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HOT MILK por ZahodySeira

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Me levanté lentamente, podía sentir unos fluidos salir entre mis muslos, me metí en la ducha mientras tarareaba pude escuchar el sonido de la puerta abrir y cerrar… bueno mi trabajo ya había terminado. Me seque lentamente, me puse el mini vestido negro entallado de la noche anterior, ordene la habitación y me maquille tranquilamente.

- Mooo~ ¿Cuándo me vas a devolver a mi Shi-chan?

- Takao no me molestes –dije mientras Takao se recostaba en mi espalda, desde algunos días me seguía molestando por que le quité su supuesto “cliente estrella”, no era mi problema que le gustara más yo que él.

- Takao deja me molestar a nuestra estrella –se burló de mí Momoi, que se estaba trenzando su cabello rosa.

- Kagami, Alex te llama –En el cuarto entro Himuro con una mini tanga negra dejando al descubierto un montón de chupones y mordidas de su pecho.

- Voy… por cierto Takao no utilices mi rímel –Takao se quedó quieto haciendo un puchero y negando la cabeza rápidamente.

Caminé por los pasadizos negros hasta llegar a una puerta café con una estrella, rodé los ojos, Alex siempre presumía de haber sido una de las mejores mercancías del lugar.

- ¿Porque me llamaste? –pregunte a la chica rubia que tenía una sonrisa zorruna.

- Los clientes quieren al tigre en el escenario, además el señor Akashi te pedio para mañana a la misma hora… como siempre.

- ¿Qué canción vas a poner?

- Uhmm tu elige, por cierto, hoy solo vas a estar en el escenario Akashi te quiere en buen estado y limpio –asentí y me fui de la habitación.

Y si como sospechan trabajo de prostituta desde hace dos años, siendo sincero no tenía muchas alternativas siendo huérfano y omega, con lo único que puedo vivir es mi cuerpo, sin estudios y sin siquiera nombre. Fui recogido por Alex cuando tenía 14 y me moría de hambre al principio sentí repulsión del lugar, empecé limpiando los cuartos en donde se hacían los trabajos después atendí a los clientes como mesero, pero a los 16 empecé en el escenario bailando, descubrí que tenía un talento para eso y las ofertas por mi culo subieron en ese momento… fui vendido por el mejor postor y ahora estoy aquí con un departamento de lujo y un montón joyas. Se puede decir soy un chico suertudo, todos mis clientes son grandes alfas empresarios y me dan mis gustos.

- ¿Kagami, ya te vas a ir? –pregunto Imayoshi mientras me abría las puertas.

- Si, nos vemos en la noche –Salí del burdel con muchas miradas en mi culo, que se jodan, me subí a mi auto y arranque, tenía que dormir, Murasakibara era de un tamaño grande y si quería estar en forma para noche lo mejor era descansar.

- Joder Kagami, como demonios haces para tener una cintura así con ese gran trasero - refuto Izuki mientras me ajustaba el corset– enserio te envidio –sonreí.

- Es lo que la naturaleza me regalo, bebé –dije mientras le mandaba un beso.

- Creo que mejor dejas tus coqueteos para cuando entres, debes ver como se han aglomerado afuera, en serio todo el mundo está pidiendo por el show del “TIGRE DE FUEGO” –dijo riendo Reo que se acomodaba su falda.

- Ah nos hubieran avisado ahora nos va tocar encargarnos de los clientes de Tiger –dijo Himuro mientras se pintaba los labios.

- Cierto, siempre se ponen cachondos cuando baila Taiga –dijo Kasamatsu mientras terminaba de maquillarme.

Me mire al espejo, tenía mis labios pintados de rojo, sombras en mis ojos de negro y rojo con perlitas pegadas debajo de mis ojos. Tenía plumas en la parte de mi cabello acomodado sutilmente en el lado izquierdo. El corset rojo con encajes negros hacia resaltar mi piel trigueña y el short de lencería con las botas altas hacían ver mi trasero más grande… sonreí, si existía una divinidad arriba le agradecía por haberlo dotado de los más pecaminosos regalos prendados en su cuerpo.

Los chicos tenían razón el salón estaba lleno, podía ver como las mesas de al frente y las del segundo piso estaban ocupadas cuando ni siquiera me había puesto a bailar, camine sensualmente al centro del escenario, todo guardaron silencio y los relectores se posaron en mí, podía sentir un millón de miradas calientes en mi cuerpo. Cuando sonó Work de Rihanna todos quedaron sin aire, moví sensualmente mi trasero acaricie mi cuerpo y mi rostro trato de mostrar los más lascivos gestos. El dinero empezó a caer por el escenario… joder me encantaba ser la atención de estos hombres. Mi mirada se cruzó con unos, mis clientes especiales. Mis movimientos lascivos hicieron que algunos se agarraran sus paquetes o que empezaran a toquetear a los meseros.

Cuando baje del escenario, muchos empezaron a toquetearme siendo apartados por los de seguridad, necesitaba un trago después de una hora nuevamente me tocaba.

-Vaya llegué temprano para ver el espectáculo Kagamichi –volteé la mirada encontrándome con unos ojos amarillos, Kise Ryota, un alfa modelo y piloto, un hijito de papá, sonreí lentamente o si las sabanas hablaran.

- Sorry pero hoy no puedo atender en privado –dije mientras miraba su cuerpo insinuantemente, sentí como sus manos recorrieron mis muslos.

- Parece que me ganaron –dijo un chico moreno que estaba en la barra, Aomine Daiki, un grande en la mafia, me jalo y me dio un pequeño pico en los labios.

- Según me dijo Akashi hoy no atendías –dijo en un susurro friolento un chico de cabellera celeste, mi primer cliente, Kuroko Tetsuya, le regalé una sonrisa coqueta y me fui a sus brazos siendo acomodado rápidamente.

 - Exacto, así que van a tener que conformarse con mis compañeros el día de hoy

- Nadie nunca me recibirá como Kaga-chi –Subí la mirada encontrándome con un gigante, Murasakibara Atsushi, conocido la bestia en el local.

- Nadie en realidad quería saber eso –Pude ver a un uniformado peliverde en la entrada mientras se acomodaba los anteojos, Midorima Shintauro, el pulcro hombre con las más perversas fantasías.

- Parece que se juntó el grupo, Haizaki –dijo una sombría voz, el chico pelinegro agarro mis cabellos rojizos mirándome lujuriosamente, Nijimura Shuzo, otro morboso, sentí como apretaban una de mis nalgas encontrándome con Haizaki Shugo que tenía un cigarrillo en mano, solté un gemido alterando a los de la sala.

- Ya decía yo quien era la perra en celo –entraron en la sala un chico tatuado de cabellos naranjas y a un pelirrojo, Nash Gold Jr, un narcotraficante de finos gustos y Akashi Seijuro se rumoreaba que era de linaje Real.

- Vaya, pareces un gatito arrinconado –Akashi me vio con esos ojos, joder mañana tendría unos buenos latigazos y palmadas en mi culo.

- Al parecer te toca ir nuevamente al escenario –la voz tranquila resonó, Mayuzumi Chihiro, esa apariencia de tranquilo… solo un lobo en piel de cordero.

Me solté del agarre de Nijimura y le di un tierno beso a Akashi mientras sacudía mis caderas, podía sentir las feromonas de excitación de todos los alfas en la sala. Me solté rápidamente y les guiñé soltando mis feromonas.

-Espero que me animen mientras estoy en el escenario –dije sonriendo mientras caminaba para el escenario, los conocía muy bien, se quedarían hasta el último baile.

Ellos eran la elite los únicos que me habían tocado y los últimos nadie entraba a la elite del local, se tenían requisitos y ellos lo cumplían todo a la perfección, ellos habían prohibido deliberadamente no ser tocado por nadie más que ellos, si soy sincero lo agradecía a los cielos eran los más calientes tipos que había visto en toda mi puta vida, lo que me hacía pensar porque carajos pagaban por mi cuerpo, digo eran jóvenes rondaban desde los 20 a los 30, eran guapos y con unas grandes cantidades de dinero en sus cuentas bancarias. Muy de seguro ellos no necesitaban pagar por sexo, pero… mírenlos ahí siendo prisioneros de mis juegos. Me encanta ser su dulce pecado ese que poseían y que luego se les escapaba de las manos.

Estaba en el restaurant de siempre, comiendo platillos que nunca en mi vida pagaría por la cantidad de dinero esperando pacientemente a un hombre de traje negro para que me llevara a la mansión de Akashi, de seguro su esposo se había ido de vacaciones otra vez e iba a ser su sustituto. Podía ver como todos me miraban curiosos estaba con un vestido negro largo y una casaca negra con unos lentes de sol mientras fingía ver mi teléfono, aún no entendía que había de grandioso en estos aparatos.

-Señorito Kagami Taiga el señor Akashi lo espera en la limosina –frente mío había un chico joven, seguro un nuevo recluta que trataba de no verme y sonrojarse debería tener mi edad entre 18 y 20… me era gracioso como trataba de ocultar su deseo.

Me levanté y lo seguí hasta una limosina aparcada, me abrió la puerta lentamente y para mi sorpresa ahí estaba Akashi, leyendo unos papeles y echando un humor de perros, genial ahora tenía que tratar de controlar al león enfurecido.

- Parece que no es un gran día –dije en forma de broma

- Pues supongo que tú me traes mis calmantes –los ojos rojizos de Akashi me analizaron y me acomodo en su regazo por el rabillo puede ver como su chofer se erizaba, Akashi era un hombre casado, su omega era una hermosura, de una gran familia y parecía devoto a Akashi, en los noticieros eran la pareja perfecta sin embargo su esposo solo quería su dinero y no pasaba en su casa, según Akashi era un loco aventurero, desde que se enteró de mi existencia casi nunca lo veía en su mansión.


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