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El Charming equivocado. por Mrs_Mayor

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Notas del fanfic:

Estos personajes pertenecen a Shannon Hale y su universo de Ever After High.

Se miró al espejo otra vez, la peluquera y la maquilladora había hecho un trabajo magnífico peinando su melena dorada en unos hermosos y amplios rizos en los que habían colocado pequeñas flores por atrás. Y su cara, llevaba un maquillaje simple y natural como le gustaba a su madre, nada de pintalabios rojo o una raya negra encima de su ojo.

¿Entonces porque cuando se veía tan hermosa en el espejo por dentro no se veía igual? Se sentía fea, horrible y muchos más sentimientos invadían su mente cuando hoy debía de ser uno de los días más felices de su vida. Uno que recordaría para siempre, el comienzo de su destino en cuanto saliera por esa puerta.

Si pensaba en el día de hoy se le había pasado el tiempo rapidísimo y en cuanto vinieran todos los invitados estaría caminando hacia el altar dando el sí quiero más importante de su vida, al hombre que quería. Era un día para estar feliz, era la boda que siempre soñó de pequeña: en la capilla más hermosa que pudo encontrar la wedding planner y luego se trasladarían a los jardines de un fantástico palacio junto con un banquete de cinco estrellas y además llevaba un vestido hermosísimo que le hacía parecer más irresistible que de costumbre.

Pensaba tanto en todo lo relacionado con la boda que no se dio cuenta de que habían llamado a la puerta, ¿tal vez era ella que se había arrepentido y había venido al final? Solo necesitaba verla una última vez para pedirla perdón y que su historia no se terminara de ese modo y ya se podría casar en paz. Su corazón se empezó a acelerar hasta que vio la falda larga del vestido lila, no era ella ya que nunca se hubiera puesto eso que habían elegido para las damas de honor. Aunque ni siquiera aceptó ser una cuando se lo propusieron ni tampoco era su estilo simplemente llevar faldas o vestidos.

Y su intuición no falló, lamentablemente era una de esas chicas en vez de a quien quería ver.

"Apple, ya están todos los invitados sentados. Dice la señora Charming que debería de empezar la boda ya, nosotras ya estamos listas para salir" Habían llegado a la capilla las trescientas personas que habían invitado mayoritariamente sus futuros suegros y que no conocía apenas.

Raven dime, ¿ha venido ella?" Solo necesitaba verla una última vez antes de que empezara todo esto, solo eso únicamente.

"No Apple, no va a venir. Ya lo dijo ayer por la tarde y sabes que ella siempre cumple su palabra" No empezaría aun si ella no estaba, como tenían la poca vergüenza de querer empezar la boda sin que la persona más importante para ella no estuviera aun. Esperarían un poco más, total las novias siempre se retrasan.

"Diles que esperen un poco más, que aún no estoy lista" Raven puso una cara extraña (y no la culpaba ya llevaba maquillada y vestida por lo menos desde las 5.p.m pero eso era físicamente porque mentalmente no estaba lista para salir) pero sabía que le diría su petición de esperar un poco más a su futura suegra aunque se lo tomara mal.

Cerró la puerta una vez que hizo caso a su petición de decírselo a la señora Charming, aunque se le acababa el tiempo y quería hablar con ella.

No iba a venir, ya se lo dijo ayer que no vendría a su boda para nada del mundo y aun así creía que vendría por ella. No quería terminar su historia de amor de esta manera, no debía de haberla empezado pero no podía quitarse su imagen de la cabeza, sus momentos secretos y todo lo demás.

Siguió esperando, esperando a que se abriera la puerta y la viera con sus pantalones vaqueros. Esos que combinaban con sus hermosos ojos azul cielo y le mirara como siempre solía hacer.

Sus esperanzas se agotaban, el reloj marcaba la hora justa en el que faltaban cinco minutos para que el avión saliera rumbo hacia el País de las Maravillas, seguramente ya estaría sentada en su asiento (siempre era muy puntual, incluso más que ella misma) esperando a que despegaran. Ella siempre cumplía sus palabras, todos lo sabían muy bien, no sabía cómo pudo pensar que vendría después de todo lo ocurrido estos meses anteriores preparando la boda.

Esos cinco minutos pasaron, estaba claro que ya no vendría, si hubiera venido a verla antes de que se casara ya estaría aquí . Ella ya sabía la hora exacta en la que empezaría la ceremonia y por eso escogió irse en ese avión ya que despegaba a la misma hora, pero los aviones siempre se retrasan con los horarios de salida, no vendría pero podría aunque sea llamarla para escuchar su voz y pedirla perdón por casarse con el Charming equivocado. Eso cerraría su romance para siempre de una manera lo más preciosa que puede ser en estas circunstancias, era su última oportunidad para confesarse con ella y no terminar con más mentiras.

Alcanzó su iphone y la llamó, no tuvo que buscar su contacto entre todos los demás ya que lo tenía destacado como favorito. Mientras esperaba a que cogiera su llamada su corazón se aceleraba por segundos otra vez, no había pensado en que decirla ni siquiera aunque hubiera venido a la ceremonia y por teléfono se le ocurrían menos cosas.

No tuvo que esperar mucho más para saber que no lo había cogido, estaría su móvil ya en modo avión puesto que salía su adorable contestador de voz: "Hola estas llamando a Darling Charming, deja tu mensaje después de la señal e intentare llamarte lo antes posible, nos encantamos luego"

Al menos había escuchado su voz, así sería un poco más fácil encontrar las palabras correctas para disculparse con ella: "Hola Darling soy…Apple… Apple White… supongo que cuando escuches este mensaje ya estaré con un anillo en mi dedo anular y seremos oficialmente familia. Pero bueno… no te he llamado por eso… si no para pedirte perdón...aunque sé que no quieres saber mis excusas de porque hago todo esto en vez de irme contigo. Pero quiero que sepas que todo lo que ha pasado entre nosotras fue maravilloso de verás, cada minuto juntas ha sido espectacular y no quiero que pienses que fue un error simplemente. Fue un maravilloso error que repetiría una y otra vez en mi vida si es contigo, te quiero mucho y si eres feliz yéndote con Rosabella yo lo aceptaré por supuesto. Solo quiero que seas feliz con alguien que de verdad puede estar contigo en cuerpo y alma como tú siempre has querido de mí, te deseo lo mejor Darling." No fue un mensaje largo ya que no le dejaba que fuera largo el contestador, le hubiera dicho tantas cosas más pero si insistía más Darling no escucharía ni uno. Le bastaba que al menos supiera que le había y le seguía importando su bienestar y si ella era feliz con Rosabella en el País de las Maravillas se alegraría claramente, ese amor no sería repudiado y odiado por la familia Charming ya que lo disfrutarían lejos de aquí.

Todo su maquillaje se había arruinado por las lágrimas, a su madre le daría un paro cardiaco si viera lo ocurrido en su cara, la maquilladora había hecho un exhausto y caro trabajo y ella lo había fastidiado minutos antes de la boda. ¿Pero qué más da, haberse gastado algo de dinero en un maquillador para luego arruinar su trabajo? No le había gustado exactamente como lo había hecho, no le había puesto su pintalabios rojo característico ni su tipo de raya que solía llevar.

Darling tenía razón ni su boda la había planeado ella misma, todo había sido escogido y elegido por su madre y la señora Charming, hasta su maquillaje. Se limpió la cara quitándose lo que acababan de arruinar sus emociones, no se podía maquillar igual a como antes ya que no era tan profesional así que decidió pintarse como solía hacer. Que al menos le dejaran maquillarse como quería en su boda, le daba igual que ellas pensaran que el rojo era vulgar para una novia. Darling siempre decía que le quedaba genial, decía que le entraban ganas de besarla cuando los observaba.

Ahora volvía a estar perfecta como antes, con su vestido largo de tirantes y su melena impecable, únicamente faltaba el ramo de flores que llevaría. Uno con rosas azules, diría que era lo único que dejaron que decidiera ella sola y porque insistió severamente. Eran las flores que más le gustaban a Darling y ella cuando hablaban de su boda perfecta juntas. Solo hablaron una vez de esa posibilidad y fue antes de que anunciara su enlace con su hermano pero desde que lo dijeron supo que ese era el ramo que quería llevar. Un recuerdo de ellas dos antes de que lo tirara hacía atrás como su relación secreta.

Se odiaba a sí misma, su reflejo perfecto de novia en el espejo le recordaba lo que nunca podía hacer: dejar a Daring tirado en el altar, comprar un billete de avión para ir al País de las Maravillas o incluso decirle a todo el mundo con quien de verdad quería casarse ese día. Y Darling ya se lo dijo aquella tarde y ella misma lo sabía ya, que nunca dejaría a su eterno novio (aunque fuera un mujeriego desde antes de que empezaran a salir), ni se enfrentaría a su madre y ni mucho menos se escaparía con ella a empezar de cero solas las dos. La opinión de los demás sobre ella era demasiado importante para que dejara todo y se marchara lejos sin mirar atrás, su autoestima se elevaba según lo que opinara el resto.

Toc,toc, volvió a sonar la puerta y esta vez no era su amiga para preguntar si estaba lista ya sino su padre, el padrino de la boda.

"Ya salgó, cinco minutos por favor" Ya no podía retrasar el momento de que empezara su nueva vida, solo esperaba que le pudiera perdonar por todo el daño que le hizo anteriormente junto con las promesas y las esperanzas falsas que había hecho que creyera.

Se miró una última vez al espejo, aunque hubiera dejado de llorar hace tiempo y se hubiera vuelto a maquillar, su cara no era la que debía de tener una persona que se iba a casar. Tenía que alegrar la cara, no quedaría bien las fotos de la boda con la cara de la novia sin una sonrisa, una grande y amplia sonrisa. Y eso hizo, puso su cara de felicidad mientras pensaba en que el Charming que de verdad quiso y quería estaría rumbo a escribir su nuevo destino.

Agarró el pomo con la mano firmemente, no debía de temblar al abrirlo ya que esto era lo que había elegido, su decisión fue la correcta para todos: sus padres, la familia Charming y ella misma. Si supieran lo suyo con Darling sería de lo peor, sobre todo para la joven Charming y no quería que le ocurriera nada. En cambio sí daba el sí quiero todo lo anterior se quedaría en el pasado y todos tendrían un final feliz, así se había escrito su destino y ella no podía cambiarlo así tenía que ser (desde muy pequeña la habían preparado para este momento, era su deber).

Al abrir la puerta su padre ya estaba esperándola para llevarla al altar, tenía una sonrisa de felicidad, su única hija se casaba en una celebración que se recordaría por mucho tiempo entre la élite.

"Te ves muy hermosa hija mía, tienes la sonrisa más preciosa que he visto en una novia. He soñado con este día desde que naciste y por fin se va a cumplir tu destino, este es el momento antes de que empiece tu final feliz." Pronunció mientras ofrecía su brazo.

Solamente pudo seguir sonriendo mientras enlaza su brazo con el suyo, si su querido padre que le conocía perfectamente podía engañarlo con su aparente felicidad todo estaba bien. Al menos ella no estaría para verla ya que solía saber cuando tenía una sonrisa falsa o no en su boca.

Ya empezó a sonar la música a la vez que salían sus damas de honor por aquel largo pasillo tirando pétalos, en unos minutos ya estaría ella misma del brazo de su padre comenzando a andar hacia el altar para convertirse en la señora Charming, lo que significaría que había cumplido su destino y empezaría su final feliz para toda la eternidad.

Notas finales:

Hola, espero que os haya gustado y si queréis podéis comentar :)

Me inspire ayer por la noche mientras escuchaba la canción Take me to Church.


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