RITSU POV
La pequeña brisa de verano se asomaba por la ventana de mi habitación. Era agradable cuando llegaba el verano. Muchas personas no les gusta esta estación porque el calor en muchos casos es insoportable, pero a mí me gusta demasiado. He sido una persona que ama los extremos, disfruto el frío de invierno y los planes que conlleva dicha estación, pero me encanta ir a la playa en Verano.
A pesar de eso, la estación que más amo, es la primavera. En ella, se realiza una actividad que se llama Hanami, en la cual podemos apreciar cómo florecen las flores de cerezo. El color rosado adorna la mayoría de parques y dicha festividad ha sido inspiración para muchos artistas. Además, es una fecha que siempre llevo en mi memoria porque fue en ella que mi amigo de la infancia, Usami Akihiko se me declaró.
Usami Akihiko siempre ha sido una persona muy calculadora y en muchos casos tiende a parecer fría. Sin embargo, ese día debajo de los árboles de cerezos, noté un semblante muy diferente al que estaba acostumbrado. Se veía algo apenado, pero su aura era muy tierna. Desde pequeños, nuestras familias se han llevado muy bien. Nuestros papás hacen negocios juntos, con lo cual nuestra amistad era inevitable. En un inicio me molestó su amistad. Era alguien frío y cortante. No parecía alguien que le gustara socializar con los demás o hacer amigos. Muy a pesar de eso, y de las órdenes que me daban mis padres, intenté acercarme a él y lo logré.
~Flashback~
En una cálida tarde de Otoño estaba jugando con Akihiko. Bueno no sé si decir que jugaba con él porque pareciera que cada uno iba por su cuento. Estaba recolectando pequeñas setas que estaban en el jardín de su casa. Por su parte, él estaba leyendo un libro que su padre le había regalado. Parecía totalmente inmerso en ese mundo mágico que no quise desconcentrarlo. Por un momento me separé de él, pero rápidamente regresé cuando escuché un pequeño grito. Era él.
No lo dudé y fui de forma veloz donde se encontraba. Estaba tumbado en el suelo y un pequeño líquido carmesí bajaba por su rodilla.
-Akihiko, ¿estás bien?- pregunté de forma muy preocupada. A pesar que nuestra relación no fuera la mejor siempre quise lo mejor para él. Emanaba un aura que necesitaba que lo protegieran, e iba ser yo que cumpliera con dicha misión.
-¿R-Ritsu?-preguntó el ojivioleta mientras lágrimas desconsoladas caían de sus orbes. -Pensé que te habías ido. Me preocupé. No me abandones-agregó mientras me abrazaba. Frente a dicho acto quedé perplejo, nunca me había dicho algo así, ni había mostrado el mínimo interés en mí.
-Nunca te abandonaré Akihiko- comenté mientras vi un pequeño ¿rubor? en sus ojos. Definitivamente este chico era un mar de misterios.
Fuimos a su casa a curarle. La herida que tenía no era tan grave, pero si no se la limpiabamos posiblemente empeoraría. Lo cargué en mis brazos y fuimos a su casa.
La casa de los Usami era muy grande. Me atrevía a decir que era el doble o hasta el triple de la mía. El padre de Akihiko era un importante empresario, mientras su madre era una reconocida actriz. Parecía una familia feliz, pero siempre notaba sus orbes apagadas. Fue algo que nunca me atreví a preguntarle. Él no parecía feliz, mientras que su hermano se la pasaba mostrándole a todo el mundo los regalos que su padre le daba cada fin de semana. Al entrar a su casa noté la presencia de una persona que no conocía. Era un chico ojimiel, el cual al verme se quedó totalmente paralizado. Pasé a su lado, bajando un poco mi cabeza y seguí al cuarto de Akihiko para curarle. Dejé con mucho cuidado a Akihiko en su cama mientras tomé una toallita que había y la remojaba un poco en el lavabo. Puse la tela sobre su piel, y noté una leve expresión de dolor. Sin embargo, dicha expresión fue cambiando cuando me vio.
-Ritsu. No me dejes-me suplicaba el menor con pequeñas lágrimas en sus ojos. ¿Quién no se conmovería con semejante acto?
-Nunca te dejaré- susurré en sus orejas mientras le abrazaba.
-Tú y yo nos vamos a casar-comentó el peliplata como si fuera algo tan obvio.
-¿QUÉEE?- Pregunté exaltado. Noté un pequeño sonrojo en mis mejillas.
-Soy feliz a tu lado- fue la simple respuesta que me dio. ¿Era feliz a mi lado? Nunca entendía del todo esa frase. Nunca noté en ese momento a qué se refería con eso. Posiblemente él no tuviera idea de lo que conlleva un matrimonio o lo que de por sí significa casarse. De todas maneras, los dos somos hombres y es imposible.
Volví a sentir el mismo aura de antes. Una mirada penetrante nos observaba. Era el mismo ojimiel antes. Sin saber cuánto tiempo llevaba ahí de pie, noté que un pequeño sonrojo se mostrara en mi rostro. ¿Escuchó lo que me había dicho Akihiko?, imposible me dije. Aún así su voz tomó protagonismo en ese momento.
-Un gusto conocerlo, Onodera-san. Soy Takano Masamune, mis padres acaban de cerrar un negocio con los tuyos y me hicieron venir a presentarme.-comentó el azabache con un tono amable
-El gusto es mío, Takano-kun.-sonreí mientras le di mi mano a manera de cortesía. Noté un leve color carmín en sus mejillas. Era un chico lindo. En ese momento se apartó y dejó a ver a un pequeño niño de no más de 4 años. Tenía un leve parecido conmigo.
-Este es mi hermano, Takano Misaki-comentó el mayor sin ser capaz de dirigirme la mirada. ¿Por qué la mayoría de chicos de mi edad que conocía tenían que comportarse así conmigo?
Fin de Flashback~
En ese momento el sonido del timbre de mi hogar me devolvió al presente. Al percatarme que era hora de salir e ir al instituto me alisté y me dirigí rápidamente a la puerta de mi casa. En ella estaba Masamune esperándome.
Después del día que nos conocimos nos hicimos amigos. Los tres, aunque podía notar una leve tensión entre Akihiko y Masamune. Pero nunca le presté mucha atención. Pensé que era cuestión de rivalidad de su familia. Masamune seguía siendo un chico muy guapo. Tenía un cuerpo esbelto, era alto y sus ojos. Esas orbes miel, eran muy enigmáticas. Por mi parte, terminé siendo el más bajo entre mi novio y mi mejor amigo. En muchos casos era confundido con una chica, cosa que me molestaba un poco.
-Ritsu, no te demores te estoy esperando-comentó el mayor mientras hacía un gesto ¿galante? Sabía que Masamune era una persona muy bromista, pero el tipo de chistes que hacía recientemente me molestaba. Desde que se enteró que Akihiko y yo empezamos una relación se volvió muy raro conmigo.
-Masamune, ya hemos hablado de los chistes de coquetería. A mi novio no le gusta que me trates así-comenté.
-¿Otra vez él?- chasqueó.
-Masamune, pensé que apoyabas mi relación, pero veo que siempre haces este tipo de comentarios, lo que me hace pensar que te estás riendo de mí-comenté de forma sincera. Me sentía algo desilusionado. Masamune era mi confidente, la primera persona que le conté de mi orientación sexual y el que me brindó apoyo cuando nadie más lo hizo.
-N-No Ritsu no es eso, yo-intentó comentar el ojimiel mientras alguien lo interrumpió.
-Mi amor, qué bueno es verte en la mañana. Tu belleza hace que mi días sean mejores-comentó el peliplata mientras me daba un beso. En ese momento se escuchó un bufido, era el ojimiel. -Ah, estás con Takano.- agregó el ojivioleta restándole importancia a mi amigo, lo cual lo hizo enojarse más.
-Ya es hora de irnos. No se pongan con sus discusiones absurdas-comenté de forma rápida mientras tomaba la mano de Akihiko y la de Masamune y me dirigía en dirección al instituto.
CONTINUARÁ….