Intercambie miradas con el atractivo guardia, el encargado principal de la prisión a la que me estaban llevando, tengo que cumplir diez años de condena por posesión y tráfico de drogas, no me arrepentía de nada y este guardia ha llamado mi atención desde que le vi, jugaría con él y me quedaría su corazón.
Solo llevaba una semana aquí pero mi cómplice y compañero de celda y yo, ya éramos dueños del lugar, mi apariencia ruda y mi mala fama había conseguido que no nos molestaran y tampoco quería llamar mucho la atención en este sitio, claro que quería divertirme y provocar a los guardias, sobre todo a ese guardia pelirrojo, era atractivo, fuerte y su mirada me intimidaba, además ese uniforme que le ajustaba en todos sus músculos casi me hacía babear, era justo mi tipo y no iba a dejar pasar cualquier oportunidad.
Mire mi bandeja con una gelatina roja, mire a mi cómplice, este almuerzo está siendo muy aburrido, sentados solos en una de las mesas que están próximas al pasillo, miré de reojo a los guardias a nuestro lado, sonreí a mi compañero sentado frente a mi
-lo siento, esto es un aburrimiento
Dije antes de estrellar la gelatina contra su rostro y empujarle al piso, enseguida vino a golpearme y fuimos inmovilizados, pude dedicarle una mirada cómplice y reímos antes de que le dirigiera la palabra al fuerte pelirrojo, con mi mejor sonrisa
-oh, más duro papi
Puse voz seductora y logre hacer reírse a todos, claramente disfrutaba de burlarme, no sabía otra forma de dirigirme a alguien que me atraía, note como apretó su agarre y me removí un poco incomodo, pero me tenía bien inmovilizado
-papi te dará un año más de condena si no cambias tu actitud, mocoso
Ahora reían a mi costa, me había hecho sonrojar de la vergüenza, no es como si el pareciera mucho mayor que yo, aunque ya tiene un cargo importante.
Decidí que mejor guardaba silencio, trague saliva cuando me levanto como si yo no pesara setenta kilos y caminamos tranquilos hacia mi celda, cuando me senté en mi colchón se quedó mirándome supuse que solo me daría una amonestación, me atreví a mirarle a la cara y me sonroje más, se le notaba decepcionado...¿de mí? , no sabía que decir así que el hablo
- ¿que buscas lograr trafalgar?
Pensé un segundo antes de contestarle, aun así, dudé de mi respuesta luego de decirla
-tener su cuerpo sobre mi
Si el decidía que algo pasara, ya no había vuelta atrás, era un hombre intimidante y nunca había estado en una situación de debilidad antes, pero mentiría si decía que no me excitaba, sin dejarle reaccionar levante un poco mi camiseta
-vamos, ¿es que no le gusta mi cuerpo?
Note sus nervios, estaba sonrojado de verdad, estiro su mano, pero solo para quitarme las esposas, debe tener mucho autocontrol, quizás no le atraen los hombres, pero lo dudaba
-no estoy aquí para opinar sobre tu cuerpo trafalgar
Bajo mi camiseta y me dio la espalda para irse, pero se detuvo antes de salir de la celda
-ponte bien el uniforme, recluso, es la primera advertencia
Cerro la celda y sentí todos mis músculos tensarse, quizá me había sobrepasado, la palabra recluso viniendo de sus labios me dejo un horrible sabor de boca hasta que logre dormir esa noche.