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Redención por Liss83

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Estaba tan atestada como cada primero de septiembre. El murmullo incesante de cientos de diferentes conversaciones, el entusiasmo de los de primer año, su padres intentando contenerlos, el ir y venir de los carritos que transportaban los baúles, el ular de las lechuzas, el motor del tren que llevaría a los estudiantes. Dentro de ese marco, la familia cruzo la pared que servía de entrada a la estación de King Cross. Siendo fiel a su personalidad, James encabezaba e comitiva mientras empujaba su propio carrito y mientras buscaba con la vista a su inseparable amigo, Fred II Weasley. Unos pasos más atrás iban sus padres empujando los carritos de los gemelos, mientras su hermana menor iba sollozando disimuladamente aferrada al pantalón de su papi

 

 

 

-          ¡Allá están! – dijo Scorpius señalando hacia adelante – ¡Hugo!

-          ¡Scorpius! – dijo el pequeño pelirrojo

-          ¡Rose! – gritó la pequeña Lily y ambos corrieron hacia sus amiguitos

-          Se emocionan casi tanto como tú encontrándote con Ron – dijo Harry y Draco solamente hizo una mueca de una sonrisa irónicamente que hizo reír a su esposo

-          Hola Harry – dijo Ron sonriendo

-          ¿Cómo te fue en tu prueba para la licencia de conducir? – dijo este

-          Excelente – dijo Ron – aunque había gente que no creía en mi – añadió mirando a su esposo – y creía que hechizaría al instructor

-          No dude de ti ni un segundo, mi amor – dijo Blaise mientras Draco reía maliciosamente

-          Solo entre tú y yo, si hechice al instructor – el pelirrojo le susurró a Harry que sonrió mientras Draco y Blaise se enfrascaban en sus habituales conversaciones sobre la bolsa de acciones mágicas

-          ¿Has visto últimamente a Hermione? – pregunto Harry

-          Supe que andaba por América – dijo Ron –, pero mejor cambia el tema.

-          ¿Blaise sigue sintiendo celos? – preguntó Harry

-          No tienes idea – dijo Ron – No dice nada, pero los siente

-          ¿quieres volverte a embarazar, cierto? – dijo Harry

-          Con algo tengo que hacerlo sentir seguro – dijo Ron

-          ¿Y qué tal dejar de suspirar cada vez que alguien habla de los logros Hermione­? – dijo Harry

-          Yo no suspiro cada vez que hablan de Hermione – dijo Ron

-          Por favor Ron – dijo Harry –. El único problema es que tú no suspiras por Hermione…

-          Cállate – dijo Ron bajando la voz

-          Sino por mover las caderas como ella, solo para tu serpiente rastrera – dijo Harry riendo

-          Si vuelves a decir eso – dijo Ron –, seré yo quien diga tu más grande secreto.

-          Y según tú ¿ese sería…? – dijo Harry

-          Solo diré una palabra – dijo Ron –, lencería

-          Traidor – dijo mirando hacia todos lados

 

 

 

Un suspiro cansino salió de los labios del pelinegro mientras todos en la estación pasaban a través de él sin percibir su presencia, bueno, si es que los fantasmas tenían presencia

 

 

 

-          Ya Severus – dijo el fantasma de Albus Dumbledore a su lado –. Déjalo por la paz

-          ¿Cómo quieres que lo deje por la paz? – dijo el espectro del ex director – ¿acaso no escuchaste su amenaza?

-          No hará nada – dijo Dumbledore –. Lily no lo dejará, y lo sabes

-          No lo hará él directamente – protestó el pelinegro –. Se lo pedirá al pulgoso, ¿es que acaso no lo conoces? Al es muy pequeño aun para pasar por eso.

-          Es nieto de James, hijo de Harry y hermano de James Sirius – dijo Dumbledore –, sobrevivirá.

-          Entonces aceptas que si lo hará – dijo Severus

-          Mira ahí está el director Deep – dijo Albus mirando hacia otro lado –, y está con Remus. Quiero saber cuándo empezará el torneo de quiddich sin escoba – y se alejó flotando en dirección de los otros fantasmas del lugar

-          Ni le creas a Albus – dijo Sirius detrás suyo

-          Por supuesto que lo haremos – dijo James a su lado –. Albus Severus tiene que pasar la prueba del Merodeador

-          ¿La prueba del Merodeador? – dijo Severus frunciendo las cejas – ¿ahora que estupidez es esa?

-          Ninguna estupidez – dijo Sirius –. La prueba del merodeador es una tradición muy noble…

-          Y antigua – dijo James

-          ¿Cuál antigua? – dijo Severus –, si ustedes fueron los que crearon esa pandilla de matones

-          ¡Hey! – dijo James indignado

-          ¡Más respeto! – exigió Sirius –. te recuerdo que eres miembro

-          Honorario – aclaró Severus –, y solo porque Lily y Remus los amenazaron con hablar con Merlín para que les prohíba venir a este plano para pasarle notas a George Weasley – dijo Severus

-          Si sigues así Snivellus, te quitaremos la membresía – dijo Sirius

-          ¡Sirius! – llamo un Remus muy molesto – ven aquí. ¿Dónde te habías metido? Teddy está por allá – y se lo llevo con él

-          ¡James! – llamó Fred cerca de la familia de los Nott, a quienes les gastaría una broma, por lo que este no dudo de ir con el pelirrojo

 

 

 

Severus quedo solo observando al niño que miraba nervioso para todos lados. Sabía perfectamente el dilema interno en el que se encontraba el pequeño. De los cuatro hijos de Harry y Draco, solamente Albus había heredado los hermosos ojos de Lily y rasgos de su personalidad. Qué extraña era la vida, o en este caso, la muerte. El día que él había fallecido, los ojos de Harry habían sido lo último que había visto, y al resurgir como espectro, había sido a Lily, con esos ojos verdes, quien le había dado la bienvenida a esa nueva existencia. Y ahora él sentía una extraña debilidad por Albus Severus. Si bien cuidaba, con cariño a todos los hijos de Draco, Albus era especial para él

A su espalda, escucho como su mejor amiga regañaba al tarado de Potter, que solamente rezongaba. Habían hablado largo y tendido, sobre sus aciertos y errores a través de esos años. Severus le había pedido perdón de la  manera más compungida  posible por haber sido el responsable de su muerte y que Harry hubiese crecido solo y lejos del lugar al que pertenecía. Lily le había agradecido haber cuidado de su hijo aunque fuese a la distancia.

 

 

 

Un suspiro salió de sus labios y volvió a mirar a su alrededor. Había estado con esos niños prácticamente desde horas después de  su concepción. Nunca estaba con Draco mientras la pareja tenía intimidad. Había visto a James, Albus, Scorpius y Lily crecer en el vientre de su rubio papi. Decir sus primeras palabras. Jugar con su magia accidental. Eran sus nietos de corazón. No solo por el cariño que le profesaba a Lily, y hasta cierto punto al problemático hijo de esta, sino por Draco. El hijo que nunca pudo tener

 

 

 

La hora de subir al tren se acercaba y Draco noto como uno de sus gemelos estaba cada vez más distante. Le hizo una seña a Harry cuando noto que Albus se había alejado un poco, mientras él le acomodaba a Scorpius ese cabello, aunque rubio, siempre desordenado, como el de su padre

Disimuladamente Harry camino hacia su hijo que se amarraba las agujetas de sus zapatos y se agacho para ayudarlo.

 

 

 

-          ¿Nervioso? – pregunto Harry arrodillándose a ayudarlo

-          Algo – dijo Albus Severus y Harry espero a que se lo confesara, no quería presionarlo – ¿Y si quedo en Slytherine?

-          ¡Ahí viene! – dijo Snape mientras todos los fantasmas se acercaban dónde estaban padre e hijo – ¡lo rechazará!

-          El problema es el segundo nombre – dijo Sirius

-          Deberían cambiárselo – dijo James – y le aseguro que todos sus problemas se solucionaran de manera instantáneas

-          Albus Remus suena bien – propuso Sirius

-          Fred Albus – dijo Fred – suena mucho mejor

-          Perderás tu membresía – dijeron James y Sirius al unísono

-          ¡Cállense par de idiotas! – dijo Remus que también quería saber el desenlace

-          Albus Severus Potter Malfoy – dijo Harry mirando fijamente a su hijo – llevas el nombre de dos de los directores de Hogwarts…

-          Allí viene – dijo James expectante

-          …Y uno de ellos es el hombre más valiente y noble que he conocido – continuo Harry y Severus por costumbre contuvo la respiración – y fue el padrino de tu papi. Sin contar que papi también es un hermosa serpiente ¿no? – y ambos sonrieron –. Así que si quedas el Slytherine, como él y como tu papi, para nosotros será perfecto. Y te apoyaremos exactamente igual que a tus hermanos

-          ¿Me lo juras papá? – preguntó Albus Severus entre sorpresa e intriga mientras se ponían de pie

-          Claro que si – dijo Harry y su hijo se abrazó a él

-          ¿y si yo… quisiera ser… Slytherine? – preguntó Albus Severus

-          Entonces Slytherine habrá ganado a su mejor estudiante de todos los tiempos. Y tu papi y yo estaremos profundamente orgullosos de ti – y Albus Severus se abrazó a él – te amo

-          ¡Albus! – grito su gemelo desde el tren – ¡corre!

-          Despídete de papi – le dijo Harry a Albus que corrió a abrazar a Draco que lo esperaba con los brazos abiertos – y ustedes dos bajen de ese tren para despedirse de su padre como corresponde – les dijo a James y a Scorpius que reían desde la ventana

-          Yo también quiero ir – dijo Lily

-          Te faltan dos años – dijo Draco limpiándole la mejilla

 

 

 

Parados detrás de Albus, Scorpius y Hugo, quienes ya estaban en el tren, el fantasma de Severus Snape sonreía al ver como Harry abrazaba a  Draco que sonreía viendo a su hijo tan feliz

 

 

 

-          Gracias – dijo una voz por lo que Severus miró hacia un lado – de verdad, muchas gracias

-          ¿de qué hablas? – dijo Severus intrigado

-          De que en gran medida, si Harry es un buen hombre es gracias a ti – dijo James –. A pesar de todas mis bromas pesadas y estupideces, tú lo convertiste en el ser humano que es. Gracias Severus – este lo miro un momento en silencio y asintió una sola vez antes de volver a fijar su mirada en los niños que se despedían de sus padres con mucho entusiasmo

-          Vaya que milagro – dijo Lily acercándose con Remus y Sirius – aún no se han vuelto a matar

-          ¿eso se puede? – pregunto Fred sorprendido

-          Son Severus y James – acotó Remus y el pelirrojo solo sonrió

-          Lily, dile algo – exigió James

-          ¿Acaso miente? – preguntó esta

-          ¿Me escribirás? – pregunto Albus desde la ventana ya en el tren

-          Todos los días – dijo Draco

-          No papi – dijo el pelinegro – James dijo que las lechuzas solo llegan una vez a la semana

-          Entonces escribiré una vez por semana – dijo Draco sonriendo

-          Te voy  a extrañar papá – dijo Scorpius cuando el tren empezaba a moverse

-          Y yo a ti – dijo Harry –. Recuerden que Hagrid te invito a tomar el té el próximo viernes

-          Nos vemos en navidad – gritaron Albus y Scorpius al mismo tiempo – los queremos

-          Estarán bien – dijo Draco y Harry entrelazo su mano a la de su esposo – tienen tus genes

 

 

 

Harry sonrió y apoyó su cabeza en la de su esposo mientras observaban como el tren se perdía en el horizonte. A su lado, y sin que los vean James y Lily, los acompañaban. Severus había dicho que su lugar era Hogwarts y se había ido en el tren, lo mismo que los demás fantasmas. Una nueva aventura iniciaba


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