Login
Amor Yaoi
Fanfics yaoi en español

Mente pervertida – Crónica de una fujoshi 3 por YaKayLex

[Reviews - 0]   LISTA DE CAPITULOS
- Tamaño del texto +

Notas del fanfic:

Los personajes de Digimon y nombres utilizados les pertenecen a sus respectivos autores (Akiyoshi Hongo y Toei Animation). Fanfic sin ánimo de lucro. Hecho por una fan para fans.

Notas del capitulo:

Hola amigos, aquí con una nueva historia sobre mi más hermosa fujoshi Mimi Tachikawa -bueno en mi AU aclaro, ya que no quiero ofender a nadie.-. Estos eventos ocurren un año antes de las historias anteriores, así que no es necesario que los lean primero. A menos que quieran hacerlo se los agradeceré mucho XD. ¡Hagan feliz a una persona hoy! Ya saben en esta historia de humor habrá insinuaciones de yuri, shota y yaoi. Si no les agrada alguno de estos géneros... bueno... si así fuera no estaríamos aquí ¿correcto?  Entonces ¡que lo disfruten!

Junio 15 (un año antes de "La mejor broma") 13:30 hrs.


Para una fujoshi siempre es una delicia ver a dos chicos atractivos juntos. Bromean entre ellos con una alegría y gracia singular, con brillantes sonrisas en sus rostros y una luminosidad en sus ojos, que causarían la envidia de cualquier chica. Y el hecho de que ambos tengas complexiones y estaturas diferentes, bueno, es la cereza del pastel. ¡Tienes tanto material de donde shippear! Para aquellos que no lo sepan Mimi Tachikawa es la fujoshi más grande de todo Odaiba. A menudo me encanta escribir e incluso dibujar un poco de yaoi -alguna que otra vez yuri, aunque no soy muy buena en el tema, la verdad. - Y qué mejor que utilizar a mis amigos para mis fines maquiavélicos. Aunque ellos no deben enterarse jamás.


La única que sabe mi secreto es Sora. Ella es muy buena persona y sé que jamás me delataría con nadie. Aunque noto su mirada un poco incomoda al relatarle mis historias entre chicos, siempre me está apoyando. En clases, cuando tenemos recesos largos, entra en mi salón vacío y se sienta a mi lado -aun cuando ella va un curso delante de mí-. Casi no hablamos, pero parece contenta con el solo hecho de estar a mi lado. Cuando termino de escribir levanto mi mirada y nuestros ojos se cruzan, mientras noto una sonrisa enorme en su rostro. Koushiro dice que debo abrir los ojos y darme cuenta de lo que yo significo para Sora y creo que lo sé: ¡soy su mejor amiga!


Eso explicaría tantas cosas. Como el hecho de que en ocasiones me regale alguna bebida, o se siente a mi lado a la hora del receso ¡o que incluso me haya invitado a salir con ella y con su antiguo novio al concierto de BTR! Sabía que yo amaba a ese grupo, así que me invitó cuando supo que él tenía tres entradas. Lo único que lamento es que enviara al pobre chico al asiento solitario mientras nosotras nos quedamos juntas... Aunque Sora me dijo que no había ningún problema. ¡Es una gran amiga! Claro que poco después de eso, su novio terminó con ella. Aunque no se ve deprimida para nada...


En fin, creo que me he desviado un poco del tema. Hablábamos de lo genial que es ver dos chicos guapos juntos. Pero ver tres chicos guapos juntos provocando un poco de fanservice - o al menos para mí- es lo mejor del mundo. Por ejemplo, ayer estaba en las escaleras de la escuela cuando escuché una conversación peculiar:


- Tenemos que reunirnos para hacerlo en mi casa. - Refunfuñó Yamato


- ¿Y por qué lo haríamos en tu casa? Mi habitación es más amplia que la tuya. - Replicó Koushiro.


-El tamaño de la habitación no importa para esas cosas. Lo importante es contar con todo lo necesario y dudo mucho que tu tengas algo en tu casa. - Dijo con sorna Yamato. - ¿O tú qué opinas Taichi?


- Yamato tiene razón ya que él es un experto en el tema. - Desde mi escondite pude ver como se acercaba y abrazaba a Yamato del cuello, este no se inmutó. Con una risilla traviesa prosiguió. - Además estar los tres juntos en una habitación pequeñita significaría...


- Esto es serio, Taichi - Koushiro lo golpeó en el hombro. Se oía molesto - Va a ser mi primera vez y...


- ¡Tanto mejor! - Ahora Yamato se escuchaba animado. Se soltó del abrazo de Taichi y fue su turno para rodear los hombros de Koushiro. Este se sonrojo. - Aprender con tus dos mejores amigos será lo más sano para ti. Como dijo Taichi ¡somos unos expertos!


- Solo tienen diecisiete años. - Dijo con duda Koushiro.


- Yamato y yo empezamos a hacerlo desde muy chicos. - Taichi hablo sin una pisca de malicia. No era posible. ¡Eso ya entraba en el género shota!


- Pero... - mi amigo se oía dudoso aún. Su rostro estaba agachado y avergonzado. Taichi tomó su barbilla y se la levantó con cuidado. La mano de Yamato seguía firme en su hombro.


- Te lo prometo, nadie se va a burlar si pasa algo. Todo quedará entre nosotros ¿ok? - El rostro de Taichi se veía tan maduro, en contraste con el de Koushiro que se veía tan pequeño y frágil. Dirigió su mano hacia la mejilla de mi amigo pelirrojo y... ¡Zoc!


- ¡Auch! ¿por qué me pegaste en mi frente? - Le recriminó molesto.


- ¡Porque te veías tan pequeño!  - Yamato y Taichi comenzaron a alejarse sin parar de reír. Koushiro los miró molesto.


- ¡Nos vemos en mi casa a las 6:00 pm! - Gritó Yamato mientras Koushiro comenzaba a subir las escaleras. Yo me escapé rápidamente. Allí nos veríamos.


 


17:45 hrs.


Por la tarde pude notar a Koushiro muy nervioso. Había ido a mi casa para elaborar un trabajo, pero ninguno de los dos podía concentrarse muy bien. Quizá porque ambos estábamos pensando en lo que haría esa tarde. ¡Oh, cielos! Mi amigo perdería su virginidad con tan solo quince años... ¡y con los dos chicos más guapos de la preparatoria! Tal vez se imaginaba sumisamente entre ellos dos, siendo devorado por ellos mientras su piel tan pálida quedaba marcada por los besos y mordidas de los mayores y...


- ¡Mimi-chan! - El grito de Koushiro me regresó a la realidad. - ¡Estás arrugando toda la hoja de tu resumen!


- ¿Eh? - miré mi pobre hoja. Me disculpé de inmediato. - Lo siento, la transcribiré nuevamente.  


- No entiendo lo que estabas pensando. -Me miró con una mueca molesta. - En fin, tengo que irme. Tengo un compromiso.


- Ah, ¿sí? - Traté de reprimir un leve temblor en mi voz.


- Si yo iré con los chicos a c... - cayó en la cuenta de que estaba a punto de decirme su secreto. -...comer, ¡sí! a comer.


- Pero acabamos de comer... - le dije inocentemente. El seguía tartamudeando.


- No importa... eh... nos vemos mañana... - y salió corriendo olvidando su viejo suéter escolar. ¡Jajaja! Perfecto.


Minutos después de que salió, lo seguí sigilosamente. Solo había un camino de mi casa a la de Yamato así que no lo perdí de vista. Poco antes de llegar, alcancé a ver que Taichi y Yamato se encontraban afuera del edificio donde vivía este último. Me había apresurado a seguirlos sin pensar de qué forma podría ver lo que harían. ¡Oh, soné como una voyerista en potencia! Tengo que dejar de pensar estas cosas. Aunque ahora que reflexiono el rubio vive en un quinto piso ¿cómo diablos me asomaría por la ventana para espiarlos? Bueno, mínimo tendría una referencia sobre cómo iban vestidos y como lo recibirán. Con cautela entré en el callejón justo al lado de su edificio, el lugar perfecto para escuchar sin ser vista. Koushiro había entrado en una tienda y por ello pude adelantarme. Desafortunadamente los tres llevaban sus uniformes, así que esto seguía teniendo tintes shota. Escuché que comenzaban a discutir.


- ¿Ya lo ves? Te dije que sería mejor hacerlo en mi habitación. - La voz de Koushiro reflejaba molestia.


- No sabía que mi padre estaría aquí esta tarde. - Replicó burlonamente Yamato. - La próxima vez le digo que se vaya a descansar a otro lado.


- Ya, ya. Dejen de discutir amigos míos. - Como siempre Taichi parecía más sereno. - Iremos a este lugar. - Les mostró un folleto. Los chicos lo miraron sorprendidos. - Es cómodo, limpio y lo mejor de todo ¡no piden permiso a menores de edad!


- Pero, ¡te dije que quería algo privado! No quiero que todo el mundo se entere de lo que haremos.


- Nadie se enterará Koushiro. - Dijo Taichi con un poco de fastidio. - Además tienen mucha privacidad. Entraremos por la puerta chica.  


- ¿Estás seguro de eso, Taichi? - Había un poco de recelo en su voz.


- ¡Claro, Yamato! ¡Cuando los he defraudado? Vamos. - Y comenzaron a caminar, arrastrando consigo a Koushiro. Los seguí sin dudarlo.


Un par de calles adelante, pude notar que entraban por un callejón. Allí había abierta una puerta pequeña. Los chicos estaban a punto de entrar. Dudé por un momento, pero después lo pensé bien. Ya los había seguido, ya estaba allí. Así me tacharan de pervertida tenía que saber a dónde iban.


- ¡Chicos! - grité. Los tres se voltearon a verme sorprendidos. A Koushiro casi se le sale el corazón del pecho. O al menos esa fue mi impresión. - ¿Qué están haciendo aquí?


-Más bien, la pregunta es ¿qué estás haciendo tu aquí Mimi? - La voz de Yamato siempre ha sido increíblemente sexy... y muy fría.


- Yo... eh... yo... le traje su suéter... ¡Si! Su suéter a Koushiro. Para mañana. - Se lo extendí.


- Oh... ¡gracias! - mi amigo se inclinó con respeto hacia mí. - Mis padres me hubieran regañado mucho.


- Bueno... yo me voy... los dejo... - comencé a titubear. Taichi me sonrió malicioso.


- ¿No quieres quedarte, princesa? Entre más seamos, más animado será todo... - Odiaba ese mote burlón. Yamato me miró con el ceño fruncido y Koushiro con su mejor cara de espanto.


- No yo... - comencé a sudar frío. No quería ser parte de su juego... Bueno si quería verlo, pero no estaba dispuesta a participar. No señor.


- Anda... - Ahora fue la voz firme de Yamato la que me llamaba. - Viniste siguiendo a Koushiro desde que dejó tu casa y ¿no quieres saber qué haremos con él? - Los dos se acercaron demasiado. Ahora teníamos a Taichi frente a Koushiro y a Yamato frente a mí, mientras nosotros dos continuábamos con la cabeza agachada y los rostros rojísimos.


- Les daremos un buen espectáculo... - Susurró Taichi cerca del rostro de mi amigo y yo estaba a punto de morir de una hemorragia nasal. Yamato sonreía con burla.


 Nos tomaron de la mano y entramos juntos. Mientras ellos pagaban la entrada, miles de escenas perturbadoras comenzaron a desfilar por mi mente. Bueno, en realidad eran escenas eróticas. No me culpen por mi loca y perversa imaginación. Los pasillos estaban levemente iluminados. Cuando llegamos al número indicado mi corazón estaba a punto de salirme del pecho ¿En qué diablos me había metido? Al abrir la puerta y encender la luz no pude creer lo que veía.


- ¿Una sala de karaoke? - pregunté con demasiada sorpresa.


- ¿Tu que creías que era? - Preguntó Yamato. Por alguna razón su voz siempre se oía muy cortante.


- Yo... bueno... - tenía que decir algo. - No sabía a ciencia cierta...


- Koushiro quiere aprender a cantar para llevar una serenata bajo mi ventana. - Dijo Taichi con orgullo, mientras Yamato rodaba sus ojos.


- ¡Claro que no, Taichi! Quiero cantarle algo especial a mi madre en su cumpleaños. - Dijo con el rostro sonrojado.


- ¡Ah, ya veo! - ¿Qué otra cosa podría haber dicho?


- ¿Acaso te imaginaste algo más? - Los tres rostros se voltearon hacía mí, de manera inquisidora. Desvié la mirada avergonzada y negué con la cabeza. Taichi sonrió y tomó el micrófono. - Entonces ¡a cantar! - Y así fue como pasamos las siguientes tres horas divirtiéndonos en el karaoke.


¡Ah, todo lo que te puedes divertir teniendo una mente tan pervertida!

Notas finales:

Hasta aquí la historia. Espero que les haya gustado tanto como a mi escribirlo. Trabajar en una oficina donde los pocos chicos que hay bromean entre ellos "de esa forma"… ah, me inspira a trabajar - y a escribir yaoi claro. - Me encanta escribir estos relatos hechos por Mimi, no sé me la imagino haciendo esas locuras y se me hace más adorable de lo que ya es. Bueno, ¡nos vemos en el siguiente!


Si quieres dejar un comentario al autor debes login (registrase).