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Yo te esperare. por Artemisa El Britannia

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Notas del fanfic:

El Fancfic fue inspirado en la canción "Yo te esperare" de Cali y el Dandee.

 

Por  si quieren pasar a escuchar la canción en cualquier plataforma de música.

Notas del capitulo:

Espero que disfruten en leerlo como yo al escribirlo.

One Shot.

 

Estaba sentado en la arena esperando a que dieran las 6 de la tarde, la hora en donde el sol empezaba a fusionarse con el mar y pintaba la playa de naranja causando una vista cautivadora. Cualquiera que lo viera ahí diría que estaba simplemente disfrutando el momento, pero la cruda realidad es que estaba llorando todos los hermosos momentos que había vivido a lado de su pareja.

A su cachorro le encantaba la playa, le encantaba correr como si fuera de verdad un perro y perseguir las olas, mojarse hasta los interiores para después salir feliz con el cabello pegado a la cara, como si fueran orejas de perro reales, también amaba comer helado hasta congelarse el cerebro y después de tan estúpida hazaña reírse como si hubiera sido lo más increíble del mundo.

Su cachorro también amaba cuando atardecía y se quedaban hasta que terminara de ocultarse el sol, ya que la playa quedaba vacía y podían meterse mano de manera indecente y terminar con arena hasta en el orto por culpa de la calentura del momento, siempre acababan en el agua tratando de sacarse lo más posible o sino el regreso a casa era una tortura para todas sus partes sensibles del cuerpo.

Cuando recordaba todos esos momentos lloraba amargamente, ya que la ausencia de su cachorro se hacía cada vez más pesada y no sabía en qué momento podría volver a verlo, estaba esperando día tras día la llamada que le indicaría como pagar el rescate, cuánto dinero querían por devolverle a su cachorro, pero desde el momento en que se habían comunicado por primera vez no había recibido más instrucciones, había contratado a investigadores privados a personas expertas que llevan a cabo las negociaciones en los rescates y también había usado todo el poder de su tecnología para poder encontrar a su cachorro.

Mokuba había absorbido muchas de las responsabilidades de Kaiba Corp. Por lo mismo de que se encontraba ausente buscando a su cachorro color miel perdido, había ocupado casi todo su tiempo en buscarlo, entrar en depresión, volverlo a buscar y después llorar desconsoladamente en cualquier lugar donde hubieran pasado tiempo juntos, prácticamente se había vuelto un fantasma en la compañía, un alma en pena en su mansión y un recuerdo en la memoria de aquellos que lo conocieron, ya que había dejado de salir en revistas, programas de televisión, incluso los inversionistas a veces lo daban por muerto, ya que pasaba mucho tiempo fuera del trabajo.

 

Yo te esperaré
Nos sentaremos juntos frente al mar
Y de tu mano podré caminar
Y aunque se pase toda mi vida yo te esperaré
Sé que en tus ojos todavía hay amor
Y tu mirada dice volveré
Y aunque se pase toda mi vida yo te esperaré

 

Sin saber de la cuenta regresiva pienso
Que aunque no he vuelto a ser el mismo y lo confieso
Espero que el perdón esté en tu mente y yo te rezo
Pero aunque soy sincero y lo prometo no me miras
Después abres la puerta y te digo si te vas no vuelvas
La rabia me consume y lloras
Te alejas caminando y la vida se me desploma
Sin saberlo, te lo juro no lo sabía
Y de haberlo sabido otra suerte sería

 

Flash Back

 

-      Ya te dije que no necesito tu mugroso dinero – gritaba el chico rubio en la habitación lanzándole zapatos a la cara buscando literalmente descalabrarlo.

-      Deja de ser tan orgulloso, ¿qué no vez que trato de ayudarte? – el castaño estaba esquivando cada cosa que le arrojaba con bastante agilidad, esta pelea ya había pasado en miles de ocasiones durante los 5 años que llevaban juntos como pareja y siempre perdía el castaño por cansancio, su pareja no ganaba mal en su trabajo, al contrario, tenía un salario decente, pero él al ser multimillonario quería comprarle cosas hermosas y el rubio no cooperaba.

-      No, lo que tú quieres es que deje de trabajar y tenerme aquí como un bonito adorno como todas tus piezas de colección – el rubio sabía que su novio era demasiado posesivo, ya le había puesto un “guardaespaldas secreto” para que lo cuidara, le compraba ropa para que sintiera que tenía mucha y así no aumentara sus horas de trabajo en la universidad, también tenía un trato especial por parte del rector al saber que era la pareja de Seto Kaiba.

-      Sabes mejor que nadie que eso no es cierto, si quisiera encerrarte para mí sería muy sencillo meterte a un cuarto y esposarte, pero te dejo hacer tu vida solamente creo que no es necesario que pases demasiado tiempo trabajando, por dios Wheeler soy tu pareja deberías de apoyarte en mi – gritó mientras detenía los brazos del rubio y así dejara de aventarle las cosas.

-      Ya te lo dije, no voy a ser una sanguijuela – así se zafó del agarre de su pareja y empezó a vestirse, en un silencio incómodo para ambos, pero sabían que el primero que hablara iba a terminar perdiendo.

-      Cuando me conociste sabías quien era y lo que significaba estar a mi lado, por qué simplemente no aceptas que te consienta como mi pareja y te quedas más tiempo conmigo – el rubio lo volteo a ver y suspirando lo vio con tristeza.

-      Sé que no lo haces de mala fe y entiendo que me quieras dar todo lo que tienes a tu alcance, pero yo quiero ser independiente y si empiezo a depender de ti y nos llegamos a pelear no quiero que salga de tu boca el típico “todo lo que tienes es por mi” – el castaño se sorprendió de la declaración.

-      Ya me cansé de pelear contigo por lo mismo, creo que en 5 años juntos he demostrado que no busco humillarte o tratarte mal, así que si no piensas ser una pareja real conmigo por favor no vuelvas – Joey se quedó pasmado por las palabras, ya que Seto si peleaba por cuidarlo, pero jamás había llegado el momento donde le dijera que terminaban.

-      Bien – fue lo único que salió de la boca del rubio, mientras recogía las cosas que le había lanzado al castaño y salía llorando de la habitación. 

 

Mientras tanto Seto también estaba triste por sus palabras, pero él de verdad quería que el cachorro dependiera de él, no que tuviera que obligarlo a aceptar sus regalos o que tuvieran que pelear si lo invitaba a salir de vacaciones o que al momento de salir a comer el rubio literalmente lo mordiera por tratar de pagar la cuenta, se había cansado de pelear por algo que se podía solucionar si dejara de ser tan orgulloso.

 

-      Vaya pequeño Seto te vez algo decaído esta mañana, pensé que la vida de casado te iba a tratar mejor – Maximillion Pegasus hacía su entrada triunfal a la oficina siendo perseguido por la secretaria que al parecer había intentado frenarlo, pero incluso para Seto era imposible.

-      ¿Qué haces en mi oficina? – su cara ni siquiera reflejaba emociones a pesar de que había ocupado un tono de molestia en su voz.

-      ¿Problemas en el paraíso? – Maximillion se sentó en las sillas que estaban frente al escritorio y Seto lo barrio con la mirada, no tenía muchos amigos a quien contarle sus problemas maritales y Mokuba no era la opción para descargar sus frustraciones, pero de algo estaba seguro, jamás le contaría a ese hombre que pasaba en su relación con Joey.

-      No te aproveches de tu suerte Pegasus.

 

Sin más palabras el hombre de cabellos plateados empezó a sacar de su portafolio una memoria donde guardaba todos los nuevos proyectos con los cuales quería expandir el juego de cartas y al ser Seto el pionero en tecnología para duelos siempre lo mantenía informado, así ambos se beneficiaban.

Así la tarde transcurrió sin muchas complicaciones, pero aun así le rondaba por la cabeza la pelea de la mañana y la verdad pensándolo bien había exagerado en esta ocasión, Joey era el único que le hacía sentir emociones y por eso no sabía gobernarlas, siempre se salían de control, más cuando se trataba de estar con él o de cuidarlo.

Iba de camino a casa en la limosina junto a Mokuba, que se la pasaba preguntando por qué Joey no había ido a la empresa para recogerlos, ya se había hecho costumbre que al terminar su turno en la universidad pasaba a recoger a Seto y a Mokuba a la empresa e iban juntos a la mansión, si Joey se quedaba más tiempo en la universidad pasaban por él y salían a cenar cualquier cosa que se le antojara, por lo cual Mokuba amaba que a Joey se le hiciera tarde, significaba menos comida sana y que podía dormir hasta tarde jugando con su cuñado favorito (es el único, pero aun así era su persona favorita).

Pero en esta ocasión solamente había silencio en la limosina y Mokuba se había rendido de preguntar cuando vio a su hermano perdido en el limbo ignorándolo, al entrar en la mansión por primera vez en 5 años la sintió fría como si hubiera muerto algo en su interior, la cena ni siquiera tenía sabor, su hermano le trataba de hablar, pero por más que intentaba concentrarse en su voz siempre terminaba escuchando sus mismas palabras: “Ya me cansé de pelear contigo por lo mismo, creo que en 5 años juntos he demostrado que no busco humillarte o tratarte mal, así que si no piensas ser una pareja real conmigo, por favor no vuelvas”.

A la mañana siguiente despertó después de haber dormido solamente una hora, jamás pensó que la ausencia de su cachorro en la cama le hiciera perder el sueño de esa manera, así que en contra de todos los pronósticos que tenía, decidió doblegar su orgullo dejar de insistir en que Joey dejara de trabajar y tenerlo a su lado, aunque le volviera loco no tenerlo todo el tiempo.

Se levantó de la cama pensando o tratando de recordar en que momento su cachorro se había vuelto parte vital de su vida cotidiana, cuando llegó el momento en que no podía dormir sin él, cómo era posible que los focos de su mansión no pudieran iluminar los pasillos de la misma al igual que la sonrisa de su hermoso rubio.

Tomó su carro más austero (no quería llamar la atención) y condujo a la universidad de su amado cachorro, jamás pensó que iba a durar menos de un día molesto con él, siempre había sido demasiado independiente y ahora le aterraba perder a una persona, definitivamente el amor era demasiado complicado para su mente abstracta y su corazón de hielo.

Al llegar a la universidad caminó directamente hacia la oficina del rector, sabía que si iba a la oficina de Joey le armaría un escándalo antes de hablar con él, así que lo mejor era primeramente tener el ambiente controlado para evitar que huyera y que mejor que en la oficina de su jefe, al llegar el rector casi se puso como tapete para que él entrara, pero grande fue su sorpresa cuando le dijo que Joey no había ido a trabajar en esos dos días.

Su cachorro podía estar súper enojado con él o podía estar muy cansado, pero jamás faltaba a clases, sus alumnos eran como sus hijos adoptivos y siempre se esforzaba mucho en darles clase, en enseñarles algo bueno y así fueran personas productivas de la sociedad, así que lo único que podía evitar que faltara sería que estuviera enfermo, pero no había metido ningún permiso médico, así que preocupado por esta situación decidió buscarlo en su departamento.

Ignorando al rector olímpicamente salió de la oficina volvió a subir a su auto y manejó a la “casa” de su pareja, hacía 5 años que no dormía ahí, desde que habían empezado a salir siempre lo convencía de que durmieran juntos en la mansión y ese departamento que tenía cerca de la universidad se había quedado olvidado, además de que Joey amaba a Mokuba, así que le encantaba quedarse a jugar videojuegos, salir a pasear por muchos lugares que él creía inadecuados para su hermano, pero que Joey pensaba que eran lo más divertido sobre la faz de la tierra para un adolecente, así que el quedarse en la mansión no fue un problema tan grave de aceptar y solo de vez en cuando iba a ese departamento para poder verificar que no hubiera intrusos, pagar el mantenimiento y recoger los recibos que llegaban ahí.

Joey jamás había dejado que la correspondencia de sus tarjetas o cualquier otro servicio que pagaba llegara a la mansión, porque sabía que si Seto los llegaba a ver los ligaría a su preciada tarjeta negra que al parecer no tenía límite de fondos, ya que lo había visto comprar un helicóptero con ella, así que una vez al mes solamente iba por su correo y regresaba a la mansión, ese tema también los había hecho pelear al inicio, ya que se había ofrecido a pagarlo simplemente para que estuviera tranquilo y no tuviera que volver a pararse en el departamento, obviamente argumentando que era por seguridad, pero Joey no había aceptado y seguía pagando sus cosas completamente solo.

Al llegar al afamado departamento Seto recordó las veces que antes de ser una pareja oficial habían pasado ahí noches de pasión desenfrenada, al entrar vio que el correo de Joey no estaba, así que, si había llegado a ese lugar el día de ayer, caminó al elevador y analizó todo el lugar, era más grande de lo que recordaba, siempre pensó que era una pocilga, pero ahora que lo veía, Joey de verdad estaba pagando un buen lugar para poder vivir, no debió desmeritar su trabajo.

Dentro del departamento (tiene su propia llave) vio las cosas de Joey tiradas a la mitad de la sala y claros signos de que habían peleado dentro del lugar, llamó a la policía de inmediato y unos conocidos que también hacían investigación privada, empezó a buscar por todos lados señales de su cachorro, no tocó nada y trató de no mover nada esperando que eso ayudara a mantener la escena y de esa manera descubrir quién le podría hacer daño a su cachorro y cuando lo descubriera iba hacer que le callera un mundo de problemas legales que ni sus tátara nietos iban a poder librarse de ellos.

Al llegar la policía empezaron a investigar el lugar lo mejor posible, más que nada porque Kaiba estaba viéndolos desde la puerta hacer su trabajo y si él determinaba que omitían algo importante empezaba a regañarlos, cuando la policía terminó permitieron que los investigadores privados ingresaran y tomaran también parte de la evidencia, no por gusto sino porque Seto estaba ahí imponiendo su autoridad y no había poder en el mundo que venciera a Seto Kaiba.

Ese mismo día por la noche Seto estaba dando vueltas como león enjaulado en toda la mansión Mokuba había tratado de calmarlo, pero se rindió después de haber escuchado todas y cada una de las teorías locas que tenía su hermano sobre la desaparición de Joey, así que pensó que lo mejor era descansar porque al día siguiente alguien tendría que mantener el temperamento de Seto a raya, este sería su segundo día sin dormir, así que iba a empezar a ser un martirio para muchas personas.

 

Por la noche Seto se había puesto en contacto con negociadores expertos en secuestros, él sabía que pronto le iban a pedir dinero por su cachorro, así que debía empezar a tener todo listo, dinero en efectivo a la mano, las líneas intervenidas para poder encontrar a los malditos que habían osado ponerle una mano encima y tener a todos aquellos que podían ayudarle listos para la llamada crucial.

Espero esa llamada por 3 días más, pero no había nada que indicara que había sido un secuestro y la policía daba a entender que posiblemente era un robo que había salido mal, por lo cual le insinuaban que tal vez no encontraría a alguien vivo, eso lo había vuelto loco literalmente, había destrozado la oficina que tenía en su casa, había roto todos sus libros, había golpeado su fino escritorio con su computadora hasta destrozarlos a ambos por igual, había desempotrado los grandes libreros de la pared y los había tirado al suelo y había saltado sobre ellos hasta partirlos en varios pedazos, sus zapatos no habían aguantado y había terminado con varias heridas de clavos en la planta sus pies, pero el dolor de su corazón era aún más grande que el físico, así que lo ignoro por completo.

Cuando por fin terminó de destrozar su oficina se sentó a llorar, pensando que todo había sido su culpa, si no hubiera sido tan terco en insistir en mantenerlo, si no le hubiera dicho que si no aceptaba sus términos no volviera, si tan solo pudiera regresar el tiempo se cerraría a sí mismo la boca de un puñetazo con tal de tener de nuevo a su cachorro a su lado.

Después de terminar hecho un desastre su hermano lo había ayudado a recuperarse un poco y lo había curado, pero justo cuando creyó que su mundo se había acabado recibió una llamada que le dijo: “Tenemos a su pareja, no llames a la policía, recibirás instrucciones pronto” y colgaron, ese día tuvo mucha esperanza en volver a ver a su cachorro, a pesar de que era un secuestro él aún tenía la oportunidad de redimir sus errores, cuando se lo entregaran iba a ser honesto y se iba a disculpar.

Así que eso alivió un poco su corazón, pero espero por una semana y no había recibido ninguna llamada, los que había contratado para encontrar a su cachorro habían hecho hasta lo imposible para poderlo encontrar, incluso había empezado a crear un sistema de rastreo que podía encontrar a cualquier persona y si funcionaba, pero no podía dar con su cachorro, necesitaba parámetros de búsqueda y no tenía nada, esa semana había sido como un boom de ideas para poder innovar en el área de búsqueda y rescate, pero ninguno de sus inventos genero frutos para encontrar a su cachorro.

Claro que a su inversionista no les molestó, ya que los habían patentado y empezaban a venderlos a las diferentes instancias de seguridad a través del mundo, por lo cual el patrimonio de Kaiba se había hecho más grande, tristemente después de esa semana de millones de ideas y no lograr nada, dejo de crear cosas.

Cuando eso paso Mokuba entro en pánico, su hermano era una mente brillante llena de ideas y era el motor que mantenía a Kaiba Corp; todo lo que su hermano inventaba siempre era algo ingenioso que revolucionaba el mundo, además de que él aún no se sentía listo para poder tomar las riendas de tremenda compañía, tampoco tenía el ingenio de construir algo, el jamás podría ocupar los zapatos de su hermano, eran de una talla tan grande que sentía que podía morir ahogado en ellos.

Entonces empezó a ayudar a su hermano con la búsqueda cada que podía, pero le era casi imposible, los socios no iban a dejar que ambos Kaiba se centraran en algo tan “insignificante” como una persona, así que prácticamente habían acaparado a Mokuba de inmediato con trabajo al por mayor, muchos de ellos habían intentado hablar con Seto, pero era imposible que él contestara una llamada, el uso de su teléfono era de dominio particular 3 empresas diferentes se encargaban de atender las llamadas y si no eras un secuestrador, entonces te pasaban a una extensión donde podías escuchar música por horas y nadie iba a contestarte jamás.

Mokuba se rindió, no podía ayudar a su hermano y llevar una empresa, así que dejo que hiciera todo lo posible por encontrar a Joey, no podía hacer nada más, así como su hermano había cuidado de él cuando aún era chico, él iba a cuidar a Seto, no dejaría que nada lo distrajera de su búsqueda, ya vería como mantener a Kaiba Corp; además su hermano había tomado las riendas de la empresa casi a su misma edad, así que solo debía ser más organizado y menos despreocupado, sólo hasta que Joey apareciera otra vez.

 

End Flash Back.

 

Cuatro de septiembre mi frase si te vas no vuelves
Me persigue y siento ganas de llamarte
Pero no contestas no entiendo por qué no contestas
Si aunque hayamos peleado todo sigue
Siete de septiembre la llamada que llegaría
Me dice que ahí estás, que no llame a la policía
Luego cuelgan, todavía no pierdo la fe
Sé que algún día volverás y pase lo que pase

Yo te esperaré
Nos sentaremos juntos frente al mar
Y de tu mano podré caminar
Y aunque se pase toda mi vida yo te esperaré
Sé que en tus ojos todavía hay amor
Y tu mirada dice volveré
Y aunque se pase toda mi vida yo te esperaré

 

 

 

Y así habían pasado un año y medio sin poder saber de su cachorro, todos aquellos que había contratado para que lo encontraran habían tratado de disuadirlo, trataban de decirle que después de tanto tiempo si no habían pedido dinero seguramente es porque algo había salido mal y ya no tenían a la persona para el intercambio, pero él se negaba a creer eso y siempre contestaba lo mismo: “Mientras esta tarjeta tenga fondos para pagar, no van a parar de buscarlo”.

Mokuba había perdido la fe junto con todos y había llorado bastante, tanto la perdida de Joey como la locura de su hermano, no lo había presionado para que saliera de la mansión, pero en muchas ocasiones lo había encontrado a punto de matarse por la tristeza y la soledad, se había vuelto cansado tratar con él, así que prácticamente le contrató una niñera, una mujer junto a dos hombres se encargaban de mantenerlo con vida mientras estaba en la empresa, cada que sonaba el teléfono tenía miedo de que fuera la noticia de la muerte de Seto.

Había mandado a construir una réplica del laboratorio que tenía en Kaiba Copr. Para que pudiera seguir trabajando en casa, a veces estaba ahí horas construyendo nuevas cosas, cuando tenía ciertos lapsos de cordura, pero Mokuba tenía que entrar a rescatar el invento por las noches o sino en la mañana su hermano lo destruía todo, al parecer se auto castigaba cada que hacia algo bien, como si no mereciera la felicidad, había sido demasiado difícil para él verlo en ese estado, pero ya había intentado de todo para que pudiera salir adelante, todo lo médicamente posible, pero al parecer la única cura era que Joey apareciera, algo que hasta el buen Yugi y su optimismo infinito veía difícil.

 

 

Era de mañana, Seto ya no diferenciaba los días, los meses o el año en el que vivía, solamente abría los ojos y si había luz se levantaba y si era de noche volvía a tratar de dormir, aunque para él era demasiado difícil, ya que al cerrar los ojos sus palabras gritaban en su interior una y otra vez, hasta que el cansancio podía más que su culpa y volvía a dormir, había dejado de tratar de matarse, ya que siempre era interrumpido por Mokuba o por las niñeras que tenía, se había vuelto aburrido no poder morir, además de que la mujer que lo seguía a todos lados le decía que su hermano ya había perdido a sus padres y a su cuñado, que si también perdía a su hermano seguramente él también acabaría suicidándose, así que decidió vivir para que Mokuba no sufriera más.

 

-      No quiero comer hoy – la chica de cabello rubio rodó los ojos, odiaba esos días donde Seto hacía berrinche por la comida, significaba que tendría que pelear literalmente con él para que comiera algo, de por sí ya no quedaba nada del hombre guapo y atlético de las revistas, ya solamente era hueso y piel caminando por la mansión.

-      Seto, ya hablamos de esto antes, sino comes te harás daño, además le prometiste a Mokuba que ibas a cuidarte más – el castaño rodo los ojos y aventó la comida lo más lejos posible, se levantó para irse, pero fue sometido por los dos hombres que se encargaban del trabajo pesado, la rubia pidió un plato nuevo y ahora por las malas le dio de comer a CEO.

-      Viste, terminaste tu avena muy rápido, no te sientes con más energía, deberíamos hacer yoga en el patio, el clima esta increíble – la rubia a diario trataba de manera honesta de ayudar a Kaiba, había visto llorar a Mokuba miles de veces y le partía el corazón ver a ambos hermanos en ese estado, la salud emocional de ambos era demasiado frágil y de cierta manera se le hacía bastante romántico el hecho de que Seto hubiera enloquecido por amor.

-      No quiero, hoy voy a estar en el laboratorio, Mokuba necesita algo para mantener a los inversionistas quietos – la rubia pensó que iba a ser un día difícil, pero al parecer hoy de verdad Seto estaba con la intención de ayudar a su hermano, ya tenía la ventaja, sólo debía de evitar que rompiera lo que iba a inventar y podía dar por hecho que podría ver la sonrisa del menor de los Kaiba en la noche.

-      Muy bien, entonces ¡al laboratorio secreto! – Johana lo había bautizado así porque se había construido en la parte más profunda de la mansión para evitar que molestaran a Seto o que si algo malo pasaba ahí dentro no consumiera todo el edificio.

 

Así el brillante CEO empezó a generar ideas en su laptop y les iba dando forma poco a poco, su hermano había tratado miles de veces en mantener a su fiel computadora intacta con sistemas que evitaran que borrara cualquier cosa que Seto escribiera, pero a pesar de la locura y de ya no trabajar lo mismo que antes, Kaiba demostraba que seguía siendo un genio de la informática y no importaba que hiciera Mokuba, él siempre lo superaba, así que Johana tenía que vigilar que no destruyera nada y así pudiera terminar cualquier proyecto, al inicio fue difícil para la rubia, pensaba que no podía tocar al magnate, pero después agarro la confianza de gritarle al castaño, lo regañaba como si fuera su madre e incluso habían llegado a los golpes.

Aun recordaba que Mokuba los había visto en el piso de la entrada peleando para evitar que Seto tuviera un cuchillo en las manos, lo había tomado con gracia frente a su hermano, pero a solas había estado llorando y le agradecía infinitamente a la rubia que tuviera esa entrega para cuidar de su hermano, al principio pensó que no aguantaría mucho tiempo, habían renunciado ya 20 personas antes que ella, pero al parecer su temple de acero la volvía la compañía perfecta, claro que se veía a leguas el cansancio de la rubia, a veces simplemente quería tomar sus cosas e irse, llevaba 6 meses trabajando y se le hacía una eternidad, había envejecido 10 años en esos pocos meses y también estaba el hecho que desde que trabajaba ahí los reporteros empezaron a acosarla y en varias ocasiones la habían sobornado para filtrar información o imágenes de la familia Kaiba, no lo iba a negar habían sido sobornos muy tentativos, pero ella si tenía conciencia y cada que pensaba en los hermanos Kaiba se le partía el corazón, así que optó por vivir en la mansión para evitar el acoso, solo hasta que Seto de verdad pudiera volver a la realidad, Mokuba tuviera estabilidad emocional y el mentado Joey apareciera de nuevo, pero por la cara de los investigadores privados sería una muy larga espera, ya que ellos lo daban por muerto.

 

Siento que me quitaron un pedazo de mi alma
Si te vas no queda nada queda un corazón sin vida
Que a raíz de tu partida se quedó solo gritando
Pero a media voz

Siento que la vida se me va porque no estoy contigo
Siento que mi luna ya no está si no está tu cariño
Ni toda la vida ni toda la agua del mar
Podrá apagar todo el amor que me enseñaste
Tú a sentir, sin ti yo me voy a morir
Solo si vuelves quiero despertar
Porque lejos no sirve mi mano para caminar
Porque solo espero que algún día puedas escapar

Yo te esperaré
Nos sentaremos juntos frente al mar
Y de tu mano podré caminar
Y aunque se pase toda mi vida yo te esperaré
Sé que en tus ojos todavía hay amor
Y tu mirada dice volveré
Y aunque se pase toda mi vida yo te esperaré

 

Ese día Seto había ido nuevamente a la playa, amaba y odiaba ese lugar, siempre que iba acababa más depresivo que antes, pero aun así era de los pocos lugares que lo podían mantener cuerdo, ya que la mansión tenía tantos recuerdos que a cada segundo se sentía ansioso, pero ese día iba por algo especial estaba decidido a cambiar a tomar un nuevo rumbo, ya empezaba a cambiar su destino, podía sentirlo y eso lo sabía porque estaba seguro que había visto el futuro, al fin los dioses a los cuales sirvió en su vida pasada le estaban devolviendo un poco de lo que le habían robado, ya que tuvo un sueño, que había sido tan real que su frágil mente lo acepto como una visión del futuro y en su corazón no había dudas ese sueño significaba algo bueno e iba a esperar a que se volviera realidad.

 

En el sueño se veía a sí mismo como siempre sentado en su oficina, trabajando en su confiable computadora y al pararse pisaba por accidente un carrito, vio el carrito con fastidio, pero sonrió al recordar de quien era, así que lo levantó y fue a la habitación que estaba en ese mismo pasillo a 3 puertas de distancia y al abrirla vio la escena más mágica del mundo, ahí sentado en medio de la habitación estaba su cachorro jugando con dos niños, parecían gemelos ambos se parecían a él y su cachorro al parecer les estaba enseñando algo, porque tenía un libro en las manos, al verlos ahí juntos sintió un enorme calor rodeando su corazón y su cuerpo, como si todo el daño del último año y medio nunca hubiera pasado.

 

Mokuba se encontraba en la oficina terminando varios de los preparativos para ingresar las patentes de su hermano y así poder mostrarlas a los inversionistas, se sentía un poco más tranquilo desde que Johana le había comentado que Seto parecía querer empezar a salir de nuevo, había estado comiendo a sus horas, no había necesitado antidepresivos para dormir y al parecer volvía al ejercicio, así que le encargó la noble misión de contratar a un instructor de gimnasio para que pudiera ayudar a su hermano.

Mientras pensaba que al fin podría volver a la normalidad una llamada interrumpió su feliz momento, era de la agencia que Seto había contratado para buscar a Joey, muchas veces habían tratado de convencerlo de que ya no era necesario gastar dinero en algo que posiblemente jamás serviría, pero tristemente Seto aun loco tenía una cantidad monstruosa de dinero y podía pagar esos caprichos.

 

-      Diga – Mokuba había ordenado recibir el informe antes que su hermano y si veía que era seguro que él lo supiera daba la autorización de hablar con él, mientras tanto esas personas tenían prohibido marcarle.

-      Buenas noches, lamentamos comunicarnos tan tarde – la voz de la mujer que ya conocía trato de sonar formal, pero la emoción le corría por la garganta, ya conocía esa escena.

-      Hola Ivanna, no te preocupes ¿qué noticias tienes? – la agencia era rusa, porque nadie mejor que los rusos para encontrar gente.

-      Creo que en esta ocasión lo encontramos – Mokuba contuvo un suspiro de hastío, porque sabía que no era culpa de la mujer sino de sus superiores que la mandaban a hacer el trabajo de mantener la llama de la esperanza en Seto y así siguiera gastando millones en búsqueda, estaba seguro que ya ni movían un dedo solamente pasaban una factura falsa y Seto la pagaba.

-      Recuerda no le digan nada a mi hermano hasta que la confirmación sea segura al 100%, de ser una sospecha no quiero que… - no terminó la frase cuando la mujer lo interrumpió, cosa que nunca había pasado.

-      No joven Kaiba, de verdad lo encontramos, el helicóptero de la compañía lo está llevando al aeropuerto para subirlo al primer avión hacia Ciudad Domino – Mokuba se quedó estático, su corazón parecía latir por primera vez, solo había pasado un año y medio y se sentía muerto por dentro, pero en esta ocasión su corazón parecía lleno de esperanza, eso que había perdido hacia 6 meses atrás.

-      ¿Habla en serio? – un correo electrónico llegó casi de inmediato al momento de preguntar.

-      Le envío los archivos de donde lo encontramos, se le dará atención médica en cuanto esté en Domino, pero mientras tanto debemos de informar al señor…

-      ¡NO! – Mokuba grito sus nervios estaban de punta – hasta que yo confirme que es él, mi hermano no sabrá nada, lo prohíbo – el pelinegro estaba leyendo el informe y por la foto podía creer que era Joey, pero no iba a dejar que una foto comprometiera el avance de su hermano, si no era entonces le volverían a romper el alma, así que prefería mantenerlo en secreto, hasta que pudiera verlo en persona.

-      De acuerdo, llegara a Ciudad Domino en 16 horas, ¿A dónde lo llevamos? – Mokuba empezó a moverse rápida y cautelosamente, no debía de levantar sospechas, si Seto se enteraba seguramente correría a donde fuera y no pensaba perderlo.

-      Llévelo al Hospital Central de Domino, ahí llegare mañana para verlo – la mujer en la línea sentía que no debían de esperar tanto, pero aun así acató las reglas, después de todo no podía desobedecer al que firmaba los cheques.

-      Entiendo, estaremos en contacto, hasta luego.

 

Mokuba vio la hora en su computadora eran las 02:00 a.m. significaba que vería a “Joey” a las 06:00 p.m. no creía poder aguantar tanto tiempo el secreto viendo a Seto a la cara, así que decidió quedarse a dormir en un departamento cercano a la empresa que había comprado cuando empezó a trabajar las mismas horas que su hermano, debía de esconderse en lo que rectificaba que fuera real, pero con quien podía hablar sin romperle el corazón, si le decía a Yugi sería lo mismo, si le decía a Serenity también podía matarla, había muchas personas con las que podía hablar, pero a todas se les partiría el corazón si no era Joey el que iba en el avión, al parecer una vez más tenía que soportar todo él solo.

Leyó el informe como 60 veces esa noche, ya que no había podido conciliar el sueño y no quería recurrir a pastillas, temía no despertar nunca, así que termino el trabajo de una semana, jugó varias rondas de duelo de monstruos en línea y más aparte estuvo comiendo más de la cuenta, pero el vacío que sentía en el estómago no se llenaba con nada, también estuvo rodando por el piso, brincó en la cama, se metió a bañar y se tallo hasta enrojecer su piel, pero no podía con la ansiedad, el nivel de estrés lo estaba consumiendo por dentro, le hablo a su secretaria a las 5 de la mañana informando que no iba a ir a trabajar por cuestiones personales y le envío todo lo que se debía de revisar.

 

 

Si tú te vas no queda nada
Sigo cantando con la luz apagada
Porque la guerra me quitó tu mirada
Y aunque se pase toda mi vida yo te esperaré
Si tú te vas no queda nada
Sigo cantando con la luz apagada
Porque la guerra me quitó tu mirada
Y aunque se pase toda mi vida yo te esperaré

(Cali y el Dandee)

Si tú te vas no queda nada
Sigo cantando con la luz apagada
Porque la guerra me quitó tu mirada
Y aunque se pase toda mi vida yo te esperaré
Si tú te vas no queda nada
Sigo cantando con la luz apagada
Porque la guerra me quitó tu mirada
Y aunque se pase toda mi vida yo te esperaré

 

 

Mokuba salió de la habitación del hotel sintiéndose como una bola de demolición, no solo por lo que había comido, sino por las emociones que no había podido sacar con nadie, había estado gritando por el balcón hasta que tocio sangre, pero ni eso lo había calmado, eran las 05:00 p.m. si se movía a esa hora al hospital de Domino llegaría a justo cuando aterrizara el avión y podría ver a “Joey” antes de que ingresara, que era lo que le interesaba, saber que era él, en cuanto lo confirmara podría llamar a todos los que habían esperado volver a verlo y decirles que él estaba bien, que había sobrevivido y que a pesar de las condiciones como un guerrero había vuelto a casa.

Llegó al hospital e informó de la llegada de un paciente especial, los doctores y enfermeras se pusieron nerviosos, ahora él era el que mandaba en Kaiba Corp. Así que se sentían intimidados, más que nada porque el muchacho había amenazado de que nadie podía revelar quién iba a llegar o filtrar información a los medios o cualquier otra persona, todos habían hecho conjeturas de que seguramente era el mismísimo Seto Kaiba el que llegaría y que por eso mantenían ese perfil, pero descartaron la idea cuando recordaron que la familia tenía un ejército de doctores a su disposición listos para atenderlos en cualquier lugar del mundo.

Las 06:00 p.m. el avión se había retrasado por turbulencia así que el paciente llegaría al hospital hasta las 06:45 p.m. en un helicóptero desde el aeropuerto, se había alquilado el último piso del hospital completamente para que solo atendieran a ese paciente, la sorpresa más llamativa es que el pago había sido en efectivo y la reservación bajo un nombre falso, todos en el hospital empezaban a creer que iban a traer algún prófugo o algo similar, pero nadie se atrevía a preguntar, algo que la gente rica odiaba era que le hicieran preguntas, así que decidieron esperar.

 

Las 06:45 p.m. un helicóptero llega a las instalaciones, los doctores asignados a ese caso esperan a que sea seguro acercarse, las enfermeras esperan ansiosas conocer al paciente secreto y así poder empezar a correr los chismes por el hospital, Mokuba estaba al frente de todos esperando con un tic nervioso en la ceja, ya no podía con el estrés y ya había comido hasta vomitar.

Del helicóptero primero bajaron 4 hombres extremadamente altos de cabello rubio, ojos de color azul, traje negro y con armas de alto calibre en las manos, luego dos hombres igualmente rubios de ojos azules, también altos, con traje, la diferencia es que parecían matones más ricos, ya que no tenían armas y por último bajo un hombre menudito, vestido como pordiosero, tambaleándose y siendo ayudado por los dos últimos hombres, los doctores no sabían a quién debían de atender y estaban nerviosos pensando que iban a ser testigos de una ejecución.

 

-      Él es el paciente – habló uno de los hombres su voz ronca podía hacer que cualquier mujer llegara a un orgasmo, pero su cara era la clara invitación a una vida llena de delitos.

-      Joven Mokuba, cómo verá… – no dejo que terminaran cuando empezó a revisar al hombre menudito, el cabello que podía pasar por rubio estaba hecho rastas por la mugre y al parecer tenía lodo, su piel era de color negro por el tizne, pero Mokuba no buscaba algo tan banal, fue directo a buscar los ojos del pordiosero, conocía esos ojos miel tanto como los ojos azules de su hermano, así que entre tantas capas de cabello al fin los encontró.

-      ¡Es él! ¡no puedo creerlo es él! – Mokuba saltaba de felicidad y se separó de inmediato de Joey – ¿qué están esperando bola de inútiles? ¡Necesita atención médica! – los doctores se sorprendieron de que el CEO actual de Kaiba Copr. Tocará a un pordiosero y peor aún con el olor que traía encima, así que aun más que sorprendidos lo llevaron dentro sobre una camilla, para empezar a limpiarlo.

-      Joven Mokuba – uno de los hombres amenazantes lo detuvo antes de que corriera detrás de los doctores – no lo agregamos en el informe, ya que no sabíamos cómo tratar esa situación, pero Joey Wheeler no tiene memoria de nada – al pelinegro no se le borro la sonrisa, amnesia era mejor que muerto o desaparecido, además con Joey vivo su hermano podía al fin volver al mundo real.

-      No importa, ya veré como tratar con eso – Mokuba sonreía como si hubiera encontrado la cura para el cáncer – mañana mismo les daré el pago correspondiente a los servicios prestados y también la recompensa que mi hermano les prometió si lo encontraban – sin pensarlo los abrazó a ambos y corrió detrás de los doctores dejando en shock a los agentes rusos y hasta cierto punto sonrojados.

 

 

 

 

 

Johana no había visto a Mokuba en tres semanas, no había dormido en la mansión, no había llamado a su hermano, no había mandado mensajes preguntando si todo estaba bien y cuando marcó a la empresa para preguntar por él su secretaria le había dicho que no se había parado ahí en el mismo tiempo, solamente había dejado todo adelantado y no se encontraba en las instalaciones, de hecho la secretaria también parecía preocupada por la desaparición del menor de los Kaiba, pero no lograba dar con él y ella tenía prohibido marcar a la mansión para molestar a su hermano, así que no sabía cómo encontrarlo.

Así que ambas empezaron a buscarlo en conjunto, después de todo ambas le tenían un aprecio significativo al menor, se había esforzado mucho para no derrumbarse en ese año y medio, ambas lo habían visto al borde del colapso nervioso, tratando de ser un adulto y sobre todo admiraban como había cuidado, apoyado y protegido a su hermano en esos momentos tan difíciles.

Para sorpresa de ambas Mokuba apareció de la nada, parecía más resulto, más tranquilo, mucho más ecuánime y con un aire diferente, como si todos sus problemas se hubieran esfumado de la nada, casi podían sentir el porte de un digno heredero Kaiba en su caminar, al llegar a la mansión Seto estaba en su laboratorio construyendo nuevas cosas, por lo cual no se había dado cuenta de la ausencia de su hermano, estaba tan interesado en hacer un domo de duelo en una isla que habían adquirido hace tiempo, sería como Ciudad Batallas, pero más grande y estaría abierto por tiempo indefinido, además de que contaría con hoteles donde podrían quedarse los visitantes y con una versión más nueva de Kaiba Land.

Estaba haciendo la maqueta de como estaría todo distribuido (la maqueta es virtual) así que se había encerrado en su mundo de construcción mágico y nadie debía de molestarlo, claro solamente Johana lo molestaba para mandarlo a comer, dormir, bañarse o mínimo cambiar de posición para evitar daños a su columna.

 

-      Buenas tardes hermano – Mokuba entro con aire triunfante a la habitación y empezó a revisar los proyectos que su hermano había armado en su ausencia, eran demasiados y dejó de sonreír pensando que posiblemente no había estado cuidando su salud, pero al ver a Johana y su sonrisa triunfante sabía que no había pasado nada malo en su ausencia.

-      Mokuba estoy ocupado, aún no termino el nuevo centro de “Desafío de la Isla” – Seto se veía muy concentrado en la pantalla, tanto como cuando Joey aún estaba en casa, definitivamente había mejorado mucho, le alegraba que Joey no lo viera en el estado de demencia que había tenido por año y medio.

-      Lo sé, solo venía a decirte que compre un auto nuevo – Seto paro todo lo que hacía, nunca le había molestado que Mokuba ocupara su dinero en cualquier cosa, pero un auto era otro nivel, significaba que él iría solo por el camino y sin guardaespaldas.

-      ¿Con permiso de quién? – el pelinegro sonrió, su hermano estaba de vuelta, solo debía de mejorar su salud y volvería a la empresa pronto.

-      Es un Corvette del 86 convertible, perfectamente restaurado y con un color rojo que seduce a cualquiera – Seto frunció el ceño, su hermano estaba evitando la pregunta, iba a empezar a regañarlo, pero entonces recordó todos los días donde Mokuba había mostrado su madurez cuidándolo, cuando le había salvado la vida y también en cómo había podido dirigir la empresa de un día para otro cuando él se dedicó de lleno a encontrar a su cachorro.

-      Es increíble que tengas ese auto – Mokuba se iba a reír por la expresión y por la poca naturalidad con la que su hermano había hecho ese comentario, pero quería primero volver a ver feliz a su hermano, así que apresuró la situación.

-      Que bien, entonces quieres darle el visto bueno, está enfrente de la mansión – Seto algo renuente a pensar que su pequeño hermano había crecido lo acompañó y en efecto el Corvette era un auto hermoso y tenía los vidrios polarizados lo cual daba una mejor vista, pero no entendía por qué tenía el capote arriba, por algo ese carro era convertible – te daré el honor de abrir el capote – le entregó las llaves del auto y Seto vio extrañado a su hermano, cuando él tuvo su primer auto no quiso que nadie lo tocara, pero bueno no iba a negar que le interesaba.

 

Así que sin más demora abrió la puerta del copiloto, pero grande fue su sorpresa al momento de toparse con los ojos color miel, el cabello rubio y la piel de durazno que conocía mejor que la palma de su mano, Joey estaba sentado viéndolo directamente a los ojos, pero había algo diferente no estaba ese brillo que siempre había tenido.

 

-      Tiene amnesia, lo encontraron perdido muy lejos, lo he estado ayudando y contándole de su vida aquí, pero obviamente aun desconfía – Joey estaba moviendo las manos de manera nerviosa, Mokuba le había dicho que iba a conocer a la persona que había amado antes de perder la memoria y no iba a mentir cuando lo vio salir de la enorme mansión sintió como si su corazón doliera, casi sufría un infarto por verlo caminar hacia él, luego gracias a los vidrios polarizados pudo verlo de cerca y parecía una obra de arte, no podía despegar los ojos de ese hombre, se había sentido escéptico cuando le había contado el enorme cariño que le tenía, pero al verlo a los ojos con la puerta abierta tenía unas ganas enormes de llorar, ese vacío que había sentido desde que abrió los ojos en la calle, solo y sin memoria se había llenado por completo, era como si hubiera encontrado algo que jamás buscó. 

-      Hola Seto – las palabras de Joey retumbaron en el corazón del empresario como si fueran campanadas, su corazón había salido de su pecho y su estómago estaba en el inframundo, su cuerpo no reaccionaba, abrir la puerta y verlo ahí, había sido una explosión nuclear de emociones que no sabía detener y mucho menos controlar, simplemente se dedicó a tirar lágrimas.

-      Te extrañé tanto – fue lo único que le salió de la boca y abrazó a su cachorro, cuando había soñado que lo encontraba la felicidad que lo inundó no era ni la quinta parte de lo que sentía en ese momento al por fin tener a su cachorro a su alcance – no debí de haber sido tan necio, perdóname – el rubio no sabía que pensar esa increíble persona que le había descrito Mokuba se quedaba corta a comparación del hombre que estaba conociendo en ese momento y algo le decía que debía de quedarse con él, su corazón literalmente le obligaba a seguir a su lado.

-      Tranquilo, estoy en casa.

 

 

Mokuba sonrió al ver la emotiva escena de ambos y un peso en su corazón se quitó, como siempre Joey hacía magia con los Kaiba, vio su celular y el mensaje masivo que tenía planeado mandar indicando a las personas que conocían a Joey que por fin había aparecido, pero lo dejo en espera, se sentía mal por ser tan caprichoso aún, pero quería que su hermano disfrutara de volver a estar con su novio, quería volver a jugar con su cuñado, quería enseñarle más cosas de su vida, así que al menos por un tiempo iban a tener a Joey para ellos solos.

 

Fin.

Notas finales:

Dicen que nadie muere por dejar un RW.


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