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Dulce venganza. por RLangdon

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La dicha se vislumbra en su rostro al llegar a casa, la que por casi un año ha compartido con él. Porque lo ama y porque sabe que es correspondido
 
Naruto sonríe al hallarse frente a la mesa, no puede esperar
 
Una y otra vez alterna la mirada del reloj a la puerta y viceversa. Es extraño que Sasuke demore tanto en llegar, sobre todo a la hora de la comida, ya que es él quien se encarga siempre de traerla
 
-Teme…- desesperado, tamborilea los dedos sobre la superficie de cristal. Seguro está haciendo algo importante. Nunca entendió como se manejaban en aquel edificio. Solo una vez fue, pero aun así…
 
El sonido de la puerta al abrirse despeja su mente. Naruto corre en dirección del moreno para abrazarlo
 
-¿Me extrañaste?- pregunta Sasuke cerca de su oído. El rubio asiente, soltándolo para rodear el cuerpo de su pareja
 
Confundido al no ver nada, decide preguntar
 
-¿Y la comida?
 
-Pide algo a domicilio, me olvidé…
 
Naruto frunce ligeramente los labios. Sasuke llega tarde y encima no traía la comida. Pero no importa, le alegra tenerlo a su lado
 
-Tomaré un baño- comenta Sasuke, perdiéndose en el pasillo. Naruto no alcanza a preguntar, escucha la puerta cerrarse y al cabo de unos segundos, el sonido de la ducha se hace presente
 
Ni bien toma el teléfono, la imagen mental de Gaara ocupa sus recuerdos. Naruto mira detenidamente los números antes de decidirse a marcar a su amigo. Hace tiempo que no sabe nada de él, sería bueno conversar un rato
 
Decidido oprime el número de memoria y se dispone a esperar. No transcurren más de unos segundos antes de que la conocida voz atienda la llamada
 
-¿Diga?
 
-Gaara, soy yo…- Naruto se sonroja al darse cuenta de que no tiene nada importante que decir. Había hecho lo de siempre, ser impulsivo. El silencio del otro lado de la línea no hace más que incomodarlo aun más. -¿Cómo estás?- sonríe a la nada mientras enreda el cable del aparato en su dedo índice
 
-No muy bien- la voz se oye rasposa y Naruto se remueve incomodo en su lugar. La última vez que había hablado con Gaara fue meses después de iniciar su relación con Sasuke. Desde entonces su amistad se había deteriorado hasta el punto de no saber nada del otro
 
-¿Te sientes mal, ttebayo?- quiere saber, apretando mas el teléfono, sintiendo sus músculos tensos al meditar la posible idea de que su amigo se encuentre enfermo. ¿Qué clase de amigo era él para no estar al tanto del estado de salud de Gaara?
 
-No- nuevamente el silencio se interpone entre ambas voces. Naruto se muerde el labio inferior, deseoso de escuchar alguna respuesta más amplia y especifica. Quizás Gaara seguía molesto con él, molesto por haber roto aquel vinculo de amistad que los unía. Ocho meses de distancia habían acabado con la confianza mutua. –Me gustaría hablar contigo
 
-Estamos hablando- parpadea el rubio, desenrollando el cable lentamente. Un suspiro se hace presente
 
-Me refiero a que deberíamos vernos- la aclaración consigue arrebatarle una sonrisa a Naruto. Sin duda le emociona la idea de volver a ver a Gaara, de retomar su amistad con él. Así tendría a alguien más en quien confiar. Sasuke era su prioridad pero Gaara lo había sido desde siempre
 
-¿En dónde y a qué hora?- Naruto se levanta para tomar nota tras oír la seca respuesta de Gaara. Apenas si consigue terminar la llamada cuando el moreno se atraviesa en su campo de visión, dirigiéndose hacia la entrada, vistiendo el traje de etiqueta que suele usar en el trabajo. Naruto lo observa confundido
 
-¿A dónde vas?- le preocupa que Sasuke no esté para la cena, había pedido una deliciosa pizza con doble queso y esperaba poder ver una película con el
 
-Asuntos laborales- sonríe Sasuke a medias, tomando el picaporte. Naruto baja la mirada al ver arruinada la velada. Bueno, no sería la primera vez, aunque esperaba poder pasar más tiempo con él ese fin de semana
 
-Pero son las diez- trata una vez más, señalando el reloj sobre la nevera. El moreno chasquea la boca en un rictus de ansias. No esperaba que Naruto lo comprendiera pero sí que lo aceptara. Trabajo es trabajo después de todo…
 
-Así sean las doce- taja él, devolviéndose sobre sus pasos para depositar un beso corto en los labios de su pareja. Naruto sonríe en medio del contacto labial y no es hasta que el teléfono empieza a repiquetear que ambos se separan. Uno confundido y el otro molesto
 
-¿Quién…?- Sasuke se encamina hacia el aparato pero el rubio no le da tiempo de responder
 
-¿Gaara?- Naruto alza la bocina, haciendo un discreto mohín al moreno, este permanece de brazos cruzados, expectante, aun mas al escuchar el nombre pronunciado por Naruto
 
-¿Qué quería?- pregunta una vez que Naruto deja el teléfono en su lugar. El rubio lo mira desconcertado pero opta por decírselo, son pareja así que no tiene nada de malo
 
-Comer conmigo- contesta sonriente, acercándose de nuevo a Sasuke para besarlo pero esta vez el moreno evita el contacto, esquivándolo
 
-¿Qué le dijiste?
 
-Que si- Naruto saca el papelillo para entregárselo al pelinegro, esperando su aprobación de algún modo
 
-No iras- pronuncia el moreno, guardando el trozo de papel en su chaqueta. Naruto frunce el entrecejo. En realidad no le estaba pidiendo permiso
 
-No seas celoso teme, solo somos amigos- así había sido desde el jardín de niños. Su primera amistad fue Gaara, ambos habían congeniado desde la primera semana de clases. Gaara siempre prefería mantenerse aislado del resto, y Naruto se sentía identificado con él ya que, al comienzo de las clases, tampoco a él lo aceptaban dentro de ningun grupo. Ambos se habían apoyado mutuamente, conviviendo, intercambiando opiniones y conociéndose al otro en medio del tenso ambiente escolar que compartieron. No tenia porque cambiar eso, ellos podían seguir siendo mejores amigos como antes
 
-¿Amigos?- ironiza Sasuke, esbozando una sonrisa que evidenciaba cualquier sentimiento menos alegría. Naruto asiente de nuevo, confundido por el cambio abrupto del moreno. –Son amigos y me estabas ocultando una cita a mis espaldas
 
Más que pregunta era confirmación. Naruto desvía la mirada hacia el teléfono. Si Sasuke no fuera tan desconfiado. Aunque entendía vagamente sus temores. Sabia de la relación fallida que tuvo Sasuke con una chica, de ahí debían derivar esas inseguridades tan ridículas
 
-Puedes llamarlo si quieres- se encoge de hombros, restándole importancia al asunto. Sasuke afila aun más la mirada. -Solo íbamos a comer juntos
 
Juntos… la palabra hace eco por varios segundos. Sasuke resopla al saberse tomado por idiota
 
Molesto, se sienta en el sofá, sin despegar ni un instante la mirada del rubio, quien, desconcertado, le devuelve el gesto
 
-Pensé que tenías asuntos laborales…
 
-He cambiado de parecer- lo interrumpe, contrayendo levemente las cejas. Naruto parpadea antes de decidirse a hacerle compañía. Tal vez fue mala idea haberle llamado a Gaara
 
-Si no quieres que vaya, no lo haré- trata de apaciguar la molestia de su novio. No tienen porque discutir por una tontería. Finalmente y con cierta reticencia de por medio, Sasuke accede al reconciliador abrazo, omitiendo la clara advertencia que, supone, Naruto tiene en cuenta
 
Incomodo, Naruto despierta y somnoliento, estira su brazo solo para encontrarse con el lugar vacio junto a él. Pero Sasuke no tiene que ir a trabajar, es sábado
 
Confundido, se pone de pie, aliviándose poco después de no encontrar los platos sobre la mesita de noche
 
Al salir de la habitación, observa a Sasuke sentado en el sofá. ¿Se habría quedado a dormir allí?
 
Naruto recordaba haber cenado con él y después haberse recostado en el sofá. Había sido Sasuke quien lo llevo a su recamara. Tenía que agradecerle por ello
 
-Sasuke…- ni bien sus labios evocan aquel nombre, el aludido se dispone a finalizar la llamada. Naruto pestañea, recordando que también tiene que hacer una llamada a Gaara para informarle que no podrá asistir al restaurante. Realmente quería verlo pero si Sasuke no está conforme lo mejor será ceder esta vez. Además, no hacia ninguna diferencia ¿cierto?
 
Ver de nuevo a su amigo después de varios meses seria un tanto incomodo. Seguro a Gaara le gustaría saber cómo marchaba su relación con Sasuke, temas insignificantes
 
Naruto fuerza una sonrisa mientras se dirige a la nevera. Solo le quedaban dos semanas libres antes de volver a clases, tenía que disfrutar el mayor tiempo posible con Sasuke. Mira de nuevo el teléfono, sin decidirse a realizar la llamada o esperar otro poco
 
-¿Dormiste bien?
 
-Mucho- responde, sirviéndose un poco de jugo. Sasuke sonríe casi de manera imperceptible, tomando los trozos restantes de pizza para arrojarlos a la basura
 
-Oye, oye. Yo iba a comer- se queja Naruto al darse cuenta de las acciones del moreno
 
-No sirve- dice tirando el ultimo trozo. Naruto entrecierra los ojos, más que fastidiado al ver su desayuno en la basura. Sabe que a Sasuke le gustan las ensaladas pero él no es ningun conejo
 
-Me duele la cabeza- da un paso atrás, sosteniéndose la sien con ambas manos. Sasuke se apresura a guiarlo al sofá. Conoce a la perfección los efectos secundarios pero no esperaba que Naruto llegara a presentarlos. Solo fueron tres gotas…
 
-Si te alimentaras mejor…- el rubio mueve los labios, imitándolo mientras recita de memoria las palabras del otro respecto a comer saludablemente y no aquella comida chatarra
 
-¿Esta vez veremos la película?- inquiere ansioso, esperando una respuesta afirmativa. Contrario a ello, Sasuke se dedica a negar con la cabeza
 
-Haré lo que pospuse ayer
 
-Yo también- afirma Naruto, dirigiendo la mirada hacia el teléfono. Sin embargo, Sasuke niega una vez más
 
-Ya lo hice por ti
 
-¿Llamaste a Gaara?- se exalta, previendo lo peor
 
-Si- se limita a responder, molesto por la reacción inicial del rubio. Esperaba que le dijera que no importaba, que le agradeciera incluso. En cambio, Naruto parecía decepcionado, y no estaba muy lejos de la verdad
 
-Oh…- es todo lo que sale de los labios de Naruto, un simple suspiro que se desvanece en el aire
 
Sasuke le resta importancia. Se encamina al perchero para tomar su saco, convencido de que Naruto no saldrá, al menos no ese día. El somnífero aun debía estar haciendo estragos en el rubio, aunque, le sorprendió que despertara tan rápido
 
-Te veré en la noche- se despide desde el alfeizar de la puerta, viendo de soslayo como Naruto le devuelve el gesto con un sutil movimiento de mano, aun cabizbajo. El moreno rechina los dientes antes de salir, dando un portazo a sus espaldas, ¿había hecho mal?
 
Mientras tanto, Naruto meditaba sobre lo ocurrido la noche anterior, sin encontrar explicación alguna al sueño repentino que lo invadió. Nunca le había sucedido algo así, quedarse dormido en el sofá y además, no recordaba haber sentido a Sasuke, no tenía el sueño tan pesado como para no darse cuenta de que el muchacho lo cargaba en brazos hasta la recamara
 
Extraño…
 
Pero la bruma mental se convierte en preocupación al recordar a Gaara. Solo esperaba que Sasuke no hubiera sido demasiado…grosero
 
Si tan solo recordara el número, podría llamarle. No importa ya, el sueño se interpone nuevamente en sus pensamientos, forzándolo a recostarse una vez más en el mullido sofá
 
No sabía cuánto tiempo había pasado, se sobresaltó al despertar, su visión se tornaba borrosa en segundos, forzándolo a cerrar de nuevo los ojos
 
-Sasuke- llama a la nada, recordando de forma tardía lo enunciado por el Uchiha. Tenía un compromiso pendiente, llegaría tarde
 
Aburrido, deja escapar un suspiro. Opta por esperar a que el mareo pase para poder levantarse. La pizza le había hecho daño seguramente. Sasuke tenía razón después de todo
 
Y entonces una idea se hace presente mientras Naruto trata de avanzar a pasos cortos hasta la recamara. Podría sorprender a Sasuke en el trabajo, después podían ir a cenar juntos, o al cine
 
Si, al cine estaría bien
 
Sus parpados parecen estar adheridos pero eso no lo detiene, y a tientas, comienza a buscar el resto de sus prendas sobre la cama
 
No tiene que buscar mucho para dar con los pantalones. Se sienta a la orilla de la cama con cuidado, deseando que la sensación de sueño desaparezca pronto
 
Lentamente consigue vestirse. Está por salir de la recamara cuando la conocida melodía atraviesa sus oídos
 
-Olvido su celular- murmura, palpando la cama con ambas manos. Una razón más para ir al trabajo de Sasuke. Seguro el Uchiha se volvería loco cuando se diera cuenta de la ausencia de su móvil, Sasuke era muy quisquilloso en ciertos aspectos y Naruto sabia que su empleo le exigía llevar el teléfono consigo a todas partes, en caso de que se presentara alguna junta como la de ayer
 
Entretanto, la melodía se repite de nuevo. Naruto espera a que termine la canción pero una nueva melodía se hace presente, una más corta y suave, anunciando un mensaje y no una llamada como las anteriores
 
Si tan solo…
 
A prisa se dirige al baño para enjuagarse el rostro. El agua fría consigue el efecto deseado y tras unos minutos, Naruto siente la vista más nítida, su mente mas despejada
 
Curioso, decide leer el mensaje. Si es de importancia, tendrá que apresurarse en llevárselo a Sasuke, entonces su sorpresa se arruinaría porque tenía pensado sorprenderlo más tarde, cuando se sintiera mejor y hubiera comido un poco
 
Y la sonrisa rápidamente se borra de sus labios al abrir el mensaje de texto
 
"Sasuke-kun, ¿ocurrió algo?, estaba preocupada, te estuve esperando hasta tarde en tu oficina"
 
Miles de aguijones parecen incrustarse en su pecho, uno a uno, abriéndole una herida considerable
 
Naruto apenas consigue llegar a la cama antes de que un nuevo mareo lo asalte. Permanece incrédulo, escéptico de que Sasuke pudiera hacer una bajeza así. El no lo engañaría ¿cierto?
 
Porque él lo ama
 
Porque Sasuke también lo ama…
 
Pero eso no evita que las lágrimas caigan una a una sobre las sabanas, humedeciendo todo a su paso
****
 
El día le había pasado desapercibido, entre las dudas y el sueño. La tristeza y la imposibilidad de hacer algo al respecto
 
-Naruto…- la voz de Sasuke, anunciando su regreso, solo consigue alterar mas al rubio, quien, aun soñoliento, encoge las piernas y se cubre con las sabanas, optando por hacerse el dormido. No puede verlo a la cara, no después de su descubrimiento. -¿Naruto?
 
Su semblante cambia rápidamente al contemplar al aludido dormir plácidamente sobre la cama. Sus sospechas mal infundadas le habían forzado a regresar más pronto de lo previsto
 
Y la sonrisa se ensancha en sus labios a medida que se acerca al colchón. Lo ha deseado toda la tarde, finalmente podrá tener un poco de intimidad con Naruto, desfogarse en el cuerpo que varias veces ha poseído. No importa cuántas sean, siempre desea tomarlo una vez más
 
Despacio, desliza las manos bajo las sabanas, buscando palpar la suave piel trigueña. Pero apenas el contacto se hace presente, Naruto lo aparta con brusquedad, rompiendo con la falsa postura que había adoptado para evitar enfrentar a su pareja. No hay alternativa, tendrán que discutir y el dolor de cabeza aun persiste
 
-Creí que me esperarías para ver una película- comenta Sasuke, omitiendo la enorme falta hacia su persona. Naruto se da la vuelta al escucharle, no piensa seguir fingiendo más. Mentiroso, hipócrita…
 
-Y yo pensé… que estarías en una junta- siente su lengua trabarse pero no es suficiente impedimento para evitarle hablar. La decepción aun embarga sus sentidos
 
Incrédulo, Sasuke arquea una ceja, sopesando el hecho de que Naruto lo haya seguido. No, de inmediato descarta la inverosímil idea. Ni siquiera su hiperactivo chico lograría sobreponerse tan rápido a los efectos del somnífero, aun lo observa pestañear con cansancio desde su lugar
 
-¿Hay algo que te moleste?- pregunta con desdén, entrecerrando los ojos al ver como Naruto trata de levantarse. No lo hará, no importa cuánto lo intente, sus piernas flaquean cada vez que logra ponerse de pie
 
-¿Esto te dice algo?- inquiere Naruto, arrojando con torpeza el móvil sobre las sabanas. Sasuke lo toma de inmediato, comprendiendo al instante la actitud reticente del rubio. Un simple y estúpido descuido
 
-Si- sonríe irritado. –Que has estado husmeando mis artículos personales
 
El cuerpo de Naruto se pone rígido al escuchar semejante excusa. Tambaleante, logra llegar hasta la puerta. Maldiciéndose una y otra vez por haber sido tan estúpido
 
-Lo que sea que estés pensando- suspira Sasuke, poniéndose de pie para bloquearle el paso al chico. –Cualquier conjetura que tengas es equivoca
 
-¿Quién es, Sasuke?- su voz se ha tornado mas hueca, carente de emociones. Sasuke lo nota pero se mantiene en su sitio
 
-Te he dicho que estas tergiversando la situación
 
Pero Naruto ha dejado de prestarle atención. Su cuerpo sigue algo entumecido pero se sujeta de la pared para rodear el cuerpo del moreno. No tiene caso seguir discutiendo, Sasuke lo negara, y la sola idea de pensar en el engaño basta para desestabilizar su estado de animo
 
-¿A dónde piensas ir?- pese a verlo llegar hasta la entrada, Sasuke mantiene su expresión estoica. Sabe que se trata de otra pelea absurda y sin sentido. ¿Cuántas veces no han discutido ya ambos?
 
Las suficientes para convencerse de que Naruto volverá a su lado
 
Con dificultad consigue llegar a su destino y con suma torpeza introduce una a una las monedas de su bolsillo en la cabina del teléfono público
 
-¿Naruto?- el aludido fuerza una sonrisa al escuchar la conocida voz del otro lado de la línea. No tenía a donde más acudir, no había lugar al que retornar. Solo tenía a su amigo
 
-¿Podemos vernos?- pregunta, sin atreverse a pronunciar el nombre del bastardo que había cancelado la salida entre ellos
 
Al finalizar la llamada, Naruto mira en derredor, tratando de ubicar las calles, los señalamientos, cualquier cosa le servirá para ubicarse. Si no se sintiera tan mareado. Y es que no había comido nada. Aquel mensaje había terminado por completo con su apetito, con todo…
 
-¿Qué…?- el restaurante estaba lleno en su totalidad. De suerte habían alcanzado una mesa, tras permanecer formados durante algunos minutos en la fila. Y ahora que finalmente el dialogo fluía entre ellos, Naruto volvía a experimentar el mismo declive en su estado de animo
 
-Tengo que irme unos meses para estudiar en el extranjero- le aclara nuevamente el pelirrojo, sin dejar de acariciar el dorso de las manos de Naruto. Su primer amigo y su primer amor. Le costaba horrores despedirse de él pero lo hacía con la firme determinación de regresar. No era una despedida, sino un hasta luego
 
Para lo que importaba a esas alturas. Naruto tenía a Sasuke ahora. No lo necesitaba, ni siquiera como amigo…
 
Cuan equivocado estaba
 
-Eso está bien- sonríe Naruto, sin evidenciar la nueva tristeza que rápidamente lo embarga
 
-Lo está- musita Gaara, mirando fijamente las manos del rubio. Tan suaves. Si tan solo hubiera tenido la oportunidad de acercarse a él. Si Naruto lo haya visto más que como un simple amigo. Entonces, las cosas serian diferentes
 
Pero ya era tarde para lamentarlo
 
Dos horas habían pasado desde que Naruto saliera de su casa. Sasuke tuvo que reprimir la sonrisa burlona que amenazaba con surcar sus labios al ver la puerta de la entrada abrirse. Lo había estado esperando, mentiría si lo negara. Aun así, estaba demasiado confiado para llegar a pensar en que Naruto realmente se marcharía
 
¿A dónde?
 
No tenía padres. Fue él quien lo acogió hace algunos meses. Irremediablemente atraído por el chico que pasaba las tardes en un orfanato. El encuentro se había dado casualmente, cuando la empresa le hubo exigido revisar los pormenores en la vigilancia exterior de una de las secundarias más modestas de la ciudad. Fue ahí donde lo vio por primera vez. Y desde entonces, supo que lo tendría para él, sin importar que…
 
-¿Sirvió la caminata para despejar tu mente?- pregunta divertido, hojeando con desinterés el diario. Las facciones de Naruto se tensan pero se fuerza a seguir su camino hasta la recamara. Debe empacar sus cosas, debe buscar otra vez refugio. Justo cuando pensaba haber encontrado no solo un hogar, sino la persona con la que compartiría momentos de dicha, de felicidad
 
A prisa abre los cajones del armario, sacando cuanta prenda le sea posible. Esta tan distraído que no ha escuchado los pasos acercándose hacia él, y no es hasta que la firme mano se posa sobre su hombro, que el rubio logra reaccionar, salir de su ensimismamiento
 
-¿Qué rayos haces?- la penetrante mirada de Sasuke lo pone nervioso pero no piensa demostrarlo
 
-Me voy- logra articular en medio del fuerte nudo que se ha apoderado de su garganta. Ha perdido a su mejor amigo también, ¿Qué mas falta? ¿Qué mas queda que pueda perder aparte del poco orgullo que aún conserva?
 
Sasuke suspira contrariado, por primera vez siente la desesperación alterando su sistema. Nunca había llegado hasta ese punto con Naruto. Lo más lejos que habían ido, no pasaba de una ridícula disputa verbal y la ignorancia mutua que prevalecía un par de días antes de volver a reconciliarse. Pero las cosas son diferentes ahora. Siente que está perdiendo el control sobre la relación, sobre las decisiones y más específicamente sobre Naruto
 
-Te dije que tergiversaste las cosas- dice deteniéndolo del brazo. Naruto tuerce ligeramente los labios, sin terminar de comprender los rebuscados conceptos de Sasuke. En el fondo sabe que se trata de un simple truco para hacerlo desistir. –Sakura es la hija del vicepresidente de la empresa- resopla fastidiado de tener que explicar más de lo que le gustaría
 
Naruto lo observa con un atisbo de confusión en la mirada
 
-Mi relación con ella es meramente laboral
 
Mentira… sus ojos lo delatan
 
-No te creo- pronuncia Naruto, zafándose del agarre para retomar su actividad. Los labios de Sasuke se curvan en un paroxismo de rabia
 
-¿Crees que soy un mentiroso?- gesticula, posando la mirada en los trozos de papel que Naruto ha sacado de entre su ropa. -¿Qué me dices de ti, a donde fuiste?- sin darle tiempo de responder, le arrebata las hojas de las manos. Naruto se pone súbitamente de pie, ignorando las lágrimas calientes que ya descienden por sus mejillas. Habría preferido que Sasuke lo terminara antes, cuando aun no se enamoraba de él, cuando nada le afectaba
 
-¡Devuélvemelas, Sasuke!- le exige, retándolo con la mirada. Ya es tarde, Sasuke reprime un quedo resoplido antes de romper las hojas por la mitad, repitiendo el procedimiento hasta que ya no quedan más que diminutos trozos ilegibles
 
Y Naruto pestañea al ver perdidos sus únicos recuerdos junto a su mejor amigo. Un par de fotografías y algunas cartas, lo único que poseía, lo único que guardaba con recelo
 
Con rabia, rasga la tela de sus pantalones
 
-No has respondido mi pregunta- insiste el pelinegro, sin perder su semblante impertérrito. Una vez que Naruto se repone del shock inicial, decide responder a la interrogante
 
-Con Gaara…- sus labios apenas se movieron. Naruto trata de procesar todo, la expresión neutral de su pareja termina por corroborárselo. La culpa…es suya
 
-A menos que quieras pasar la noche en un albergue, te recomiendo que vuelvas a guardar tus cosas- el rubio lo mira con reproche pero no puede responder de inmediato. Solo sabe que no quiere volver a quedarse solo, a experimentar nuevamente esa sensación de soledad, de tristeza. Nadie lo entendería, todos lo rechazarían nuevamente. Porque no tiene cualidades, no tiene…no tiene nada
 
Con dificultad vuelve a agacharse para tomar sus prendas
 
El ambiente en el desayuno se tornó tenso, entre el intercambio de miradas y palabras que urgían ser pronunciadas. Naruto tenía muchas dudas en mente pero se sentía demasiado patético para formular alguna. Simplemente se disponía a picotear las hojas de lechuga, mirando de vez en cuando el apacible rostro de su pareja
 
-Mañana es un día importante- dice Sasuke, dejando los cubiertos a los costados del plato. Naruto baja la mirada, atento a sus palabras pero incapaz de articular alguna. –Habrá una reunión, posiblemente me sea asignado un nuevo puesto
 
El rubio opta por ignorarlo esta vez. Hasta ese momento no se había dado cuenta de lo ingenuo que era, ni siquiera sabía que puesto desempeñaba Sasuke en esa dichosa empresa a la que había ido una sola vez
 
-Quiero que me acompañes- el Uchiha se fuerza a terminar la frase, sumamente indignado al no ver el menor ápice de entusiasmo en el rostro de Naruto. Había tenido que mascar su propia rabia al enterarse del encuentro entre el rubio y Gaara. Pero a su vez había servido para confirmarle el hecho de que había perdido el control de la relación. Tendría que mostrarse más firme, que Naruto entendiera que no se trataba de un estúpido juego. Si eran pareja lo lógico sería mantener aquel lazo, el vínculo mutuo que, aparentemente, se estaba debilitando
 
-No quiero ir- responde el rubio, dando un prolongado sorbo al vaso de agua. Las cejas de Sasuke se contraen levemente al escuchar la negativa. No le estaba preguntando
 
-Iras- masculla, presionando con fuerza la servilleta entre sus manos. Enseguida recupera la calma, reparando en la expresión sombría de Naruto
 
-Solo unos minutos- pronuncia el rubio, jugando con la tela del mantel. Sasuke sonríe a medias, dando por sentado que Naruto ha comprendido por fin lo que con tanto ahínco trataba de expresarle. No más deslices por el momento
 
Ambos caminaban a la par por los inmensos pasillos del edificio, uno al lado del otro. Sus dedos entrelazados confirmaban que aquella visión no se trataba de dos simples desconocidos. Eran una pareja que, hasta ese instante había pasado desapercibida entre el resto del personal
 
Naruto no lo mira, mantiene sus ojos puestos en el bullicio de los cubículos. Personas conversando, otras tantas esperando impacientes a que la junta de inicio
 
Finalmente Sasuke se detiene, propiciando que el chico junto a él lo imite, sin saber exactamente porque han parado en la zona destinada para los fumadores. Irónicamente, la única sección vacía de la construcción
 
-Me esperaras aquí- las miradas de ambos se cruzan por efímeros segundos. Naruto está por preguntar pero no le da tiempo cuando ve al moreno salir a toda prisa de la sección para después perderse entre los recién llegados
 
Definitivamente no era eso lo que Naruto tenía en mente. Quedarse aislado del resto lo incomodaba, además, quería aclarar todo, buscar a aquella chica y preguntarle personalmente. Tal vez Sasuke tenía razón y solo había malinterpretado la situación. Además…seguía amando a Sasuke
 
Lentamente asoma su rostro por el resquicio de la puerta corrediza, mirando a ambos lados, tratando de ubicar entre las decenas de chicas. Sasuke laboraba en el piso superior y los uniformes variaban de color, según la sección designada para cada individuo. El de Sasuke era azul marino pero también resaltaban el negro, blanco y beige, entre otros
 
De repente una cabellera rojiza llama su atención. Una sonrisa radiante se vislumbra en los labios de Naruto al reconocer a su amigo a la distancia. El parecido logra confundirlo, sin darle tiempo a mediar sobre las razones que llevarían a Gaara a acudir hasta la empresa donde labora el Uchiha
 
-¡Gaara!- exclama, abriéndose paso entre los empleados, siendo empujado de vez en cuando del hombro por algunos trabajadores. –Gaara yo…- pero la desilusión se hace palpable cuando la mirada apática del joven se cruza con la de él. Ojos color chocolate, no aguamarina. Naruto se rasca la nuca, apenado al reparar en su error. No solo era la tonalidad de los ojos, habían varios rasgos que no notó a la distancia. El joven lo miraba atentamente, esperando alguna explicación para ser detenido a medio pasillo y cerca del inicio de la reunión
 
-¿Te puedo ayudar en algo?- es el pelirrojo quien decide preguntar tras el incomodo silencio entre ellos
 
-No- Naruto niega rápidamente con la cabeza. Da un paso hacia la izquierda para permitirle el paso. –Me equivoque, dattebayo- hace una leve inclinación a modo de disculpa. El joven sonríe, analizando a conciencia las felinas facciones
 
No cabe duda de que el chico es lindo, adorable, simpático y todos sus derivados
 
-No trabajas aquí ¿cierto?- se vuelve un paso en dirección del rubio, quien, confundido, se limita a negar una vez más. –Lo supuse, eres muy chico- comenta, desviando la mirada. Naruto lo observa un tanto desorientado. Y es que el pelirrojo aparentaba tener más o menos la edad de Sasuke, quien no era más que tres años mayor que él
 
-Sasori, por cierto- extiende su mano hacia Naruto, ignorando a sus camaradas que no hacen más que apresurarlo
 
-Naruto- con cierta duda, acepta el saludo, estrechando apenas la mano del joven
 
-Dicen que la intensidad empleada en el saludo inicial está estrechamente relacionada con el carácter de cada persona- menciona el pelirrojo, reparando en la poca fuerza que uso Naruto para saludarlo
 
-¿Eh?- pero el rubio no comprende la indirecta. Aun conserva la duda latente sobre la edad del muchacho pero opta por no preguntarlo. -¿Me podrías indicar el lugar de la junta?- trata de no sonar ansioso pero la incomodidad lo delata
 
-¿Algún conocido que trabaje a…?
 
-Después ligas- interviene otro joven tras el pelirrojo, de cabello platinado y penetrante mirada. Sasori exhala, sumamente disgustado por la interferencia
 
-Ven- decide guiar a Naruto a la oficina central, motivado mas por el interés en saber a quien busca aquel bello chico que, porque guste de hacer una buena acción
 
-Ah…- Naruto apenas si puede seguirle el paso, está demasiado distraído mirando su muñeca siendo apresada por el mayor
 
Pasan frente al resto de cubículos y secciones, cada una más grande que la anterior. En la parte superior Naruto alcanza a leer algunos de los puestos. Desde secretarias y recepcionistas hasta los cargos de ejecutivos. Pero sin importar cuanto lo intente, no recuerda el puesto que ocupa Sasuke. Jamás se lo preguntó, nunca le interesó saber realmente
 
-Aquí es- le indica el pelirrojo, mirando la alta puerta metálica. Naruto mira boquiabierto el interior. Computadores en cada esquina, asientos forrados y una plataforma en el centro de la sección. Las celosías son abiertas prontamente por un par de subordinados, permitiendo que la luz se cuele al interior de la oficina
 
-Gracias- Naruto sonríe en agradecimiento por la amabilidad del joven. Curioso, mira alrededor, en busca de Sasuke. Ve tantos rostros y uniformes entremezclados que por un instante duda en ingresar
 
-¿A quién buscas?- insiste Sasori, recargándose en el marco de la puerta, fijando con atención su mirada en las orbes azules
 
-A…
 
-Seguro te eligen para representar al personal administrativo- se burlaba Suigetsu del semblante iracundo de la pelirroja
 
-¡Cállate, estúpido!- exclama ella, dando una fuerte bofetada en la mejilla del de cabello blanco. Y a pesar de que el impacto es certero, la sorpresa no se presenta en las facciones del albino, quien, divertido, le dedica una sonrisa burlona a su compañera
 
-Karin tiene potencial- interfiere el Uchiha, manteniendo su semblante estoico. La fémina lo toma del brazo y restriega su mejilla en la tela del saco. –Al igual que tu, Suigetsu- añade más serio
 
-Sí, sí, lo que digas- el albino gira los ojos con aparente enfado, se vuelve hacia la puerta con la intención de terminarse la garrafa con agua cuando sus ojos enfocan una silueta más que conocida
 
Se trataba ni más ni menos que de Naruto. La pareja en turno de su jefe. Lo reconocía perfectamente de aquella vez en que Sasuke lo llevo consigo. El chico le había dado una muy buena impresión, era divertido, enérgico y directo, similar a él
 
-No sabía que traerías a Naruto- dice, sin dejar de observar al rubio que no deja de sonreír mientras observa a otro sujeto
 
-¿Qué?- inquiere Sasuke, levantándose de golpe de su lugar. Mira a detalle la escena que se está suscitando a la distancia
 
Naruto coqueteando con otro tipo, y justamente con quien forma parte de la competencia, lo corrobora al reparar en el uniforme del pelirrojo. Aquella gabardina negra con distintivas nubes rojizas bordadas. Siente la ira acrecentarse entre cada intercambio de palabra
 
Cada paso que da hacia la puerta, siente perder prontamente los estribos. Seguramente un patético intento de Naruto por desquitarse, y…
 
No le gusta
 
No le gusta para nada…
 
-¿Sasuke?- el rubio parpadea al sentir la fuerte presión en su brazo. El aludido avanza a paso firme, sin volver la mirada atrás ni un momento. Sasori recién se había integrado al resto de subordinados para prestar mayor atención a lo recitado por el dueño de la compañía, Kizashi Haruno. – ¿Sasuke que…?- pero Naruto no logra formular la pregunta, resiente el golpe en su espalda al impactarse con el muro de concreto, apenas un leve quejido escapa de su garganta
 
-¿Qué mierda estás haciendo?- cuestiona el moreno, sin aflojar el agarre en los brazos de Naruto
 
-Vine a buscarte, ttebayo
 
-Me refiero a ¿qué haces en compañía de alguien más?- lentamente frunce el entrecejo
 
-Le preguntaba por ti- responde Naruto, más nervioso al presenciar como el rostro circunspecto se altera considerablemente
 
El pelinegro aspira hondo, reprimiendo nuevamente el enojo para luego descargar un fuerte golpe con el puño en la pared. Naruto permanece estático, tratando de asimilar lo que está pasando. Mira asustado la sangre que brota de los nudillos de Sasuke y se obliga a reaccionar
 
-Está bien- lo detiene el Uchiha, impidiéndole el contacto. Desde la noche anterior sus celos se habían elevado cual espuma pero aun conserva un poco de autocontrol, el suficiente para saber que debe limitarse o terminara alejando de nueva cuenta a Naruto. Y en esos momentos es lo último que necesita. –Olvidemos esto ¿quieres?- toma a Naruto de las mejillas y deposita un corto beso en su frente en señal de disculpas. Los ojos azules tintinean con alegría. Sasuke había dejado de lado esas pequeñas muestras de afecto que tanta importancia tienen para él. –Iré a escuchar el resto de la junta
 
Naruto asiente, sacudiéndose el polvo de la espalda
 
-Cuando termine veremos una película- el rubio casi no puede contener la emoción que le generan esas palabras. Su relación va a mejorar, solo había malinterpretado la situación, ambos estaban tensos, nada más, eso no tiene porque seguir afectándoles. No tiene porque interferir en el noviazgo de casi un año
 
-Te quiero, Sasuke…
 

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