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Rencuentro por MarinaLittle

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DRARRY

El callejón Diagon era muy bullicioso toda la época del año, pero esas semanas antes de Hogwarts eran horribles. Draco caminaba entre la gente sin soltar la mano de su pequeño hijo de siete años. Aunque lo más lógico hubiera sido quedarse en casa a Scorpius se le había antojado un helado, así que como buen padre que era se había desplazado a la abarrotada calle comercial mágica. Draco respiró aliviado cuando cruzó la puerta de la heladería viéndola casi vacía, Scorpius se escapó de su mano y fue directamente al escaparate donde todos los sabores estaban expuestos.

- ¡Padre yo quiero el nuevo de unicornio!-Draco miró donde su hijo señalaba y por su cuerpo pasó un escalofrío al ver el color grisáceo que tenía ese helado, transportándolo al pequeño episodio de primero y el profesor Quirrell.

- Uno de unicornio y otro de menta.- El hombre lo miró mal antes de asentir e ir a prepararlos.

Draco negó mientras miraba a las personas que habían ahí, una mujer con dos niños y otro niño de seis años con los ojos llenos de lágrimas mientras se aferraba a su tarrina de helado con fuerza. Draco dio una mirada rápida a su hijo comprobando que estaba embobado con la preparación de los helados, así que se acercó al pelinegro y se arrodillo delante de este.

- ¿Estás bien?- El niño negó mirando por la puerta mientras mordía su labio nervioso.- ¿Qué sucede?- Preguntó Draco apoyando su mano en el hombro del niño.

- Papá me ha dicho que no hable con extraños.- Draco sonrió con suavidad volviendo a mirar a su hijo que no apartaba la mirada del heladero.

- Y tu padre tiene razón, pero sino me dices porque lloras no podré ayudarte.- El labio del niño tembló de nuevo mientras miraba la puerta triste.

- He perdido a papá, él me dijo que si esto pasaba volviera a la última tienda.- Draco sonrió levantándose y ofreciéndole la mano al pequeño de ojos castaños.

Este lo miró desconfiado pero la aceptó acompañando a Draco donde Scorpius intentaba alcanzar los helados. El rubio más pequeño se detuvo y miró curioso al chico castaño que estaba sonrojado. Draco le dio su helado a su hijo y caminó para sentarse en una de las mesas. Scorpius y el otro niño lo hicieron juntos dejándole a él al otro lado de la mesa.

- Soy Scorpius y él es mi padre Draco.- Dijo el rubio con la boca llena y una sonrisa, Draco lo miró serio mientras negaba dándole una servilleta.

- Yo soy James.- Dijo el castaño mirando ambos rubios mientras comía de su helado.

- ¿Y dime James, dónde has perdido a tu padre?- Preguntó Draco comiendo una cucharada de su helado mientras miraba curioso al castaño, le parecía conocido, pero no conseguía saber porque.

- Íbamos a ir a ver las escobas y de repente no estaba, así que he vuelto a la heladería.- Draco asintió mientras miraba a su hijo que miraba curioso al chico de pelo marrón.

- No te preocupes, nos quedaremos contigo hasta que vuelva tu padre.- James sonrió agradecido antes de comenzar hablar con Scorpius ignorando al mayor.

Draco aprovechó para intentar averiguar de donde le sonaban esos rasgos, tenía la sensación de los que había visto durante muchos años, así que repasó todas las familias sangre pura amigas de sus padres, ninguno coincidían con James. La puerta se abrió haciendo sonar la campanita, Draco la ignoró vigilando a los niños.

- ¡James!- Draco se giró al escuchar esa conocida voz, al darse la vuelta se encontró a Harry Potter con otro niño en su mano, James saltó de su silla y se acercó a Potter abrazándolo con fuerza.- Me has asustado pequeño.- Susurró Potter comprobando que su hijo estuviera bien.

- Estoy bien, el señor Draco me ha ayudado.- Harry levantó su mirada percatándose de la presencia de ambos rubios, Draco se levantó y se acercó cogió la mano de Scorpius que estaba parcialmente escondido en su pierna.

- Curioso verte después de tantos años Potter.- Harry asintió sonriendo de forma tensa mientras cogía al otro niño, que debía tener unos cuatro años, en brazos.- James esta bien, me lo encontré aquí apunto de llorar, así que Scorpius y yo lo estuvimos entreteniendo hasta que vinieran a buscarle.- Harry miró al niño rubio que había salido y sonreía hablando con James.

- Muchas gracias Malfoy, no me he dado cuenta de que se había ido hasta que no hemos entrado en la tienda.- Draco señaló la mesa dejando que los chicos se sentaran sin dejar su conversación, Draco se sentó y Harry lo hizo a su lado dejando al otro niño sentado en su regazo. Draco acercó su dedo y acarició la mejilla de este con suavidad antes de suspirar.- ¿Tu hijo, no?- Draco asintió mientras se relajaba en su silla.

- Si, veo que sigues igual de observador.- Harry resopló mientras se reía suavemente.- Con que dos niños, no has perdido el tiempo.- Harry se rió mientras miraba a sus dos hijos con una sonrisa nostálgica.

- Si bueno, creímos que una familia compensaría las faltas que tenía nuestra relación, pero no fue así.- Dijo Harry triste abrazando a su pequeño hijo.- James y Albus son lo mejor que tengo, ellos me hacen seguir adelante.- Draco miró sorprendiendo a Potter, no era ni de broma el chico que había dejado en el Wizengamot después de los juicios.

- ¿Y la Weasley?- Harry resopló molesto apartando la mirada mientras su mandíbula se tensaba por la fuerza que estaba ejerciendo.

- Mami está jugando a las casitas lejos de aquí.- Dijo James triste, Harry lo miró sorprendido mientras que Scorpius abrazaba al niño castaño.- El tío Ron me ha dicho que, aunque nos quiere mucho, necesitaba ir a pasear y jugar algunos juegos.- Harry se tensó completamente llamando la atención de Draco que sonrió tensa sacando un monedero de su bolsillo.

- Scorpius, James os invito a otro helado.- Ambos niños lo miraron felices antes de que el rubio cogiera el monedero y corriera al mostrador.- ¿Está todo bien?- Preguntó aprovechando que los niños se había ido, Harry lo miró unos segundos antes de mirar a su hijo pequeño que se había dormido.

- No, es decir, Ginny y yo llevamos dos años separados.- Dijo ganándose una mirada de lastima de Draco.- Pero si en este tiempo ha visto a sus hijos dos meses te estaría exagerando.- Dijo con rabia mientras acariciaba la espalda de Albus.- No me malinterpretes, adoro a mis hijos y luche por su custodia total, pero James comienza a darse cuenta de las cosas, y me preguntan por su madre. No puedo decirles que su madre está en la otra punta del mundo formando una familia con un americano y que no se acuerda de ellos.- Dijo con rabia, Draco asintió entendiendo a Harry, él también estaría furioso si estuviera en esa situación.

- No te preocupes Potter, se les ve felices contigo, eso es lo que debe importar.- Dijo mirando a su hijo que aunque en ese momento lucía feliz y tranquilo, aun lo escuchaba llorar por las noches.- Scorpius aún no ha superado la muerte de su madre.- Dijo en un susurro ganándose una mirada sorprendida de Harry.

- Mierda no lo sabia, he sido idiota al decir todo eso, lo siento.- Draco se rió sorprendiendo al de gafas.- He sido un insensible al hablar así de mi exesposa cuando tu...

- No te preocupes Potter, Astoria fue feliz los años que estuvo con nosotros, se fue rodeada de sus seres queridos, así que no es un tema en el que debes ir con pies de plomos.- Harry asintió antes de que los niños se sentaran en la mesa con un helado cada uno.- Porque no vamos a comernos el helado algún parque.- Los niños asintieron felices mientras se dejaban guiar por sus padres, Harry los condujo hasta un parque Muggle.

Dejó a Albus en el suelo y James le cogió una manita llevándolo hasta los juegos. Ambos adultos se sentaron en un banco sin apartar los ojos de sus hijos. Para sorpresa de los antiguos enemigos el ambiente que había entre ellos era muy tranquilo, casi acogedor. El rubio ya no desprendía ese aura de creído, sino una más relajada. Mientras que la de Potter se había vuelto fuerte y relajante.

- ¿Cuánto tiempo hace?- Preguntó Harry sin mirarle, Draco hizo una mueca antes de girar su cara con una mueca pensativa.

- Ocho meses.- Dijo tranquilamente, Harry lo miró notando que sí que estaba triste aunque tratara ocultarlo.- ¿Por qué esos nombres?- Harry miró a Draco antes de desviarlas a sus hijos y reírse suavemente.

- James Sirius por mi padre y mi padrino, además James tiene la misma actitud traviesa de esos dos.- Draco lo miró sorprendido antes de reírse con suavidad.- Y Albus Severus, por los dos magos más poderosos que he conocido.- Draco miró sorprendido al niño de cuatro años que jugaba con la tierra antes de reírse suavemente.- ¿Y Scorpius?- Preguntó curioso Potter.

- Si Severus estuviera vivo te habría cruciado por ponerle su nombre al niño.- Harry se rió mirando a Draco que tenía una sonrisa en la cara, una sonrisa que verdaderamente le quedaba bien.- Y Scorpius debido a la costumbre de la familia Black de poner nombres de constelaciones.- Harry asintió acordándose de haber hablado eso con Sirius en algún momento.

Entre ambos adultos se instaló un silencio ligeramente incómodo, ninguno sabía por donde seguir hablando. Albus se acercó a ellos y estiró sus manos para que Harry lo cogiera, el niño se frotó sus ojos cansado y se acomodó en el pecho de su padre quedándose dormido casi al instante. Draco sonrió acercándose un poco para ver más de cerca al niño. James se parecía a Harry, pero Albus era la copia de este. El rubio acarició la mejilla del niño antes de levantar la mirada dándose cuenta de la cercanía que ambos se estaban adaptando. El rubio tragó nervioso bajando su mirada a los labios del pelinegro antes de separarse de forma lenta antes de que se arrepintiera de hacer algo. Harry frunció el ceño antes de negar suavemente.

- Debería irme, mis padres vendrán de visita.- Dijo Draco levantándose ligeramente más nervioso. Harry lo miró fijamente antes de sonreír tenso y asentir.- Podríamos quedar en otro momento, sigo viviendo en la mansión.- Susurró la última parte sin quitar la mirada de Harry y sus expresiones, este tembló suavemente antes de asentir.

- Claro, os mandare una lechuza.- Draco asintió con una sonrisa suave, Harry también se levantó y carraspeó nervioso cogiendo mejor a Albus.- ¡Chicos nos vamos!- El castaño y el rubio se acercaron corriendo con una sonrisa mientras miraban a sus respectivos padres.

- ¿Puede James y el señor Potter venir con nosotros a casa?- Draco abrió los ojos sorprendido los ojos antes de mirar a Harry que tenía la misma expresión que él.

- No creo que pueda ser.- Dijo Draco serio mientras aun seguía un poco conmocionado.- Los abuelos y el señor Potter no se llevan bien.- Scorpius bajó su mirada al suelo antes de asentir de forma triste, Draco suspiró acariciando el pelo de este.- Pero si el señor Potter no le molesta podrías ir con ellos, puedes saltarte esta visita.- Scorpius lo miró con una sonrisa antes de mirar a Harry que estaba con la boca abierta mientras intentaba pensar si la situación que tenía delante era cierta.

- ¿Puedo ir con ustedes?- Preguntó haciendo su cara de perrito abandonado, Draco sonrió sabiendo que Harry no podría decir que no.

- Si para Draco está bien, sí.- Scorpius le sonrió a su padre antes de abrazarlo con fuerza.- Estoy viviendo en el 12 de Grimmauld Place, puedes venir cuando quieras a buscarle.- Draco asintió antes de dejar un beso en la frente de su hijo.

- Pórtate bien.- Susurró el rubio mirándolo de forma seria, el niño asintió dejando un beso en la mejilla de Draco y acercándose a James. Draco se despidió de Harry con un asentimiento y desapareció yendo a la mansión.

Al llegar sus padres ya estaban en la sala del té. Draco se sentó con ellos sorprendiéndose de que ninguno de los dos le preguntó por Scorpius, eso lo enfureció de sobremanera mientras lo disimulaba con una sonrisa tensa. Odiaba que sus padres no tomaran en serio a su hijo, ya que había sido ellos quien insistieron en que dejara de lado sus gustos y se centrara en traer un heredero a la familia. Draco los despachó lo más rápido que pudo, estando una hora más tarde delante de la puerta de Harry Potter. Respiró hondo y llamó mientras intentaba relajar su cuerpo, la puerta se abrió y Harry le sonrió manchado de harina. Draco lo miró con seriedad y Harry carraspeó llamando a Scorpius. Draco intentó sonreír para no transmitir nada negativo a Harry.

- ¿Ha ido todo bien?- Draco hizo una mueca incómoda antes de que Scorpius se detuviera al lado de Harry mirando a Draco con una sonrisa, esta se apagó poniendo una mueca seria mientras miraba a su padre.

- ¿Los abuelos han sido malos otra vez?- Draco alargó su mano y Scorpius la aceptó dejando que Draco lo cogiera en brazos.

- Gracias por cuidarle, estaremos en contacto.- Dijo Draco tenso mientras caminaba de vuelta a la mansión.

- ¡Draco espera!- Dijo Harry bajando los escalones para acercarse a ellos.- Quedaros a cenar, es tarde.- Draco abrió la boca para negarse pero la mirada brillosa de su hijo. Draco resopló antes de negar con suavidad y caminar dentro de la casa detrás de Potter.

Draco lo siguió hasta la cocina donde James y Albus estaban comiendo algún tipo de glaseado. Draco se sentó y observó como los otros cuatro cocinaban. La verdad es que estar ahí le servía para despejar su cabeza, si volvía a la mansión no pararía de darle vueltas a la cabeza y al final, sin querer, pagaría sus frustraciones con su hijo. Harry le dejó un botellín de cerveza de mantequilla antes de volver con los niños. Draco dio un trago sonriendo de forma tranquila. 

Harry no tardó mucho en acabar la cena y poner los platos delante de los cinco, el de gafas se sentó al lado de Draco y le sirvió una copa de vino antes de comenzar hablar con los niños. Draco sonrió mientras comía degustando la comida, esta era mejor que la que sus elfos hacían. La cena verdaderamente se le pasó de forma amena, la mejor cena de mucho tiempo. Cuando esta se acabó se sorprendió de ver un elfo domestico limpiando lo que habían ensuciado. Harry los invitó a la sala de estar haciendo aparecer un juego de mesa en el suelo. Harry y Draco se sentaron en uno de los sofás.

- ¿Un whiskey de fuego?- Draco asintió mientras veía a Harry servirlos y darle uno a Draco.- ¿Quieres hablar de la reunión con tus padres?- Draco miró su vaso antes de notar cómo los niños se iban a la planta superior dejándoles solos.

- Conoces a mis padres Potter.- Este asintió con suavidad mientras Draco resoplaba tirando su cabeza hacia atrás.- Me obligaron a dejar de lado mis gustos y tener una familia. Pero ahora ni siquiera notan cuando su nieto no está.- Dijo con rabia mientras negaba acabando el vaso de golpe.

- ¿Tus gustos?- Preguntó confundido Harry, Draco sonrió triste mientras le daba vueltas al vaso entre sus manos.

- Soy gay Potter.- Este abrió los ojos sorprendidos e intentando ocultar una sonrisa.- Deberíamos volver a la mansión.- Susurró mirando el vaso fijamente.- Tendrás que trabajar mañana.- Le devolvió la mirada a Harry que hacía una mueca negando con suavidad, Harry apoyó su mano en la pierna de Draco deteniéndose antes de que se levantara. Draco lo miró extrañado antes de que Harry apretara suavemente el agarre.

- No hay prisa, estoy de permiso por los niños.- Dijo Harry acercándose un poco al rubio.- Además, me gustaría conocerte ahora que no tenemos ese peso encima de nuestras espaldas.- Dijo subiendo un poco la mano y sorprendiendo a Draco.

Harry se acercó y lo beso, Draco abrió los ojos aún más sorprendido antes de devolverle el beso. Harry lo empujó con suavidad dejándolo tumbado mientras se ponía encima de él acariciando el abdomen de este. Draco jadeó separándose ligeramente para mirarle a los ojos, intentando encontrar algún tipo de burla, pero no encontró nada de eso, solo deseo. Draco volvió a besarle mientras llevaba su mano al cuello de este pegando más a él. 

 


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