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Los hombres de Nickova por Aly White

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Notas del capitulo:

jajaja esto es extraño, pero ahí va el primer cap 

Nickova se consideraba debil para ser una alfa y su familia opinaba lo mismo. Su ropa revelaba algo de piel, estaría con mayor comodidad en un pantalon cortado a la altura de las rodillas y un abrigo con capucha para ocultar su vergonzoso cabello pelirrojo. 

Un omega casi se le restregó y Nickova le miró con horror.   

--Atrás--gruñó una voz posesiva a sus espaldas-- Ella es mía.   

El aroma del cambia formas le causó extrañeza, pues Nickova nunca se juntaría con un hombre como ese. Esperó a que el sujeto se pusiera delante de ella y la duda se hizo más grande, el peso de su pecho no se aminaló vio con timidez al omega de aspecto de elfo rebelde.   

--Ah-- la sonrisa de ese desconocido la puso enferma. Necesitaba largarse de allí para no estar bajo el escrutinio de esos ojos marrones-

-¿Seremos tres? Tu, mujer traviesa.   

Las palabras no salían de su boca. No era buena socialmente y el brillo de esos ojos color hazel no traían nada bueno. El extrañp se fue claramente emocionado con la idea de traer a ese omega.

El corazón lo tenía acelerado, sus manos estaban extrañamente quietas, ellas siempre las tenía en movimiento.   

--Chica traviesa--dijo el extraño arrastrando al omega del brazo--Traje a Scott.   

Le miró durante un segundo. Las manos las tenía agarrotadas alrededor del vaso de refresco. 

Scott tenía el cabello rubio negro, cejas gruesas y mirada determinante, sus bonitos labios estaban apretados en una fina linea.   

--Bueno, no soy lo suficiente para ti. ¿Acaso es una broma?  

Nickova alzó la cabeza.  

--Eres bastante lindo--parpadeó unos segundos, incapaz de aguantar la mirada--Creo que no estoy lista para esto.   

Se puso de pie con las piernas temblorosas. Su hermano la amenazaba con quemarle la ropa si no encontraba a su destinado. Sabía que en su clan tenían mayor taza de natalidad y más cuando eran puros, pero...  

--Ey--vio la mano llena de anillos, proveniente del hombre sonrisas--Lo supe desde que vi tu cara pecosa, eres mi compañera.   

--No estoy lista-- aseguró con firmeza temblorosa  

Él no apartaba su mano y el omega tenía los brazos cruzados sobre su ancho pecho.   

--Claro que estás lista. Hueles muy bien. Libro nuevo y perfume francés.   

--¿Que?--dijo más alto de lo que pretendía y le dolió la garganta. Odiaba el perfume francés más que nada en el mundo.   

Su padrastro olía a eso.   

--Es verdad-- acotó el omega, que más lucía como un verdadero alfa--Tu aroma es, ugh.   

Parecía fastidioso por la situación irrealista.   

--El imbecil este parece que comió mucha azucar. ¿Quieres calmarte, amigo?  

El chico rubio ignoró la mirada fastiodiosa que le dirigió el otro desconocido. Infló el pecho con orgullo, como si el fuera el centro del universo, su personalidad juguetona y atrevida se notaba a leguas. Nickova definitivamente jamás lo desearía, eso lo juraba.   

--Soy Declan Donovan. Huerfano, criado por la manada del lago y compañero de esta chica traviesa.   

Hubo un tosido burlón y ella deseó hundirse en un agujero y morir.   

--Por la diosa luna-- la pompa de caramelo le pasó el brazo por los hombros.-- No te pongas triste. Scott Maldita sea.   

--Nunca dije nada. Entonces, ¿Seremos compañeros?  

Nickova se sentía fuera de lugar. El omega que le interesaba, le miraba mal y el cambia formas era tan opuesto a su personalidad, que su mente lo repelía pero su cuerpo se relajaba con el contacto de sus brazos. Todo eso era confuso, odiaba eso. Se odiaba a si misma.   

--Quita tu mano-- pidió, saliendo del agarre a pesar de la protesta de su loba interior.  

Jamás te haré caso, me resistiré a tu voluntad.   

Se apartó el pelo de la cara, exponiendo sus ojos y escuchó gemir al omega. Los brazos de este cayeron a su costados, totalmente abatido por la inclemente realidad.   

--Diablos Scott, no lances tus feromonas así de repente-- se quejó el chico Donovan.   

Hubo un silencio entre los tres, donde no esperó a que ellos le siguieran a fuera del bar. Agarró la mochila con sus manos.   

--Podemos seguirte.   

--Hagan lo que quieran. Me largo de aquí  

El chofer esperaba afuera. Los chicos venían detrás y se subieron con ella al carro. Declan no dijo más palabras mientras Scott tocaba con nerviosismo una cuerda de guitarra que tenía envuelta, a modo de pulsera, alrededor de su muñeca.   

--Mi nombre es Nickova-- soltó con el pulso en el cuello-- Nickova Sofia Martinez.   

--¿Latina?  

La pregunta fue hecha de una manera repugnante.   

--Mi padre ya fallecido era latino y si, tengo esa sangre corriendo por mis venas-- se sentía hervir y no necesariamente de placer-- Si tanto lo desprecias, puedo hacer detener el maldito auto.   

Respiraba con fuerza, por un loco segundo, deseó nunca haberlo visto.   

--Querida traviesa-- la voz de Donovan calmó los ánimos--Uh, no es común que un latino tenga un cabello tan hermoso como el tuyo.  

--Fue-- su lengua se le trabó-- fue por el lado escocés de mi madre.   

Su cabello lucía suelto hasta la cintura. El horror hizo asustar a los dos hombres.   

--¿Mi cabello desprende el aroma a perfume francés?   

Declan rio encantado.   

--Cariño, no viene de tu pelo. ¿O si? ¿Qué opinas Scott?


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