido que estaba loco, y que tenía una especie de sentido de la responsabilidad con él.

— ¿Puedes quitarme ya la venda? Me está empezando a doler la cabeza.

—Oh, por supuesto, que desconsiderado soy.

Kouyou sintió la inclinación del cuerpo hacia él y como el nudo se iba deshaciendo, la tela cayo y hubiera querido masajearse los ojos, pero sus manos estaban atadas, así que opto por parpadear un par de veces con la mirada gacha hasta que dejo de ver borroso, alzo sus vista un poco y pudo notar al hombre frente a él, muy pálido, de cabello negro y ojos azules, labios gruesos y sonrisa que debería de transmitir ternura, pero en ese momento solo le generaba terror.

— ¿Mejor así?

—Estaría mejor si estuviera desatado, ya no siento los brazos, ni las piernas.

—Ah claro, permíteme un momento entonces…

Lo vio levantarse y caminar hacia el tocador, saco una jeringa ya preparada con algo y antes de que quisiera esquivarlo o tratar de hacer algo, Yuu ya lo había pinchado, el mundo se volvió negro otra vez…

Para cuando volvió a abrir los ojos, sus muñecas y tobillos estaban esposados, las cadenas estaban sujetas a la pared y tenían la longitud suficiente para pasearse por la habitación, pero no como para subir escaleras.

Estaba solo, así que se permitió observar todo bien y tocarse los bolsillos, ni su celular y cartera estaban ahí, supuso que Yuu ya los habría destruido.

Suspiro y se levantó de la cama para poder estirarse, pensó en Akira y esperaba que el mayor estuviera moviendo cielo, mar y tierra buscándolo, porque algo en él le decía que su estadía en ese lugar no sería por mucho tiempo y no precisamente porque lo iba a dejar ir…

Escucho pasos en las escaleras, siguió caminando por la habitación, abrió el baño, bastante bien equipado, escucho a Yuu llamarlo.

—Te traje algo de comer querido.

Kouyou salió del baño cerrando la puerta y regreso a la cama donde una bandeja con comida ya lo esperaba, Yuu estaba frente al armario, acomodando ropa. Camino y se sentó con cuidado, examino la comida.

—No esta envenenada, cielo, no te preocupes. —dijo el mayor sonriendo y acercándose a él.

— ¿Quién me lo asegura?

—Yo, ya te lo dije Kou, te amo, y por eso te traje, para protegerte, lo que menos quiero es hacerte daño.

Kouyou no contesto nada, no le convenia ponerse a discutir sobre ese tema así que se sentó y tomo la bandeja para ponerla en sus piernas y empezar a comer, aunque no quisiera, tenía que confiar en él, porque desde hace quien sabe cuánto tiempo no había comido y hasta ahora se había dado cuenta del hambre que tenía.

Comió y se sorprendió de lo bueno que estaba, lo acabo rápido debido al hambre así que Yuu sonrió y después de dejarle un beso en la frente se llevó las cosas arriba para lavarlas.

Se quedo sentado en la cama esperando que algo pasara, un milagro al menos, no sabía cuánto tiempo llevaba ahí y estaba asustado, aunque no lo exteriorizara. Yuu volvió después de poco tiempo y se acercó a él, sus intenciones eran claras así que a Kouyou no le quedo más que cerrar los ojos y aceptar lo que viniera, si tenía una droga para hacerlo dormir ¿Quién le aseguraba que no tenía algo para matarlo?

Yuu sonrió complacido al ver que el menor no se resistía, pero frunció el ceño al ver que tampoco es como que le correspondiera, tal vez era muy pronto para pedir algo más, agradecía mucho que no estuviera gritando, llorando y armando un escándalo, era listo, lo sabía y por eso lo amaba,

Lo dejo en paz.

—Ya es tarde, debes de dormir.

Yuu se acercó al armario para sacar un pijama cómodo para él, sería un poco difícil que se lo pusiera si estaba esposado, por un momento pensó que tendría una oportunidad para estar libre de las esposas y tal vez patearlo y salir corriendo, encerrarlo en su propio sótano y pedir ayuda.

Pero todo eso se nublo de su mente cuando sintió un pinchazo y quedo inconsciente.

Yuu lo cargo y lo dejo en la cama, lo desnudo y vistió con cuidado luego de haberle quitado las esposas, cuando termino se las volvió a poner lo arropo en la cama, dejo un suave beso en esos lindos labios y salió de ahí cerrando con seguro la puerta.

 

~*~

 

Para Akira era frustrante que después de ya 3 semanas aun no supieran nada de Kouyou, la policía seguía averiguando sobre el posible tráfico de personas y de órganos mientras que otro escuadrón ayudaba buscándolo por las calles, preguntando a la gente si lo habían visto.

La familia de Kouyou ya estaba avisada y hacían todo lo que podían para ayudar en la búsqueda de su hijo, incluso ofrecieron una recompensa a quien lo encontrara.

Todo estaba muy bien, lo único malo es que estaban buscando en los lugares equivocados, porque no fue ni un traficante de órganos ni de personas el que se lo llevo.

Si no más bien un chico con serios problemas mentales que se enamoró.

Yuu vivía no muy lejos de donde Akira y Kouyou vivían, no se podían catalogar como vecinos, pero estaban a unos 20 minutos de distancia.

Tan cerca, pero a la vez tan lejos…

Kouyou estaba recostado en la cama que ocupaba en ese lugar, llorando en silencio contra la almohada, su cuerpo temblaba por culpa de los sollozos contenidos, solo se permitía llorar cuando sabía que Yuu no estaba en la casa, en esas 3 semanas-amablemente Yuu le dijo cuanto tiempo llevaba encerrado-había podido experimentar lo suficiente para darse cuenta de que el maldito lo tenía todo perfectamente planeado, las cadenas eran largas para llegar hasta ocupar el baño, de un acero inoxidable por lo del agua, pero no eran tan largas como para alcanzar si quiera el umbral de las escaleras.

Había cámaras en todos los puntos de la habitación y sabía que había micrófonos también, aunque no los hubiera visto, intento hacer algo arriesgado en el baño y Yuu de inmediato llegó para detenerlo como si lo hubiera visto-por eso llego a la conclusión de las cámaras- cuando dijo en voz alta sobre una probabilidad de suicidio, Yuu volvió a bajar para hablar con él y mimarlo lo suficiente como para que se calmara, aunque eso solo logro ponerlo más nervioso.

Las cámaras y micrófonos eran su forma de saber si estaba en la casa, Yuu venia inmediatamente cuando algo se veía sospechoso o decía cosas que le hacían creer que el suicidio era una mejor opción, no se tardaba casi nada, eran segundos, pero cuando lo decía y pasaba cerca de un minuto sabía que no lo estaba viendo, por lo tanto, no estaba…

De hecho, gracias a esto sabía que tenía un horario, 4 días a la semana no estaba por lo que supuso que sería trabajo, lo otros 3 se quedaba con él en el sótano si es que no tenía nada más que hacer como ir por comida al supermercado o a la lavandería o incluso por las drogas que usaba en el…

La droga era algo recurrente todos los días porque de otro modo no se dormía, Yuu no confiaba en el por algo tantas precauciones.

Hasta ahora agradecía que no lo hubiera tocado, solo unos cuantos besos robados que había logrado percibir cuando la droga aun no tenía el efecto completo en él, pero sabía que más temprano que tarde el mayor lo exigiría, incluso si lo esperaba por su supuesto amor, en algún momento lo tomaría, si no es que ya lo había tomado estando dormido.

Pero lo dudaba, su cuerpo no se sentía diferente y estaba más que seguro que Yuu estaba tan enfermo que lo querría despierto para cuando llegara el momento…

Dejo de llorar cuando sintió que no podía más, los ojos le ardían horrible y la garganta estaba irritada, aguantarse los sollozos generaba ese molesto nudo que al final te termina lastimando, se limpió el rostro con sus manos y respiro profundo para calmarse.

No quería seguir llorando porque eso haría que Yuu preguntaría muchas cosas y quería evitar hablar de Akira, sabía que si Yuu se enteraba del amor que tenía por Akira y de su futuro compromiso-porque el esperaba salir de ahí y poder casarse con el- probablemente lo mataría después de esas palabras y lo sabía porque en una ocasión insinuó sobre una posible relación y Yuu se puso histérico, no le pego ni nada, pero no volvió a bajar para darle de comer y cenar, aunque la mañana siguiente llego con comida disculpándose de su comportamiento.

Si llegaba a decir que tenía prometido lo más seguro es que terminara muerto.

Se quedo sentado en la cama mientras respiraba profundo, las ganas de llorar aún no se iban del todo y estaba al borde del miedo, ya no podía seguir manteniéndose tranquilo frente a Yuu, quería gritar, quería llorar, quería luchar, hacer algo, lo que sea, quería pegarle y tratar de dejarlo inconsciente para poder salir de ahí.

Extrañaba demasiado a Akira, extrañaba dormir en sus brazos o en ocasiones verlo dormir en los suyos, los desayunos improvisados y las palabras de odio fingido por levantarse temprano, las tardes viendo algún partido o simplemente de paseo juntos…

Extrañaba su vida…

Sin darse cuenta de nuevo estaba llorando y eso no era bueno, no quería que Yuu lo viera asi, no tenía un reloj como para saber qué hora era porque incluso su horario de sueño se modificó por culpa de las drogas.

—Ya no quiero esto, ya no quiero estar aquí—sollozo a sabiendas de que nadie lo estaba escuchando, pero decirse esas palabras, aunque sea a si mismo lo ayudaba a tratar de sobrellevar la situación.

Se levanto y fue al baño para poder lavarse la cara, estando solo tenía la posibilidad de matarse sin que Yuu lo interrumpiera, pero el problema era que quería vivir.

Quería seguir vivo para poder regresar con Akira, para poder estar con él y casarse en el extranjero como lo habían ya planeado, pasar su luna de miel de lugar en lugar y después volver a casa y estar todo el día juntos hasta que volvieran a la vida tranquila que siempre habían tenido desde que estaban juntos.

Se dio cuenta que lavarse la cara no era suficiente asi que se metió a la regadera con todo y ropa, abrió las llaves y el agua fría golpeo su rostro para ir entibiándose poco a poco, se abrazó a sus piernas, escondiendo su rostro entre sus rodillas y llorado de nuevo dejando que el agua lo golpeara y se confundiera con sus lágrimas.

Paso horas ahí dentro y los upo porque Yuu llego y lo encontró asi…

—Dios Kouyou ¿Qué estás haciendo? —Yuu se acercó rápido para cerrar las llaves, tomar una toalla y envolver al menor con ella para comenzar a secarlo.

Kouyou ni siquiera se movió, se sentía tan cansado, entumido y adormilado que simplemente se dejó cargar cuando Yuu lo hizo para sacarlo de la ducha y poder secarlo mejor.

Lo dejo sentado en el retrete y llego con una jeringa ya lista, tenía que dormirlo para poder quitarle la ropa mojada y ponerle algo seco y abrigador.

Sintió el pinchazo y el mundo se volvió negro de nuevo.

Cuando despertó estaba durmiendo en el pecho del mayor, el cual seguía acariciando con paciencia su cabello y frotando uno de sus brazos para hacerlo entrar en calor, compartían la cama, ambos debajo de las cobijas y en pijama ¿Qué hora era y porque Yuu seguía ahí?

La droga por lo general lo hacía despertar hasta el día siguiente ¿Qué estaba pasando?

Alzo el rostro y Yuu le sonrió.

— ¿Te sientes mejor?

Kouyou solo lo miro, volvo a recostar su cabeza en el pecho del otro ya que no podía moverse mucho, siempre despertaba entumido.

—Me tenías muy preocupado Kou, no vuelvas a hacer eso, aquí abajo es muy frio te puede dar pulmonía.

Y él seguía sin decir nada.

—Hoy saliendo de mi trabajo vi una foto tuya, están ofreciendo recompensa por ti.

Ahí sí que hubo una reacción, lo miro sorprendido, no creyéndose lo que el pelinegro le decía.

—Pero ni todo el dinero del mundo vale lo que tu para mí—lo apego más a su cuerpo y continúo acariciándolo.

No hablaron más, Kouyou se sentía inquieto, aliviado, pero a la vez muy nervioso, Akira si estaba buscándolo, pero no conseguiría mucho, Yuu era demasiado listo, incluso si la policía estaba involucrada, el pelinegro se había encargado de no dejar evidencia de nada.

— ¿No tienes que ir a trabajar o algo? —pregunto con voz rasposa y sin moverse.

—Es la una de la mañana cielo, no creo que pueda trabajar a esa hora—se rio un poco—Voy a dormir contigo hoy ¿te molesta?

— ¿No lo haces siempre después de drogarme?

—No, siempre te dejo tu espacio, pero ahora estas despierto, lo cual es raro, pero no me molesta y te estoy preguntando porque respeto tu estado de inconciencia.

—No es como que tenga muchas opciones…

Yuu solo se rio y se acurruco mejor con él, Kouyou se sintió incomodo pero no hizo nada, dejo que el pelinegro se acomodara, lo abrazara y se acurrucara en su pecho, Kouyou sin ser consciente comenzó a acariciar su cabello como solía hacerlo con Akira, ya era como un hábito, solía hacerlo con otras personas, pero Akira era el más privilegiado en ello, se sintió mal de hacerlo con Yuu, pero el pelinegro se durmió casi de inmediato después de que comenzó a acariciarlo.

No se detuvo, siguió acariciándolo hasta que lo sintió lo suficientemente relajado como para suspirar y dejar que la tensión lo abandonara, aunque fuera un poco, miro a su alrededor, todo estaba como siempre, bajo una de sus manos por el cuerpo de Yuu, solo para asegurarse de que no tenía las llaves de las esposas ahí con el…

Pero no, Yuu estaba en pijama y no tenía ningún bolsillo como para guardarlas…

No tenía sueño, la droga solía dejarlo bastante despierto apenas perdía el efecto asi que vacío su mente y solo se quedó ahí acariciando el cabello de su secuestrador.

~*~

Hasta hoy ya habían pasado un mes y medio desde que estaba encerrado.

Y en ese tiempo ya había identificado algunas cosas con respecto a el mismo y a Yuu:

1.-Debido a su horario solo podía quedarse a dormir con él 2 días por semana, él mayor estaba aprovechando que ahora Kouyou aprecia dormir menos por la droga para pedir permiso y quedarse con él.

2.-La droga ya no le estaba haciendo el mismo efecto que antes, si bien, al principio esta lo hacía dormir hasta el día siguiente luego de suministrarla, ahora solo le bastaban una o dos horas para despertar ¿Cómo lo sabía? Muy fácil, el teléfono de Yuu.

Ahora que se quedaba con él, lo había encontrado en el teléfono debido a su trabajo-o al menos eso pensaba- y un par de veces había podido ver la hora, además de las horas de comida y el horario que ya había identificado debido a los “buenos días, tardes, noches” que el mayor siempre le decía cuando lo iba a ver.

3.-Las llaves SIEMPRE las llevaba con él, para el momento de tener que quitarle las esposas para cambiarlo de ropa o cuando se quería bañar.

Y afortunadamente ya sabía dónde las guardaba, tenía una pequeña cangurera siempre con él, ahí es donde estaba y por lo general la llevaba siempre por debajo de la ropa.

4.-La droga también la cargaba con él también, pero en las bolsas de lo que sea que trajera de tapar, porque su sótano siempre era frio a pesar de que tuviera una calefacción para que Kouyou no estuviera incómodo.

Con todo esto a sabiendas, ya estaba maquilando un plan para poder salir, porque sabía que la policía no tendría un avance, Yuu era muy listo y precavido, estaba casi seguro de que nadie se habría dado cuenta del secuestro incluso si él estaba saliendo del trabajo en ese momento, la droga que le inyecto pudo hacer que pareciera un desmayo y Yuu como un “buen ciudadano” lo ayudaría y después de una vuelta falsa rumbo al hospital lo llevaría a su casa y lo dejaría ahí…

Eso era lo más coherente que su mente pudo maquilar con lo que recordaba de ese día.

Y no solo había pensado en eso, sino también en una forma de escapar.

Lo había planeado cuidadosamente desde que se dio cuenta que la droga ya estaba perdiendo efecto en él y se dio cuenta de donde tenía las llaves.

Solo tenía que noquearlo, quitarle las llaves, quitarse las esposas y salir corriendo, rompería cualquier cosa si era necesario, pero tenía que salir, fuera como fuera…

Si Akira ya había esparcido la noticia lo único que tenía que hacer la gente era verlo, sería fácil reconocerlo y él se sabía de memoria el número de Akira y el de su casa, solo era cuestión de pedir ayuda una vez estando afuera…

El solo hecho de imaginarlo lo hacía sentir emocionado y con un pequeño brillo de esperanza.

Pero el método para conseguir la llave era lo que lo perturbaba, porque para poder tomarla Yuu tendría que estar desnudo quitándose la ropa apenas, y para conseguir eso…tendría que acostarse con él.

Y la idea no le agradaba para nada del mundo, de hecho, sería que un poco de el se rompía con la sola idea de permitir a otro tocarlo, Akira no había sido el primero, había tenido mas parejas antes de él, pero si había sido el que se supo ganar su corazón, el mas especial, al que quería como esposo y que pudiera estar con el siempre.

Porque con Akira nunca fue sexo, siempre fue hacer el amor.

Sabia que el plan le iba a tomar tiempo porque no podía simplemente decirle de la nada “quiero hacerlo” sin sospechar en algo, tendría que esperar a que Yuu fuera el que se acercara y el solo tendría que dejarse hacer al menos el suficiente tiempo para que el mayor se quitara la ropa y el poder tomar la droga, noquearlo, quitarle las llaves y poder huir.

Y también era consciente de que puede que a la primera no le saliera, sabia que tenia que tener paciencia porque al principio Yuu tomaría sus precauciones, era demasiado listo como para confiarse de una primera vez.

Y eso era lo que mas le perturbaba porque sabia que lo mas probable es que tuviera que repetir el proceso más de una vez…

El solo hecho de imaginarlo le daba nauseas y mucha ansiedad, pero sabia que si quería volver a ver a Akira tenía que hacerlo.

—Tengo hambre…—se levanto de la cama en donde estaba y camino lo que pudo hasta las escaleras. —Yuu…tengo hambre.

Conto los segundos, sabia que el mayor no tardaría en venir.

Y no se equivocó, la puerta se abrió y entro Yuu con una bandeja de comida, un desayuno sencillo para él.

—Buenos días mi cielo. —dijo alegre dejando la comida en la cama, arroz, sopa de algas y un omelette con jugo de naranja.

—Buenos días…—dijo no muy animado y se sentó en la cama para comer.

—Es raro que me pidas la comida, por lo general esperas a que yo venga ¿tenías mucha hambre amor? —acaricio el negro cabello del menor, el cual solo asintió mientras comía su omelette.

—Es aburrido estar aquí abajo—contesto siguiendo con el arroz—y como no puedo hacer nada lo único que espero es la comida, asi que me da hambre…

—Hoy puedo quedarme aquí contigo—continúo acariciando su cabello—Es mi día libre.

“Entonces es domingo”

Fue lo que pensó dado a que por lo general los días de descanso obligatorios en cualquier empresa eran los domingos.

—Estas en tu casa, puedes hacer lo que gustes—siguió con la sopa entonces.

—Quiero hacer muchas cosas, pero no estas listo para ellas, al menos una no. —dijo soltando un suspiro y sentándose a su lado con cuidado, apoyando su cabeza en el hombro del menor, Kouyou no le dio importancia, el seguía comiendo.

—Supongo yo que hablas del sexo ¿no? —pregunto con cuidado luego de terminar su sopa.

—No es sexo querido, yo te voy a hacer el amor.

Y esas palabras si que le afectaron de sobremanera, le calaron en lo más profundo del alma y lo hicieron temblar, no solo de miedo, si no de coraje e impotencia, de tristeza y dolor…

Porque, aunque no fueran las palabras exactas, si fueron bastante similares a las que le dijo Akira la primera vez que hicieron el amor, Kouyou tenía miedo, pero Akira lo calmo y después de eso todo fue perfecto.

Ya ni siquiera se pudo tomar el jugo porque empezó a llorar, cubrió su boca y dejo el jugo en la bandeja, sintió el movimiento de Yuu detrás de él, sus brazos lo rodearon y sintió un beso en su nuca.

—Se que aun no te acostumbras a esta idea Shima, pero no te preocupes, esperare el tiempo que necesites, voy a respetar tu ritmo y lo haremos solo cuando los dos estemos listos, te amo y no te voy a obligar a nada.

—Si me amas tanto como dices ¿Por qué me estas obligando a estar aquí? ¿Por qué me privaste de mi libertad? Me mantienes drogado y encadenado en el sótano de tu casa… ¿y dices que me amas? —sollozo con fuerza y lo miro con odio, sabia que no iba a poder aguantar mucho mas con esa faceta de “indestructible” que había tenido desde el día de su secuestro, poco a poco, día con día, se iba quebrando un poco más.

Yuu no dijo nada, solo volvió a dejar un beso en su nuca y le paso el jugo para que se lo tomara y poder llevarse las cosas escaleras arriba.

Kouyou lo hizo, se tomo el jugo de un par de tragos y se lo dio al mayor, el pelinegro acaricio su rostro y dejo un beso en su frente para después subir. Él menor sabia que probablemente lo había hecho enojar y que esa sería la única comida que probara en el día…

Pero ya nada le importaba, al menso no ahora, se sentía demasiado mal como para pensar que él solito probablemente había retrasado más su plan.

Pero podía confiar en algo, si de verdad Yuu lo amaba de esa manera excesivamente enferma, volvería para estar con él.

Al menos contaba con ello.

~*~

Kouyou estaba recostado en el pecho de Yuu mientras este revisaba unas cosas en su teléfono y acariciaba el cabello de menor.

Gracias a esto Kouyou pudo contar de manera oficial su 2do mes en ese lugar, suspiro y cerró los ojos, ocultándose en su cuello, desde la ultima vez que hablaron Yuu no bajo sino hasta el día siguiente con un rico desayuno y pidiendo perdón diciéndole que pasaría mas tiempo con el para que supiera que de verdad lo amaba.

El pelinegro ya tenía la cabeza fría para ese momento y acepto sus disculpas, se comportó bien con él y le permitió que lo besara, para cuando Yuu se fue escaleras arriba por quien sabe que razón Kouyou corrió al baño a lavarse la boca, pero después en la noche cuando el mayor regreso le permitió dormir a su lado.

Todo comenzó con pequeños gestos haciendo que de apoco fuera ganándose la confianza de Yuu.

Y ahora estaba asi, eran las 10 de la noche, Kouyou estaba escondido en su cuello mientras que el mayor lo acariciaba, como si fueran una pareja de enamorados solo pasando el rato.

Yuu dejo el teléfono de lado y se concentro en Kouyou, se acomodo mejor en la cama y lo apego lo suficiente para seguirlo acariciando, ya no solo era su cabello, si no su cuerpo también, sus brazos, su cintura bajando por la cadera y de regreso, al mayor le encantaba servir como temblaba por su tacto.

— ¿Estas intentando iniciar algo? —pregunto el menor aun escondido en su cuello, con los ojos cerrados y aferrando sus manos a la ropa del otro, se sentía nervioso, muy nervioso, casi rozando el miedo, pero sabía que no podía flaquear, necesitaba que esto apsara para poder salir de ese maldito lugar de una vez por todas.

—Solo me gusta tocarte—respondió tranquilo y siguiendo con sus caricias—se que aun no quieres que lo haga asi que solo disfruto con tocarte.

Ya, tenia que decirlo ahora, o posiblemente nunca conseguiría su libertad.

—Nunca he dicho que no quiera, soy un hombre con necesidades…

Y todo se quedó en silencio.

— ¿Lo dices en serio? —lo miro sorprendido.

—Estoy aburrido, no hay mucho que hacer aquí abajo…—dijo fingiendo estar avergonzado, estaba nervioso, muy asustado, el agarre en su ropa se hizo más apretado.

— ¿Estás hablando enserio Kouyou? —lo separó de su cuerpo para dejarlo recostado y colocarse encima, lo vio tensarse, pero no le tomo importancia para él era algo normal, su movimiento fue muy brusco.

—Si…—respiro profundo y llevo una de sus manos al rostro del mayor, apartando su cabello, pero mas que un gesto cariñoso, era para que notara las cadenas y en su propia cabeza y criterio se diera cuenta de que estas estorbarían en el acto.

— ¿Entonces por qué tiemblas tanto? —dijo sonriendo ante la caricia.

—Me pones nervioso…—hablo con voz suave ya que Yuu se iba acercando más.

— ¿De buena o mala manera? —pregunto rosando sus labios con los del menor.

—Un poco de ambas…—confesó ya sintiendo los labios del mayor sobre los suyos.

El beso fue lento por decisión de Yuu, casi rosando lo tímido, Kouyou lo abrazo por el cuello, llevándose las cadenas con el solo para incomodarlo, que sintiera su peso y el frio, que escuchara el ruido que generaban.

Pero al parecer Yuu ignoraba eso, al menos por ahora porque ese beso se volvió intenso y las manos del mayor comenzaron a acariciar por debajo de el suéter negro que llevaba el día de hoy y eso sin duda lo puso más nervioso, pero no le corto el beso, siguió correspondiendo, siguió dejándose tocar, aunque por dentro tuviera náuseas y ganas de quitárselo de encima.

Las manos de Kouyou también se movieron simulando tocarlo, lo único que estaba buscando es donde estaba la cangurera con las llaves, y la encontró, muy cerca de su pelvis, excusa perfecta para intentar tomarla mientras su otra mano se movía por sobre la ropa, sintiendo la cajita donde sabía que estaba la jeringa con la droga.

Pero Yuu lo paro para poder quitarse la ropa.

El abrigo termino en el suelo al igual que la camisa que traía, Kouyou lo observo sin moverse mucho, se notaba que, hacia ejercicio, probablemente fuer amas fuerte que él, pero podía tomar ventaja una vez estuviera cansado.

Yuu creyó que lo estaba admirando asi que le sonrió, pero Kouyou lo único que hacia era analizarlo.

El mayor lo volvió a besar, acorralándolo entre su cuerpo y la cama, el correspondió volviendo a mover las manos por su cuerpo, ya tenia identificadas las llaves, pero sus intenciones no eran esas, iba a tocarlo, si, pero para que en su piel caliente se restregaran las cadenas.

Pero de nuevo, a Yuu no le importo y comenzó a mover la ropa del menor, no iba a quitarla porque sabía que eso sería quitarle las cadenas, asi que solo la movió, los pantalones junto con la ropa interior terminaron en sus rodillas y el suéter hasta sus muñecas.

El pelinegro se permitió besar todo ese delgado y blanco cuerpo haciendo que Kouyou reaccionara, era sensible de todos lados incluso si estuviera bastante asqueado al saber quien le estaba haciendo todo, sabia que su cuerpo reaccionaría si lo tocaban en ciertas partes y de cierto modo.

Yuu lo estimulo tan bien que su cuerpo reacciono de formas en las que no debería, el mayor lo volteo en la cama, escucho como se quitó el cinturón, Kouyou giro su vista solo para confirmar que, en efecto, esa cangurera muy pequeña estaba justo donde la sintió y que ahí estaban las llaves de su libertad.

Sintió como Yuu lo tomo de la cadera y lo alzo para que su trasero quedara elevado mientras el resto de su cuerpo permanecía recostado en la cama, sintió la dilatación, vaya que sí, porque le dolió, pero lo que mas le dolió fue escucharse gemir por como Yuu se introducía en el de manera lenta, tocando todos esos puntos sensibles en el y hacerlo ver estrellitas.

Se odiaba a si mismo en ese momento, porque Yuu lo estaba haciendo todo con tanto cuidado que su cuerpo reaccionaba solo.

Se odio aun mas a si mismo porque cuando el mayor se empezó a mover, gimió con gozo, se tensó, tembló y se corrió…

Se odio aun mas porque a pesar de sus intentos de incomodar a Yuu con las cadenas, el mayor los ignoro y termino por tomarlo 3 veces más esa noche.

Se odio, porque termino tan cansado que no pudo hacer nada mas que dejarse cargar por el mayor hasta la ducha, donde lo volvió a drogar para bañarlo, secarlo y vestirlo…

Y se terminó de odiar porque cuando volvió a abrir los ojos, ya tenia el pijama puesto y Yuu estaba a su lado durmiendo mientras lo abrazaba y él no podía hacer nada…

~*~

Por la ultima vez que vio el teléfono de Yuu supo que el día de hoy era miércoles y que eso ya hacia que fueran 2 meses con 17 días desde que lo secuestro y solo podía decir que se sentía agotado.

Tanto mental como físicamente.

Porque desde que le dijo que “si” a Yuu, ahora todos los días tenían relaciones, eso le dio puntos a favor y en contra.

A favor porque después de tantas veces por fin Yuu se desesperaba con las cadenas y se las quitaba en el acto.

En contra porque Yuu se aseguraba de dejarlo lo suficientemente cansado-y adolorido- como para moverse rápido, por lo que apenas se movía un poco y Yuu ya lo había drogado.

En estos momentos Yuu estaba en el trabajo y bueno, el estaba llorando en la cama, se sentía usado, se sentía un traidor, se daba asco, tanto, que incluso fue a vomitar no hace mucho solo de verse al espejo y notar las marcas que Yuu dejaba en su cuerpo.

Y lo peor de todo es que sabia que apenas llegara lo dejaría comer para después hacerlo por horas… y siendo sinceros el ya no se sentía lo suficientemente fuerte de manera mental para seguirlo soportando.

Pensar en Akira ayudaba a aminorar sus ganas de suicidarse, porque sabía que podía hacerlo, estaba solo y tenía todo a su disposición para hacerlo, con las propias cadenas podía ahorcarse, ya sea en la ducha o con la cabecera de la cama y dejarse caer de rodillas hacia adelante.

Podría romper el espejo del tocador y cortarse la garganta o las venas.

Pero no, porque el quería vivir, quería volver a ver a Akira y estar con el…

Akira era la única razón por la que seguía aguantando tanto.

Limpio sus lagrimas y respiro profundo, probablemente Yuu ya venia en camino y verlo deprimido no sería la mejor opción porque arruinaría todos sus planes.

Si o si tenia que ser esta noche porque ya no estaba dispuesto a seguir aguantando tanto, la droga estaba perdiendo efecto en él, pero lo más probable es que en Yuu no, porque el no llevaba 2 meses y medio siendo drogado.

Trato de calmarse, mentalizarse en que esa noche saldría de ahí, tenia que ser fuerte y resistir.

Esta noche, él tenía que tomar el control.

Se quedo recostado tratando de regular su respiración, cerro los ojos para que se quitara el enrojecimiento por llorar y espero, Yuu no tardaría demasiado en llegar.

Y no se equivocó, tal vez unos 30 o 40 minutos después sintió las manos de Yuu en su cuerpo y los labios gruesos ya rozando su cuello.

—Mmm…Yuu—ronroneo fingiendo recién despertar. Se giro un poco y recibió un beso en los labios, hambriento y deseoso, Kouyou tomo su rostro para apegarlo más, Yuu lo tomo para poder quitarle las cadenas.

Apenas libre Kouyou se abrazo al mayor para comenzar a quitarle la ropa dejándola toda en el piso a excepción de su abrigo, donde ya había sentido la caja con la droga, ese lo dejo en la cama.

Yuu estaba tan fascinado y entretenido con la repentina pasión del menor que se dejo hacer, tanto que cuando Kouyou le dio la vuelta a la situación y ahora el era el que estaba arriba, no le importo, dejo que lo siguiera tocando y besando a su antojo, dejo que le quitara la ropa, incluso la cangurera con las llaves que esta también termino en la cama y no en el piso como su ropa interior.

Kouyou lo beso al mismo tiempo que se auto penetraba, Yuu al verlo tan apasionado claro que se endureció casi al instante, asi que Kouyou se aprovechó de eso, el gemido de ambos murió en los labios contrarios y el menor aprovecho para comenzar a moverse, contaba con que a Yuu le desesperara ese ritmo lento y quisiera tomar el control de nuevo.

Y asi fue, porque Yuu lo empujo para dejarlo recostado y comenzar a penetrarlo mas rápido y con más fuerza, Kouyou lo dejo, acariciándolo y besándolo al mismo tiempo que gemía para él.

Esta vez iba a dejar que Yuu se ocupara de todo, no se iba a mover mucho y cooperaria para evitar desgaste de energía innecesario.

Todo era parte de su plan, iba con algo en mente y esta vez resultaría…

Kouyou resisto muchas horas y cambios de posición muchas veces, todo con el fin de agotarlo.

Y resulto.

Porque Yuu estaba tan cansado que esta vez no se levanto para que ambos fueran a la ducha, se durmió con Kouyou apegado a su cuerpo en un abrazo demasiado íntimo, para Yuu era un sueño hecho realidad, Kouyou se dejo a todo, no lo aparto e incluso platico un poco con él al terminar de hacerlo, el menor acaricio su cabello para arrullarlo mientras se abrazaban.

Para Yuu, Kouyou ya lo amaba.

Para Kouyou solo era estrategia.

Apenas sintió el cuerpo del mayor completamente relajado movió una de sus manos sin dejar de acariciarlo, hasta donde estaba el abrigo, saco la caja, la jeringa siempre estaba ya preparada asi que solo quito el tapón con mucho cuidado y con un rápido movimiento lo inyecto en su yugular.

El grito de Yuu y su movimiento fueron bruscos, pero de inmediato termino rendido, la droga directo en la vena mas importante y siendo casi toda una jeringa sin duda lo iba a noquear enseguida.

Lo miro en el piso y se apresuro a cambiarse, no le importaba si seguía sintiéndose asqueroso por el sexo, tomo de la ropa que había en su armario y se vistió rápido, tomo las llaves y encadeno a Yuu, lo dejo bien asegurado.

Apenas cerraron las esposas y lo vio encadenado se pisó a llorar, porque no podía creer que en serio lo había hecho, tomo la jeringa y la rompió, tiro el tubito y la aguja y las tiro por el retrete, bajo la cadena y estas se fueron rápido, salió de ahí y subió por las escaleras, abrió la puerta y la vista de una linda casa alumbrada por luz artificial debido a la hora que era lo dejo descolocado.

Cerró la puerta detrás de si, busco las llaves de la casa y las encontró en un mueble a un lado de la puerta, regreso y probo con todas hasta encontrar la del sótano para dejarlo bien cerrado, sollozo de nuevo, no había dejado de llorar, desde que Yuu cayo al suelo.

Subió las escaleras y abrió todos los cuartos hasta encontrar la habitación de Yuu, saco de ahí unos zapatos, también la cartera del mayor, miro su identificación y el mundo entero se le movió, conocía bien las calles… la dirección indicaba que no estaba tan lejos de su casa…

Salió de la recamara y bajo de nuevo, apago todas las luces y salió de la casa, cerro bien y dejo las llaves en una maseta, después salió caminando de ahí como si nada, no había mucha gente en la calle y los autos pasaban muy poco.

Camino mientras todo su cuerpo temblaba, limpiaba sus lagrimas de cuando en cuando.

No se detuvo, tampoco miro atrás.

Ya no le importaba nada, el solo siguió caminando.

Lo único que quería era volver a casa con el…

Con Akira.

~*~

Al rubio se le movió el mundo cuando tocaron la puerta de su hogar y al abrir fue Kouyou empapado en lágrimas lo que encontró.

El abrazo que se dieron fue tan reconfortante para el menor que rompió en llanto y después de llorar por horas se desmayó.

Para cuando despertó al día siguiente, y después de volver a llorar Kouyou le conto todo y el rubio se encargó de tomar acción lo más rápido posible.

La noticia de que había aparecido se esparció rápidamente, Kouyou fue llamado a declarar para presentar formalmente su denuncia y el conto a detalle todo lo que había pasado, quien lo había secuestrado y donde se encontraba su secuestrador.

Este caso haba estado abierto desde hace casi 3 meses y si la victima aparecía declarando todo con lujo de detalle y pruebas-pues su testimonio se iba a respaldar con las grabaciones de las cámaras que había en el sótano- no tardaron nada en tomar medidas.

Y tal como Kouyou conto, encontraron las llaves en la maseta ya Yuu en el sótano asi como las grabaciones en una de las habitaciones donde estaba equipado para la vigilancia del sótano, encontraron las drogas y en el jardín encontraron la evidencia de la cartera y el celular de Kouyou enterrados bien debajo de un montón de rosas.

Yuu fue arrestado, hubo un juicio, y Kouyou hubo que declarar de nuevo.

Todo el proceso tardo bastante, pero al final Yuu termino encerrado y Kouyou de nuevo con Akira…

Para el menor había sido perturbador ver como Yuu lloraba y gritaba su nombre mientras se lo llevaba, diciendo que lo amaba y preguntado por qué lo había hecho.

Sin duda esa escena termino haciendo mucho en su cabeza porque no había día en que Kouyou no tuviera pesadillas.

Despertaba gritando y llorando, Akira siempre estuvo a su lado para tranquilizarlo, justo como ahora, 4:56 am y Kouyou no había dejado de llorar.

El rubio lo abrazaba contra su pecho y acariciaba su espalda en círculos mientras dejaba un montón de besos en su cabeza.

—Ya no esta Kouyou, el ya no puede hacerte daño mi amor, solo somos tu y yo ¿okey? Somos nosotros, nada más—hablo suave y con calma a su odio, el menor asentía escondiéndose en su cuello, pero sin dejar de llorar.

—Lo siento…—se disculpo aun sin poder calmarse.

—Pasaste por un trauma mi amor, tienes que sacarlo para superarlo, no te disculpes por esto, nada fue tu culpa, no tienes de que disculparte, yo estoy aquí contigo, ya no puede hacerte daño. —dejo un beso en su frente y lo siguió acariciando.

—Te amo Aki…—sollozo contra su cuello al mismo tiempo que se aferraba a su prometido.

—Y yo a ti Shima, mucho, mucho, mucho—continúo mimándolo y después de un par de horas mas el pelinegro se calmo al fin, sus sollozos eran mínimos, pero aun temblaba, Akira le tuvo mucha paciencia, y siguió cuidando de el incluso si en unos cuantos minutos mas tenia que levantarse para ir a trabajar.

—Deberías de dormir… debes de estar cansado—murmuro contra su cuello sin soltarlo.

—No dormí en estos meses, no me pidas que cuando por fin te tengo aquí conmigo duerma—dijo sonriendo y sin dejar de acariciar su espalda.

—Pero tienes que ir a trabajar…

—Basta de preocuparse por mí, yo soy el que debo preocuparme por ti ahora, hablare con mi jefe, no te puedo dejar solo, menso ahora, tenemos que estar bien ambos para volver a tomar el ritmo que llevábamos amor. Te acompañare a tus terapias y te apoyare en todo. Vamos a salir de esta, y después de eso nos casaremos—prometió dejando un beso en su cabeza.

— ¿Aun quieres casate? ¿No te doy asco? —pregunto separándose un poco para poder verlo y con un nudo en la garganta, tener que declarar todo lo que Yuu te había hecho frente a Akira no había sido lo mejor para sus nervios, ver como el rostro del hombre que amaba se deformaba en furia al saber que Yuu lo había tocado había sido lo más horrible para su corazón, su autoestima estaba hasta el piso y ya nos e creía merecedor de estar con Akira.

— ¿Por qué me darías asco Kouyou? No digas estupideces, tu eres el ser más maravilloso que conocí en mi vida y claro que sigo queriendo casarme contigo, tonto—dio un golpecito en su frente y después le sonrió.—Ahora deja de llorar—pido al ver que los ojos de su prometido habían comenzado a producir lagrimas—Y duerme un poco—se acerco y dejo un suave beso en sus labios, Kouyou suspiro de alivio ante el contacto, había deseado mucho ese toque desde hace mucho y por fin estaba pasando.

—No quiero—dijo apenas se separaron—no quiero cerrar los ojos y darme cuenta de que todo esto es un sueño…

—No lo es mi amor, estas aquí, estamos aquí, y ese maldito esta en la cárcel, todo esta bien, de verdad debes de dormir yo cuidare tu sueño.

Se acomodo para que el menor se acomodara en su pecho, Kouyou cerro los ojos y se aferro fuerte a Akira, cerro los ojos y dejo que las caricias en su cabello lo arrullaran junto con los latidos del corazón del hombre que amaba.

Poco a poco, se dejo vencer por el sueño, y a la mañana siguiente, cuando sintió que había dormido lo suficiente sonrió al ver que estaba en su habitación.

Aun recostado en el pecho de su prometido el cual lo miraba con una sonrisa adormilada y le decía un perezoso “buenos días, mi amor”.

Iba a tomar tiempo, pero estaba seguro de que, a partir de ahora, las cosas iban a mejorar y sabía que el proceso sería lento…

Pero teniendo a Akira a su lado nada podía salir mal, sabía que lo lograría.

Estaba seguro de ello.

 

 

 

 

 

Fin.

Notas finales:

ya, feliz cumpleaños atrasado a mi bebé <3


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