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Un poco de azúcar. por ShinSuSu

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Notas del capitulo:

Bueno, hace un tiempo escribí esto pero lo volví a hacer porque quería compartirlo. Resulta que el ItaNaru es un gusto culposo y quería escribir un poco de ellos.

Es corto, lo sé, aunque espero algún día poder escribir más de ocho mil palabras como los grandes.

Los personajes son propiedad de Masashi Kishimoto, yo solo lo utilizo con fines homosexuales(?

Es interesante como la vida de Naruto Uzumaki estaba lleno de decepciones. Fue como un constante dolor en el culo. Jodido e irritante. Demasiado para su corazón.

Pero esto fue demasiado lejos, incluso para él. Antes creía que podría aguantar un poco los duros golpes de decepción en su vida: tratando de esconder todo con sonrisas brillantes, positividad y falsa ingenuidad, pero ahora ni siquiera sabe que esperar de sí mismo.

Solo quería olvidar en esta ocasión que Naruto Uzumaki existía. No deseaba  saber nada de si mismo; ni su vida, ni sus padres, ni su escasa edad o la restricción de menores en un lugar tan abandonado de Dios como este establecimiento.

Por ello, jamás imaginó tener la valía de moverse arruinado y tentador en dirección a un hombre con suficiente edad para ser su padre pero el culpa al alcohol y su reciente ruptura con Hinata por hacer del niño un chico resbaladizo y perdido como lo es en este instante.

Ni siquiera Kiba, que estuvo también ahí no pudo evitar lo que sucederá a continuación. Esta enfrascado en su propia bebida y en sus problemas que incluso duda que tenga un grado de consciencia. Pero está bien, porque de esta manera no sabrá lo pesado que es Naruto.

El hombre ni siquiera se dio cuenta que estaba ahí hasta que balbuceó en su dirección en un pobre intento de llamar la atención y trató  de no ponerse nervioso ante la extensa mirada de desdén y el rostro plano de la persona. ero es fue difícil que todo lo que puede imaginar es a un hombre severo a punto de matarlo.

-— ¿Realmente pensaste que venir sudado y abierto para mí te iba permitir una oportunidad? — el hombre se dirigió a él estirando sus labios sin una pizca de humor. — Eres un pequeño omega iluso.

Naruto sintió una extraña sensación en su pecho ante la última oración pero decidió que no debería afectarlo tanto como debería. El alcohol es una buena distracción para su sistema y un buen amnésico para mañana así que probablemente el aguantaría su malestar más de lo que usualmente haría.

— No. — balbuceo un poco, demasiado, rápido para que el mayor entendiera. Entonces, inhalo y suspiró e intentó decirlo de nueva cuenta. — Yo no creí que eso sucedería.

Su lengua resbaló nerviosamente entre sus labios mientras miró al hombre torcer una ceja incrédula dirigida a él seguido de un bufido.

— ¿Entonces qué haces aquí, niño? — sus ojos, de un negro extenso, se deslizaron lentamente sobre el contorno de su cuerpo: desde la punta de sus zapatos hasta la última hebra alborotada de su rubio cabello. — ¿Acaso eres una de las prostitutas que vienen a servir al cliente?

Naruto no pudo evitar retorcerse en desagrado ante la sola idea de ser una prostituta en servicio.

— ¡Claro que no!

— ¿No? Ya veo, — su voz fue profunda, demasiado varonil para el infante. Es estridente, buena, seguramente si fuera otro omega habría abierto las piernas ante el mero sonido de su voz. —, eres solo un chico desdichado, en búsqueda de placer. Lamento decirte que no estaré dentro de tu repertorio, omega.

Naruto quiso decir que es un gilipollas y que se vaya a la mierda, sin embargo, por el contrario, él esperó estabilizar su cuerpo porque sinceramente ha estado mareado todo este tiempo y lo que menos quiere es hacer el ridículo en frente de un desconocido.

— ¿El gato se comió tu lengua? — Naruto ignoró la pregunta ensimismado en la torrente de sensaciones en su estómago.

Tal vez él bebió demasiado.

Antes de caer sobre el piso el hombre agarró de la cintura y lo atrajo hacia la silla contigua a la suya, acomodandolo.

El aroma que emitió la colonia del mayor es suave como una caricia y Naruto se encontró aspirando sin vergüenza sobre la curvatura del cuello con una sonrisa boba en sus labios.

— Eres un niño muy atrevido, — el sonido de su voz es áspero, está vez casi como un gruñido. — y muy borracho.

— Tal vez, — tarareo posicionándose sobre la silla e ignorando el sentimiento de perdida cuando el hombre finalmente se alejó. — es parte de los omegas.

— ¿Ah sí? — el mayor tomo el vaso y lo observó por el rabillo del ojo antes de ingerir un sorbo.

Sus labios se deslizaron sobre la bebida, saboreando el sabor mientras la manzana de adán se deslizó de arriba a abajo lentamente. Naruto cerró los ojos momentáneamente por la imagen. No pudo creer que algo tan simple como ver beber a alguien resultara tan atractivo.

— Si. — susurró.. La yema de sus dedos acariciaron en círculos la base de la barra de madera. — Los omegas somos serviciales y cínicos, atrevidos. — sus lindas pestañas revolotearon en dirección al alfa. — Es nuestro deber.

— ¿Lo es? — Preguntó con voz gélida.

Naruto aprobó — Somos lindos y frágiles, abiertos para los alfas ... — su mirada se desvió a su compañero de clase, Kiba. Su cabeza está sobre la barra y su rostro fue sereno mientras dormía. — y para algunos betas. Somos el futuro de la sociedad.

El contrario enmarcó una ceja. — ¿Cómo es eso? — el hombre se inclinó a su altura. Sonó desinteresado pero hubo un brillo ardiente en los ojos oscuros del mayor.

— Bueno, — Naruto comenzó. — nosotros procreamos, tú sabes, alfas y omegas se juntan. — frunció sus labios al escucharse así mismo. Es incómodo hablar de esto sabiendo que es un omega con un alfa, respectivamente. Sin embargo, tomando en cuenta sus pensamientos oscuros, como abrirse a un hombre, considerablemente, mayor que él, se resistió a avergonzarse.— Sin nosotros, nuestra existencia se terminaría por extinguir.

El alfa sonrió, escuchando lo que Naruto acaba de decir.

Hay una línea dentro de sus pensamientos acerca del niño omega. No se encontró fascinado en escuchar al omega pero su razonamiento le está refutando duramente el por qué no lo ha alejado de él. Es consciente del instinto bajo de su alfa renuente a dejarlo fuera de su radar. Es confuso y molesto porque en vez de hacer caso a su yo racional, estaba allí, platicando con un niño que bien podría ser su hermano.

— ¿No has considerado a los betas femeninos apropiados para llevar un hijo de alfa en el vientre?

Él miró como la columna vertebral del niño respingo mientras sus labios emitían un silencioso suspiro. No pudo sentir un aroma en el rubio, por lo que concluyó que, en realidad no tenía mucho tiempo desde que se estableció.

Fue solo un adolescente varón en transición.

— Puede ser — sus ojos, de un brillante azul cielo, parpaderon confusos, producto del alcohol. —, pero nosotros, los omegas, somos los únicos que lo soportarían.

— ¿Qué te hace pensar de esa manera? — no pudo evitar acercarse al muchacho de cabellos claros. El niño es lo suficientemente desorientado para que no captar la cercanía entre los dos, lo que hace el trabajo más fácil.

— Los omegas son los únicos capaces de dar a luz crías sin defectos. Somos el complemento perfecto. O así me lo dijo mi novia. Mi ex novia. — corrigió.

— ¿Ex novia?

— Si. — dijo, con un tinte de tristeza en su voz. — Hinata es una beta muy bonita y gentil. Fue mi pareja hasta hoy.  — Los ojos del hombre mayor brillaron en curiosidad. El muchacho continúo. — Se enteró que, bueno, soy omega. Y se acabó. — rió sin ganas, vacío. —  Lo odio.

— ¿Lo odias por ser omega o por tu antigua pareja? — cuestionó en un tono más bajo de lo usual.

No hubo más sonido aparte de la canción debajo de este piso y la ausencia de personas en este lugar fue una ventaja. Siendo así, él supo que estaba escuchando.

— ¿Ambas? Pensaba que un omega y un beta no podrían estar juntos y que por lo tanto, no funcionaria.— pauso. — Todos están obsesionados con los alfas y omegas, no entiendo. Mis padres me enseñaron que somos libres, sin embargo, me di cuenta que es falso. Los omegas no podemos elegir.

Su voz se cortó mientras la tristeza se apoderó de él. — Lo siento, soy patético. Estoy contándole a un desconocido sobre mí ex novia y deshaogandome.

El hombre no expresó nada. Siguió ahí, escuchándolo, sin tener la necesidad. Estaba haciendo el trabajo que debió hacer Kiba, cuando no tuvo la obligación. En su corazón agradeció el gesto.

— Es cierto que los omegas no pueden elegir. — el chico pálido comenzó a decir. — Están destinados a un mundo de desdicha, en constante acecho por los alfas, — Naruto lo miró . — pero también son la perdición de los alfas. Sin ustedes, el mundo no sería el mismo. Tienen tanto poder como nosotros.

— ¿Poder? ¿A qué te refieres?

— Lo comprenderás más tarde, niño. — su vista se deslizó a alrededor de la habitación semi oscura. La melodía es lejana para ellos, quienes están a un piso inferior. No hay tantas personas, solo tres si contaba al niño y a él. Y según su reloj tenía que estar en otro lugar. Pero podian esperar.

— Debo irme.

Naruto intentó levantarse. No quería preocupar a Jiraiya, su niñera por unos días, y de paso a sus padres, que estaban a punto de volver de viaje. Necesitaba ir a casa con su amigo, ducharse y aclarar sus pensamientos acerca de la estupidez que estuvo a punto de cometer.   

Se sostuvo sobre la base de la encimera de madera e intentó mantenerse de pie. La imagen a su alrededor dio vueltas, sin embargo, se mantuvo de pie, aunque incapaz de hacerlo correctamente. Debía salir de aquí más pronto que tarde, no quería por ningún motivo que su tutor viniera recogerlo si alguno de los trabajadores se enteraba que Naruto estaba aquí.

— Lo siento, — se lamentó nuevamente, sosteniéndose aún en el borde de madera. Su mirada siguió perdida pero hubo una pizca de lucidez en sus ojos. — te he molestado.

— ... Y mucho. — sus ojos se entrecerraron apreciativo.

— Lo sé. 

Sus pies fueron lo suficiente estables para caminar por lo que no tardó en llegar a Kiba. Su amigo con rostro de perro arruinado siguió durmiendo, ignorando el ruido debajo de ellos. Naruto siseo e intentó despertarlo pero fue inútil. Estuvo tentado a llamar a su abuelo pervertido pero no quiso tener una discusión durante horas, así que no lo hizo.

Miró por detrás solo para ver si él hombre siguia ahí. Lo estuvo. Estaba bebiendo de su copa, mirando sin interés el celular que sostenía en su mano.

Gimió en protesta por lo que haría pero no tuvo otro remedio. Naruto volvió a caminar, está vez un poco apenado. Su rostro tenía un tinte rojo en sus mejillas mientras que una de sus manos masajeaba la parte posterior de su cabeza, un hábito que adquirió cuando estaba avergonzado.

— ¿Disculpe? — el hombre de cabello cobrizo desvió su mirada, abandonando el teléfono en su mano. — esto es inesperado.

— ¿Quieres que te ayude con eso? — terminó por él, levantándose, esta vez guardando su teléfono en su chaqueta y tomando un maletero que hasta entonces no sabía que tenía.

Hasta entonces, Naruto se dio cuenta de la diferencia de altura. Es más alto de lo que esperó. Tiene que levantar su rostro para verlo. Hubo un sentimiento abrumador y un poco de intimidación dentro de su pecho. Su presencia fue poderosa.

Asintió sin aliento.

El hombre alfa caminó detrás de él, sorprendentemente obediente, aunque  mirándolo también. Lo supo porque su cuello picaba. Sintió la necesidad de salir corriendo por su vida pero se mantuvo al margen hasta llegar a Kiba.

Se detuvo a su lado, dejando en sus manos el maletero. Tomó el brazo de su amigo, rodeandolo sobre su hombro, como si no pesara nada y caminó hacia la salida, ahora delante de él.

En el primer piso, hubo música ruidosa, gente y aromas nauseabundos. Frunció su nariz con asco cuando observó a una chica vomitar encima del basurero a unos metros del baño.

No tardaron en llegar a la salida. Fue difícil para ellos salir por el tumulto de gente a su alrededor. Aunque eso lo facilitó para escabullirse de los conocidos de Jiraiya.

Cuando salieron, tomó una gran bocanada de aire y después suspiró aliviado de salir del establecimiento. Buscó a tientas en los bolsillosde su chamarra sin encontrar el teléfono. El hombre que hasta entonces había estado en sepulcro silencio lo miró aburrido antes de sacar un celular con suma facilidad.

— ¿También necesitas teléfono?

Naruto negó incómodo, metiendo sus manos en sus pantalones para encontrar su teléfono y alejándose, cuando lo encontró, junto con el maletero en mano, con pasos torpes, a su vez que mandaba un mensaje de texto a Shikamaru, un amigo en común, explicando lo que acababa de suceder y que guardara a Kiba en su casa hasta que tuviera consciencia.

Por supuesto, Shikamaru siendo un buen amigo debajo de su indiferencia respondió que era problemático, pero lo haría de todos. Naruto que estuvo nervioso hasta ahora mandó mensajes de infinito agradecimiento. Claro que no respondió pero sabía que lo había visto.

Posteriormente llamó a un taxi de confianza y junto al desconocido lo subieron con cuidado. Confirmó que debía llevarlo a casa de su amigo y pagó por el viaje.

Cuando el auto se alejó de su vista, Naruto quiso volver a hacer una llamada pero la operadora del teléfono negó el envío por falta de tiempo aire. Había olvidado poner tiempo aire la semana pasada debido a los exámenes. Creyó que duraría más tiempo, sin embargo, la vida siempre tenía una manera de ser una perra.

Quejándose en voz baja volvió su mirada, mas avergonzado de lo que se sintió alguna vez en su vida, hacia el hombre que devolvía el gesto.

— ¿No puedes hacer más llamadas?

Naruto ignoró el nudo formandose en su garganta y asintió en silencio. Parecía constante responder así cuando el hombre estaba aquí. Eso lo hizo aún peor.

— Bien, tómalo, pero antes dame el maletero. — Naruto dejó el maletero en donde pertenecía, tomando en su lugar el teléfono que el hombre tendió en su mano.

El llamó a otro taxi. Habló, haciendo gestos con sus manos como si el conductor estuviera delante suyo, durante varios segundos hasta que la llamada se cortó.

Si el tráfico no iba tan mal, llegaría en diez minutos aproximadamente.

Se desvió nuevamente al hombre. Sabia que debía dar gracias, así que, con toda la lucidez que pudo recoger, hizo un mediocre medio arco en respeto.

— No necesitas hacer eso. — el hombre afirmó antes de situar su cuerpo como antes de hacer la reverencia. — Solo, no seas imprudente la próxima vez. — Naruto movió su cabeza entendiendo sus palabras. — De no ser yo, tal vez, ni siquiera estarías aquí.

— Gracias.

— No me lo agradezcas, tengo un hermano alrededor de tu edad. No me gustaría que le sucediera algo.

Naruto escuchó el tinte de melancolía en la voz del hombre.

— ¿Tienes un hermano?

Fue el turno del hombre para asentir. —Si, él está a punto de postularse en la universidad. Vive conmigo.

— Y se irá de tu lado. — Naruto se golpeó mentalmente por lo insensible que sonó eso.

— Así es.

Naruto levantó su mirada, observando al hombre con curiosidad. Aún parecía tener una barrera que alejaba a los demás de él pero pareció debilitarse con la mención de su hermano.

El no tenía hermanos. Cuando lo sugirió a sus padres, Minato habló con él sobre las complicaciones que su madre tendría si quisiera traerle un hermanito. Por supuesto que, siendo un niño no lo entendió, lloró mucho pero lo comprendió con el paso del tiempo.

Aún así siempre se preguntó durante años que se sentiría tener uno a su lado, ¿sería tan divertido como dijeron? Sin embargo, cuando vio su expresión no quiso volver a preguntarse. Parecía un poco afectado al mencionarlo.

 

El pitido del claxon llamó la atencion de ambos. Al hombre por razones diferentes. 

— Tienes que irte.— susurró, tomando el teléfono que Naruto tenía en su mano.

Uzumaki se separó del hombre con un extraño sentimiento. Quería indagar un poco más pero sabía que sería la única vez que lo vería, sus posibilidades para verlo nuevamente eran de escasas a nulas.

— Si, yo me iré. — Naruto murmuró, viendo el taxi esperándolo.

—Bien.

— Aunque no quieres que te agradezca realmente lo hago. Sin ti, me hubiera metido en graves problemas.

El alfa sonrió como si anticipará lo que hubiera sucedido, tal y como él dijo.

— Lo sé.

Se subió al auto, abrazándose así mismo. Por alguna razón, el clima fue frío aquí mientras allá afuera fue cálido. Volteó a un lado, donde estaba el hombre. Tan gélido como pareció, le devolvió el gesto.

El alfa sguió viéndolo incluso cuando llevaba ya varios metros lejos de su vista. Naruto sonrió con sinceridad por primera vez en el día. No fue tan malo como esperó.

Tal vez no lo volvería a ver, pero fue entrañable, nunca lo olvidaría. De veras.

Lo único que no tenía en cuenta Naruto es que ya había conocido a su futuro esposo y que, efectivamente,  este había sido su primer encuentro de muchos otros.

Notas finales:

Bueno, aquí termina. Pensaba hacerlo en un fic pero sé que no lo terminaría si fuera así, por lo que lo dejo así. 

Si tengo un error háganlo saber. Para que pueda seguir mejorando.


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