Ya un año desde la traición de Aioros.
Aunque lo viera con mis propios ojos, sigo sin poder creerlo.
¿Cómo fuiste capaz de hacerlo?
Se supone que tu… Al ser de los mayores… Deberías haber sido diferente, darnos un buen ejemplo.
Pero… Veo que me equivoqué.
Aún sigo repitiéndome que hice lo correcto al acabar con tu vida, sin embargo algo dentro de mí, me dice que no lo merecías.
Creo que el cariño que te tuve es el que habla.
Traicionaste a nuestra Diosa Atena, al santuario, al patriarca.
Y me traicionaste a mí.
-Aioros, yo te admiraba-
-Deseaba ser como tu algún día-
-Ser un caballero dorado tan formidable como tú-
-Pero no eres más que un mentiroso, que todas tus enseñanzas debería olvidar-
Caminar por mi templo es tan solitario ahora.
Incluso el santuario es tan diferente desde esa noche.
Todos cambiamos en ese momento.
Mis manos están manchadas de tu sangre.
-De tu sangre…-
Contemplarlas es aturdidor para mí.
Nadie lo sabe, pero cuando regrese de haber acabado con tu vida, lave mis manos tan desesperadamente, no podía soportar verme manchado, me devastó tanto.
Jamás lo aceptare, pero llore.
Nunca creí que tuviera que matar a mi mejor amigo.
Me duele mucho el hecho de dejar a un niño solo.
Aioria, fueron órdenes… Pero no sé si lo comprendas del todo, aun eres pequeño, mas portas la armadura dorada de Leo…
Todos te siguen despreciando por ser el hermano de un traidor.
Quise ayudarte… Pero ya no quiero salir lastimado.
Confié demasiado en alguien que resultó ser un vil traidor a todo lo que juramos proteger.
Pero una duda crece en mi interior.
Aunque me repita una y mil veces a mí mismo que hice lo correcto, seguir las órdenes del patriarca y es lo que cuenta.
Algo dentro me sigue gritando que alguien está ocultando algo, que esa no es toda la verdad.
Un suspiro escapa de mis labios, mi vista se eleva hasta donde está el recinto del patriarca.
-Esta noche voy a saber la verdad-
No tardaría en caer el crepúsculo, solo debo terminar algunas cosas.
Jamás creí que me hundiría en la soledad, pero… Así nadie me hará daño y estaré a salvo.
No soportaría volver a confiar y que me hagan lo mismo nuevamente.
Mis pasos se dirigen a una parte de mi templo, pero mi labor es interrumpida cuando siento a dos cosmos acercarse.
¿Sera una coincidencia?
Se siente uno que baja y el otro subiendo.
No me toma mucho para reconocerlos.
Y mis ojos solo demuestran que no estoy de humor para aguantar sus tonterías.
Solo dejare que crucen Capricornio y me retirare a donde debo ir.
Los ignorare todo lo que pueda.
-¡¡¡SHURA!!! ¡¡¡SAL DE DONDE QUIERAS QUE ESTÉS!!!- La voz algo chillona de Afrodita, me causa exasperación.
-¡¡¡CABRA!!! ¡¡¡NO ME DIGAS QUE TE HAN LLEVADO AL MATADERO!!!- Los chistes ácidos que solo Death los considera gracioso.
-Death, no digas algo tan estúpido- Afrodita regañando a ese idiota por sus ocurrencias.
-¿Qué tiene de malo?- No lo veía, pero sé que debió sonreír con su forma torcida de siempre –Si no sales, no nos iremos de aquí y sabes lo tercos que podemos ser-
Una amenaza, pero muy bien infundada, conozco como son y pueden hartar hasta el más paciente.
Estando en mi escondite, con los brazos cruzados, giro mis ojos bastante fastidiado y decido ir con ellos de una vez, para acabar con lo que sea que estén planeando.
Llego hasta donde están.
¿Desde cuándo mi templo se volvió en un salón social?
-¿Qué quieren?- No seré educado, ya estuvieron perturbando Capricornio por mucho tiempo.
Note la cara de “Ofendido” que me ha dedicado Afrodita, pero me da igual.
-Eres bastante grosero con las visitas- Por tratar de ignorarlo, no note de inmediato que lleva entre las manos una caja de un tamaño mediano.
-Te dije que esta Cabra, se volvió un amargado- Una sonrisa burlesca, con su mirada afilada, me da exactamente igual lo que piensen, eso quedo claro con mi cara.
-Vuelvo a repetirlo, ¿Qué es lo que quieren?- Apenas si los veo, prefiero clavar mi vista a otro punto.
-Nosotros viniendo con tan buena fe, para celebrar tu cumpleaños y así nos recibes- Las mejillas de Afrodita, parecen inflarse, pero por esa razón no fue el motivo por el que decido mirarlos atónito.
-¿No me digas que no recuerdas ni tu propio cumpleaños?- En ese momento Death dejo escapar una risa tan sonora que de seguro se escuchó hasta Acuario.
No supe que decir… Me sorprendieron mucho.
Lanzo un sonido, apenas lo capte como un “Aww”.
-Mira Death, esta tan feliz de que lo sorprendiéramos que ni quiera puede hablar- Abrió la caja, mostrándome su contenido.
Mis ojos se abrieron con cierta sorpresa más de la que contenía, un pastel… Escrito en mi idioma natal un “Feliz Cumpleaños Cabra”.
-Creo que quedo más tonto de lo que esta- Se acercó para darme un golpe en el hombro.
Levante mi mirada para fijarme en ambos, mis labios apenas los abrí y pronuncie lo siguiente.
-¿Por qué?-
Ambos se notaron confusos por mis palabras.
Pero se compusieron casi de inmediato.
-¿Por qué? Porque somos amigos- De nuevo Afrodita me contestó con una sonrisa, dejando el pastel en una mesa cercana.
-Oye, los tres somos de la misma edad, y siempre hemos estado juntos, así que recordamos tu cumpleaños y… Dita me estuvo fastidiando toda la semana en hacerte algo sorpresa- Señalo al mencionado con el pulgar, que no sé cómo, se logra tomar libertades en mi templo de inspeccionar mis cosas para buscar paltos.
Verlos a estos dos, haciendo algo así por mi cumpleaños… Ni siquiera lo recode por estar pensando en el pasado a diario.
Y ellos se tomaron la molestia de traer algo así hasta Capricornio.
-Cabra, ¿Te molestaría si me como una fresa?-
-¡¡¡DEATH MASK DE CÁNCER!!! ¡¡¡ES EL PASTEL DE SHURA, DEJA QUE EL CORTE EL PRIMER PEDAZO!!!-
-Pero, si él está allí parado como un idiota-
-Aun así, respeta los pasteles ajenos-
-Pero yo ayude en pagar los ingredientes, así que me corresponde también comer algo-
-¡¡¡QUE NO!!!-
Escuchar su discusión, me trajo recuerdos que preferí suprimir por este tiempo, he pasado un año difícil y decidí callarme, no hablar.
Pensé que podía superarlo yo solo, pero… No es así, no soy tan fuerte como ellos, en olvidar lo ocurrido.
Ellos no fueron cercanos a Aioros, pero si lo han sido conmigo.
Yo…
Mis lágrimas empezaron a brotar, mirándolos, sin darme cuenta deje escapar esa tristeza contenida.
Un año de lágrimas que no quise volver a derramar.
Sus caras se notan demasiados preocupados, porque estoy llorando y mi expresión sigue siendo fría.
-¿Por qué lloras?- Afrodita me pegunto de inmediato.
Sonreí más ampliamente y dejo escapar una risa, la verdad no sé de donde salió eso.
-¿Por qué te ríes?- Death me miro bastante extrañado, no recuerdo cuando fue la última vez que vi esa expresión en su cara.
Había olvidado como se ríe, limpie mis lágrimas al sentir la humedad en mis mejillas.
-Por nada- Digo esto, controlando de nuevo mis emociones, esta vez solo sonreí, para acercarme a ellos.
-Eres muy raro, primero lloras, luego ríes como loco y ahora estas como si nada- Death me mira con cierta duda.
-Déjalo en paz, es su cumpleaños esta sensible- La explicación de Afrodita, me causa cierta gracia, noto que me ofrece un cuchillo para partir el pastel.
-¿Para qué le das es? Con su Excalibur podrá cortar ese pastel-
-Si hago eso, el pastel se arruinara- Contesto inmediatamente, sosteniendo el utensilio que me ofreció.
-Valla desperdicio-
-No le hagas cosa- Me susurra Afrodita –Lo obligue a levantarse temprano, para comprar los mejores ingredientes de Rodorio y esta de mal humor.
-¿Quién no se enoja si lo despiertan de su sueño reparador?- Cruzado de brazos, esperando ansioso que le dé un pedazo del tan ansiado pastel.
-Yo sacrifiqué horas de sueño, tú puedes hacer lo mismo-
Y de nuevo se enfrascaron en una discusión, yo solo mire, ignorándolos de nuevo, probé un poco de ese pastel.
Suave, esponjoso, con una cobertura no perfecta, pero con un sabor muy dulce.
Siento una sensación que había olvidado, una calidez en mi corazón que pensé que no debía tenerla de nuevo nunca más.
Un suspiro ha escapada de mí.
Escuchando la disputa entre Piscis y Cáncer, es como disfrutó ese regalo de cumpleaños.
Y me decido que tal vez por esta ocasión olvide un instante lo que hice, buscare respuesta con el patriarca mañana.
Por el momento puedo estar tranquilo con estos dos amigos míos.