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Revivir~ por Lez

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Notas del fanfic:

AU, SASUNARU, Personajes pertenecientes a M. Kishimoto. Sólo es un fan fic para fans y por una fan. 

Espero lo disfruten.~ 

Notas del capitulo:

Espero que no sea de alto impacto para el tipo de público que elegí.

Y ojalá que les guste. ~ 

“¿Qué haces cuando el pecho te duele de tal manera que no quieres seguir viviendo?

 

Quiero ayuda… Necesito ayuda, más no me atrevo a pedirla. “

 

Pensaba el rubio en su cama, mientras cortaba una vez más sus brazos, antes de hacerlo, había investigado la mejor forma de terminar con su vida, había muchas, pero ésta era la que menos le acobardaba, cortar las venas de su antebrazo, en la misma dirección del vaso sanguíneo, ya que de esa manera es más efectivo el corte y la coagulación es más dificultosa. Poco a poco se desangraba en su cama, pero el sueño le venció.

 

Naruto tenía serios problemas de depresión desde hacía un tiempo, el joven no tuvo una buena infancia. En su adolescencia no se juntó con las mejores personas, a pesar que no quería, probó alcohol, drogas, se metió con personas peligrosas sólo por seguir a sus “amigos”, con sus 23 años, había pasado por muchas cosas, la última y la que desencadenó este triste desenlace, fue violado por un completo desconocido. Perdió su virginidad por un tipo con labia que supo aprovecharse de su momento de duda y debilidad. Metiendo en la cabeza del rubio cosas como “cómo es que eres virgen a los 23, si eres guapo”, “tus amigos saben que eres un perdedor”, “te va a gustar, no te vas a arrepentir”.

 

Y el rubio hace 4 meses fue engatusado y estafado por un tipo poco mayor, no sabía si decirle a sus amigos cercanos, se sentía sucio, una basura. Quería ver a Sasuke y pedirle ayuda, pero hacía tiempo que no hablaban y seguramente estaba muy ocupado con sus estudios de medicina. Y él, por su lado se sentía un don nadie, que aún estaba tratando de buscarle un rumbo y sentido a su vida. Miserable, así se sentía.

 

Naruto tenía su celular apagado, había pensado mucho en ese momento, había dado muchas vueltas, de lo único que se arrepentía era que no iba a poder despedirse de Sasuke. Había pasado los últimos meses de su vida en un calvario, estaba delgado, no comía como de costumbre, lloraba todas las tardes y gran parte de la noche, hasta en los sueños. Se sentía tan sucio que se daba baños al menos dos veces al día, y se fregaba tan fuerte que su piel estaba ya dañada.

 

Hacía un mes atrás aproximadamente, se juntó con Sakura, a beber un café, que estudiaba medicina también, en la misma universidad que Sasuke, aunque con ella se veía más seguido. Fue donde Naruto comenzó a indagar un poco con su amiga.

 

- Y dime Sakura… ¿Tienes acceso a materiales quirúrgicos? ¿Como guantes, bisturí y esas cosas de médicos? – Preguntó haciéndose el interesado por la carrera de la chica, aunque en realidad sí le importaba, carrera que siempre  llenaba de orgullo a su amiga en frente.

 

- Que extraño que te interesen esas cosas Naruto… Pero sí, sí tenemos acceso a eso, aunque en una farmacia igual puedes conseguir esas cosas… O en las Tiendas de suministros quirúrgicos, no están prohibidos, al menos no la arsenalería quirúrgica. De todos modos… ¿No estás muy delgado, Naruto? ¿Estás comiendo suficiente? – Respondió la de pelo rosa a la pregunta de su amigo, aunque le preocupaba verlo con ojeras y tan delgado, por lo que preguntó por su estado. Esperando que éste no mintiera, se notaba que algo pasaba.

 

- Ahh, es que quizá me está interesando la carrera de ustedes… O quizá medicina veterinaria, quería saber si había acceso a esas cosas para practicar cómo tomarlas o cosas así. Escuché que hay set de sutura y todo, así que realmente me llama un poco la atención. – Respondió sincero el rubio, realmente le estaba llamando la atención esa área, y al ser un don nadie, no se tenía mucha fe en ello, por lo que igual, le avergonzaba hablar sobre eso. Aunque claramente había una segunda intención. – Y pues, estoy comiendo suficiente ramen, sólo que mi apetito ha bajado un poco, debe ser por que hace frío aún… ¿No? – Respondió con una sonrisa torpe como de costumbre y la miró tratando de tranquilizarla. – ¡A-AHHH! ¡Sa-Sakura! Debo irme, es hora de mi trabajo a medio tiempo… Lo lamento mucho… Te dejo el dinero para que pagues y disculpa… - Sacó su cartera y el dinero suficiente para pagar lo que consumieron ambos, despidiéndose de su amiga, sólo agitando su mano.

 

Era mentira, no tenía trabajo de medio tiempo, lo había dejado en cuando ocurrió el tema de la violación, se sentía tan inferior que no se sentía capaz de hacer nada bien, menos mal tenía algunos ahorros para seguir pagando el alquiler. Fue rumbo a una farmacia, estaba haciéndose un poco tarde, por lo que era probable que las tiendas que habló su amiga de cosas quirúrgicas no estuvieran abiertas.  Finalmente después de vagar un poco por el centro, encontró una abierta, entrando sin siquiera dudarlo.

 

- Buenas noches. ¿En qué te puedo ayudar? – Habló un hombre mayor detrás del mostrador.

 

- Buenas noches… Disculpe… ¿Aquí puedo encontrar bisturí, agujas y jeringas? – Preguntó con duda, no sabía muy bien si se estaba refiriendo bien a los términos.

 

- Ah… ¿Eres estudiante de salud? … Aunque aquí no tenemos bisturí, pero sí agujas y jeringas. – Le respondió el hombre, sin pensar en para qué las quería Naruto, seguramente era normal que estudiantes solicitaran aquellos instrumentos.

 

- Ah, e-eh, sí… Quiero practicar un poco… - Dijo zafándose con la misma respuesta que el hombre le dio. – Aunque si no tiene bisturí, quiero algunas jeringas con aguja, por favor… - Dijo tranquilo Naruto. - ¿Sabe dónde puedo encontrar bisturí? – Le preguntó casi en un susurro al caballero, pensando de que podía traerle problemas dar esa información.

 

- Bien. ¿Cuántas quieres? ¿De cuántos ml? ¿De 5 ml, de 10 ml? – Preguntó el hombre mientras preguntaba y pensó un poco, para luego escribirle en un papel el lugar donde podía encontrar bisturí y otros objetos quirúrgicos. – Aquí puedes encontrar varias cosas para tus prácticas. ¿También practicas con frutas? – Le preguntó de curiosos el hombre.

 

- Eh… Por ahora, unas 5 de 10ml, por favor. – Respondió el rubio, haciéndole el cinco con su mano izquierda también, como para asegurar la cantidad. Miró el papel que el hombre le entregaba y le sonrió, asinetiendo. – ¡Muchas gracias! – Sacó su cartera y pagó por las jeringas. – Ah, pues… Sí, con frutas, aunque soy nuevo aún, no sé casi nada. – Dijo con una sonrisa torpe, ya que no quería ser descubierto. ¿Practicar con frutas, qué cosa?, se preguntaba el rubio mientras recibía sus jeringas y su cambio.

 

- Aquí tienes, muchas gracias, vuelve pronto. – Dijo el hombre como despedida mientras pasaba el cambio al de ojos celestes y se despedía con la mano.

 

- Adiós, viejo, muchas gracias~ - Dijo con una sonrisa, guardando en su mochila la compra y su vuelto, agitando la mano cuando ya estaba mas cerca de la puerta de salida.

 

Y así pasaron un par de semanas y Naruto se armó de valor y fue a la dirección que el viejo de la farmacia le dio, allí compró el dichoso bisturí que había estado buscando, se había demorado en conseguirlo porque la idea le rondaba hacía meses en la cabeza pero era muy cobarde para atreverse a dar el paso.

 

En la facultad un día Sakura se topó en los laboratorios con Sasuke, que se mantenía indiferente como siempre. Aunque ella le hizo una pregunta que lo hizo llamar su atención por completo.

 

- ¿Has visto a Naruto últimamente? Me impresionó ver lo delgado que está, quizá no está comiendo adecuadamente. – Dijo Sakura adentrándose al laboratorio, la práctica comenzaría pronto.

 

- No lo he visto. ¿Tan flaco está?  Como para preocuparte a ti… - Se preguntó el Uchiha y se acomodó al lado de la peli rosa, ya que eran compañeros de puesto en el laboratorio. - ¿Cuándo lo viste? – Preguntó el pelinegro no pudiendo ocultar su interés en la situación.

 

- Uhm… No sé, hace como un mes… No me había topado contigo en ninguna rotación y estamos en secciones diferentes, por lo que no te lo comenté antes por eso. – Respondió un poco indiferente la chica de ojos verdes y es que aún le dolía que el chico con el que hablaba, le hubiera rechazado ya definitivamente después de tanto años enamorada de él. – Quizá lo llame hoy para ver cómo se encuentra… Estaba en un trabajo de medio tiempo en la noche casi, así que igual puede que esté esforzándose demás. – Le dijo la chica, ordenando sus cosas, ya que el docente entraba al laboratorio y tendrían test de entrada.

 

- Uhm… - Fue lo único que dijo el chico y tomó sólo lo necesario para rendir el test, estaba preocupado, hacía tiempo no veía a Naruto, pero era importante para él.

 

A penas terminaron las clases y los laboratorio de ese día, Sasuke rezaba para que le estúpido de Naruto no hubiera cambiado de número, hace al menos un año que no lo veía, así que rápidamente tomó su auto y mientras lo llamaba, se dirigía al apartamento del rubio. Deseando también que éste no se hubiera cambiado de lugar.

 

El tráfico se le hizo eterno, el teléfono mandaba a buzón de voz, intentó llamarlo por lo menos unas 4 veces y a la quinta le dejó un mensaje de voz.

 

- Responde el celular, estúpido, necesito hablar contigo… Lo antes posible, es urgente. – Dijo Sasuke a su teléfono y colgó.

 

Se estacionó a las afueras del edificio de Naruto, y subió hasta el segundo piso, que era donde éste vivía. Al menos fuera de la puerta decía “Uzumaki” aún. Tocó, por un par de minutos, nadie contestaba. Quizá andaba en su trabajo de la tarde noche. Pero algo lo hizo halar la manilla de la puerta, la cual no estaba con llave. “Que descuidado”, fue lo que pensó el peli negro y se adentró, estaba todo apagado. Pero quizá lo esperaría dentro. Fue cuando pasó la entrada que notó que en futón en el suelo estaba Naruto o algún bulto durmiendo, no veía muy bien, estaba muy oscuro. Había estado el día nublado y justo ahora comenzaba a llover.  A tientas buscó el interruptor y encendió la luz. La escena que vio en ese momento jamás en su vida se borrará de su mente, yacía Naruto en el futón dormido, ensangrentado, había una pequeña poza de sangre que salía de su brazo, y en la diestra un bisturí que tenía restos de sangre.

 

Su instinto, más que rápido, no tenía tiempo para traumas, tenía que salvarlo, no podía perderlo. Mientras rodaban lágrimas por sus ojos y sollozaba, llamó a la ambulancia, y recurrió a el pequeño botiquín que se había acostumbrado a traer siempre consigo desde que entró a la carrera de medicina. Lo más rápido posible, tiró suero sobre los cortes para evitar contaminación, después ejercer presión sobre los cortes con toda la gasa que tenía en ese momento, no tenía más. Así que  buscó un apósito y  envolvió los cortes con tela adhesiva. Tiritaba. Sasuke nunca había estado tan descompensado en su vida como en ese momento, pero su mente sólo le decía que tenía que salvarlo. Sabía que necesitaría unidades de sangre, que necesitaría probablemente una sutura y algo de suero, además de antibióticos y quizá un tiempo hospitalizado, pero mientras llegaba la ambulancia, era lo único que podía hacer, tratar de mantenerlo aquí, controlar sus signos vitales.

 

Revisó su pulso, era muy bajo, casi imperceptible, al igual que los latidos de su corazón, casi no se sentían, era una bradicardia muy notoria que empeoraba cada vez más. Le quitó el bisturí de la mano derecha, dejándolo cerca de la pequeña poza de sangre. Trataba de calmarse, de decirle algo, pero no podía, sólo lloraba, le dolía el pecho. ¿Por qué Naruto se quería suicidar? No lo entendía. Fue a buscarle algo de abrigo, una mantita, para llevarlo al hospital. ¿Dónde estaba la maldita ambulancia? ¡Se estaba demorando mucho!, era lo que pasaba por la mente de Sasuke, por lo que en la desesperación, envolvió al rubio y fue con él al hospital. Lo bajó con cuidado por las escaleras de los departamentos, lo subió a su vehículo y a toda velocidad se dirigió al hospital más cercano. Lo bajó del auto en su brazos y entró a urgencias gritando.

 

- ¡NECESITO AYUDA, SE ESTÁ MURIENDO! – No pudo articular más palabras, lloraba, donde notaba que las gasas y los apósitos estaban empapados en sangre.

 

- Tranquilo, lo vamos a ayudar… - Le dijo una enfermera que se acercaba con una camilla, llevándolo rápidamente dentro, lugar donde Sasuke no podía ingresar.

 

Todo fue muy rápido, subieron a Naruto a la camilla y se lo llevaron lo antes posible. Allí en la sala de urgencias le harían tratamiento a sus heridas, seguramente le pasarían algunas unidades de glóbulos rojos y  suero. Por la cabeza del Uchiha sólo pasaba una y otra vez la imagen al encender la luz de aquel departamento a Naruto con sangre, delgado, pálido, con ojeras. Realmente no se parecía nada al radiante Naruto que solía ser siempre en la secundaria o en la preparatoria.

 

- Tienes que mejorar… - Susurró suevamente limpiándose las lágrimas, buscando calmarse a sí mismo, tenía que mantener la compostura.

 

El peli negro salió a fumar, aunque se mantenía cerca de la puerta de urgencias por si alguien llamaba para preguntar por Naruto. Alcanzó a fumar tres cigarrillos hasta que salió la misma enfermera  acompañada de una mujer, seguramente era la médico encargada en el ingreso del rubio. Entró rápidamente y la miró, lleno de dudas, quería saber todo.

 

- Joven… Necesito que me ayudes con los datos del joven ingresado… ¿Sabes algunos? – Le preguntó la mujer, amable y tranquila, de delantal blanco. - ¿Sabes su Nombre? ¿Edad? ¿Fecha de Nacimiento? ¿Dirección? ¿Grupo Sanguíneo? ¿Alergias? ¿Altura? Un aproximado igual sirve… Ah, y algún número de contacto de familiares… - Preguntaba la mujer, a lo que el de ojos oscuros comenzó a responder.  

 

- Naruto Uzumaki es su nombre, tiene 23 años, cumple años el 10 de Octubre, grupo de sangre es B probablemente positivo, no estoy seguro… Eh… No tiene alergias al menos que yo sepa, aunque no es un chico que enferme a menudo. Mide parecido a mi… 1,80 m aproximadamente… Y … ¿Puedo dejar mi número? Él no tiene más familia. – Susurró suave el Uchiha y la miró, esperando que ella le dijera si habían logrado estabilizarlo.

 

- Sí, puedes dejar tú número… -Dijo la mujer mientras terminaba de anotar todos los datos que le proporcionó Sasuke. – Anótalo aquí… - Le dijo la médico pasándole la ficha del rubio. – Mira, no te voy a mentir, tú amigo no se encuentra bien, pero lo estamos tratando de estabilizar, le estamos pasando unidades de glóbulos O-, ya que aún no terminan los análisis de su sangre y de plasma rico en plaquetas, para estabilizar un poco su flujo, suturamos las heridas, estaban bien hechas, profundas, tuvimos que recurrir a cauterizar algunos vasos sanguíneos para detener la hemorragia. Por suerte no llegó al nervio o tendones… También le estamos proporcionando oxigenación, ya que con la pérdida de sangre está oxigenando mal… Todo va a depender de cómo reaccione a las unidades de transfusión… También le inyectamos algunos antibióticos de forma preventiva. – Miró el número y el nombre que escribió el chico en la ficha. – Sr. Uchiha, si su amigo se aferra a la vida, él estará bien, nosotros haremos todo en nuestras manos. Le seguiremos informando lo que ocurra. – Dijo finalmente la doctora y se retiró haciendo una reverencia ligera.

 

Sasuke sabía que harían todo aquello, y que debería reaccionar bien, pero la verdad no sabía cuánta sangre había en esa poza, porque si había mucha más de la que él pensaba, podía comprometer otros órganos y eso agravaría su condición. En esos momentos odiaba saber un poco más sobre medicina. Fue a la máquina expendedora de urgencias y tomó un café, el más cargado posible.

 

 

Notas finales:

Si llegaste hasta aquí, muchas gracias, de verdad~ uwu <3

 

Espero tener pronto lo que sigue~ 


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